Los personajes de esta historia no me pertenecen, son de Kioko Mizuky, uno de sus seudonimos es Keiko Nagita esta se basa en el ultimo capitulo de la serie con algunas cosas vividas de la manga de nuestros eternos enamorados, esta historia es 100% terrytana esta historia es de mi autoria sin fines de lucro solo por entretenimiento
capitulo 1 Caminos Entrelazados
"Muchas veces pretendemos ir por un camino divergente huyendo del verdadero del que nos lleva hacia nuestro destino pero la vida es como un gran tejido aunque dos hilos estén separados aparentemente llegará el momento en que se encontrarán frente a frente y sé entrelazaran.
Pittsburg hogar de Pony Primavera de 1914
Era aquella tarde en el hogar de pony Candy, estaba parada sobre la colina de Pony gritaba a gran voz.
¡Adiós Stear...!
¡Adios Anthony...!
Cerró sus ojos y aunque tenía la seguridad que a estos dos; nunca los volvería a ver. Un segundo después gritó con un dolor en el pecho
¡Adiós terry ...!
Ella sabía que debía ser así, no había vuelta atrás, había hecho lo correcto y al gritar su nombre sabía que era la despedida; en ese momento decidía que su amor debía guardarlo en lo más profundo de su corazón; no podía desaparecer pero guardarlo si, sabía que era un amor correspondido de parte de él, pero a la vez imposible, él debía estar con Susana debía corresponder el sacrificio que hizo por él, y tal vez con el tiempo los dos podrían ser felices, se lo habían prometido.
Ahí parada sobre la colina que tanto amaba, escucho el sonido de una Gaita; acercándose hacia ella, volteo y miró era Albert.
-¡Mi príncipe de la colina! -dijo en voz alta.
Después pensó, de verdad que lo es, siempre que lo he necesitado él a estado ahí rescatandome, dándome consuelo en los momentos más difíciles de mi vida.
-¡Candy! ¡Candy! ¡Candy! -gritaban.
Eran Archie y Annie corrieron hacia ella, le mostraron un periódico donde aparecía la foto de terry que decía:
"Terrence G Grandchester la nueva estrella de Broadway regresa a los escenarios consolidándose como un gran Actor. Demostrando contra todo pronóstico su gran talento. Y éxito total"
Candy, sintió un gran paz y felicidad sabiendo que Terry estaba haciendo lo que tanto amaba.
-A vuelto con Susana me alegro por ellos.
-¡Vamos Candy ! -grito John-. La comida está lista, tu tarta preferida en la mesa, si no vienes yo la comeré toda.
-¡Ahhhhh eso si que no! -corrió con gran fuerza.
- ¡Yo gano! -dijo John.
Y respondió Candy.
-El que pierda lava los trastes, así que prepárense creo tendrán mucho trabajo.
Corría tan rápido como si con esa carrera pretendiera dejar atrás y olvidar lo que había en el fondo de su corazón, lo que había gritado hace unos momentos.
Ya todos en la mesa reían y celebraban estaban sus seres más queridos la hermana María, la señorita Pony, Albert, Annie, Archie, Tom, Jimmy y todos los niños que tanto la amaban y partiendo la tarta preferida de Candy, miena su Perra y clean su pequeño amigo, robaban pedazos de la misma, Albert dijo:
-Creo que alguien es más goloso que tu -rieron todos.
-Dicen que todo se parece a su dueño Jefe -dijo Jimmy y está no es la excepción- rieron aún más todos.
Ella contestó
-Creo que cuando laven los trastes dejarán de reír debo recordarles que yo gané la carrera por tanto espero que esas risillas suyas sean las mismas cuando laven los trastes.
Todos se dejaron de burlar.
-Ven el que ríe al último ríe mejor -les guiño el ojo y sacó la lengua.
