Los personajes aparecidos en este fic no me pertenecen a mi - a excepción del joven Takeshi - sino a Masashi Kishimoto, autor de Naruto y Naruto Shippuden.


Mi familia es un poco rara...
Extraña, podría decirse, pero según mamá, nosotros solo somos especiales. Sí, especiales porque no somos como los demás y tampoco nos importa mucho lo que digan.

Mi madre es, o era, una kunoichi. ¡De las mejores de toda Konoha! ¡Incluso llegaron a proponerle ser parte de un escuadrón AMBU, los mejores ninjas de la aldea! ¿Os imagináis que hubiese aceptado? Qué honor... Pero, por mi culpa, tuvo que rechazar ese puesto tan importante. Ella dice que no, que simplemente no se veía preparada para un cargo así, pero no me engaña. Yo sé que habría estado encantada de serlo.
Que yo sepa, la madre de ninguno de mis amigos es un AMBU, ni siquiera son ninjas de alto nivel, tan sólo amas de casa, lo que viene siendo normal, vamos. Pero no, mi madre siempre ha sido especial, como nosotros.

Mi padre... Bueno, no veo mucho a papá porque, según sé, trabaja mucho, la mayoría del tiempo.
En Konoha todos dicen que él es un gran ninja, de los mejores nacidos en muchos años, y eso me llena de orgullo. Al fin y al cabo yo he heredado parte de su sangre, ¿no? De mayor quiero ser como él, tan fuerte y rápido, todo un prodigio, tal y como le llaman. Además, cada vez que le he visto caminando por las calles y todos cuchichean a su paso, con tan sólo mirarles se callan... ¡Increíble! Es mi padre, ¡pero apuesto a que debe darles mucho miedo!

Quizá sólo tenga seis años, pero no soy tonto, y también sé que parte del tiempo que papá tiene libre no lo emplea en mamá ni en mi. Siempre me han dicho que la relación de mis padres es complicada, y eso yo ya lo sabía. Siempre que se ven parece que algo va a explotar. Se quedan mirando durante mucho tiempo, serios y callados, y luego es mi papá quien se da la vuelta y se va por donde ha venido... Puede que a los habitantes de la aldea les de miedo por ser un Hyuuga, pero parece que a Padre le da miedo mamá. No lo entiendo, con lo buena persona que es...

Supongo no puedo quejarme de familia. Tengo muchos compañeros de clase que no tienen padres o que, simplemente, los han perdido en alguna batalla, como es el caso de Emi, mi mejor amiga y la hija de la Señora Sabaku No, o más conocida como la Señora Nara. La pobre perdió a su padre cuando acababa de nacer y no llegó a conocerle... Debe ser muy duro... Aunque eso no parece afectarle. Es feliz con su madre y tíos maternos, el Kazekage y el marionetista.

Ah, y hablando de compañeros de clase... ¡Hay una chica en mi clase que tiene mis mismos ojos! ¡Sí, sí, blancos, como los míos! ¿Qué coincidencia, no? Se llama Hitomi, y es una de las mejores alumnas de la clase. Los profesores siempre dicen que posee el control de chakra de un genio, como su padre.
Nunca entendí eso... El único genio que hay en Konoha es mi papá, Neji Hyuuga... ¿Acaso pueden existir dos genios a la vez? Una vez se lo pregunté a mamá, pero no me respondió. Sólo me puso excusas diciendo que era tarde y tenía que irme a dormir. ¡Pero si aún eran las ocho del mediodía! Sin embargo, al verle la carita de pena, no he vuelto a insistir más... No quiero verla triste.

De cualquier manera, Hitomi es un poco rara... No suele relacionarse con muchas personas de nuestra clase, sólo con dos o tres compañeros, como Taro Inuzuka o incluso Hikari Uchiha. No sé, parece muy callada y seria, o tal vez sólo sea tímida, ya que cada vez que le hablo se sonroja y tartamudea un poco... Es extraña, pero se ve hermosa cuando hace eso, me recuerda a su madre, esa que siempre va con papá por la calle.

Según escuché, Hitomi es, o será, una kunoichi excepcional. En las exhibiciones de la academia ninja siempre realiza unas técnicas impresionantes, ¡son increíbles! Todo el mundo le aplaude mucho, y tanto mi papá como la Señora Hyuuga sonríen orgullosos. A veces creo que mi papá sólo viene a verla a ella, porque cuando acaba con sus ejercicios de demostración siempre la toma en brazos y la sienta sobre sus rodillas... Le tengo un poco de envidia, ya que a mi nunca me trató así.
Pero, de una manera u otra, papá siempre se queda a verme a mi, y la mujer que le acompaña nunca se queja ni intenta irse. Tal vez yo no pueda mantener tan bien el control del chakra, pero mis senseis dicen que la puntería la he heredado de mi madre, y es eso lo que muestro en los festivales de la academia.

