GOLDEN BEAUTY

Capitulo 1: Bienvenidos a Golden Beauty

La gran empresa líder en moda exótica y vanguardista "Golden Beauty" , famosa en toda Europa y parte de América, dirigida por su notable innovador diseñador de modas, dueño y creador joven bello, de cabellera larga, azul claro y ondulada, además de ser uno de las personas más vanidosas del gran reino de la moda y la belleza, compitiendo con las actrices y mujeres más hermosas del mundo, el excepcional sueco de mote "Afrodita". Los únicos que conocen su verdadero nombre, se piensa que son sus padres pero realmente es una incógnita. Su glamorosa empresa abarca varias líneas de ropa y distribuidoras, emplazadas principalmente en las importantes ciudades de los países europeos, asiáticos y americanos. En esta época del año, el verano, es su verdadero fuerte, ya que especialmente es reconocido por su línea de moda veraniega y es realmente cuando anega un ambiente de tensión en el edificio principal donde reside su oficina.

Va siendo casi el anochecer, en la oficina, tapizada por una vasta y prendida alfombra rosa pero vigorosamente pulcra como de costumbre al igual que los muebles y cuadros de modelos que lucen lo último de la línea de Afrodita que había sacado hace dos semanas.

Él, sentado y postrado en el amplio escritorio cristalino arraigado en el centro y al final del vasto cuarto, medita en los posibles diseños de su próxima línea de verano, era en esos momentos en que ni el más bullicioso ruido lo desconcentraba; su mirada, de repente, se inclino en las inmensas puertas de caoba brasileña, en lo profundo de sus cavilaciones oyó un sonido que se dirigía a la puerta, no le dio importancia la primera vez pero después esos sonidos se mudaban más estruendosos y es como se dio cuenta que estaban tocando la puerta, adrede los ignoró, teniendo en cuenta que su secretaría ya debería saber muy bien que en esos instantes lo que menos quería fuera la irrupción. Regreso a sus tenaces pensamientos pero una voz familiar proveniente del otro lado de la puerta era lo último que deseaba escuchar.

− ¡Necesitó pasar! Es muy urgente lo que le tengo que contar, es casi de vida o muerte…

—No te creo, la última vez solo entraste para distraerle de no sé qué cosa sin importancia alguna.

—¡Sin importancia!...¡Tu quién crees que soy!

—L-lo siento señor. N-no quería decirlo…

—¡Pues lo dijiste! Como sea voy a entrar…

—¡E-espere!...

Las puertas se abrieron de par en par como si quisieran dar la bienvenida a un rey o a un príncipe que regresaba triunfante de una guerra. Afrodita se restregó la cara y con sus dedos se arrugó la nariz, no quería verlo en estos días de ardua presión pero siempre tenía que hacer lo mismo, que, por esta única ocasión, estuvo de acuerdo con su secretaría que solo lo molestaba para decirle "cosas sin importancia".

—Señor Afrodita, yo no quería, es que…—hablo entrecortadamente la joven secretaría de cabellos verdes.

—No se preocupe señorita Shaina y ya le dije que no me diga señor que se escucha como si ya fuera viejo— dijo azorado el peliazul celeste.

—Sí, lo siento —se inclino la joven en son de disculpa.

—¿¡Qué es esto! ¿¡Estoy pintado! —replico un hombre moreno de cabellos azules cortos recién adentrado al cuarto.

—Ya quisiera que fuera así—se quejo el diseñador de modas por su inconveniente visita—. Ya te puedes retirar señorita Shaina, yo me las arreglaré— la mujer peliverde asintió y salió de la oficina cerrando meticulosamente la puerta ya que lo que menos que quería su jefe era más escándalo.

—Claro que te las vas arreglar mi querido pecesito sueco —el joven moreno se fue acercando tersamente al diseñador de modas tomándolo por la cintura y después de atisbarlo sugestivamente le dio pequeños mordiscos en el cuello.

—¡Para esto viniste! — espetó el hartazgo peliazul empujándolo hacia delante—. ¿Cuál es tu supuesta urgencia, cangrejito? — dijo entre tono sarcástico y furibundo.

— ¿Quieres saber cuál es? —inquirió divertido.

— Pues la verdad no me interesa— bufó exasperado—. Mira, si vas a decirme una tontería mejor ni te molestes que ahorita estoy a reventar con el trabajo. Sabes, es la temporada de calor, playa, vacaciones, trajes de baños, bla bla bla, y necesitó estar solo para crear nueva ropa, estilo, moda…—tomo con su fina mano la mejilla de su amante—…¡por eso no me fastidies!-soltó con rabieta plantándoselo en la cara.

