Grecia
Disclaimer: todo pertenece a J. K. Rowling.
Esta historia participa en el reto Amor es amor del foro Hogwarts a través de los años.
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Cuando Blaise entra en la habitación Theo está tendido en su cama mirando a la pared y tarareando por lo bajo esa antigua canción de amor que su madre solía cantar. Blaise sabe lo que eso significa: Theo no puede más. Su fachada de chico frío al que nada le importa se ha derrumbado y ahora los sentimientos lo invaden: miedo, tristeza, dolor, odio, rencor. Ya ha pasado otras veces, serían menos si en lugar de encerrarse en sí mismo Theo decidiera hablar con alguien, con Daphne que es su mejor amiga o con el propio Blaise, pero es testarudo y prefiere arreglárselas solo antes que preocupar a los demás.
El muchacho suspira y se acerca a su novio. Theo no es precisamente una persona fácil de tratar cuando está en uno de esos días pero Blaise hará todo lo que pueda para hacerlo sentir bien otra vez.
Espera abrazarlo por detrás y pillarlo por sorpresa pero Theo lo ha debido de oír porque cuando se acerca a la cama deja de tararear y se incorpora . Hay tanta desesperación en sus ojos que Blaise siente el impulso de echar a correr y alejarse de él lo más rápido posible. Él nunca ha sido una persona sentimental. Siempre ha huído de la tristeza propia y ajena. No obstante, esta vez es diferente, se trata de Theo. Se sienta a su lado y comienza a hablar.
Blaise ya ha pasado por esto otras veces. Sabe que hacerle preguntas es inútil, que no contestará. Así que comienza a contarle cosas: pequeños chismes que ha oído en la sala común, noticias que su madre le escribe en sus cartas e incluso le habla sobre la pintada que los miembros del Ejército de Dumbledore han hecho en la pared frente al despacho del director Snape. Por último, cuando ya no sabe de qué más hablarle le habla del futuro.
Es extraño, porque Blaise nunca ha pensado en el futuro, pero ahora que se lo cuenta a Theo es como si siempre lo hubiera tenido claro: los dos solos en un apartamento del Londres mágico. Theo puede seguir con los negocios de su padre y él quiere montar una tienda de antigüedades mágicas y objetos raros en general. Uno de los maridos de su madre se había dedicado a eso y había sido el sueño de Blaise cuando era más pequeño. No lo había vuelto a pensar desde hacía años mas la idea le sigue llamando la atención. Le habla a Theo de su futura vida cotidiana, de los desayunos en la cama y las charlas después del trabajo antes de hacer el amor. Le dice que si tienen dinero, con la herencia de Theo seguro que lo tienen, podrían ir a conocer Estados Unidos o China o cualquier país que Theo quiera visitar.
–Grecia –dice Theo.
–Grecia –Repite Blaise.
Theo asiente con la cabeza. Blaise lo abraza y Theo lo besa en los labios. En los días siguientes no vuelven a hablar del tema, ni de la tristeza momentánea de Theo ni del apartamento en Londres y la tienda de antigüedades. Sin embargo, cuando la guerra termina Blaise se presenta en casa de su novio con una maleta y la localización de un traslador que los llevará a ambos a Atenas.
