Capitán Tsubasa no me pertenece, es de Yoichi, y hago esto sin fines de lucro, solo como entretenimiento.

AKASAKU

Presenta

Presenta Burēkinguchēn 2019

Rompiendo Cadena's

El comienzo de todo.

Se puede deslumbrar un atardecer, una puesta de sol y cerca del rio se encuentra una persona, por la estatura se podría decir que es un niño o niña, de lejos se le ve con una pelota dominándola, de un pie a otro y a la cabeza y al pecho y de nuevo al pie, en ningún momento se le perdió el balón, al mirar el atardecer, pega un gran grito y con el balón en sus pies va corriendo hacia alguna parte.

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En una hermosa ciudad muy tranquila, en una casa de dos pisos vacía que poco a poco empieza a llenarse se puede divisar a una mujer, con unas cosas mientras un camión de mudanza va dejando cosas dentro de la casa hermosa y acogedora.

-Tsubasa, ¡ayúdame con las cosas, no puedo sola con la mudanza!- La mujer de cabello castaño corto y ojos de igual color, quien llevaba una caja en sus manos, mira a todos lados y no encuentra a su hijo, al buscarlo, ve a este en la entrada con su amado balón, y al visualizar a su madre.

-Mamá, iré a conocer la ciudad- y diciendo eso, el joven se fue con su balón.

-Cielos, ya me dejo sola, que se puede hacer, el ama el futbol- Al decir eso, se fue a seguir con sus quehaceres y ordenar la casa de la mudanza, acaban de venir a esta ciudad Shizouka, a tener un nuevo inicio.

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Vemos una casa en el vecindario donde al frente de la misma se podía ver una pequeña heladería, es bastante cómoda la casa y algo grande, una mujer de cabello castaño, está poniendo la mesa con las cosas del desayuno, cuando alguien baja del segundo piso.

-Oh ya estás aquí, siéntate a desayunar- al mirar una joven de unos once años, con el cabello largo hasta la cintura en una cola baja de caballo en la nuca, llevaba un gorro puesto, ropa poco femenina para ella, pantalones deportivos negros, chamarra azul oscuro y deportivas con una mochila y un balón en la mano, miro a la mujer frente suyo. Iba a responder, cuando el hombre de la casa, quien tenía ojos amatistas y cabello castaño también, la miro y seriamente le dijo.

-El vendrá mañana- La joven levanta la cabeza, dejando ver unos enormes ojos amatistas sorprendidos, frunciendo el cejo, apretó su mochila y fue yendo hacia la puerta de la casa.

-Espera, aun no desayunas-

-Ya no tengo hambre, nos vemos de noche- al decir eso se fue por la puerta cerrándola fuertemente, la mujer mira a su esposo con un puchero.

-¿No podías esperar a después del desayuno?- El hombre la miro arrepentido de su hacer.

-Lo siento, no sé qué le pasa últimamente, siempre se emocionaba cuando el venia-

-Ha crecido, eso sucede, ya no es una niña, asique le afecta más lo que antes ignoraba-

/

Vemos a la misma joven que antes salió de su casa, ahora de camino a la escuela, con el balón en sus pies sin perder el control del mismo en ningún momento.

=Amo el futbol, y creo que ya es hora de empezar a jugarlo de verdad, nooo, que ¿digo? Él no quiere que lo juege de verdad, pero, ¿Por qué habría de hacer lo que él dice? Bueno, él es …. No, no importa, el no importa, que es, que es, ¿lo que quiero yo? Tengo miedo, ¿qué debo hacer? =

Los pensamientos de la joven se ven interrumpidos, porque al pasar por la cancha puede ver a su amigo de la infancia, su casi hermano, con otro joven y discutiendo con Wakabayashi Genzo, en la cancha que comparten con el Shutetsu, ella decide acercarse para ver qué sucede.

-Ya Wakabayashi, déjanos la cancha, ustedes tienen otra-

-No, esta será para el equipo B del Shutetsu- y señala a todo el equipo B, siendo el único del equipo A en ese lugar, la joven frunce el ceño al ver la situación, pero es el chico nuevo quien habla.

-¿Puedo enfrentarme a ti?- todos lo miran asombrados, ya que Genzo era el portero nacional del país.

-Y tú, ¿Quién eres enano? –El joven, lo mira con desconcierto y sonriendo dice.

