PORQUEMóN
¡AGÁRRAMELOS YA!
1
Rojo
Finalmente estaba de vacaciones. Rojo estaba más que feliz. Tras terminar su curso de primaria, este niño de diez años podía sentirse liberado de responsabilidades escolares, hasta que dentro de dos meses comenzara su siguiente periodo; naturalmente extrañaría a sus compañeros de escuela, pero finalmente podría dedicarse a jugar, pero como sabía ser responsable y estudioso, de cuando en cuando lo más probable y conociéndose, terminaría hojeando los textos tanto del curso que terminó como el que comenzaría después, a fin de cuentas, siendo un niño bastante maduro para su edad, era consciente de que debía de estar bastante preparado en la vida si quería cumplir su meta de ingresar en una buena universidad, aunque aún no estaba seguro de su vocación, si sería doctor, abogado o tal vez licenciado en letras.
Tocaron a la puerta de su habitación justo cuando estaba por abrir un libro, y quien entró fue su madre la cual no se resistió de abrazarle y darle un beso en la frente.
—¡Mi querido hijo adorado, estoy tan orgullosa de ti!
—Gracias, mamá —se sentía sinceramente conmovido por sus atenciones—. Me alegra saber que te haya complacido que resultara ser el segundo mejor de mi clase.
—Sí, de eso también estoy orgullosa, tanto o igual porque mañana empezará tú viaje pokémon.
En eso se separó de ella confundido.
—¿Que mañana empiezo qué?
—Tu viaje pokémon, querido. Ya sabes, cuando un niño cumple diez años empieza hacer un viaje por el mundo acompañado de un pokémon que te da el profesor Oak, a recorrer gimnasios, recolectar medallas y participar en la liga pokémon.
Definitivamente Rojo estaba confundido.
—¿Por qué haría alguien querría hacer tal cosa? ¿Cuál es el objetivo?
—Ya sabes, para que aprendas de ti mismo y crezcas como persona.
—Básicamente lo que aprende uno en la escuela y el hogar.
—Ándale, pero mejor que eso. ¿Ya estás listo para tu viaje?
—Pues… mamá. No estoy muy seguro de lo que me estás hablando. ¿Es algo así como un campamento al que me inscribiste sin consultarme?
—Por supuesto que no, querido. Es algo que todos los niños deben de hacer.
—¿Mis compañeros de clases harán algo como esto?
—No lo sé, ¿a ellos sí los quieren en su casa?
—¡Qué!
—No, nada. Digo que la plaza de aspirantes del profesor Oak es muy reducida, y deberías sentirte afortunado porque la solicitud que enviaste fuese admitida.
—No envié ninguna solicitud.
—Tú, yo, ¿qué más da? Así que mejor ve alistando lo que te vas a llevar mañana cuando selecciones tu pokémon y partas por todo el mundo.
—¡Todo el mundo! Imagino que este profesor Ok nos va a acompañar.
—Por supuesto que no. Ya eres lo suficientemente mayor y responsable para cuidarte por ti mismo, no te comportes como un niño, Rojo.
—¡Tengo diez años! ¡Me faltan seis para que moralmente sea considerado responsable de mis actos y ocho para ser legalmente adulto! ¡Ni siquiera he entrado en la pubertad! ¡Soy un niño!
—Con esa actitud no me sorprende que pienses así, pero verás cómo este viaje te hará madurar.
—¡Ya soy maduro! ¡Fui el segundo mejor de mi clase!
—Aja, ya entendí, el segundo, no el primero, pero ya de perdido el segundo. No tienes que recordarme todo el bendito rato eso, hijo.
Rojo estaba casi al borde de las lágrimas. Debía de ser una mala broma.
—¡Mamá! ¿Es que ya no me quieres? Es eso, ¿quieres deshacerte de mí?
Comprensiva, la mujer lo miró largamente antes de volver a abrazarlo.
—Hijo, no digas esas cosas. Siempre te querré y aunque no estemos juntos, yo estaré ahí para ti. En cada árbol, en cada piedra, debajo de cada puente donde termines durmiendo nunca olvides que te quiero. Esto también es duro para mí, en verdad, pero salgo adelante porque sin importar lo que haga cada día, si estoy en el mercado, en la cocina, con mis amigas, o en el salón de juegos, siempre pensaré en ti.
—No tenemos salón de juegos.
—Pasado mañana lo mando a hacer. Hmm… una mesa de billar se ve bien del lado de tu ventana.
—¡Mamá! ¿Por qué quieres convertir mi cuarto en un salón de juegos? ¡Ni siquiera te gusta el billar!
—No es como si tú vayas a utilizarlo ya. Además a mi nuevo novio le gusta mucho y quiero darle ese gusto.
—¿A quién?
—Cuando regreses de tu viaje te lo presentaré. Sé que te agradará.
—¿Por qué no me lo presentas ahora?
Su madre se estaba impacientando, ¿por qué su hijo hacía tantas preguntas? Eso no era normal en un chico de su edad.
—Hijo, creo que es obvio que hasta que se divorcie, tiene que mantener las apariencias con su esposa.
—¡Mamá! ¡Pero qué te pasa!
—Tranquilo hijo, piensa que mamá tiene derecho a ser feliz —volvió a mostrarse vulnerable y comprensiva—. Piensa que ya va siendo momento que tú te abras camino por la vida y yo supere la pérdida de tu padre.
—¿A estas alturas al menos ya me puedes contestar quién es mi padre, o mínimo cómo se llama?
Resopló molesta.
—No, ya sabes que no me gusta hablar de ese idiota. Sólo Arceus sabrá dónde se metió. Pero no olvides que tu padre estaría orgulloso de ti. Él también hizo su viaje pokémon cuando tenía tu edad.
—¿Y cómo le fue?
—Yo que sé, sólo la vi esa vez que pasó de entrada por salida por el pueblo antes de continuar su viaje.
Podía sentirlo, estaba por entrar en un colapso.
—Me estoy sintiendo muy mal, mamá.
—Excusas para no ponerte a trabajar. Anda, empaca tus cosas que mañana te vas temprano.
—Tal vez debas de llevarme con el médico, de veras me siento mal.
—Y se te quitará poniendo la ropa en tu mochila de viaje. No olvides llevar calzones.
—¿Puedes darme siquiera una aspirina?
—Lo siento hijo, mañana compró más. Sólo me queda una y me está dando una ligera molestia por esta discusión. ¿Ves lo que provocas? Bueno, descansa.
Rojo cayó al suelo sin fuerzas para desvestirse o ir a la cama, esperanzado por que el dolor se fuera en unos momentos y que al día siguiente todo aquello resultara ser una terrible pesadilla. Debía aferrarse a aquella esperanza.
Sabía lo que eran los pokémons, los había visto y le daban un miedo terrible por su naturaleza totalmente ilógica. La gente los llamaba monstruos de bolsillo, para él sólo eran monstruos de porquería.
Concepto original "Pokémon" de Satoshi Taijiri y Nintendo © 1994 - 2015. *Escrito con fines de entretenimiento gratuito sin motivos lucrativos. El autor no se hace responsable del mal uso que se le de a la historia sin su consentimiento o el consentimiento de los autores del concepto. Historia de un fanático para fanáticos.
