1. Un buen día
Llegó el verano en Japón, una alegría para los jóvenes y niños que acaban sus años escolares y para los adultos que recibirán sus merecidas vacaciones. Era 22 de julio de 2009, ese año fue un periodo de grandes cambios tanto en el exterior como el interior de uno mismo. El calor era muy elevado y en pocas palabras resultaba muy molesto para la mayoría de las personas, incluso para aquellas que suelen tener un cuerpo frío... Los edificios parecían distorsionarse pero solo eran engaños de la vista. En la autopista principal con dirección al distrito de Odaiba había un gran cúmulo de vehículos, al parecer se había formado un duradero tráfico debido a un típico accidente en moto; un coche de color negro ha estado posicionado en el mismo sitio durante una larga hora, dentro y sentado en el volante había un hombre de unos 45 años, compuesto por una contextura ancha, pelo corto castaño con algunas canas traicionares implantadas, su rostro estaba formado por unos ojos que no se podían mantener abiertos, unas cuantas arrugas medianamente notorias, una barba y un bigote que parecían tener semanas; detrás había un joven de 18 años y pelos dorados, apoyaba su codo contra la puerta mientras miraba el claro cielo azul libre de nubes, el chico poseía unos radiantes ojos azules que ni la tristeza podía borrar esa luminosidad, al contrario del hombre que estaba al volante este se encontraba bien afeitado resaltando aún más su clara piel.
-No te preocupes hijo, no creo que tarden tanto- Dijo el hombre al volante que resultó ser el padre del joven
-Llevamos más de una hora sin poder movernos ni siquiera diez centímetros...- Al hijo se le había adormecido un poco las piernas por estar mucho rato sentado, así que empezó a dar pequeñas patadas- Estoy por bajarme e irme caminado hasta tu edificio, este calor me está matando, literalmente
-No has vuelto a Odaiba desde que tenías 11 años, no creo que te acuerdes por donde es el camino- El señor comenzó a toquetear la radio y puso una emisora que emitía canciones inglesas antiguas, en ese momento sonaba Someday de Concrete Blonde- Adoro este típico música, me recuerda a mi juventud ¡Ja! Una de las mejores épocas
-Admitiría que me gustan esas canciones pero como a ti te encantan me hace sentirme viejo- Soltó una pequeña risa, su padre también mientras seguía dando golpecitos al volante al ritmo de la música- ¿Por qué mi hermano tuvo que irse a vivir a otro sitio?
Días antes el chico había recibido la noticia que su hermano mayor, Matt, se iba a mudar a una residencia de edificios con unos cuantos amigos, habían alquilado un piso entre ellos para ahorrarse gastos; esperarían hasta que terminasen sus estudios universitarios para irse cada uno por su propio camino "Seguramente querrá probar su independencia de alguna manera, típico de él" Pensó el joven hermano menor.
-Según él ya está muy mayor para vivir con su viejo- Dijo el padre, miró por el espejo retrovisor delantero el rostro incómodo de su hijo y prosiguió a calmarlo- No se ha ido por ti para que tengas más espacio, solo... Ya no quiere vivir conmigo, nada más
Pasaron los minutos, canciones tras canciones iban proclamándose dentro del vehículo, algunas buenas y malas, y otras rotundamente insoportables. El hombre se quejaba que el aire acondicionado solo le había durado dos días desde la vez que se compró el coche, y eso desde hace varios años. Media hora más tarde todos los coches de la autopista empezaron a movilizarse, el joven soltó un grito de alegría que asustó al padre. Aceleró y se dispuso a conducir hasta su destino... El cielo ya se estaba tiñendo rojizo dando paso a una agradable tarde de verano.
