La trama de TDI y sus secuelas, obviamente no me pertenecen. Si no, el DxG nunca hubiera pasado mas allá de una amistad, Courtney hubiera ganado el millón y yo fuera rica ;D
Y como nueva inclusión a esto: Scott hubiera tenido mas y mejores escenas ;D
Hago esto sin fines de lucro, mi unica paga son los rewiew, y numero de cuentas que estén ellos O:)
Lo único que me pertenece es la trama de las historias, mas que uno u otro OC
quien me lo robé, escribiré su nombre en el correo del infierno ;)
sin mas que decir, doy inicio a este nuevo fic:
CAMBIO DE CUERPOS
Capítulo 1: Dos vidas, un mundo.
El despertador sonó exactamente a la hora indicada, ni un minuto más, ni un minuto menos. Al tercer timbrazo, una mano morena, con una manicura francesa que solo podía ser hecha en peluquería, salió perezosa debajo de una sabana azul, apagando de inmediato el aparato. Lentamente, la mano retrocedió su camino.
—Que no daría yo por permanecer en este lecho de rosas unos minutos más —pensó la chica entreabriendo perezosamente sus ojos castaños. Cerró los ojos unos segundos más, y, apretando los parpados con fuerza, se deshizo de a patadas, la sabana que la cubría. De inmediato se sentó en la cama, quedarse ahí acostada solo serviría para que le diera mas sueño.
Estirándose, Courtney Jonson se levantó, conteniendo un bostezo, miró su cama hecha un desastre, y con un suspiro, comenzó a tenderla. Solo cuando dejó la última almohada decorativa en la gran cama, y las sabanas totalmente extendidas sin la mas mínima arruga, fue que le vio el visto bueno y decidió irse a bañar. Tomando su ropa de un escaparate de roble lustrado, se dirigió al baño de su cuarto.
Hoy sería un día largo, además de tener dos exámenes y una exposición, tenía práctica de voleibol, el comienzo del torneo se acercaba y su equipo y ellas misma necesitaban mejorar todo lo posible. Además, era jueves, y como todos los jueces, acompañaba a trent a verlo practicar con su banda, sin excepción.
Suspiró, su vida a veces estaba muy llena de obligaciones para su gusto.
Mientras la morena recién se levantaba, otras personas, quizás con la vida más o menos difícil, ya tenían su día iniciado. Entre ellas, se encontraba una chica de tez pálida y cabello corto negro con mechones azules, que en estos momentos llevaba puesto un delantal rosa y guantes de cocina.
—Demonios —masculló Gwen, tratando se separar con la espátula, el tocino algo quemado de la sartén. Gruñendo, revolvió los huevos para que no se pegaran también, el sonido que indicaba que las tostadas habían saltado de la tostadora la hizo brincar asustada.
—Gwen, el desayuno es para hoy —decía el hermano menor de Gwen, Dylan, que estaba tranquilamente sentado en la mesada de la cocina. Gwen le envió una mala mirada que hizo que el chico, se enderezara y abriera los ojos algo asustado— Eh… ¿Te ayudo? Después de todo ya terminé la tarea…
Dijo sonriendo nerviosamente, esperando que con eso, poder salvarse del mal humor que siempre traía Gwen durante las mañanas.
—Termina de preparar esto, y déjame ver tu tarea —dijo Gwen quitándose los guantes de cocina y dándoselos a su hermano. Mientras este lidiaba con el tocino, Gwen miraba con ojo crítico los garabatos de Dylan. La letra era horrible pero al menos legible, y las respuestas, aunque cortas, eran correctas. Con un suspiro, cerró el cuaderno y lo metió dentro de la mochila de su hermano— Espero que esta vez, no dejes la tarea a última hora.
—Si, hermana —suspiró Dylan derrotado. El ni pensaba hacer la tarea, pero, no había ni sospechado que su hermana, que era muy reservada a lo que se refería con intimidad, revisaría sus cuadernos. Suspiró, por mucho que quisiese Gwen, ella con los estudios, era una verdadera pesada— Creo que ya están.