-Me llamo Tsubasa, Ozora Tsubasa, y quisiera jugar contra ti, Wakabayashi-kun- Todos lo miran con los ojos enormemente abiertos, y el portero decide aceptar.

-Bien, pero si pierden, nos dejaran la cancha, ¿entendiste? - Ishizaki miraba enojado al portero, ya que, si eso llegara a pasar, perderían la cancha que tanto les costaba tener para poder jugar. Sin embargo y para sorpresa de todos, Tsubasa no dijo nada, solo tomo la pelota y con las deportivas de futbol de Ishizaki, se colocó en medio de la cancha, mientras que todo el equipo B lo enfrentaba, Genzo, solo miraba analíticamente a su contrincante, como este sin problemas, pasaba a todos los jugadores con saltos, esquivez, con un dribleo muy definido para su edad y llegaba hasta él, intentando detener su tiro, se tira hacia delante, dan un par de movidas donde ambos terminan pegándose contra el poste del arco entrando la pelota al arco y lastimándose Genzo, quien mira al joven con desafío.

-¿Estas bien, Wakabayashi-kun?- el joven lo miraba realmente preocupado, de lejos la niña estaba por acercarse a ellos, cuando un adulto con una botella de alcohol los empezó a aplaudir, todos lo miraron raro, hasta que ella al verlo lo reconoce.

=¿Qué hace el aquí? No vendría mañana, cielos y esta ¿borracho? Pff, esto no se queda así=

-Disculpe y usted ¿quién es? No deseo sonar grosero, pero está tomando en un lugar de estudiantes- Ryo miraba al hombre con desconfianza, mientras que Genzo y Tsubasa también veían al hombre, este con una sonrisa fue a beber de su botella nuevamente, cuando sin previo aviso, una pelota choca con su mano y al caer al piso la botella se rompió, el hombre miro al responsable y al encontrarse con ella, sus ojos se abrieron enormemente.

-S….-

-¡Cállate! ¡Cómo te atreves a venir aquí y para colmo borracho!- La joven se acercó más y después tomando la pelota lo miro por sobre su hombro.

-Mejor aléjate de este lugar, aquí no debes estar tu- y se fue corriendo, dejando a Genzo y Tsubasa con la boca abierta, mientras que Ryo fruncía el ceño, al ver que su querida hermana adoptiva conocía a esta persona y el no.

-¿Quién eres tú? ¿Porque ella te conocía? - lo miraba de cerca y con análisis para saber que tramaba.

-yo me llamo Roberto Hongo y sobre ella, lo siento, solo ella puede decirte quien soy, por cierto, ¿alguno sabe dónde vive la familia Ozora? Es que debo hablar con ellos- Tsubasa al escuchar eso, abre los ojos enormemente y lo mira.

-esa es mi familia y esa que tienes ahí es mi dirección-

-Perfecto, ¿podrías llevarme? -

-por supuesto, es por aquí- Empezaba a caminar, cuando mirando a el portero, le sonrió.

-Espero tengamos otro duelo pronto-

-Anótate en el Nankatsu y ven a las intercolegiales, ahí nos enfrentaremos-

Tsubasa solo sonrió al escuchar eso y siguió yéndose con este hombre, del cual solo sabía su nombre, uno que se le hacía familiar.

-KYAAAAAAA, ROBERTO HONGO, EL CENTROCAMPISTA DE LA SELECCIÓN BRASILEÑA-

Tsubasa miro al hombre al escuchar el grito de Ryo Ishizaki después de haberse alejado de él.

-¿enserio eres ese hombre?-

-así es, soy quien el acaba de gritar-

-woow, eso es increíble, yo quiero ser un jugador de futbol profesional- al escuchar eso, el hombre sonrió con tristeza.

# ¡Mírame! ¡Mírame! ¡Seré profesional cuando sea grande, ganare la copa del mundo! #

-¿Roberto? ¿se encuentra bien? - saliendo de su ensoñación, miro al joven delate suyo.