Al cabo de un rato salieron de la conjeturada autopista y pasaron a las calles del distrito, entraron por la zona oeste de la ciudad, unos 2 kilómetros alejado de la residencia del padre; conducir se hizo fluido ya que no había mucho vehículo que estorbase el camino... El joven veía a través del cristal a la gente haciendo su vida diaria, algunas personas mayores iban con el carrito de la compra a los establecimientos de comida, algunos señores parecían volver a casa después de sus jornadas laborables, pero había pocos chicos en todo lo que había visto en el trascurso, lo poco que veía de jóvenes era algunos que jugaban con sus consolas portátiles o teléfonos móviles "Que animado todo..." Se dijo a sí mismo. Llegaron a una calle amplia y se estacionaron en frente de un local de comida rápida.
-Este es mi lugar favorito- Dijo el señor, apagó el motor mientras abría la puerta- El dueño del local es un buen amigo mío, hasta me hace unas rebajas prodigiosas... ¡Vamos hijo! Hoy cenaremos aquí
-¿Cenar? Es un poco temprano ¿No crees?- El joven no esperó respuesta de su padre, simplemente se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta para salir y por fin estar de pie- Este olor a verano es muy agradable...
El muchacho tomó aire profundamente y después lo expulsó con total calma, no se había percatado que su padre se le había quedado mirando con una cara de "¿Qué demonios haces?" Después se puso a estirar descaradamente las piernas y los brazos.
-Menudo sin vergüenza estás hecho mí no tan pequeño rubio- Se acercó a él y le pasó una mano por sus pelos dorados para frotarle y despeinarle- Venga vamos que me muero de hambre... Por cierto, memorízate el nombre de esta calle
-¿Por qué?- Preguntó el chico un tanto extrañado
-Lo averiguarás ahora- El señor fue hacia la puerta y la abrió de una manera brusca como si de su casa de tratara
El hijo lo siguió por detrás, dentro del establecimiento todo estaba de un color medio opacado, las paredes tenían un color verde oscuro con gruesas líneas amarillas, habían 12 mesas, 6 de ellas eran para un grupo grande de personas y las otras para un par o solo para un solo individuo... Había un par de chicos comiendo en una esquina cerca de una ventana pero nadie más.
-Aquí no hay casi nadie ¿Será que lo que prepara no agrada a la gente?- Comentó el rubio en voz alta
-¡Que niño más mal educado me has traído, Hiroaki!- Un hombre mayor, con un poco de sobrepeso y un delantal manchado salió de una puerta metálica; no tenía nada de pelo en la cabeza pero sí una gran barba negra... Hablaba a gritos, cosa que molestaba a ese par de clientes
-Lo siento, Ku... Ha este chico le falta disciplina- Hiroaki le dio un pequeño golpecito en la cabeza a su hijo- Pide perdón, Takeru
-¿Perdón? ¿Crees que tengo 8 años?- Dijo Takeru mientras se sobaba la cabeza con un terrible disgusto; la mirada seria de su padre le hizo cambiar de opinión- Bueno... Disculpe señor, estoy convencido que lo que prepara es un gourmet de primera clase
-Se te nota el sarcasmo mocoso- El señor Ku dio una fuerte toz, y se dirigió al padre- ¿Y este hijo tuyo tendrá que trabajar conmigo?
-¡¿Trabajar?!- Takeru miró a su padre esperando una respuesta pero este se mantenía mirando al techo
El joven no tenía idea de lo que estaba pasando, le jaló la camisa de manga larga de su padre para que reaccionara pero ni caso; en ese momento el rubio recordó una llamada de hace unos días con Hiroaki, aquellas palabras que lo dejaron pensativo durante ese día pasado "...Y me ayudarás con los gastos de luz y agua..." Pues en esos instantes pensaba que se referiría con ahorrar en servicios necesarios, pero finalmente no fue así. Takeru se mantuvo viviendo con su madre en París, recibían visitas de su padre y hermano pero un par de veces al año, específicamente en los días de febrero y octubre. La madre del joven sufría constantes alteraciones psicológicas que la hacían reaccionar de manera agresiva; la mujer no se podía hacer cargo de su hijo por lo que se decidió que sería conveniente que se fuera a vivir con su padre una temporada.