En menos de diez minutos, ambos hermanos estaba comiendo el desayuno, que medio quemado, al menos estaba comestible. Dylan echó un poco de broma, mientras que Gwen daba uno que otro comentario. Un gran bocinazo se hizo escuchar cuando ya estaban terminando el desayuno, Gwen fue a ver por la ventana, que daba vista al estacionamiento del edificio, se le iluminó el rostro de repente, y envió un saludo hacia el jeep que yacía esperando.
—Apúrate Dylan, Duncan ya vino a recogernos —dijo Gwen desatándose el delantal, dejando ver una ropa gótica: Camisa negra, falda corta y negra, botas, medias…
Dylan solo asintió, terminando con su plato de un solo bocado, agarró su mochila y siguió a Gwen.
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—Hasta luego, mamá, papá —trató de despedirse Courtney ante sus atareados padres, donde su madre estaba hablando por teléfono sobre un diseño de moda que había salido mal, y su padre tecleaba rápidamente en la computadora, sin despegar la vista de ella.
—Seh, Seh —Emma rodó los ojos, haciendo un movimiento vano con la mano, e ignorando a su hija— ¡Está bien! ¡Enviare el diseño original, pero si algo le ocurre, Jackson, te juro que te mato!
—Hasta luego, Carla —se despidió Jhon.
Courtney rodó los ojos con desagrado, pero ya estaba acostumbrada a sus padres, tomó su mochila y salió de la cocina, donde se suponía que era para comer y charlar la familia, se dijo amargamente Courtney. Cruzó la sala y salió por la puerta trasera, en dirección al garaje. Oprimiendo un botón, el portón se levantó, dejando mostrar un convertible azul oscuro, ultimo modelo.
—Al fin, el único que me quiere aquí —dijo de mal humor, arrojando su mochila de marca al asiento de al lado, y subiéndose. Puso la llave en el contacto y se dirigió de inmediato al colegio.
Llegó a tiempo, como de costumbre. Estacionó su convertible y se bajó de el, viendo a los demás estudiantes estar en el estacionamiento conversando animadamente.
—Hola, Courtney —saludó alguien a su lado, Courtney volteó y vio a Noah, le sonrió a modo de saludo y comenzó a caminar junto a el— ¿Pudiste terminar el trabajo finalmente?
—Si, lo tengo todo listo, este trabajo será el mejor de todos —sonrió Courtney con aire de suficiencia, Noah le mandó una mirada de desafío.
—¿Ah, si? Pues aun dudo que algún día puedas superarme —Courtney se paró en ese momento, al lado de Noah mirándolo de manera fulminante. Eso ya era tácito entre los dos, todos los días, competían por ver quien sería el mejor de las clases. Noah lo era regularmente, pero Courtney era un fuerte contrincante. Un rayito unió sus ojos, viéndose claramente el desafío que se tenían. Pero antes, de que hicieran cualquier cosa, una música estruendosa de rock pesado os hizo saltar, justo a tiempo, porque si no, hubieran sido arrollados por la camioneta 4x4 que iba a toda velocidad.
Courtney quedó de sentón, con los ojos bien abiertos, y aun sorprendida de que estuviera viva. Pero de inmediato frunció el ceño, y conteniendo una maldición, se levantó furiosa para reclamarles a los que se bajaban.
¡Ah, claro! ¡Tenían que ser Delani y Parker!
—¡Oigan! ¿Qué acaso no saben que en un estacionamiento deben de estar a baja velocidad? ¡Casi nos atropellan! —gritó Courtney señalándose hacia si misma y después a Noah, que recién se estaba levantando.
Un chico alto y delgado, con aspecto de matón, se le quedó viendo, para después reírse.
—¡Que mal! ¡Si no me hubiera fallado el acelerador! —dijo en voz alta, y a su lado, Gwen, soltó una risita. Courtney fulminó con la mirada a la gótica, y esta solo la miró con indiferencia.