Pasado un rato mientras todos recogían la mesa ella subió nuevamente a la colina de Pony, estaba sentada bajo la sombra del Padre Árbol recargada de espaldas a su gran tronco, el viento movía sus rizos, pérdida en sus pensamientos, estaba agradecida con Dios por la hermosa familia que tenia no de sangre, sino de lazos inquebrantables esos que son más fuerte que la sangre, agradecía por tantas bendiciones, a lo lejos había unos ojos color azul cielo que la miraban, sabían que su pequeña tenía dolor y se hacía la fuerte para no demostrarlo, pero él la conocía demasiado bien no en vano había vivido con ella ese tiempo en el que ella lo cuidó con tanto Amor y dedicación cuando el perdió la memoria, Acercándose sin que ella lo pudiera percibir, la hizo saltar cuando pregunto.
-¿Cuanto por tus pensamientos? Candy.
-¡Oh! Albert escuche que llegarás.
Se sentó al lado de ella y le pregunto.
-¿Te encuentras bien?
- Si hoy a sido un día maravilloso al lado de mi familia.
-Candy te quería preguntar algo.
-Si claro dime.
-¿porqué cuando me viste con mi kilt tocando la gaita dijiste mi principe?
-¡Oh! es que cuando era pequeña la primera vez que te vi me quedé con esa imagen, que eras mi príncipe de la colina.
-Si lo recuerdo yo tenía doce años y tu cinco años si estoy en lo correcto, pensaste que era del espacio y que la gaita sonaba como caracoles arrastrándose -se rieron al unísono.
-Si lo recuerdo Albert, no quiero que me mal interpretes eres mi príncipe, si; ese que siempre ha estado en los momentos más difíciles de mi vida no se como decirlo.
-Yo te entiendo Candy, tu eres para mi, mi pequeña mi princesa, la hermana que la vida un día me quitó y después fue devuelta a mi por medio de ti, así es como yo te veo, se que los caminos de Dios te pusieron en mi vida después de la pérdida tan dolorosa de mi hermana Rose Mary, te quiero y sé lo que quieres decir.
-Sí exacto eres mi hermano, así te he visto siempre, a mi lado apoyándome. Gracias Albert nunca podré pagar todo lo que has hecho por mi, como me salvaste, tus palabras de ánimo la adopción, mandarme a Londres Gracias por todo.
-Pero bien Candy dime ¿que piensas hacer a partir de hoy?
Quiero que sepas que ya puedes buscar trabajo en cualquier hospital de Chicago las cosas fueron aclaradas.
-¡Por favor Albert! no necesito de las influencias de los Andrew -levantó un poco su voz.
-¡Oh! no Candy no te equivoques yo sólo aclare las cosas, si consigues un trabajo será por tu cuenta tendrás que llenar aplicaciones, pasar los exámenes necesarios como cualquier otra enfermera.
- Perdón Albert no quise levantar la voz..
-Yo te conozco, sé que te gusta lograr las cosas por tu propia cuenta ya lo haz demostrado más de una vez. Estoy muy orgulloso de ti mi pequeña princesa, tú sabes que siempre contarás conmigo pase lo que pase nunca lo dudes.
-Lo sé Albert, pero dime¿que pasará? con la tía Abuela no se opondrá a que siga trabajando de enfermera y viva sola.
-Bueno Candy no está de acuerdo pero lo aceptará yo hable con ella le he contado que gracias a esa rebeldía tuya fue que no te importo cuidarme en mi amnesia, que de no haber sido por ti, tal vez no estuviera aquí hoy como patriarca de los Andrew; le dije como te enfrentaste al doctor Gerald, ella entendió y está agradecida contigo, es difícil en el aspecto de cómo ella fue educada pero es un ser humano con sentimientos, me ama y te agradece lo que has hecho y la forma de hacerlo es permitirte seguir tu camino haciendo lo que Amas y seas feliz.
-¡Ufffff! que alivio descanso con lo que me dices, me es increíble creer que acepto, tengo que agradecerle.
-Ella no se encuentra en Chicago Candy, viajó con Eliza a New York.