—¡Oh! Que lindo te ves cuando estas enojado—dijo con mofa e inmutable por la palabrería de su pareja—. Para eso vine, para quitarte el trabajo.

—Sí, ya lo sé— el peliceleste ya no sabía qué hacer con él.

—Digo, para quitarte un peso de encima — rectificó al vislumbrar la faz de exasperación de su amante y comenzó a explicar —. Conoces muy bien que soy el presidente de la compañía automovilística Cáncer Botuccini en Italia, unas de las más prestigiosas de Europa — carraspeo para proferir adecuadamente su enunciación—. Mi padre, el dueño, aceptó la idea de unir tu industria con la mía solo por este verano para promocionar los nuevos modelos de carros que elaboramos.

—No te entiendo, no creo que haya relación ropa con carros— interrumpió algo confundido por la noticia.

— Es cierto, pero eso no es lo único mi pecesito. Con tus nuevas prendas que saques y los carros de último modelo para este verano podemos ganar mucho— dijo ilusionado el moreno.

—Creo que sigo sin entenderte y además como me vas ayudar aligerarme el trabajo— atajo de nuevo cruzándose de brazos tratando en vano de atender su propuesta.

— Déjame acabar mi amor — emitió un poco azorado por sus "acostumbradas" intervenciones—. Mi padre tiene amigos diseñadores de moda reconocidos mundialmente como Gustini, Pucci, Lily Lu, entre otros, y estuvieron dispuestos solo por esta ocasión a trabajar juntos y con sus modelos para dar en contiguo la inauguración de la salida de la línea de moda de verano diseñada por los grandes artistas de ropa y además de los carros ultimo modelo de mi compañía—remato con una fastuosa sonrisa esperando con hito el consentimiento de su amante.

— O sea, ¡¿que podré trabajar al lado de Lily Lu y Gustini? —chilló emocionado.

—¡Sí! Y otros más —sentenció al igual de bullicioso.

—Aunque Pucci me cae mal…está bien, aceptó —se volvió al peliazul esbozando una sonrisa efusiva —. Por primera vez tu visita fue para algo bueno Death Mask—dijo seguro de sí mismo y con regocijo por la noticia, por lo que acto seguido, se abalanzó contra su novio y le plantó un empalagoso beso en la boca. Sus inquietudes y tensiones se habían desvanecido, no podía creer que iba a punto de diseñar ropa con sus ídolos, los cuales eran desde que fue un estudiante de diseño de moda.

—¿Afrodita? —llamó al peliceleste que este se encontraba exultante abrazándole el cuello y su cabeza recargado en su viril pecho.

—Dime Maski querido.

—Necesitó unos modelos tuyos para que presenten mis carros, ya sabes, para lo que saben trabajar: modelar. Claro que también van a modelar la ropa pero…—izó la mirada gesticulando una sonrisita pícara—…quieren que sean muy jóvenes y por supuesto lindos y guapos. Son las preferencias de los diseñadores de moda- musitó esto último al oído del joven diseñador acariciando sus cabellos tersos.

—No te preocupes, tengo muchos, escoge los que tú quieras — soltó completamente desentendido de sus preocupaciones.

En su solemne santiamén, la puerta se abrió lentamente y una femenina jovial voz irrumpió.

—¿Señor?...

—¿Que pasa querida y linda Shaina? —Afrodita se mostraba embelesado al abrigo de su amante que habló sin pensar y por lo que su secretaría extraño mucho por el difícil carácter de su jefe.

—Tengo algo importante que decirle y no creo que le gusté.

—Dilo pequeña que no te voy a despedir y nada por el estilo— izó la cabeza hacia la dirección de la joven para dedicarle una jubilosa sonrisa con los ojos cerrados que causó recelo en ella.

—Ah ah…—por un momento se le esfumaron las palabras —. El señor Paul Coulee se ha ido, es decir, renunció —al concluir, las comisuras de los labios cereza del peliceleste se aplacaron pero mantenía aún los ojos cerrados.

—¿Como, Shaina? —inquirió, apareciéndole un ligero fruncido del ceño, a la joven peliverde que solo asomaba la cabeza por una puerta, que ni pensarlo dos veces ansió desaparecer y escapar a su oficina. Ella sabía bien que no le convenía y sabía aún mejor que Paul Coulee era uno de los mejores modelos y de los primeros que acompaño a sus inicios de su bello patrón, era casi como su amigo de trabajo de toda la vida.