Tantos aplausos me sientan muy bien, pero lo que más me gusta de todas esas exhibiciones escolares es la sonrisa de mi madre... Igual o incluso más contenta que yo por haberlo hecho todo a la perfección. Ella siempre me ayudó a entrenar con las armas, y por ello sé que de verdad merecía ser una integrante del escuadrón AMBU.
Y papá también me mira y aplaude, no sonríe tanto como cuando sale Hitomi, pero sí que puedo ver el orgullo en sus ojos blancos, como los míos. Además, asiente con la cabeza cuando nota que le estoy mirando para ver si le gustó mi demostración de puntería, y ese gesto me basta para saber que realmente mereció la pena entrenar tanto. Aún así, me gustaría que me enseñase las mismas técnicas que a Hitomi... Algún día se lo pediré, a ver qué me dice.

Cuando el festival acaba, mamá me toma de la mano y vamos caminando hacia casa, que no está muy lejos de la Academia. Pero, como cada vez que una de esas exhibiciones termina, tomamos un desvío por los callejones más vacíos de Konoha. La primera vez le miré extrañado, pero ya aprendí lo que significaba eso.

Papá siempre nos espera en una de esas callejuelas, vestido con aquellas ropas tan bonitas que suele usar sólo en ocasiones especiales, como festivales o grandes eventos. Siempre me sonríe y yo corro a abrazarle. No me sienta sobre su regazo como a Hitomi, pero me alza del suelo y me rodea con sus brazos, tan cálidos; luego suele dejarme en el suelo de nuevo y ponerse a mi altura para colocar una de sus manos sobre mi hombro y decirme algo como: "Estás hecho todo un hombre, Takeshi. Lo hiciste muy bien".

Eso siempre me hace feliz, y es que, aunque no le vea mucho, sé que me quiere tanto como yo a él. Solemos hablar un poco cada vez que nos encontramos, le cuento cosas sobre la escuela, la casa, e incluso mamá, que aunque está presente en mis encuentros con él, jamás le mira ni le habla. No sé qué les pasa, pero no me gusta ver a mamá seria... Se ve más bella sonriendo.
Y, para despedirnos, papá siempre vuelve a abrazarme durante laaaargo tiempo, me acaricia la cabeza y me dice que me quiere mucho, que no olvide eso nunca, por nada del mundo. ¡Claro que no podría olvidarlo! ¡Es mi padre! Sé que me quiere, y esa es una de las cosas que me anima a seguir entrenando y esforzándome.

Definitivamente de mayor quiero ser tan poderoso e importante como él, sí. Aunque intentaría pasar más tiempo con mi familia...

Lo peor es que, cuando nos despedimos, tengo que volver a esperar mucho tiempo para volver a verle. Eso me pone triste, pero mamá siempre me anima y me apoya, casi siempre proponiéndome entrenar con ella.

Mi familia no es rara, sólo especial. Y eso me gusta en parte.


¿Que estoy desaparecida? Lo sé.

¿Que quieren arrancarme la cabeza? Lo sé.

¿Que ya se preparan para tirar la puerta de mi casa abajo? Espero que no.

Sí, sé que me pasé largo tiempo ausente, lejos de fics o, mejor dicho, lejos de documentos de Word. Supongo que muchos de los usuarios de FanFiction estarán como yo, con exámenes hasta en la sopa y hartos de tener que empollar, ¿verdad? Entonces, es por ello por lo que les pido comprensión... Me queda una semana... ¡Una semana para poder salir del maldito instituto! Además, ¡éste viernes me graduo, por fin! *-*

A partir del lunes podré empezar a trabajar - o finalizar en este caso - el nuevo capítulo de "El destino es caprichoso", así que ruego que me disculpen y se contenten con este nuevo fic. No es gran cosa, pero se me ocurrió así, de golpe. Tenía planeado que tuviese tres capítulos exactos: El primero contado por Takeshi, el segundo por Tenten, y para finalizar, el tercero por Neji. Claro que, sólo son metas y proyectos. Todo dependerá de la aceptación que tenga.