Jenny había sido, desde el día que "nació", muy impulsiva. ¿Pero tener una hija mestiza con un humano? Eso era demasiado para su padre. Un problema tras otro venían al Doctor por culpa de su hija. ¡Se suponía que Jenny estaba muerta! Ahora su nieta estaría cometiendo las mismas estupideces que su madre, a lo mejor peores. ¿Qué podía hacer, si ambas tenían la mentalidad del Doctor? Ahora, no sólo debía encontrar a la niña, sino arreglar también las locuras que habrá cometido.


Lena se sentó en el porche de la cabaña. Hacía tiempo que no pensaba en por qué su madre la había dejado con su abuelo y sus tres hermanos, a pesar de ser de otro planeta. Aun así, ella parecía ser la normal de los cinco.

Acababa de cumplir los 7 años en el calendario terrestre. Igualmente, desconocía cómo funcionaba el tiempo en el lugar del que seguramente procedía. Le gustaba pensar que era como todos los demás niños, excepto porque ella tenía dos corazones. Aunque le parecía extraño que su hermano fuese humano como su padre, a pesar de haber nacido de la misma madre. Entró en la casa y cogió su cuaderno y empezó a leerlo. Era especial, como ella. El día que nació,su madre se lo regaló. En él, Jenny apuntó todo lo que vio en sus viajes. Habían millones de lugares, seres y nombres. Pero sólo tres aparecían en todas las páginas: TARDIS, Señor del Tiempo, y Doctor. ¿Doctor? Había oído muchas veces en las historias de los hombres de la Gray Terminal acerca de un hombre que viajaba en una cabina azul. Aquel hombre era temido en todo el universo y su nombre se mencionaba en miles de millones de leyendas. En el cuaderno de su madre se mencionaba que él se había cruzado con ella hacía ya muchos años, que era como ellas. Seguramente algún día se cruzaría con él. Sonrió para sus adentros. Le encantaría conocerle.

-¡Lena! - gritó una voz infantil. Era su hermano mellizo, Luffy, que agitaba la mano a modo de saludo. Tras él venían Ace y Sabo cargados con una especie de oso gigante.

-¡Oi, Luffy! - gritó la niña mientras le devolvía el saludo-¿Qué habéis conseguido para cenar?

Ace y Sabo soltaron al animal junto en la entrada. Sabo le dijo sonriente:

-Es un oso pardo de las profundidades de este bosque. Creo que a Dadan la va a encantar.

-¡¿QUÉ DEMONIOS ES ESO? - gritó Dadan desde la casa- ¡Ese bicho es demasiado grande para meterlo en casa, idiotas!

Ace, Sabo y Luffy se quedaron boquiabiertos. Estaban tan emocionados pensando en lo bueno que estaría ese oso que no pensaron en el tamaño. Lena soltó una risita divertida. Le encantaba estar en ese lugar.


-Menuda bestia es esta niña- murmuró el Doctor mientras sujetaba entre sus manos un cartel de se busca-. Monkey D. Lena, procedente del East Blue. Valor de su cabeza: 270 millones de Berris.

-¿Quién o qué es?- dijo Amy observando el cartel. El Doctor frunció el ceño. Amy se quedó boquiabierta-. No puede ser...

-No es mi hija, Amy. Bueno, tiene mi sangre pero no es mi hija. Es mi nieta.

Amy soltó una carcajada.

-¡¿Tú, una nieta?¡Pensé que eras el útimo de tu especie!

-Pues eso creía yo también, pero bueno...

-Por cierto- dijo Rory observando el precio de la joven-, ¿en qué lugar se usa el Berri como moneda?

-En un planeta llamado Terral Unique, ya que sólo tiene un continente. El resto son 5 océanos llenos de islas habitadas por gigantes, sirenas, tritones,monstruos marinos e incluso ángeles.

Rory tragó saliva. Había tenido muchos sobresaltos en su vida, como haberse convertido en una arma alienígena con aspecto de centurión o tener una hija medio Señor del Tiempo, incluso haber muerto diversas veces; pero tener que ir a un sitio así, era demasiado arriesgado, incluso para el Doctor.

-¿Y a qué esperamos para partir?-dijo Amy con entusiasmo. Rory quiso protestar, pero Amy estaba demasiado entusiasmada como para que cambiase de opinión.

Dicho esto, el Doctor se levantó de su asiento y empezó a pulsar los botones y a bajar manivelas que controlaban a su vieja amiga. Rory suspiró. Ya había muerto antes, así que le daba igual una vez más.

Habían pasado 10 años desde la muerte de su hermano Sabo y Lena se había convertido en una joven alta y esbelta, de cabellos rubios y ojos castaños. Hacía ya dos años y medio que salió al mar en busca de aventuras. Tras una seria discusión de Ace y Luffy en Arabasta, había pasado a formar parte de la tripulación de su hermano mellizo y, después la batalla en Ennies Lobby, la marina le había puesto un valor de 270 millones de Berris a su cabeza. Ahora se dirigían hacia la isla Gyojin en busca de aventuras.

Observaba el mar desde el mirador del Sunny Go, cuando Nami abrió la puerta.