En parte, Hiroaki, estaba pasando por unos serios problemas económicos debido a que fue despedido de su puesto de reportero en la televisión nacional, era un importante cargo que le proporcionaba un buen sustento, lamentablemente fue reemplazado por un joven extranjero con un conocimiento más amplio "Supongo que será lo justo, que trabaje para ayudar a mi padre... ¡Pero no es justificación que me ponga a trabajar sin mi consentimiento!" Pensó el rubio haciendo un puño en cada mano. Al final Hiroaki se propuso a romper el silencio incómodo.
-Me tienes que ayudar con los gastos, Takeru- Puso su mano sobre el hombro de su hijo haciendo que se relajase un poco- Te puedes quedar con una parte para tus necesidades
-Yo siempre ayudaba en lo que sea a mi señor padre que en paz descanse- Dijo Ku cruzándose brazos- Bueno ¿Y qué dices muchacho? Me vendrías de gran ayuda ya que sabes manejar moto
-¿Sabe él que se manejar moto?- Miró a su padre- ¿Le cuentas cosas mías a este señor o qué?
-"Este señor" Es como mi hermano y le puedo contar lo que sea- Hiroaki frunció el ceño- Y me hace un gran favor en querer contratare, no quiero vagos en mi hogar
-Pero...-Takeru agachó la cabeza como símbolo de rendición- Vale... Trabajaré con Ku
-Llámame tío Ku, para que sepas quien manda aquí ¡Jaja! Alguien nuevo en esta familia tan pequeña- Tío Ku no ocultaba para nada su felicidad, parece que en el fondo se alegrara que Takeru trabajara para él
-¿Y qué preparáis de comer aquí?- La pregunta hizo que Ku se llevará a la mano a la cara como signo de desesperación
-¡Pero mocoso! No has visto el letrero de afuera, preparamos la mejor ¡Pizza! De toda Odaiba- Empezó a reírse a carcajadas- Madre mía Hiroaki, tienes un retoño muy despistado
-Déjalo, el viaje le ha agotado... Me alegra que aceptes este trabajo Takeru- Le dio una fuerte palmada en la espalda a su hijo- ¡Ahora a comer! ¡Ku tráeme la pizza familiar de siempre! ¡Pizza barbacoa!
-Enseguida Ishida, poneos cómodos mis queridos clientes- Ku miró su reloj y se frustró un poco- Este muchacho no ha vuelto a aparecer... Tendré que preparar la pizza de nuevo
-¿Quién...?- Preguntó Takeru ganándose la atención- ¿Quién no ha vuelto a aparecer?
-Tú compañero y el que prepara las pizzas y aperitivos aparte de atender en caja- El tío apuntó unas cuantas cosas en una libretita- Se llama Davis, es buena gente, además tiene más o menos tu edad así que espero que os llevéis bien
-Si es que viene y no me deja con todo el trabajo- Comentó el rubio sin que nadie lo oyera
Fue una cena agradable al fin y al cabo, la pizza estuvo exquisita, Takeru no entendía como no había clientela con lo delicioso que preparaba el tío Ku, tuvo momentos para preguntárselo pero al final prefirió no hacerlo. Después de comer, Hiroaki pagó la cuenta, 725 yenes, un precio asequible tratándose de un descuento. Se despidieron del tío y quedaron que Takeru se presentaría mañana viernes a las 17:00 p.m. (5:00 p.m.) Para comenzar su turno.
Entraron al vehículo y no se detuvieron hasta llegar al edificio del señor Ishida. Al llegar ambos bajaron y contemplaron un buen rato la vivienda del padre; no había cambiado mucho desde la última vez que vino Takeru de visita, y de eso varios años... El color de las paredes eran grises, habían ciertas rajaduras en los costados pero no parecía nada importante, la entrada tenía un par de puertas con decorados en su relieve, todo estaba aceptable solo faltaba saber cómo era el estado del piso de Hiroaki. El rubio fue abrir el maletero para sacar sus maletas, pero al levantar el peso sintió un desagradable dolor en el brazo, un mismo dolor que estuvo padeciendo durante varios días. La maleta cayó al suelo.
