EL CANTO DE LA SIRENA
CAPÍTULO I
Una débil luz se filtraba a través de los cristales de la estación de descanso del cuartel de los Maverick Hunters, reflejándose con un destello dorado sobre la compuerta de la única cápsula que se encontraba en uso en aquel momento, y en el trasluz se podía ver una silueta recostada, llevaba una armadura de batalla azul y celeste con un cristal pentagonal invertido de color escarlata en el casco que rompía la monocromía. Un reploid hubiera pensado que en la capsula solo se encontraba otro reploid reposando, pero un humano se hubiera dado cuenta fácilmente que esos súbitos espasmos apenas perceptibles y ese ligero movimiento de los párpados indicaban que estaba soñando, y aunque no era posible para un reploid imitar tal acción humana en efecto aquel personaje estaba soñando, porque X no era un reploid, era un androide creado mucho antes que los reploids y cuyo funcionamiento aún era un misterio para los mejores científicos del momento.
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Un anciano de cabello blanco y voluptuosa barba se encontraba observándolo como un padre vería a un hijo, y aunque sus labios se abrían y cerraban no era capaz de escuchar palabra alguna, recostado sobre la cápsula se limitaba a ver aquel tétrico laboratorio apenas iluminado; había mucho polvo en las paredes y los vidrios de las ventanas se encontraban rotos, restos de metal fundido y ennegrecido por alguna explosión adornaban las paredes, y aunque aquel viejo seguía hablándole, no pudo dejar de notar que había tristeza en su mirada y lentamente la compuerta de la capsula en la que se encontraba fue cerrándose hasta que finalmente todo se hizo oscuridad.
De pronto se encontraba en la sala de entrenamiento del cuartel de los Maverick Hunters mirando a través de una puerta de vidrio las siluetas de dos reploids que conversaban amenamente, uno de ellos era bastante alto y tenía unas almas enormes, mientras el otro era bastante más bajo y llevaba una armadura ligera que parecía más un vestido que una armadura, entonces súbitamente las compuertas se abrieron y la conversación entre aquellos dos reploids se hizo bastante audible. "Teal, me alegro mucho que te hayan transferido conmigo a la 17ma unidad, pero no me hace ninguna gracia que nos acompañes a Zero y a mí en la misión del secuestro del avión, tengo un mal presentimiento", dijo Storm Eagle, cruzando los brazos en señal desaprobatoria, pero la reploid parecía no querer dar su brazo a torcer y con una voz bastante acaramelada pero muy seria se dirigió hacia él amenazadoramente poniéndole un dedo sobre el pecho mirándolo fijamente, "Soy perfectamente capaz de cuidarme a mí misma Storm Eagle, no por nada soy un Hunter de clase A, además Zero estará siempre vigilando que no haga nada riesgoso, como siempre lo ha hecho desde que fuimos reclutas los tres", dijo lanzando una mirada pícara, y acercándose rápidamente lo rodeo con sus brazos a lo que su altura le permitía, "no tienes de que preocuparte, cuando la misión termine podremos tomar una vacaciones los dos juntos".
Se encontraba en medio del mar escapando de una mechaniloid con forma de dragón marino que lo perseguía con movimientos bastante erráticos, y con una carga concentrada de su buster consiguió acertarle en la boca, logrando crear una explosión al interior del enorme robot, haciendo que se destruyera y cayera al fondo del mar en pedazos. La silueta de una sirena se le acercaba y empezaba a curar sus heridas, un Maverick con forma de pulpo lo sujeto fuertemente y empezó a drenar su energía con increíble rapidez, podía sentir como sus brazos se entumecían y todo se hacía oscuro, empezaba a caer, una lejana voz grito "Me engañaste!" y una reploid con una aleta en lugar de piernas se abalanzó sobre el pulpo apuntándolo con un tridente, pero los tentáculos fueron más rápidos y la atraparon traspasando varias partes de su cuerpo, una súbita descarga de energía emitida por el Maverick octópoto se transmitió rápidamente y con un grito agudo la joven reploid explotó, aún seguía tendido sobre el fondo del mar, y despacio, muy despacio, trozos de la víctima fueron cayendo a su alrededor. Mientras todo se oscurecía una voz femenina decía con un eco bastante profundo "Tu nunca serás mi caballero de brillante armadura" seguido de un dolor intenso.