-Oh de verdad lo siento mucho, si me encuentro bien, que gran sueño tienes, lucha por el-

/

-197, 198, 199, 200, cielos, ¿qué hace el aquí? ¿No se supone venia mañana? Ya sé que actuó como malcriada, pero es que, no puedo evitarlo, te extraño- La niña miraba el cielo sin dejar de dominar la pelota, era realmente buena con ella a pesar de su edad, sabía que si se lo proponía de verdad podría ser la mejor, lo llevaba en la sangre eso era seguro. El lugar en el que se encuentra es bajo un puente, que en esta parte hay mucha tierra y pasto, usando la pared con la marca de un arco en ella, se le podía ver muy maltratada, vemos a la niña dejando la pelota y cambiando por una muy diferente, se le ve de cuero gastada y algo rara, también se pone unas pantorrilleras con más peso del normal, siendo algo raras al verlas y con eso empezó nuevamente a dominar la pelota.

-Debo dejar de pensar en eso y concentrarme, mañana avisare mi decisión de entrar al equipo a ellos- Y con la dificultad de los pesos extras se podía apreciar que la pelota también tenía peso extra cada vez que le daba a la pared con ella la pared parecía quejarse.

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Dentro de una casa de dos pisos, vemos a Roberto Hongo cenar con la familia Ozora, hablando de futbol por doquier.

-Sra. Ozora muchas gracias por la amabilidad de recibirme aquí, ya debo irme, pero necesitaba agradecerle y conocerlos-

-oh puedes llamarme Natsuko, ese es mi nombre- un avergonzado Roberto pone su mano en su noca y la mira con pena.

-Discúlpeme Natsuko jeje- La mujer lo ve cariñosamente.

-¿Tienes donde quedarte? Por qué tengo una habitación extra si gustas-

-Oh no, muchas gracias, pero si hiciera eso, una persona muy especial para mí, me odiaría más de lo que ya me odia en este momento-

-Oh no sabía que tenías casa en Japón- Tsubasa miraba a Roberto con asombro y alegría quería pedirle algo.

-¡Roberto! Por favor ¡entréname!- el hombre miro al chico con los ojos abiertos y le sonrió cálidamente.

# vamos ya soy grande, por favor, ¡entréname! Te mostrare de lo que soy capaz, vamos#

#¿Que dices? Pero si solo tienes seis años, aun eres muy pequeña#

#No es cierto, ¡mira yo sé!#

-¿Roberto?- Ambos, tanto madre como hijo miraban al hombre, quien había vuelto a quedar en trance, el muy avergonzado miro la mesa y se paró de golpe.

-Debo, debo irme ya, y Tsubasa, antes de poder aceptar tu propuesta debo hablarlo con alguien, solo si acepta que te entrene junto con ella, podría hacerlo, sino, no podré entrenarte, depende de ella, con su permiso- Al decir eso fue hasta la puerta, hizo una reverencia y se marchó hacia su hogar.

-¿Mamá?-

-¿Dime cariño?-

-Espero esa niña diga que si-

-Sí, yo igual cariño, ve a lavarte los dientes-

-Si mamá-

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Cerca del rio donde se puede apreciar el pasto, debajo de una de las patas del puente, de las columnas que lo sostienen, vemos a una niña de larga cabellera castaña con una gorra, dominando una pelota.

-995, 996, 997, 998, 999, 1000, listo, logre los mil del día, debo volver ya o se preocuparan por mí- Se detiene, sacándose las canilleras, y guardándolas en la mochila junto a esa pelota más chica, acomoda todo, y se carga la mochila, decide ir corriendo junto con su mejor amigo el balón hacia su casa. No tenía problemas en dominar la pelota en el camino a casa, le era muy fácil y al ocultar su cara con la gorra pasaba por un chico con cabello largo, sin embargo, al llegar al parque para ir mas derecho, ya estando oscureciendo, unos chicos la pararon. Rodeándola eran cinco, cortándole el paso, ella no dejo de mirar al piso, para evitar ser descubierta.

-Vaya, vaya, mira que tenemos acá, niño, ¿no es muy tarde para andar solo por ahí? -

-Eso a vos que te importa- Sin embargo, no levanto la cabeza, había forzado al vos, para soñar más aguda de lo que de verdad era.

-Ahí sí, mira que miedo tengo- al decir eso, el brabucón se acercó y empujo a la chica, quien levanto la cara mirándolo furiosa, y todos se sorprendieron.

-¿Qué? ¿Una chica? Esto se pone divertido-

-Oye, vámonos es una niña-

-Sí, no tengamos líos por esto-

-¡CALLENSEN! Yo haré lo que quiera- al decir eso la miro con arrogancia y se fue acercando a ella, la niña, se paró y lentamente limpio sus ropas sin importarle que se acercara a ella ese chico de tamaño más grande.