—¿Tu de que te ríes? —gruñó Courtney.
—De ti, obviamente. —dijo con descaro Gwen. Después tomó del cuello de la camisa al punk y lo arrastró para que caminara junto con ella— Vamos, Duncan. Mas tarde podrás divertirte con la chica tipo A.
Courtney gruñó mas audiblemente, casi como un gato. Y Sintiendo como sus manos querían destrozar algo, tomó su mochila y caminó hacia el colegio. Juraba, que en su vida, jamás había conocido a alguien tan insoportable como Duncan Parker y Gwen Delani.
—Vamos, Courtney… no valen la pena —le dijo Noah, pasando una mano por la espalda y caminando junto con ella. Pero con cuidado, no debía de meterse con ella en esos momentos.
Mientras…
—Ya Duncan, bájale dos, tan poco fue para tanto —le dijo Gwen rodando los ojos. Desde el estacionamiento, Duncan no había parado de reírse, y Gwen ya estaba algo casada de eso.
—Lo sé, lo sé, pero… ¿Viste su cara? —le preguntó— ¡Al demonio! De verdad que amo molestar a esa perra…
—Duncan…
—Seh, seh... "No debo de ofender a las mujeres bajo ningún concepto" —Duncan rodó los ojos, llegó a su casillero y comenzó a meter sus cosas y sacar lo necesario para ese día— ¿Sabes, Gwen? A veces te pareces a ella…
—Compares pero no ofendas. —Gwen hizo una mueca fastidiada. Pero decidió cambiar de tema, sonriendo casualmente— ¿Y bien, cuales son los planes para el viernes?
—Mmmm… no lo sé, ¿Tener sexo hasta caer rendidos el domingo? —preguntó Duncan sonriendo, Gwen rió metiéndole un golpe en el hombro a Duncan.
—Tu solo piensas en sexo, Duncan…
—…Hola, Gwen…
—¿Ah? Oh, hola, Trent. ¿Y bien, que haremos este fin de semana? —preguntó Gwen sin esperar la repuesta del pelinegro. El pelinegro suspiró y siguió con su camino.
—Neh, ya veremos… Total, ¿Lo que sale de un momento a otro, de manera espontánea, es lo mejor, no? —pregunto Duncan sonriendo, resaltando el lema de la gótica. Gwen también sonrió coquetamente, tocando el pecho de Duncan.
—Si, tienes razón, pero bien, me tengo que ir a clases, hasta la noche, Duncan —le dijo acariciándolo un poco, antes de darse media vuelta e irse. Pero de improviso, Duncan la tomó de la cintura, le dio media vuelta y la besó apasionadamente, haciendo que Gwen abriera los ojos sorprendida.
—Hasta la noche, Gwen —le sonrió Duncan al separarse, y aprovechando, rozando el trasero de ella. Gwen sonrió algo nerviosamente y fue a su salón de clases. Duncan sonrió maliciosamente mientras negaba con la cabeza y se iba a su salón.
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—Entonces… La historia del Canal de Panamá se remonta a los primeros exploradores europeos en América, ya que la delgada franja de tierra, el Istmo de Panamá, constituye un lugar idóneo donde crear un paso para el transporte marítimo entre el océano Pacífico y el Atlántico… —decía Courtney con el mismo tono de cómo si se hubiera tragado un libro de texto. Con la varilla que tenía señaló un mapa— Como se puede ver aquí, sirve como comunicación marítima entre los países…
Se tuvo que callar, los murmullos de alguien no la dejaba concentrarse. Miró con el ceño fruncido quien era el maleducado: Como no, debía de ser Parker. Se cruzó de brazos y se quedó callada abruptamente.
—…¿Ocurre algo?