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Un intenso bramido rompió la calma de la estación de descanso, "Noooooooo!", grito X bastante desorientado, y posando sus manos sobre su casco solo pudo agradecer que nadie estuviera cerca para verlo perder el control de aquella manera. No terminaba de entender porque aquellos recuerdos lo perseguían últimamente con tanta frecuencia, pero si no paraban pronto romperían su cordura.
Flexionó sus brazos y se levantó de la cápsula pesadamente, su vista se posó sobre el reloj que estaba sobre la cápsula y supo que debía apresurarse si quería llegar a tiempo a la reunión de la tarde programada por el comandante Signas; los pasillos estaban completamente desiertos por lo que agradeció profundamente ya que aún se sentía indispuesto, y tras unos minutos de sonambulismo se encontró frente a la Sala de Navegación donde se suponía que sería la reunión.
Tuvo que cerrar y volver a abrir los ojos para poder asimilar lo que veía, en efecto era la Sala de Navegación, pero algo le había sucedido: todo estaba cubierto por cintas de un rosa chillón y un dorado llamativo, y donde se supone que estaba la plataforma principal de teletransportación había un enorme montículo de flores de diversos colores. "Atroz", dijo una voz detrás suyo, y al girar solo pudo ver la cara de Zero con una apariencia entre incómodo y asqueado, con una mano sobre la empuñadura de su espada, aparentemente listo para usarla si alguien lo provocaba lo suficiente, pero intempestivamente alguien lo sujetó muy fuerte por la cintura y se abalanzo sobre su espalda, y cuando se vio cubierto por un cabello dorado muy fino supo de quien se trataba. "No era necesario eso Alia" dijo algo perturbado mirando de reojo a la reploid que con su armadura rosa y negra hacia una sincronía bastante peculiar con la reciente decoración de la Sala de Navegación. "Solo quería hacer que volvieras con nosotros X" dijo la reploid suavemente, "pareciera que no has dormido en días" puntualizo guiñándole un ojo.
Poco a poco todos fueron llegando y tomando sus asientos alrededor de la mesa de reuniones, y tras mucho alboroto provocado por Axl a quien al parecer el color rosa hacía despertar su lado más infantil e irreverente, llego finalmente el comandante Signas con su siempre serio semblante que aunque no podía ocultar una ligera sonrisa por el aspecto de la sala hablo con la voz seca y dominante que lo caracterizaba. "Como bien saben todos, en 3 días se celebra el día de San Valentín, nuestras navegadoras amablemente ya han decorado la Sala de Navegación" dijo mirando a Alia, Layer y Pallete separadamente, "y como no hemos tenido incidentes Maverick desde hace ya más de un mes supongo que también nos merecemos algo de diversión y relajo para variar, así que espero que todos colaboren en la ambientación de los cuarteles" le dirigió a Zero una mirada amenazante, "Y no olviden que todos quedan invitados al baile que se llevara a cabo por la noche, pueden invitar a cualquier reploid o humano que deseen, después de todo es una fiesta de integración entre la comunidad de reploids y la humanidad, espero que todos se comporten a la altura de las circunstancias" dando un último vistazo a Axl, cuya imaginación ya empezaba a maquinar entre a quién invitaría al baile y cual broma suficientemente pesada podría hacerle a Zero aprovechando la ocasión.
Al terminar la reunión todos estaban algo inquietos por las recientes noticias, especialmente el personal femenino que se había reunido y cuchicheaban ruidosamente, sobre que vestido usarían y a quien invitarían, y aunque Alia, Layer, Pallete y Cinnamon lanzaban miradas perdidas a todos los reploids presentes no parecían estar aún tan seguras de cuál sería su potencial pareja. Por otra parte Lifesaver, Signas y Douglas conversaban amenamente sobre un reciente prototipo de capsula médica que planeaban hacer realidad, y en una lejana esquina estaba Zero perdido en sus propios pensamientos haciendo caso omiso a que Axl daba vueltas alrededor suyo tratando de llamar su atención, y no fue hasta que X se aproximó allí que Zero levantó la mirada y esbozó una sonrisa, y bajando la voz deliberadamente para que Axl no escuchara dijo suavemente "Te veo esta noche en el bar", y sin otro comentario salió de la Sala de Navegación.