—Pues verá — trató de que no se le hiciera un nudo en la garganta confiando en que ella no tenía la culpa si no otra persona—. Él vino a quejarse no hace unos minutos que quería hablar con usted seriamente pero yo le dije que se encontraba muy ocupado, entonces, no se contuvo y me reprocho que el joven italiano, es decir, su novio lo había molestado por meses insultándolo como— carraspeo su voz antes de imitar la del propio moreno—, "¿En serio estudiaste modelaje?", "¡No sé porque diablos te contrataron aquí! Deberían enviarte como modelo de un pueblo promocionando ropa de segunda mano", "Crees que con ese cuerpo de mierda vas a impresionar a tus superiores" — suspiro con hondura para después proseguir su casi perfecta representación pero lo último imitó los ademanes y la voz del ex modelo —. Hasta me dijo "Sabías que Afrodita en cualquier momento te va botar porque ya le aburriste".

El "Adonis" proveniente de Suecia asía cada vez con mayor vehemencia la camisa de su novio y sin andarse con cuidado de sus uñas que empezaban a empotrarse en el poco abdomen bronceado descubierto del italiano al presenciar las nuevas noticias que le retumbaban los oídos. Por una extraña razón, el moreno no se quejaba de dolor.

— Pero él hizo caso omiso a lo último e intentó contactarte muchas veces pero siempre le decían que estabas ocupado y que no querías verle— la secretaría remató induciendo al diseñador exitoso completo asombro poniendo los ojos como plato. De repente, advirtió que ya no tenía los brazos de su novio rodeándole y lo encontró directo a él, un poco alejado y con los brazos estirados hacia su pecho como queriendo detener un gigantesca roca.

—¡Tú fuiste quien inventó todo eso maldito infeliz! —espetó por fin, había vuelto al verdadero Afrodita pero más impetuoso. El italiano sentía una soga muy cerca de su cuello, se le había olvidado lo que iba a argumentar hasta la secretaría dio un brusco respingo pensando en que no le gustaría estar en su lugar—. Ahora, si quieres que este en tu estúpido evento me conseguirás un modelo como mi Paul ¡Desgraciado cangrejo italiano!

—¡D-déjame explicarte! Además la inauguración es dentro de una semana— exclamo con urgencia aunque por fin pudo hablar la rabia del peliceleste se intensificaba con cada palabra que él profería.

—¡No me importa! ¡Vete de mi vista y no vuelvas hasta que me traigas uno nuevo! — bramó dándole la espalda a su amante.

Dicho y hecho, el peliazul decidió mejor largarse ya que sabía que no era buena idea calmarlo en ese estado, esperaría hasta que se le pasará, la verdad tenía unas ganas de hacerle la vida de cuadritos a la secretaria en ese instante y los demás días de su vida hasta que la corrieran pero con el nuevo y gran encargo que le surgió declinó la idea.

¿Cómo le haría para salir de esta?. Quería mucho a su angelito aunque tuviera una actitud efusivamente quisquillosa y casi intratable "a veces", pero el era la única persona consciente que conocía en el fondo que realmente era un total amor, sensible y de lo más lindo que pudiera existir, por eso, no lo pensaba perderlo por una "tontería". Encontraría la forma para resolverlo ¡Pues claro! Como no se le había ocurrido, una gran fiesta pomposa para encontrar el perfecto modelo, eso le encantaría a su pecesito.

La veraniega tarde se hacía cada vez más larga pero no afectaba en nada a los estudiantes de preparatoria, era el último día de clases y el inicio de las vacaciones estivales, solo unos minutos más y todo el martirio de tareas, exámenes y trabajos exasperantes se habrán ido, aunque sea por unas largas semanas.

Llegó el esperado momento y muchos de los jubilosos y mancebos estudiantes se precipitaban y agolpaban para cruzar la puerta de su salvación, otros prefirieron quedarse un rato más con sus amigos para intercambiar comentarios de sus planes para vacaciones y algunos optaron quedarse para jugar algún deporte.

Un joven rubio corría apremiante dibujando una alegría en su rostro. Se detuvo en el umbral de un salón que prendía un letrero en la puerta con una leyenda de: "Vestidores". Traía cargando un periódico por un brazo, izó la vista a la puerta y vaciló en tocar pero se armó de fuerzas y lo hizo, nadie respondió, reiteró de nuevo, dos veces más y una suave voz enunció su nombre.