—Si profesor, verá, es que Parker no me deja continuar con mi exposición —dijo Courtney. El viejo profesor vio a Duncan que estaba con una mirada inocente, con aureola y alas doradas, pero el hombre sabía que apenas se volteara, le saldría los cachos y la cola, no por nada le había dado clases por siete años.
—Parker, sálgase. —ordenó el maestro, y Duncan rodó sus ojos, tomó sus cosas y se fue hacia la puerta.
—Maldita perra… —le gruñó Duncan por la comisura de los labios.
—Adiós, Dunkito —le sonrió tiernamente Courtney, despidiéndose con la mano, sintiendo realizada cuando el cerró la puerta de un portazo. Courtney carraspeó un poco miró a la clases y continuó, feliz de habérselas cobrado por lo del estacionamiento— Bien, como iba diciendo…
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—Así que… ¿Jonson te corrió de la clase? Yo le hubiera agradecido —rió Gwen alegremente viendo a Duncan. Ellos dos, juntos con otros tres chicos de aspecto tenebroso, estaban sentados en las mesas del colegio, terminando de comer para irse.
—Lo hubiera hecho, ¡Si no necesitara la nota para historia! —le gruñó Duncan de mal humor y medio desesperado.
—Si dejaras a la chica en paz…
—Oh, cállate Pixie…
—¡A mi novia nadie la calla! ¿Entendido, Parker? —amenazó el oto chico del grupo, Reaper. Duncan lo miró por un momento, pero después se calló, volviendo a hundirse en su estado de depresión.
Marilyn, una chica con la cara pintada de blanco y mucho delineador, miró a Gwen.
—Todos aquí, son unos idiotas —Gwen le dio la razón mientras terminaba de comer su manzana.
—…Trent, a eso se le llama acoso —dijo Courtney con los ojos cerrados, y con la mejilla reposando en la palma de su mano, con gesto aburrido. Todos los días, Trent se la pasaba mirando a Delani "disimuladamente" o como decía Noah, "con cara de idiota que se queda viendo una mosca volar en una clase aburrida de historia". Ambos le sugerían diario también, que le tomara una foto a la gótica, pero que dejara de verla así.
El pelinegro, tardó un rato en reaccionar, sacudiendo su cabeza y desordenándose más su tupido cabello negro azabache. Después sonrió tímidamente.
—Lo siento, debo parecer un psicópata, ¿No? —preguntó el algo sonrojado, Noah y Courtney asintieron automáticamente. A su lado, Bridgette rió quedamente pasando un brazo sobre los hombros de Trent.
—Vamos, compréndanlo, el está enamorado —dijo sonriéndole dulcemente a Trent, este solo miró hacia otro lado, algo avergonzado. Después, algo captó la atención de Bridgette y se puso de pie de inmediato— ¡Ahí está Geoff, chao, muchachos!
Y se fue corriendo hacia el grupo de Duncan y Gwen, donde también, había llegado un muchacho de cabello rubio y sombreo de vaquero, que destacaba mucho entre el grupo vestido de negro. Trent, suspiró y dobló los brazos sobre la mesa antes de apoyar la frente en ellos.
—A veces temo que a Bridgette se le salga la verdad…
—No lo hará, Bridgette no es tonta —dijo Courtney comiendo con tranquilidad, después miró fijamente a Trent— Ya, en serio ¿No crees que es momento de decirle a Gwen lo que sientas por ella? ¿Cuánto llevas enamorado de ella? Dos, tres…
—En realidad, cuatro años —cortó Noah. Trent gruñó por lo bajo y subió la mirada, viendo al par de morenos lúgubremente.
—Claro, y que me rechace por estar con Parker —dijo, después suspiró, bajando la mirada nuevamente— Además, es obvio que nunca le voy a interesar. Si se olvidó de mí cuando éramos mejores amigos, si le digo que me gusta me dará,…
—¿Una orden de alejamiento por acoso? —sugirió Courtney.
—Iba a decir que un alto, pero gracias, Courtney —gruño nuevamente Trent, deprimiéndose. Más, a pesar de eso, subió la mirada cuando Gwen y Duncan salieron juntos hacia los estacionamientos.