-¿Te encuentras bien?- Dijo el padre mientras se acercaba a su hijo menor- Déjame ayudarte...
-¡No! No... Yo puedo solo- El joven rechazó la ayuda, pero aceptó que Ishida llevara la otra maleta restante
Subieron por el ascensor y caminaron por un largo pasillo hasta llegar a la puerta "63" El señor sacó la llave y abrió la puerta al interior de su domicilio. Takeru entró detrás de él y vio todo lo que le rodeaba... Había como cientos de periódicos amarrados por una cuerda dispersos en todo el salón, varias cajas media abiertas situadas en las esquinas y varios papeles desordenados encima de la mesa central. Era todo un caos.
-Bienvenido al hogar de un soltero- Hiroaki fue hacia una estantería y cogió un mando, hizo que el aire acondicionado se ponga a funcionar- Tu habitación es la que era de tu hermano... Pero antes unas cuantas reglas de convivencia; primero, no quiero verte derrochar agua, ni luz, ni abusar del aire acondicionado; segundo, tú preparas la cena los martes y jueves, yo los lunes, miércoles y viernes... Él sábado y domingo nos vamos a la casa de una amiga mía que no tendrá inconveniente en prepararnos el almuerzo; por último, nada de fiestas en mi ausencia, sé que no tienes amigos ahora pero seguramente los tendrás más adelante... Y si te traes chicas, procura que no esté yo y que sus madres sean guapas
-Si sus madres están guapas, mejor me quedo con las maduras- Bromeó Takeru golpeando amistosamente el estómago de su padre como acto de confianza- Cumpliré papá, no te preocupes
-Pues ve a desempacar tus cosas, mañana será un día largo- Dijo finalmente el padre yéndose a la cocina
Abrió la puerta de su nueva habitación y lo primero que hizo fue correr hacia la cama y lanzarse contra ella, hundió su cabeza en la almohada mientras olía el aroma a recién lavado "Que raro que huela bien" Comentó extrañado. Se dio media vuelta y se quedó un rato viendo el techo; se le pasaron por la cabeza varias cosas, empezando por la nueva vida que iba a iniciar en Japón, tanto tiempo fuera y tenía que volver a adquirir las costumbres que adoptan las personas del país; después se le pasó por la cabeza el estado de su madre... Takeru llevaba una ligera camiseta de manga larga, se dobló la manga derecha para dejarse ver un vendaje que le cubría menos de la mitad de su brazo... Volvió a esconder el vendaje y decidió no pensar más en la mujer que le dio la vida.
15 minutos más tarde el teléfono del rubio sonó, se fijó de quien se trataba... Era Margo, su novia francesa que por inoportunas circunstancias tuvieron que separarse "¡Mira que ropa me he comprado!" Era el mensaje de la chica que venía adjunto con más de 15 imágenes de blusas, pantalones, tacones... "Muy bonito, guapa" El chico esperaba que le preguntara como está porque sinceramente tenía ganas de charlar con alguien que no fuera su padre "¡Gracias! Tu grupo de amigos me ha invitado hoy al centro comercial, Jordan es un chico buenísimo, dice que es buen amigo tuyo y que haría cualquier cosa por ti... Y hemos quedado para ir al cine mañana ¡Me encanta! Que la pases bien en Japón, cuídate mi rubito" Takeru se sentó en su cama y tiró el móvil hacia la almohada, se llevó las manos a la cabeza.
-¿Quién diablos es Jordan?- Takeru empezó a negar con la cabeza- Da igual, no me haré historias, me alegro que ella no esté triste por mi partida y siga disfrutando de su vida
Se puso de pie, abrió sus maletas y comenzó a colgar su ropa en el ropero... Pasaron las horas y ya era media noche, decidió irse a dormir y despertar con más ánimos al día siguiente.
En la mañana...