— ¿Hyoga?

—¡Shun! —viró hacia donde provenía la voz de su amigo y no lo puede creer, esta todo sudado que hizo que su playera blanca ligera y sus cortos shorts vinos marcaran su esbelta figura, cerró sus ojos y ladeo el rostro al lado contrario a la de su amigo para que no notara el sonrojo que aparecía cernir copiosamente su cara pero por un momento pensó con picardía en la buena idea que tuvo su compañero al meterse al Club de Corredores.

—¿Qué te pasa Hyoga? — inconscientemente volteó la vista a sus propios atavíos —. ¡Ah! Te doy asco porque estoy empapado de sudor—empezó a soltar unas risitas y el rubio dio gracias que no advirtiera de su verdadero sentir—. ¿Y ese periódico?

—T-te lo traje, Shun— se reincorporó y estiró la mano para entregarle el papel negro-blanco —. ¡Mira! —señaló efusivo a un anuncio, el peliverde contempló el anuncio y reparo de que se trata de un aviso de la reconocida empresa de moda "Golden Beauty" donde ofrece una invitación para buscar a su nuevo modelo y que participara en un gran evento junto a la gran compañía automovilística "Cáncer Botuccini" y que esto se realizará en una fiesta solemne de disfraces. El joven peliverde quedó totalmente sobrecogido, su más grande sueño es ser modelo y mejor aún en un gigantesco universo de moda como es la Golden Beauty, resultaba una increíble oportunidad que se le presentaba en las manos.

—Tú crees que yo podría hacerlo, son muchos los que van a concursar y los jueces deben ser exigentes—dijo exaltado.

—¡Claro que lo podrás hacer Shun! —espetó jubiloso el rubio.

—¿Por qué crees que podría hacerlo?

—Porque..porque…—fue una buena pregunta que él conocía exactamente la respuesta pero la pena le estaba ganando— … ¡P-porque eres una hermosa persona con un perfecto cuerpo y tienes mucha oportunidad de ganar! — soltó espontáneamente dejándolo sin aliento y muerto de la vergüenza por lo que acababa de vociferar y deseo que no estuviera alguien por los alrededores escuchando.

—Si tú piensas eso… ¡Entonces voy a ir Hyoga! — exclamó flipado y alegre el mancebo Shun que para la suerte del rubio, su querido amigo no mostró incomodidad a sus palabras farfulladas —. ¿Verdad que me acompañaras?

—Este…con mucho gusto Shun— repuso exhalando hondamente. No lo podía creer pero así era. ¿Iba a tener acaso una cita con el joven que le robaba suspiros?. ¡No! Estaba confundiéndolo, solo era su amigo y él lo acompañaría para apoyarlo.

Dentro de una modesta cantina estilo a las antiguas tabernas de Londres pero indiscutiblemente impresionante por su tamaño, tachonado de fotografías en blanco y negro enmarcadas de madera que encarnaban sucesos casuales y personas de la alta sociedad que habían asistido alguna vez al "El Tarro del Gran Jack" que ahora era visitado por el joven italiano Death Mask y su mejor amigo Shura, sentados en butacas de largas patas arrimados a la barra. El español reía con frenesí pero con discreción por la anécdota chalada del día que acababa de contarle el pobre italiano.

—Eso estuvo buena que hasta ni puedo tomar un sorbo de mi vino tinto— intentaba reincorporarse pero con tan solo acordarse de eso volvía a carcajear—. Esta vez… ja ja…te mando…ja ja…de vuelta a Italia…ja ja…con todo y…ja ja…carro que le regalaste.

—¡Cállate Shura, tú que sabes! —dio un gran sorbo a su whisky—. ¡Además no fue totalmente culpa mía! —espetó señalando a su amigo con el dedo.

—Tranquis tranquis Death, yo sé que lo que hiciste fue para bien pero también quiero protestar contra ti porque me has dicho cosas similares como a Paul— profirió haciendo un mohín de fastidio pero el moreno ni sé inmuto más bien no le dirigió la mirada y observo taciturno a la nada—. ¿Death, estas bien?. No te lo quería reprochar ¡En serio! Sé que lo haces de broma además por ti soy un supermodelo y siempre te lo voy agradecer por toda mi corta vida — el pelinegro le palpó impetuoso el hombro pero el moreno seguía perdido en su mundo.