/

Vemos a Roberto entrar a la casa antes descrita como algo grande y de una heladería al frente de esta.

-Ya llegué- dijo y dejo sus zapatos en la entrada, miro al piso y vio que había tres pares más de zapatos, y frunció el ceño al ver que faltaba unos. Vemos acercarse una mujer de cabello castaño y ojos color chocolate lo miro.

-Oh Roberto, pensé llegabas mañana, ven pasa, ¿cómo has estado?- El hombre miro a la mujer y soltó un suspiro.

-Sakura, cuanto tiempo, yo, vi que faltan sus zapatos- La mujer abre los ojos enormes, mira la hora y frunce el ceño con preocupación.

-Oh no, ya es tarde, ¿dónde se abra metido? Me preocupa-

-¿Quieres que vaya a buscarla?- la mujer niega con la cabeza, vuelve a mirar el reloj y decide llamar a la mas chica de la casa.

-¡Maka! Cariño ¡ven aquí!- Al decir eso, una niña de unos nueve años de largo cabello castaño y enormes ojos color amatista bajo, llevaba una falda tableada y una camiseta de futbol de los brancos.

-¿Qué sucede mamá?- La joven miraba a su madre con extrañeza.

-Maka, ¿tú has visto a tu prima? - La niña abre los ojos enormemente al escuchar eso.

-¿Aun no llego? Ya debe venir en camino seguro se le paso la hora- La niña volvió a subir a su habitación, dejando solos a los adultos, quienes miraban preocupados la hora.

-Esperare 30 minutos, sino saldré a buscarla-

-De acuerdo, creo que está bien, de verdad lo siento, ella no suele desaparecer así-

-Lose, es mi culpa, me la cruce en la cancha del Nankatsu y estaba tomando alcohol-

-Oh cielos, que complicado es todo- y diciendo eso fue a la cocina a seguir con la cena.

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El más grande le pego en la cara, mandándola al suelo nuevamente, riéndose de ella y pateándola estando en el suelo, en el estómago, él quería escucharla llorar, sin embargo, la niña no lloraba.

-¿Por qué no lloras? Grita, pídele ayuda a tu papito, ¡HAZLO!- Estaba realmente furioso, sus supuestos amigos, no quisieron participar de ese abuso y se fueron corriendo, el, sin embargo, ni lo noto, solo veía a la niña furioso, ella para su enojo, se levantó como si nada, escupió sangre del labio partido y con una sonrisa ensangrentada le respondió.

-¿Por qué debería de molestar a mi padre con una escoria como tú?- No solía insultar, pero él se lo tenía merecido, y dando un salto, le pego una patada en la cara que lo tiro al suelo, el chico no podía creerlo, con la mano intentaba parar la hemorragia nasal que se le hizo, iba a levantarse cuando recibió otra patada en el estómago que lo dejo doblado en dos, tranquilamente la chica tomo sus cosas, su pelota y siguió su camino como si nada.

-Deja de ser un brabucón, no te queda- Apresuro el paso aún más, para poder llegar a su casa, se le había hecho tardísimo y la regañarían, sobre todo él. Salió del parque corriendo apresuradamente, incluso sin dejar de dominar la pelota en el proceso, solo le faltaban unas cuadras para llegar.

Apresuro más el paso, y entro corriendo a la casa, iba a entrar a la puerta cuando se topó con Roberto y Sakura en la entrada, ambos mirándola preocupados, más al ver que tenía hinchado y lastimado su labio y mejilla derecha, ella los vio con culpabilidad por un momento.

-Cariño, ¿Qué te paso?- Sakura miraba a la niña con ojos muy preocupados.

-No, no pasa nada, sucede que se me hizo tarde quise atajar por el parque y distraída con la pelota me llevé un banco puesto y me caí de cara, lo siento tía, no quise asustarte-

-Oh cielo, ve a bañarte y curare esa herida-

-Estoy bien, no te preocupes, de verdad-

-A mí no me mientas, ¿cómo te hiciste eso?- No creyéndose él fue a enfrentarla, la mujer los miro a ambos sorprendida.