-¡Ha! Buenos días a mí- El joven rubio se despertó con unos cuantos estiramientos de brazos sentado encima de cama
Se levantó completamente y fue hacia la radio que había encima de un mueble de madera donde guardaba su ropa interior, la conectó y puso la emisora de música electrónica, por costumbre comenzó a sacudir la cabeza como loco hasta quedar mareado y reírse de sí mismo "Que rarito soy" Dijo este mientras intentaba pisar tierra. Fue al baño para echarse una buena ducha, en su antiguo hogar sus duchas eran de una hora o más pero ahora en su nueva casa debía de ser más ahorrativo, así que solo estuvo 15 minutos. El agua fría le había levantado espectacularmente los ánimos, agregando que el champú que utilizaba el señor Ishida contenía una esencia agradable a más no poder. Salió del cuarto de baño con una toalla que le cubría desde la cintura hacia abajo. Ya en su habitación se puso lo primero que vio, una camiseta manga larga crema con cuello de pico y unos pantalones vaqueros un tanto pegados, sus zapatillas estaban en la entrada así que se puso un par zapatos de casa. Se dirigió a la cocina y preparó una taza de café acompañados de unos cuantos panes hurtados con mermelada, el joven sabía preparar diferentes comidas gracias a sus tiempos libres que solía tener con su madre, podría decirse que no supondría ningún problema que viviera solo. El desayuno fue simple pero bastaba para llenar un estómago; en la nevera había una nota "Pórtate bien hijo, sé que ya tienes 18 años pero eso no quita que seas mi pequeño rubiecito llorón que tanto anhelo... Te he preparado el almuerzo y la cena, están dentro de la nevera; hoy llegaré tarde... ¡Que no se te olvide ir a trabajar!"
-¿Llorón? ¿Esa es la fama que tengo en mi familia? Si era solo un niño...- Takeru fue a la mesa con sus alimentos, cogió el mando a distancia y encendió la televisión- A ver si hay algo bueno
Se fijó en el canal de noticias, en la parte de meteorología, el hombre comentaba que iba a hacer calor toda la semana "¿Enserio? Pensaba que en verano iba a hacer una nevada un día de estos" Dijo Takeru sarcásticamente. Cambió de canal y lo dejó en el programa de dibujos animados, el gato que persigue al ratón, golpes irreales y caras enfermizas que dan risa, el chico no podía evitar soltar una que otra risilla "Aunque me haga mayor, esto me seguirá sacando una sonrisa" Al rato terminó su desayuno, lo llevó todo de nuevo a la cocina y lavó lo sucio.
Una hora después, Takeru cogió unas llaves y salió fuera del edificio, le apetecía dar una vuelta por el vecindario. Era por la mañana por lo que el calor no era tan intenso, caminó unas cuantas calles pasando por callejones estrechos donde mayormente se almacenaba basura. Llegó hasta un pequeño espacio comercial donde había varias tiendas ambulantes, había tantas señoras haciendo la compra... Pero lo que le llamó la atención fue un chico que estaba encima de una caja de madera cantando una canción en inglés, si es que era inglés lo que decía; cantaba fatal pero la gente le daba monedas por pena seguramente; Takeru fue hacia a él para observarlo más de cerca.
-Oye rubio- Dijo el joven cantante- Unas monedas me vendrían bien
-No llevo nada suelto...-Se le escapó una risa nerviosa- Amigo, debes tener algo mejor que cantar, no veas lo que dicen las señoras de ti
-Me dan igual esas viejas, ven aquí te contaré algo- Takeru se acercó un poco dudoso hacia él hasta estar muy cerca- No soy ningún mendigo, solo que ahora no tengo dinero para comprarle unas rosas a la chica que me gusta, solo me falta unos pocos yenes y listo
-¿Tan enamorado estás que haces el ridículo?- Preguntó el rubio con una sonrisa irrompible
-Enamorado no, ¡Súper enamorado!- Aquel muchacho de pelo alborotado castaño casi rojizo y de piel un tanto bronceada dio un salto al suelo y aterrizó con estilo- Me llamo Daisuke Motomiya, me caes bien rubio, te permito que me llames Davis
Davis estrechó su mano para dar la bienvenida a su nueva amistad, Takeru un poco desconcertado hizo lo mismo y se las estrecharon tan fuerte como hombres que eran.
