Nota:Hola! Esta idea se me ocurrió cuando leía un libro (que al final no lo termine porque me pareció muy soso). Es un RxFem27, en esta historia Reborn no es el típico de la mayoría de los fics, ya saben, el sexy y espartano Reborn que solo le importa el sexo. No sé porque la mayoría de los fic con Reborn son así, o sea el si es un espartano, pero porque tiene que entrenar a Tsuna… yo lo veo diferente… Supongo que más normal. Obvio que va a seguir siendo sexy *3* pero más normal.

Titulo:¡Felicidades, estas oficialmente casada!

Autora: Mika Ryugamine

Advertencias: Ninguna

Summary: Colonello no tuvo la mejor idea que casar a su hermana con su mejor amigo. Reborn no estaba preparado para un matrimonio. Pero ¿Sucumbirá al encanto de Tsu-chan o ese matrimonio será un fracaso? Solo ellos dos pueden saberlo…

¡Felicidades, ya estas oficialmente casada!

Tsunayoshi no lo podía creer. Lo que hizo fue una locura, pero no es momento de arrepentirse. Lo hecho, hecho estaba. Ella dejo el convento en donde había vivido desde que salió de la escuela secundaria. Tsunayoshi creyó que sería feliz con esa vida, cuando empezó como novicia. Cuan equivocada estaba.

Ya estaba en sus veintidós años y con deseos de una familia.

Un esposo.

Hijos.

Un hogar.

El problema es que ella no sabía cómo vivir afuera. No sabe trabajar, no tiene ninguna especialidad en sus estudios. En resumen, quedo estancada en el convento. Suerte que tiene un hermano que se mantiene siempre en contacto con ella.

Bueno no el hermano más inteligente de todos, ni el más lúcido. Pero al fin de cuentas es su querido hermano, por eso que cuando le hablo de su problema, Colonello no tardo ni un segundo en decirle que se case.

Ella muy ingenua acepto, después de firmar los papeles que la harían oficialmente una mujer casada, se dio cuenta que a parte de la foto que le había mandado su hermano de su esposo; realmente no lo conocía. Solo se dejo guiar por su querido hermano, él dijo que Reborn Arcobaleno era un hombre de confianza. Que se iban a llevar bien, que él estaba completamente seguro de eso.

Su hermano a veces puede ser muy testarudo.

Tsuna miro por la ventana del micro en donde viajaba. Suspiro. ¿Acaso no hubiera sido mejor que su hermano la ayude? Aunque viéndolo desde otra perspectiva, no tendría que soportar a la pesada de su cuñada. A veces Lal Mirch puede ser un dolor en el trasero. Y ella no quería regresar a casa de sus padres.

Colonello le había dicho que Reborn era un hombre muy apuesto, que iba a cuidarla muy bien. Que ella no se tenía que preocupar por nada.

El micro paro y supo que había llegado a la estación de micros. No conocía a Reborn personalmente así que no estaba muy segura de poder reconocerlo ya que en la foto en la que está con su hermano parece bastante joven, esa foto era de cuando Collonelo recién empezaba la universidad. Lo que le hace preguntarse es porque su hermano nunca lo presento a la familia. Por la descripción que le dio su hermano savia que llevaba traje negro y una fedora con una franja anaranjada. Se bajo del micro, sosteniendo su mochila con sus pocas pertenencias y camino hasta la entrada de la terminal. Se quedó viendo para todos lados, habían muchos con trajes pero nadie con fedora. A lo lejos pudo ver la cabeza rubia de su hermano y su típica vestimenta militar. Él llegó corriendo hasta quedar en frente de ella.

"¿Hermano?" pregunto la castaña sorprendida, se supone que su hermano se iba a ir a visitar a su abuelito, que en estos momentos está en Italia.

"¿Sorprendida?" él la miró sonriente "es hora de irnos, kora"

"Y donde esta mi... marido"

"Ah Reborn se retraso, kora" Colonello emprendió la marcha con paso rápido. Tsuna lo siguió casi corriendo, hasta que salieron del lugar y llegaron a la vereda. No muy lejos los esperaba un Mercedes Sport negro. Colonello se subió del lado del conductor y Tsuna del lado del acompañante.

"¿A dónde vamos ahora?" Pregunto Tsuna.

"A tu nueva casa, kora"

"Hermano, ¿puedo preguntarte algo?"

"Ya lo estás haciendo kora" Tsuna largo una pequeña risita y continúo.

"¿Por qué querías que me case con tu amigo?"

"Bueno, tu pequeña necesitas a alguien que te cuide y el realmente necesita una esposa" Colonello siguió conduciendo hasta el centro de Namimori.

Namimori fue el pueblo en donde se crió y paso toda su adolescencia, hasta que decidió hacerse monja.

Ya para el último año de escuela ella solo había tenido un novio. No hacían mucho, solo se besaban. Tal vez por eso Kyoya la dejó. Ella se negaba a tener relaciones sexuales, más por miedo e inseguridad que por otra cosa. Él un día la dejo, alegando que no andaba con herbívoras. Al mes ella decidió que lo mejor era recluirse en un convento. Si, tal vez suene un poco cobarde pero de todas formas era algo que ya no podía arreglar.