-Pff, ¿Quién quiere engañarte a ti? Eso fue lo que paso- Roberto se acercó más a la cara de la niña y miro detalladamente el golpe.

-Sanae, di la verdad, eso no parecen solo raspones- estaba realmente preocupado por ella.

-Ja, esta es la verdad, puedes creerme si quieres Roberto- y diciendo esto se fue hacia su cuarto, dejo sus cosas, tomo su ropa y entro a bañarse. Vemos a Sanae mirándose en el espejo del baño, era de cuerpo entero, así que podemos apreciar que en el estómago tiene un enorme hematoma morado y en el rostro hinchado y morado igual.

=no puedo dejar que sepan de este, ese tonto arruina todo, nunca dejare que un brabucón me gane, o dejo de llamarme como me llamo, Sanae Nakazawa=

La joven sale del baño con su pijama de dos piezas celeste con pelotas por todos lados, su prima a su lado, usaba uno igual al suyo, pero rosado con mariposas, cuando su tía termina de curar su boca, todos se sientan a comer.

-Sanae, ¿estás bien?- El hombre de la casa, la mira con preocupación.

-Si tío, por supuesto, esto no es nada, sabe que soy muy dura jeje- sin embargo, le costaba un poco comer, porque al tragar dolía todo su abdomen, claro que nunca lo demostró.

-Bien, cariño come mucho, hoy no has desayunado-

-no es nada tía, no se preocupe por mí- Roberto no dejaba de verla, con el ceño fruncido, pero tampoco se unía a la conversación.

-Mamá, mamá, en la escuela abra un campeonato de futbol y dijeron que las niñas podíamos participar, ¿me dejan?- ambos padres se miran entre sí, ven a su hija y deciden dar su respuesta.

-Por supuesto Maka-chan, serás una gran jugadora-

-¿Enserio mamá? Y tú, que dices ¿papá?- El hombre miro a su hija, a su esposa, a Roberto y por ultimo a Sanae, quien lo miraba expectante, y sabiendo lo que le pasaba a ella, era imposible negarle nada a su hija.

-Claro que, si cariño, como crees que me negaría, serás la mejor-

-¡Gracias! Claro que seré la mejor, papá, si Sanae nee-chan a estado enseñándome-

-Felicidades Maka-chan, oh cierto, ya que todos están aquí, quiero decirles que, yo también me uniré al equipo de la escuela- Roberto abrió grande los ojos al escuchar eso, se paró de golpe y apoyando las manos en la mesa, la miro.

-NO, ¡no puedes hacer eso!- Sanae frunció el ceño al escucharlo negarse, ya sabía que se negaría.

-¿perdona? Creo que ya no tienes ese derecho-

-¿Cómo? Por supuesto que tengo el derecho, yo tengo la tutoría-

-¿Y? hace casi dos años que no aparecer por aquí y eh cumplido cada capricho que me has pedido, de ahora en más, are lo que yo quiera- se levantó también de la mesa, no había terminado su cena, pero ya no comería más.

-Sanae! Ven aquí! Sanae! Te estoy hablando! No puedes, ¿me oyes? Sanae!- la chica quien había avanzado hasta las escaleras se detiene y se da la vuelta.

-Sanae, Sanae, Sanae, Sanae, vas a gastar mi nombre! Si puedo, si are lo que quiera, porque debería de acerté caso a ti?- ella no se había movido del lugar en el que estaba y lo miraba desafiante.

-porque? Porque soy yo quien manda aquí, quedamos en que si no me vences no podrás participar de un equipo-

-ambos sabemos que a esta edad es imposible vencerte, dijiste que, si me dejaba el pelo largo, podría participar de un equipo, aquí esta, larguísimo, así que déjame hacerlo- el hombre miraba sin saber que hacer a la chica, cerrando los ojos suspiro.

-Sanae, espera a la preparatoria, ahí están los clubes de futbol femenil, podrás jugar ahí, es lo más seguro-

-¿lo más seguro? ¿me discriminas por ser una chica? - con enojo la niña agarro las tijeras de la mesita donde estaba apoyado el teléfono, todos miraron consternados como ella, se cortaba su propio cabello por debajo de las orejas, un poco más arriba de los hombros y el resto del cabello lo tiraba al piso con rabia.

-Entonces, ¡me vestiré de chico!- y al decir eso subio a su cuarto sin voltear a la sala.

Continuara…..