-Yo... Me llamo Takeru Takaishi, pero me puedes llamar Takeru- Dijo el joven simpáticamente
-¿Takeru? Mejor te queda TK- Davis le soltó la mano y le dio un abrazo de cinco segundos- Déjame adivinar, eres nuevo en la ciudad y has salido un rato de tu nuevo hogar sin tener ni una maldita idea de adonde ir. Normal en los nuevos, quieren explorar todo a su alrededor; por cierto ¿Te gusta que te llame TK?
-No es un sobrenombre ofensivo así que... ¡Vale!- TK rio de emoción, parecía haber hecho buenas migas con ese chico; pero de repente se acordó de que su nombre fue mencionado el día anterior por el tío Ku, un tal Davis iba a ser su compañero- Oye ¿Conoces el restaurante del tío Ku?
-¡Ku! Ese viejo molestoso, trabajo ahí preparando pizzas- De repente el castaño rojizo se puso a pensar- ¿Cómo conoces el Pizza Happy? ¿Has ido?
-Pues verás... Iré a trabajar esta tarde ahí- Comentó Takeru entusiasmado- Parece que nos veremos las caras más seguido
-¿Tu eres el nuevo que iba a venir? ¡Gracias señor! Me esperaba un imbécil amargado que no le cayera bien, pero por suerte fuiste tú- Motomiya daba saltos de alegría como si fuera un niño pequeño, la gente le miraba raro- Sé que nos conocemos de hace unos minutos pero... ¡Ya eres mi amigo! Te veo esta tarde TK, yo me iré a comprar las flores para mi futura chica ¡Nos vemos!
-Adiós Davis...-Dijo TK pero para él mismo
Una anciana le tocó el brazo al rubio, este la miró y le preguntó que deseaba.
-Le iba a dar unas moneditas a ese chico que no sabe hablar bien- La anciana parecía un poco triste- Me gusta ayudar a los chicos con problemas mentales como él, bueno si lo veo la próxima vez le daré el doble
TK se quedó anonadado viendo como la abuela se iba lentamente hasta desaparecer de su vista, volvió a la realidad y siguió con su pequeño tour por el distrito. Llegó hasta un parque enorme, había muchos árboles y familias disfrutando de una agradable mañana; el joven fue hacia un puesto de helado y pidió una doble de chocolate, tenía un sabor magnífico que decidió disfrutarla poco a poco. Fue hacia un banco y se sentó para observar mejor la naturaleza que se le imponía delante. Pero se dio cuenta de un detalle, encima del banco había una cámara fotográfica, la cogió y la observó con más detenimiento, en una esquina había una pegatina de la letra "H" Color rosa, la cuerda que se pone alrededor del cuello también era rosa; terminó cuanto antes su helado para examinarla aún mejor. La encendió, tenía la batería casi agotada, fue hacia la sección de imágenes y vio todas las fotos tomadas; en cada fotografía había un paisaje único y difícil de interceptar "Que hermoso..." Árboles, lagos, playas, montañas, todas plasmadas de una manera majestuosa que dejó impresionado al joven.
-Este chico... O chica tiene mucho talento ¿Pero de quién será? Se le habrá perdido- Guardó la cámara en uno de sus bolsillos mientras se ponía de pie- Le pediré ayuda a papá, a él se le da mejor encontrar a los dueños de cosas extraviadas.
Takeru volvió a su casa, fue directo al sillón y se tiró para comenzar a ver la televisión nuevamente... Pero no le prestaba mucha atención, no dejaba de ver las imágenes que contenía ese aparato electrónico, nada antes le había cautivado más "¿Por qué estoy tan tonto? Son solo fotos" Pero en su interior decía todo lo contrario. Pasaron las horas, llegó la hora de comer, su padre había preparado unos cuantos tonkatsu, los calentó y terminó comiéndoselos todo con un gran deleite. Ya eran las 16:45 p.m. (4:45 p.m.) TK se había quedado dormido encima de la alfombra, este se despertó un tanto asustado y se fijó en la hora en su reloj.
