Los personajes de HTTYD no me pertenecen, sólo los tome prestados par darle vida a mis historia con fines de diversión, no lucrativos.


— ¡Hipo! — grito con desesperación la esposa del aludido desde dentro de su casa.

Hipo que se encontraba en el establo alimentando a Chimuelo y Tormenta, no le paso desapercibido el grito y de seguro tampoco a Patapez que iba pasando por ahí.

— ¡Hipo!

Los dragones miraron la casa y luego al susodicho que entro corriendo al lugar, Astrid no dejaba de gritar su nombre cada vez con más desesperación e incluso algo de nerviosismo, maldecía por lo bajo la tardanza del jefe y este casi se mata al momento de subir las escaleras y descubrir la razón de tanta desesperación

— ¡¿Qué pasa?! —Grito abriendo la puerta restándole importancia al dolor que traía en codo, resultado de su caída en las escaleras

— ¡¿Por qué tardaste tanto?! Por poco te lo pierdes

Y diciendo eso, un pequeño de aproximadamente un año de edad, balbuceaba algo sin sentido mientras trataba de levantarse, una vez que lo logro dio unos pasitos, cayendo en el primer intento, sin llorar se volvió a levantar y volvió a avanzar, muy tambaleante hasta que llego a la base de la cama de sus padres. Tanto Hipo como Astrid estaban conmovidos y no podían evitar una sonrisa, ahora entendía el por qué la rubia gritaba tanto, los primeros pasos de su hijo, valió la pena el golpe del codo.

— ¡Ya camina! —exclamo el muy orgulloso padre tomando al pequeño entre sus brazos brindándole un abrazo al cual no tardo ni un segundo en unirse Astrid

—Un segundo mas y no logras estar presente Hipo, de hecho Chimuelo y Tormenta ya estaban en la ventana antes que tu

Los susodichos rugieron, Tormenta volando y Chimuelo colgado como podía de la ventana.

Con esa alegría, dejaron que el pequeño practicara un poco mas, yendo de los brazos de su padre a los de su madre y viceversa, a una distancia considerable. En cada momento se notaba alguna cualidad de Astrid e Hipo en el pequeño Estoico*, la decisión cada vez que retomaba su camino, fortaleza cada que se caía y no emitía queja alguna, sin duda era un reflejo de ambos.

—No puedo creer que ya camine, eso quiere decir que pronto estará volando a nuestro lado— Comento durante la cena el jefe de Berk, observando cómo su esposa alimentaba a su hijo

—Y entrenando con mi hacha— le respondió risueña Astrid volteando a verlo un segundo

Entre comentarios alegres sobre los primeros pasos del pequeño y alguno que otro incidente en la isla, la cena se dio por finalizada, los tres subieron a su habitación, y una vez que Astrid durmiera al pequeño Estoico, se recostó junto a Hipo, dejándose abrazar por él.

—Mañana iré a ver a Valka y dejare que él se acerque a su abuela—comento un tanto bajo la joven Hofferson ya con los ojos cerrados

—Me encantara ver su reacción

—Sí, seguro será igual que la tuya

— Bueno, después de todo es mi mamá

Ambos rieron, acercándose un poco más, Astrid cada vez estaba más dormida, a pesar de que Hipo le había quitado algunas responsabilidades para facilitarle el estar más tiempo con su hijo y que obviamente no estuviera tan casada, siempre terminaba demasiado agotada, ¿Y quién no? Estoico II era demasiado curioso y valiente —mala combinación—en cuanto empezó a gatear, los líos comenzaron, se perdía y medio Berk lo buscaba, incluyendo dragones, se acercaba a los acantilados y se agarraba de las colas de los dragones bebés. Alguna vez se metió al bosque, tanto fue su exploración y tanto la curiosidad de su mamá por saber que haría, que Hipo junto a tormenta y la pandilla fueron a buscarlos en la noche, y un sinfín de cosas más. Ahora que el pequeño aprendió a caminar, no se podía imaginar lo que pasaría, si gateando logro hacer tanto ¿Qué será ahora que ya camina?

La respiración de Astrid se volvió más profunda, así que Hipo la acomodo mejor, la tapo y le deposito un beso en la frente. Cuidar de su hijo no era nada fácil y menos sabiendo que era igual a él y ella juntos, y de remate es un vikingo.

Ser jefe de Berk no era fácil, tampoco ser la mano derecha del mismo y ser padres mucho menos, aun les quedaba mucho por aprender, mucho por descubrir. Su hijo comenzaba a caminar, lo que significaba que muchas cosas más sucederían, pero no tenían de que preocuparse, tenían a sus amigos y sus dragones que estarían ahí para ellos.


*Hago referencia a un fic anterior, se llama "Nuestro espejo"

Cumplo una pequeña petición a una fiel seguidora mia C: Gaby Chanii. No se aun cuantos drabbles serán, pero debo decirles que todos llevaran esta temática, Hipo y Astrid como papás, no llevaran una relación entre si, pero puede que en algún momento los relacione.

Sin mas, espero que les haya gustado, espero sus comentarios y tambien los invito a leer mi otro fic "¿Enredados?" en ambos fics estare trabajando asduamente.

Dicen que los aplausos son alimento del actor. Los reviews son el alimento del escritor.

Se despide Risu-chan xD

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¡Nos leemos!