Y ahora cuatro años después, se encuentra casada con un matrimonio arreglado, un esposo que ni conoce y un futuro incierto.

Que dios la ampare.

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Cuando llegaron a lo que era un vecindario tranquilo y con casas bajas, ya estaba atardeciendo. Ella junto con su hermano había hecho una parada para comer algo en la cafetería que solía ir cuando era adolecente.

Aparcaron en una casa muy linda de dos pisos, un patio delantero y uno en el costado de la casa.

Cuando era una niña siempre soñó con este tipo de casas. Una casa grande, un patio y un gatito. Bueno ya tenía la casa y el patio, lo único que le falta era el gato.

Llegaron hasta la puerta y Colonello saco un juego de llaves de su bolsillo del pantalón.

Había un pequeño recibidor, los dos se sacaron sus zapatos y fueron hasta el comedor.

"¿Puedo pedirte un favor Colonello?"

"Pide lo que sea kora"

"Podrías ir hasta nuestra casa y decirle a mamá que me empaque mi antigua ropa y me la mande"

Colonello pareció dudar un segundo.

"¿Y eso porque kora?"

"Sabes que no podía usar ropa común, así que sólo tengo esto que llevo puesto." Se señalo a ella misma. Colonello la miro.

"Bueno esa ropa esta espantosa, pero no te preocupes kora, le voy a decir a Reborn que te compre lo que necesitas"

"¡No!, no quiero causar problemas" ella negro con la cabeza y movió los brazos alterada.

"No va a ser un problema para él kora" Colonello se levantó y agarro las llaves que había dejado en la mesa de la sala. "ahora son tuyas" dijo tendiendo las llaves en las manos de Tsuna. "Bueno adiós, ya me tengo que ir"

"¿Eh? No te vayas, no quiero estar sola"

"No te preocupes, en un rato viene Reborn kora" y así su hermano se largo.

Tsuna miro a la casa, todo estaba tan en silencio. Si esto era el primer día, ni quería pensar en lo que venía después.

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Reborn quería matar a su estúpido amigo y a su jefe. Entre los dos lo convencieron para que se casara con la hermana menor/nieta de ellos.

Los dos estaban seguros que necesitaba una esposa, alguien que lo cuide y mitigue un poco esa soledad. Y según Timoteo, su nieta es alguien muy especial. Nono estaba seguro que los dos son como almas gemelas.

Reborn obviamente no cree en esas estupideces, pero no pudo ir en contra de los deseos de un anciano. Y para peor su "amigo" lo metió en todo esto.

Reborn nunca miro una foto de la chica en cuestión. Solo sabía que se llamaba Sawada Tsunayoshi, que era monja (bueno ya no mas) y que tiene veintidós años. A parte de eso, nada más.

Aparco su coche frente a casa. Las luces estaban encendidas, lo que significaba es que la chica ya estaba ahí. Hace una hora Colonello le había mandado un mensaje diciéndole que su nueva "esposa" estaba en su nuevo nidito de amor. Maldito desgraciado, seguro que se divierte con todo esto.

Reborn bajo del auto y entro a su casa. En el instante que piso el suelo de la entrada le llegó el delicioso olor a comida. León levanto su calesita del hombro de su dueño. El pequeño camaleón lo miraba curioso. Normalmente no había nadie cuando ellos llegaban a casa. Reborn pasó por la sala hasta llegar a la cocina.

Ahí parada había una chica menudita, con cabello castaño largo. Pero eso no fue lo primero que vio Reborn, si no el redondeado trasero de ella. Y a pesar de que estaba enfundada en una pollera larga que le llegaba hasta los tobillos, no le sacaba encanto a esa suculenta cola. Hubiera seguido mirándola si no fuera por el espantoso chillido que largo.

Tsuna estaba felizmente haciendo una comida. Y aunque había perdido un poco la mano, se acordaba perfectamente todas las recetas que le enseño su querida madre.

Estaba cortando unas papas, cuando sintió que la estaban observando. Se dio la vuelta, encontrándose con un hombre, asustándola hasta el demonio.

"¡HIII!"Grito mientras retrocedía y en el proceso se le caía las papas y el cuchillo.

El hombre izo una mueca y la miro fijamente.

"Si que eres Dame"

Tsuna se sonrojo ante el apodo que le dio. Seguro que no lo sabía, pero era así como la llamaron en toda sus infancia. Ella era la Dame de toda la ciudad. Se puso nerviosa al darse cuenta que la estaba mirando fijamente. Así que tomo toda su valentía y se le acerco.

"Sawada Tsunayoshi, mucho gusto" dijo con toda la seriedad que pudo mientras extendía la mano. El hombre la miro por lo que pareció unos eternos minutos, y después se largo a reír. Ah ¡reír!, se estaba burlando de ella.

Tsuna bajo la mano al ver que no la estrecharía, lo miro cohibida, pero más que nada un poco decepcionada. No esperaba que el primer encuentro con su "esposo" él se le riera en la cara.