-¡Oh mierda! ¡Llego tarde!- El muchacho fue la baño, se lavó la cara y se peinó lo más rápido posible, no se cambió de ropa así que fue al instante a por sus llaves y hacia la entrada para ponerse las zapatillas- Malditas pelis de viejos, me hacen dormir de inmediato
El rubio salió corriendo a toda prisa, su padre le había indicado el camino para llegar a pie así que no se preocupó por si se llegara a perder. Al final llegó, pero 10 minutos tarde, entró dando un fuerte empujón en la puerta, pero antes se había fijado en nombre del local "Pizza Happy" Así era como se llamaba. Dentro había solo una familia de cuatros personas y un par de novios que no dejaban de besarse. En frente de él estaba Ku junto con Davis, se estaban intercambiando voces.
-¡Has faltado muchos días al trabajo Motomiya!- El tío Ku parecía enfadado- Me has tenido trabajando como un desgraciado
-¿Trabajando? ¡Si aquí no viene nadie!- A Davis se le notaba una vena en la frente- Además... Mi abuela murió el pasado martes y... No pude levantar cabeza
-¿Tu abuela? ¡Pero si me tomé un café con ella esta mañana!- El tío se percató que Takeru había llegado- ¡Tú mocoso! Llegas tarde
-¡TK! Ya has llegado, lo conocí en la zona comercial de la ciudad, es un buen colega aunque no me dio ni una moneda- Dijo Daisuke
-¡Davis! Espero que la chica que te gusta te haya dado al menos las gracias- Takeru rio
-Me las dio y me sonrió, pero no aceptó mi regalo... ¡Esa mujer es difícil de conquistar!- Davis miró a Ku- Escucha viejo, iré a preparar unas cuantas pizzas, no quiero que Takeru me quite mi puesto de empleado del mes
-Yo acabo de llegar y el tío Ku ya me considera el mejor- Dijo Takaishi sonriente- Ahora me iré a la caja a esperar que alguien llegue y le tome su pedido
-¡Par de descarados tengo en mis manos!- El tío se dirigió hacia el rubio- Escucha rubio, la moto está en el garaje, hay un casco en el asiento así que la manejas con cuidado, toma las llaves...
El tío le dio unas llaves a Takeru, el hombre se fue por una puerta de metal hacia la cocina "¡Davis! ¡A Cocinar!" Se escuchó desde dentro, la familia que comía tan tranquilamente se habían quedado alterados por la discusión pero Daisuke calmó la situación con sus ingeniosas disculpas.
-El viejo dice que mañana te enseñará a preparar pizzas, por ahora ponte en caja a esperar clientes- Davis se retiró para ir a cumplir su labor
TK se situó en su puesto y se mantuvo un buen rato aburrido esperando que alguien viniera, la familia terminó largándose a los 10 minutos, el joven se despidió cortésmente de ellos, pero la pareja de novios seguían intercambiando aire.
-No se han separado ni una vez- Se dijo Takeru para sí mismo, de repente el teléfono empezó a sonar- ¡Buenas! Ha llamado a Pizza Happy ¿En qué puedo ayudarle?
-Una Pizza Barbacoa familiar, umm, que contenga trozos de verduras y un toque de piña- Dijo un chico en la otra línea
-Entendido- TK apuntaba, se fijó que en el ordenador figuraba la residencia del cliente así que no hacía falta preguntarle donde vivía- Pues en media hora estará lista
Colgó
-¡Tenemos pedido para llevar!- Grito Takaishi- ¡Tenemos pedido!
-¡Ya te escuché idiota! ¡Y no grites tanto!- Dijo Motomiya desde la cocina- ¡Pásame el pedido!