Si tan solo…
—Vamos Duncan, ya llevo diez minutos de retraso —dijo Gwen despegando a Duncan de Reaper, que habían comenzando un juego e luchas.
—Oh vamos Gwen, seguro que tu jefe comprenderá.
—¿Estas loco? Si ese cerdo explotador me cobra del sueldo los minutos que llego tarde —dijo Gwen pasando por la reja antes de llegar al estacionamiento, se subió al asiento de copiloto y Duncan en el de conductor, encendiendo el carro de inmediato.
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Courtney entró a las cachas de voleibol, lista con su uniforme. Un sweater negro de licra ceñido al cuerpo, por encima la camisa del equipo, unos shorts grises, medias negras y zapatos deportivos. Tomó su primera posición de juego, en el último lugar. Y, desde ese mismo sitio pudo visualizar también a Rebeca, jugando desde el otro lado de la cancha, ambas se dirigieron miradas asesinas.
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—¡Delani! Llegas quince minutos tarde —gritó su segundo jefe, Gwen resistió el impulso de estrellar un puñetazo contra su cara, solo se dignó a mirarlo sin mucha importancia— ¡Te lo descontaré de su salario!
—Seh, seh, como usted quiera —Gwen rodó los ojos, yendo a vestirse: camisa a rayas mostaza y amarillas, delantal blanco con varias manchas de grasa, un pantalón marrón y un ridículo sobrero de una hamburguesa.
Este, como todos los días iba a ser un día rudo.
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Eran la quinta vez que Rebecca la golpeaba con el balón, y Courtney estaba segura, de que no era sin querer. Se levantó con la cabeza dolorida, y miró como esa falsa rubia le sonreía, se ajustó su cola de caballo y tomó posición nuevamente, pero esta vez, hacia la izquierda.
—Esa maldita perra va a caer —pensó.
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—Buenos días y bienvenido a la hamburguesa apestosa, ¿Qué desea? —Preguntó Gwen automáticamente, saltándose el aburrido y nada provocativo lema del lugar.
—Ah… —el cliente abrió la boca con cara de estúpido.
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Al balón pasaba, unos dos, tres veces hasta enviarlo al otro lado de la red, donde el equipo contrario repetía la estrategia, ese había sido su forma de jugar: hacer exactamente lo que su adversario. Courtney pensaba, que en cualquier momento iban a meter la pata y…
De repente cayó al suelo, por un golpe del balón. Courtney entreabrió los ojos, adolorida por el golpe y pudo ver como Rebeca sonreía mientras chocaba la mano con su amiga. Ok, ahora era personal.
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—¿Para llevar o comer aquí? —preguntó Gwen feliz de que el hombre, después de diez minutos de dudar, escogiera finalmente su pedido.
—Ah…
—… —Gwen quiso pegar su cara contre la registradora, una y otra, y otra vez.
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El equipo contrario se pasaba el balón nuevamente, el juego había proseguido de manera que quedaba pocos minutos para terminar el partido, y como la posiciones habían rotado, ahora ella era la primera, justo en frente de la red, y justo a frente de Rebeca.
La rubia pasó con fuerza el balón hacia el otro lado de la red, queriendo hacer un remate, y en ese momento Courtney dio un paso hacia atrás, dejando que su equipo, interceptara el balón y lo alzaran a su altura.
—¡Courtney, dale! —dijo una compañera, Courtney se preparó. Y cuando el balón estaba a suficiente altura, saltó con fuerzas y atacó hacia el otro equipo. Enviándolo al punto desprotegido, el balón rebotó con fuerza y le pegó en la cara a Rebeca.
—¡Punto para el equipo 2, y se termina el juego! —si, la venganza de Courtney eran muy buenas, pensó para si misma la morena al ver a Rebeca llorando mientras se sostenía una nariz sangrante.