Candy sólo se quedó callada su corazón latía sólo de pensar en esa ciudad, Albert la miró y pensó podrás engañar a otros pero a mi no, se que lo amas y estás sufriendo.
- Eliza convenció a la tía Abuela de ir de compras y al teatro.
-Que bien Albert, cuando tenga oportunidad iré a verla para agradecerle.
El cambio la conversación.
-Bueno entonces ¿qué piensas hacer de ahora en adelante Candy?
-Si pienso regresar a trabajar a Chicago, pero por ahora iré a la florida a buscar a Paty. No estuvo aquí hoy con todos nosotros, tengo un mal presentimiento.
-Si yo también creo que Paty no se encuentra bien, ella no estuvo aquí hoy, eso es muy raro -dijo Albert-. Pienso igual que tu pequeña, le escribió Annie y yo invitandola, no hubo una respuesta de parte de ella hasta un telegrama le mandó Archibald y ninguna respuesta tuvimos.
-Vez Albert se que algo está pasando con ella, desde la muerte de Stear se fue, no he recibido cartas de ella necesito ir a verla no se cuanto tiempo esté allá pero se que me necesita y estaré a su lado.
-Entonces iremos juntos.
-Vamos Albert, no soy una niña se cuidarme sola.
-Yo lo sé Candy, tengo que ir a la Florida por los negocios de la familia parece que empezaremos una cadena hotelera, quiero invertir en el café con la guerra es mejor que seamos precavidos, los bienes de los Andrew estén invertidos en varias cosas tengo el presentimiento que vendrán tiempos difíciles.
-¿De verdad lo crees Albert?
-Si pequeña y no es que vaya sólo por ti -rio el-. No te sientas tan importante princesa.
-¡Oh yo pensé!
-Pues no pienses -volvió a reír el rubio-. Iremos juntos le diré a George que compre un boleto más salimos pasado mañana en el primer tren de la mañana, prepara tus cosas y mañana por la tarde mandaré al chofer por ti para que te quedes a dormir en Lakewood para salir en la madrugada para estar a las siete de la mañana, pasado mañana para marcharnos a la Florida ¿te parece bien? Preguntó el.
-Claro que si Albert muchas gracias.
Eran las cinco de la mañana y Candy estaba alistándose para emprender su viaje Florida, estaba en la ducha pensando y a la vez llorando es donde podía desahogarse llorar sin que nadie la escuchara donde derramaba lágrimas de alegría por ver como Terry triunfaba pero también de dolor de saber que nunca más podría estár a su lado para decirle que lo amaba. Eran sentimientos y emociones encontradas, que solo se guardaba para sí misma.
-¡Pero que pienso! -se reprochaba-. Decidí ayer decir adiós y hoy es la última vez que me permito hacerlo; llorar así y recordarte de esta manera voy a sanar mi corazón, es por mi bien, debo ser fuerte grité en la colina de Pony el adiós. Debo estar bien por mi amiga Paty se que está sufriendo, ella de verdad nunca volverá a ver a Stear yo por lo menos tengo el consuelo de que vives en algún lugar, estás haciendo lo que Amas el teatro, eso me es suficiente, saber que eres feliz Terry.
Salió de la ducha se miró en el espejo y se dijo así misma.
-No más, ya no más Candy, debo seguir adelante por mi bien.
Mirar hacia adelante tu me lo enseñaste Terry. Estoy viva con un gran dolor que siento oprime mi pecho, pero seré Feliz te lo prometí y así lo haré...
Tocaron la puerta.
-Señorita Candy, la esperan él señor William y George están listos.
-si Dorothy bajo enseguida gracias.
Bajaba las escaleras con un dolor en el pecho.
-¿ por que siento esto? ¿que es este dolor?
Este viajé para Candy desencadenaria nuevos sucesos en su vida, los hilos del destino empezarian a entrelazarse.
"Hay dos caminos; uno es el de la vida otro el de la muerte, y si vives en la muerte, entonces debes estar muerto.
Y si vives en la vida, entonces debes vivir. El camino que tu corozon decide, hace que tu vivas"