-Lena, es hora de comer- dijo mientras señalaba hacia el comedor.

-Vale, ahora bajo.

Nami salió y Lena cerró su viejo cuaderno. Cuando empezó su viaje, empezó a escribir acerca de su viaje en él. Era su tesoro.

Bajó a cubierta y se encaminó hacia el comedor, cuando una ráfaga de viento la empujó hacia atrás, tirándola al suelo. Empezó a sonar un ruido extraño, parecido al de una respiración fuerte. "El sonido de su vieja amiga", pensó mientras rozaba con los ddos el cuaderno. Lena levantó la vista y vio, frente a ella, una cabina azul de la que salió un hombre alto, de cabello rubio y ojos verdes. Vestía una chaqueta de tipo profesor de Universidad. Llevaba una pajarita roja y unos tirantes que le sujetaban sus pantalones negros. Miró directamente hacia rostro de la niña, que lo contemplaba con sorprendida. "Son idénticas", pensó.

-Monkey D. Lena, estás en una problema del que no te podrás librar-dijo el hombre serio y enfadado.

Todos salieron a ver lo que pasaba en cubierta. Lena seguía sentada en el suelo, pálida y sin palabras. El hombre levantó una ceja, extrañado. Vio el cuaderno tirado en el suelo, lo recogió y empezó a ojearlo.

-¿Esto es de Jenny?- preguntó el hombre. La joven asintió, confusa. No notó lo que pasaba hasta que no observó bien la mirada de la niña-. Oh, perdón por no presentarme. Soy el Do...

-El Doctor-lo interrumpió Lena, dejando estupefacto al Doctor. Su tono de firmeza en la voz era como el de su madre-. Sé quién eres. Mi madre te menciona muchas veces en ese cuaderno.

-No pone quién soy para ella, ¿verdad?

Lena negó con la cabeza, todavía más extrañada que antes. Amy salió de la TARDIS atraída por el sonido de las olas del mar. Rory la siguió, un poco desconfiado.

Sanji, en cuanto vio a la joven escocesa, sus ojos se transformaron en corazones y se lanzó a por la joven. Rory se lo impidió, enfadando al cocinero, pero cuando Sanji vio el anillo en la mano de Amy y retrocedió instintivamente. "Bueno, todavía tengo a Nami-san y Robin-chan..." pensó esperanzado.

-Vaya, Doctor. Así que tu nieta es pirata-dijo Amy mirando hacia la bandera que colgaba del mástil-. Eso explica el cartel de Se Busca.

Luffy se quedó boquiabierto. ¡¿Nieta? ¡¿Ese hombre tan joven era su abuelo?

-He leído muchos restos arqueológicos en los que se menciona tu nombre y se dice que eres el único que quedó de los tuyos-dijo Nico Robin, que se adelantó para mirar cara a cara al supuesto abuelo de Lena-. Además, en cada civilización, tu rostro cambia, pero lo que es igual en todas es que te nombran como el destructor del universo. A todo esto, exactamente, ¿Quién o qué eres?

-Muy buena pregunta. Eres una chica lista, muy lista. Pero demasiado curiosa. Controla tus ansias de investigación, pueden matarte.

-¡TÚ, CUIDADO CON LO QUE LE DICES A ROBIN-CHAN!-lo interrumpió Sanji enfadado, pero el Doctor lo ignoró y siguió hablando:

-Soy el Doctor, un Señor del Tiempo. Viajo por el tiempo y el espacio en la TARDIS, esa cabina de allí. Sí, es más grande por dentro, pero a lo que íbamos. Vine en busca de una chica llamada Monkey D. Luna y a su hermano, Monkey D. Luffy.

Lena se levantó con la ayuda de Luffy, que le preguntó con curiosidad:

-Ese loco de la pajarita, ¿lo conoces?

-Su nombre aparece en el cuaderno de mamá. Hay diversas imágenes de las diferentes caras de ese hombre, pero ninguno coincide con la de ahora. A lo mejor puede cambiar su rostro.

El Doctor se giró a ver lo que murmuraban esos dos a sus espaldas. Lena dio un respingo y le dijo a Luffy:

-No sé qué quiere, onii-chan, pero si es nuestro abuelo, mejor que no le hagas nada. A lo mejor es como el abuelo Garp.

Luffy frunció el ceño. Con un tipo como Garp era suficiente. El Doctor los examinó con atención. "Él no parece ser como ella."pensó el Doctor "Pero sí que son hermanos de sangre... Entonces, ¿qué es? Debo escanearlos a ver si obtengo más respuestas a mis preguntas."

El Doctor sacó discretamente el destornillador sónico y apuntó hacia los dos hermanos, pero Lena se dio cuenta en cuanto empezó a sonar ese curioso ruido que emitía el aparato.

-¿Se puede saber qué demonios haces?- dijo arrancándole el destornillador de las manos. Luffy se levantó preparado para el ataque.

-No os preocupéis. No es un arma. No voy armado. Nunca lo estoy-dijo con rapidez el Doctor. Le había dado el tiempo suficiente como para ver el resultado del escaneo-. Lena, por curiosidad, ¿cuántos corazones tienes?