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Gwen llegó finalmente a casa, cansada, oliendo a comida grasienta, con el cabello revuelto y con un dolor de pies de infarto, pero finalmente había llegado… para encontrar la casa echa un desastre.
La maceta volcada y el piso lleno de tierra, los cojines del sofá en el suelo, la televisión de la sala encendida, la mesa llena de agua, barro y papel periódico en tiras (¿Cómo y porque? Era la pregunta de Gwen) El fregadero lleno hasta el tope, y lo que parecía ser un intento de comida en la cocina, quemada. Bufó ¡Joder, ella no era uno con la limpieza, pero tampoco le encantaba nadar en desorden! De inmediato fue al que podía ser el único culpable: su hermano Dylan.
Gwen fue directo a su cuarto, encontrándolo esparramado y en ropa interior en la silla de la computadora, viendo la pantalla del televisor sin siquiera pestañear, y jugando algo que contenía violencia y mucha sangre. Gwen desenchufó el cable y Dylan pareció salir de un estupor.
—¡Se fue la luz! ¡Joder, ya iba a tener la máxima puntuación! —dijo enojado, lanzando el control hacia su cama— ¡Mal nacido sea el que….! Oh, Hola querida hermanita ¿Cómo estas? ¿Te fue bien en el trabajo? ¡Te ves linda hoy!
Cambió automáticamente Dylan el tono de voz, de uno furioso a otro dulce, por solo ver la cara de Gwen, se notaba que estaba furiosa. Por dentro, temió por su vida.
Gwen, por otra parte, trató de no matar a su hermano. Debía de ser conciente, considerada, era solo un niño, un niño que había destrozado la casa que había limpiado apenas ayer…
—Primero, vístete —dijo, mas bien ordenó Gwen, sin derecha a replica— y luego, vas a limpiar el destrozo que hiciste, antes de ponerte a hacer tu tarea.
—S-si hermanita dulce de mi corazón —fue capaz de decir Dylan, antes de que gwen cerrara la puerta de un trancazo.
Afuera, ahora Gwen comprendía lo furiosa que se ponía su madre cada vez que llegaba y encontraba todo desordenado, después de tanto trabajar y el día en la calle, que no fueran capaces ni de limpiar los platos… Sacudió la cabeza, y miró el reloj: eran las nueve y media de la noche, tenía que ponerse a hacer su tarea.
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—Tienen que estar unidos, muchachos —dijo Courtney quitándose los audífonos, después de haber escuchado a Trent y a su banda tocar. Lo cierto era que tenían talento— Uno va tres notas atrás, otro toca en la mayor y no en el séptima y Trent… bien como siempre.
El resto de los chicos rodaron los ojos, pero debían de aceptar que Trent era el que le daba vida a la banda, siendo el, el cantante principal y guitarrista.
—Oh, vamos Courtney, estuvimos bien todos —le quitó importancia Trent, guardando su guitarra, luego miró como la castaña metía las cosas apresuradamente las cosas en su bolso— ¿Te vas acorriendo?
—Si, tengo que estudiar, además de que tengo que llegar ante que oscurezca mas, mis padres no hacen la cena y… ¡Adiós! —dijo Courtney despidiéndose en general. Trent suspiró y sonrió, luego vio a la banda.
—¿Bien, quien quiere tacos? ¡Yo invito! —
—Vamos a dejarlo en la banca rota —pensó el bajista silbando alegremente, yendo detrás de Trent, dejando al del teclado y a la baterista con sus cosas.
—Si será… ¡! —gruñó la baterista tirándole una de las varillas.
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Courtney llegó a la avenida de su casa a las nueve y media, y como siempre, el irresponsable de su novio no se hallaba ahí. Se ajustó la chaqueta y comenzó a repiquetear el piso con el tacón de su zapato, odiaba horriblemente esperar.