—Yo confió que encontraré a alguien en la fiesta de disfraces para que me perdoné y de pasó le contaré toda la verdad aunque no quiera el pez— musitó casi seguro para si mismo que apenas alcanzó a escuchar su amigo, de repente, una sombra apareció delante de ellos lo cual solo Shura giró para identificar la presencia.

—¡Camus! Pensé que ya no ibas a venir, no me digas que otra vez te retuvo el loco de Milo con una de sus babosadas.

—Algo por el estilo—mencionó con su glacial voz y escapándosele un suspiro.

***************************Flash Back*****************************

El ruido del teléfono hizo estruendo en el sereno y plácido sueño del joven acuariano, abrió los ojos con pereza, tornó a la cómoda para ver la hora en la pantalla del reloj digital, dio un bufido al percatarse de ella ¡Las cinco de la mañana! Quien podría llamarlo tan temprano y para el colmo en domingo, su día de descanso. Tomó yacido el auricular con una mano que se hallaba en otra cómoda al otro lado de su cama.

—¿Bueno? —contestó sin ganas.

—¡Muy bueno, Camus, amor mío! —exclamó una voz jubilosa.

—¡¿Milo? —solo pensó en "que no podía ser posible".

—¡Camus! ¡Camus! ¡Camusito! ¿¡Adivina qué! — farfulló juguetón el menos deseado interlocutor a esas horas de la madrugada.

—Que pasó Milo—se restregó la sien de exasperación.

El pez y el cangrejo van a organizar una gran y súper fiesta y lo que es aún mejor: ¡de disfraces! el próximo fin de semana ¡No nos la podemos perder!

—¿Qué?. Como te enteraste—estaba absolutamente somnoliento que apenas le entendía.

—¡Lo sacaron en el periódico! — el peliazul no paraba de expresar entusiasmo.

—¿Quee? — se preguntó qué puesto de revistas podría abrir tan temprano y después, se inquirió que exhorto a Milo a comprarlo presuntamente conociendo que él ni leía los subtítulos de las películas.

Hoy es tu día de descanso ¡Vamos de compras de disfraces Camus! ¡Será divertido!

Honestamente a Camus no le gustaban las fiestas y mucho menos tenía ganas de ir a comprar trajes para hacer el ridículo, pero, para su desgracia, existían dos buenas razones por lo que tenía que aceptar: primera, siendo uno de los mejores modelos de Golden Beauty lo obligarían a ir y segunda, si le decía que no, Milo le iba a estar insistiendo, o mejor dicho, hostigándolo todos los días y eso significaba llamarle siempre a la cinco de la mañana y eso no lo iba a soportar.

—Está bien—dijo con resignación.

—¡Yuupii! ¡Por eso te amo Camus! ¡No podría vivir sin ti! —así se la pasó parloteando una hora más y otra más para quedarse de ver y luego otra en despedirse, que fue eterno, ya no permitiendo que regresara el francés a los brazos de Morfeo.

**************************Termina Flash Back*******************************

—JA JA JA ¡Por eso llegaste tarde! —los dos jóvenes se quedaron mirando sorprendidos al italiano, había salido de su trance sin avisar.

—Por fin volviste, creí que teníamos que meter tu cara al retrete para que despertaras—bromeó Shura.

—Si hacen eso los mató— el moreno se quejó pero ya recuperado y vivaz como solía ser.

—Oye Shura. ¿Y tú con quien piensas ir al festejo? —el acuariano inquirió concentrado en ondear su copa con Cognac recién traído que solo instigó un ligero pasmo al pelinegro pero que advirtieron sus amigos.

—¡Aja! No tienes pareja. ¿Verdad? — el moreno dijo en tono burlón.

—¡Si tengo! ¡Digo no! —la cuestión puso al español más sobresaltado.

—¡Saca la sopa maldito! ¿¡Quién es! — insistió ferviente el italiano en toda la permanencia en "El Tarro del Gran Jack", en cambio, Camus se la pasó realizándole preguntas más comprometedoras que el español se hacia cada vez más chiquito en su butaca deseando que se lo tragara la tierra.

Espero que les haya gustado esta primera parte, la verdad, son únicamente dos partes. Pienso que si lo publicara completo sería muy largo y tenso para leer je je

Agradezco de todo corazón que me hayan regalado su tiempo para leerlo y de paso, no les suplico, pero si me dejaran un review, de lo que ustedes me quieran comentar, si estuvo feo, si les pareció divertido, etc. Me hacen feliz sus comentarios X3

Al igual le doy las gracias a mi hermana por brindarme su apoyo. ¡Cuídense mucho! ^w^