Dio unos cuantos pasos atrás y espero a que él se calmara. Estaba haciendo todo lo posible por no largarse a llorar.

Reborn se recuperó de su ataque de risa, la verdad no esperaba ver esa expresión en un conejito como lo es ella. Cuando la volvió a mirar ella estaba bastante lejos, y los ojos acuosos.

Rayos, solo esperaba que no se largue a llorar. No soporta el llanto en las mujeres, siempre lloran por todo. Se aclaró la garganta y le habló con vos calmada.

"Yo me voy al comedor, termina de cocinar"

Ella asintió y él se largo lejos de ella. No quería estar cuando se derramen sus lágrimas.

Realmente no soporta a las débiles.

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Tsuna pelaba una papa nueva con toda la furia que podía llegar a tener en ese momento gracias a su nuevo Marido.

"Idiota" murmuro. Después de un rato se tranquilizo un poco y se auto recrimino por haber dicho esa palabrota. Si la Madre superiora la escuchara seguro la mandaría a trapear los pisos de todo el convento.

La verdad es que ella nunca había llorado… bueno solo una vez. Cuando su ex novio la dejo.

No quería recordarlo, pero lo hizo.

Media hora después ya tenía la comida lista, fue hasta el comedor con los platos, cubierto y vasos y los deposito en la mesa. Miro para todos lados, Reborn no estaba ahí. No le dio mucha importancia y siguió con lo suyo. Cuando regreso la comida tampoco había señales de su esposo. Fue hasta el cuarto que suponía que era del hombre y en un descuido entro sin tocar antes. Cuando abrió la puerta se llevo una gran sorpresa al ver que Reborn estaba solo con unos bóxers, su cabello húmedo caía sobre su rostro y una toalla alrededor de su cuello.

Tsuna miro de arriba abajo el cuerpo de su esposo, ya se había dado cuenta que era mucho más alto que ella, pero lo que no había notado cuando lo vio más temprano es los músculos bien definidos, los six packs en su abdomen y… ese bulto que a pesar de estar tapado se podía apreciar su contorno.

"Y-yo… ¡lo siento!" grito y salió corriendo rumbo a la cocina.

Reborn se quedo parado en donde estaba, después de salir de la cocina se fue a su cuarto a bañarse, se tardo su tiempo pensando en muchas cosas. Ya para cuando salió había pasado media hora, cuando se estaba secando vio como la puerta se abría. Su esposa lo miro si ningún tipo de pudor "y pensar que esta chica era monja", vio como ella se puso de todos los rojos posibles y salió corriendo.

Reborn suspiro y termino de cambiarse.

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Los dos estaban a mitad de su plato. Ninguno hablo. Reborn tenía que admitir que la chica cocinaba excelente, la miro de reojo y pudo notar como su rostro seguía un poco colorado.

"La comida está muy rica" trato de sacar conversación.

"Mmm… gracias" la chica se puso más roja. Ninguno de los dos sabía muy bien de qué hablar.

Él casi nunca hablaba con las mujeres, solo se las llevaba a la cama y ella… bueno digamos que la vergüenza y el recuerdo de él semi desnudo, le pudo más.

Al final Reborn decidió hablar.

"¿Por qué te saliste del convento?" ella lo miro por unos segundos y después volvió su atención al plato.

"Bueno yo… en realidad quería formar una familia. Después de cuatro años me di cuenta que ser una monja no era lo mío, que había tomado una decisión muy apresurada al recluirme de en ese lugar"

"¿De quién escapabas?" ella lo miro sorprendida ¿Cómo-? "eres muy fácil de leer" Reborn largo una pequeña risilla al ver la cara de consternación de la chica.

"¿En serio?"

"Si y no contestaste mi pregunta"

"Yo… yo tenía un novio" Reborn noto que de repente se puso triste, bueno era de esperarse que tuviera un amor. Uno de verdad, no como su matrimonio que estaba arreglado. Le hizo una seña para que continuara, ella dudo un poco, pero igual siguió "ya teníamos como tres años de novios y en todo ese tiempo nunca hicimos… eso" Tsuna desvío la mirada, se había vuelto a avergonzar.

"¿Eso?" Reborn se sorprendió por lo que le dijo… acaso ella era-

"Si… emm sexo" dijo lo último en un susurro "él quería, pero yo no así que termino la relación"

"¿Solo por eso?"

"Yo lo amaba" dijo Tsuna en un susurro lastimero. Reborn compartió sus dolor, por que el también sabe lo que es estar enamorado de alguien imposible. Él también tuvo un amor, pero ella ya tenía a alguien más y también una hija. Sabía muy bien que alguien como Luce nunca lo querría de otra manera que no fuera como amigos.

También sabía que esa chica que estaba a su lado y que ahora es su esposa, tampoco lo iba a amar. Nunca iba a conocer al verdadero Reborn.

Pero… al ver esa sonrisa tan sincera y esos ojos tan llenos de vida, se replanteo el hecho que lo más probable fuera él el que termine enamorado.