El rubio le pasó el pedido a su compañero y tardó un buen rato en hacerla, al terminar, Takeru cogió la caja donde estaba la pizza y se dirigió a una puerta trasera que daba al garaje, ahí estaba una moto roja con un casco azul, puso la pizza en una caja que había en la parte trasera del vehículo, abrió la puerta automáticamente, se puso el casco y encendió motor. Con el GPS de su teléfono móvil no tendría ningún inconveniente en llegar a la residencia del cliente. Tras unas calles laberínticas y una congestión de coches, logró llegar a tiempo. Se detuvo en un edificio enorme, se bajó y se dirigió al portón , tocó uno de los timbres para que le abrieran y subió por el ascensor hasta el piso número 9, fue hacia la puerta "D" y tocó la puerta. Takeru se había puesto un gorro que resaltaba mucho su mirada, lo raro era que en la pizzería los empleados no llevaban uniforme y eso podía desprestigiar el local de alguna manera.
Dentro de la casa se escuchaba gritos como "¡Abre la puerta que estoy en la ducha!" o como "¡Hija abre que ya llegó la pizza!" El joven esperó como dos minutos hasta que la puerta se abrió. Una chica de cabello castaño y corto, no muy alta pero con un rostro tierno y dulce apareció delante de él, Takeru se había quedado boquiabierto por lo hermosa que era. La muchacha se le escapó una risita, le hacía gracia la cara de idiota que tenía TK en esos momentos.
-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?- Preguntó la joven en un tono vacilante
-¿Eh? ¡Ha! Lo siento, ya... Ya llegó la pizza- El rubio le entregó la caja pero al hacerlo las manos de la chica se pusieron encima de las de él causando cierto rubor en el muchacho- Son... 1208 yenes
-Vale aquí tienes, mi padre dice que puedes quedarte con el cambio por ser tan puntual- La joven también se trababa al decir algunas palabras- ¿Eres... Nuevo en el restaurante?
-Sí, empecé hoy mismo- Dijo el joven cogiendo confianza- Así que me tendrás como nuevo repartidor
-Eso me alegra, Davis se tardaba una eternidad en venir- La chica sintió que su padre la llamaba- Bueno, que tengas suerte en tu nuevo trabajo
-Claro, disfruta de la pizza- Dijo TK sonriente- Nos vemos
El rubio estaba para irse, ya se había dado la vuelta para dirigirse al ascensor pero...
-¡Oye!- La muchacha lo estaba llamando, este se dio la vuelta para mirarla- ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Takeru- Dijo el chico moviendo sus manos en modo de saludo- ¿Y tú?
Estuvo a punto de averiguar el nombre de esa dulce joven pero por culpa de los gritos que había dentro de su casa no pudo escucharlo, la chica entró a su casa y no la volvió a ver más.
-Qué bonita...- En ese momento TK se acordó de su novia francesa- ¡Que digo! Tengo novia y no debo pensar en otras personas
Takaishi bajó del edificio, volvió al Pizza Happy y entró muy desconcertado de nuevo a su puesto. Ku, que estaba en la caja, lo vio muy despistado a su trabajador y decidió llamarle la atención.
-¡Ponte atento! Que seas el hijo de mi mejor amigo no significa que puedas holgazanear- Pero el rubio no le hacía caso, estaba apoyado en el mostrador mirando al techo- ¡Takaishi!
-Que ya te escuche... Tú tranquilo- Dijo pasivamente TK
El joven no podía quitarse de la cabeza el rostro de la chica, era tan bella, tan perfecta que se reflejaba totalmente en ella las majestuosas imágenes que había visto en la cámara fotográfica, por otro lado se sentía culpable por pensar en otra chica que no sea su novia.
La noche había llegado y el turno de Takeru había acabado, se despidió cortésmente del tío Ku e informalmente de Davis, este último le ofreció en llevarlo en coche pero se negó. Caminó bajo una capa estrellada de cielo oscuro, miró al cielo un rato.
-Al final ha sido un buen día- Dijo Takeru
Después continuó su camino con dirección a casa.