Una figura alta y fornida la hizo subir la mirada, queriendo decirle a Justin hasta del mal que se iba a morir por hacerla esperar (¡Dos minutos eran dos minutos!) dio un paso hacia delante, pero se detuvo asustada. No era Justin, era… el…
Tragó en seco, y negando con la cabeza retrocedió asustada.
—Hola, Courtney, ¿Cómo estás? —preguntó el chico con tono casual, sonriendo.
—Ehhhhh… b-bien, ¿Y tu, R-Reinaldo? —
—Oh vamos Court, nos conocemos desde hace mucho, puede decirme Rei-rei, ya sabes… como me decías antes —rió el chico un poco, acercándose a Courtney.
—Ehhhhh…. yo… ¡Mira, haya está Justin, MI novio! —dijo Courtney repentinamente feliz, señalando al moreno que veían caminando desde lejos. Sin mas, Courtney echó a correr— ¡Adiós!
En esos momentos, Courtney pensaba que iba romper un record mundial, de seguro, ni en clases de deportes corría tanto. En menos de un minuto había corrido la cuesta empinada, y se encontraba abrazando a Justin por el cuello, guindándose prácticamente a el, y besándolo poco después.
Justin la tomó de la cintura y la alzó hasta que quedara a su altura, suspendiendo a Courtney al menos cinco centímetros. Ella tuvo que suspirar por dentro, para poder relajarse. Cuando Justin la bajó, Courtney lo miró con una sonrisa de oreja a oreja.
—Me vuelves a buscar tarde y te mato… —
—Lo siento, cariño. Pero entiéndeme, toma rato tener este cabello así de bien —dijo el guapo chico haciendo un movimiento galante y pasándose una mano por su cabello castaño, peinado a la perfección. Courtney rodó los ojos, pero después sonrió malévolamente.
—Bien, me vuelves a buscar tarde y… te dejo calvo. —Justin se paralizó en ese momento, pero luego comenzó a reír nerviosamente.
—Oh, que graciosa eres, cariño. Porque es una buna broma, ¿Verdad? ¿Courtney? —Justin tenía un rostro cada vez más crispado por el miedo, Courtney por dentro bailaba de la alegría.
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—¡Ya llegue, Gwen! —dijo Duncan entrando.
—Calla, Dylan ya está dormido —suspiro Gwen dejando el trabajo, aun por la mitad, en la mesa limpia y sin un rastro de barro. Duncan se encogió de hombros desinteresado, dejando su chaqueta de cuero en el sillón, y quitándose la camisa también.
—¿A la cama?
—Claro, solo dame un minuto.
Duncan se fue al cuarto, y Gwen aprovechó para estirarse, ir al baño, cepillarse los dientes y refrescarse un poco, poniéndose de una vez la pijama, que era una camisa negra sencilla, de hombre. Con la idea de una buena noche de sueño, Gwen se fue feliz a su cuarto.
Pero no había dado ni dos pasos cuando sintió como la tomaban de la cintura y la alzaban, antes de besarla apasionadamente. Gwen, por la sorpresa, no correspondió el beso.
—Du-duncan… hoy no… —dijo gwen entrecerrando los ojos cuando sintió como el punk le comenzaba a besar el cuello, en una zona muy erógena para ella, con lentitud, rodeó el cuello de el— E-en serio, estoy cansada…
—Pero… ¿Qué mejor que una buena noche de sueños, después de una sesión de sexo? —el tenia un punto, pensó Gwen soltando un suspiró cuando sintió como las manos del chico le comenzaba a quitar la pijama.
—Eres un terco, ¿Sabes? —dijo Gwen, sintiendo como la alzaban de brazos.
—Vamos, que así te gusto.
Gwen no pudo evitar sonreír, eso era cierto. Le encantaba lo impulsivo que era Duncan, y también lo pasional. Era como una llama viviente, nunca se extinguía ni apaciguaba, sino que prevalecía, y consumía todo a su paso; como a ella, por ejemplo, y es que, quien no conviviera con Duncan Parker y no se le pegara sus mañas, como el de reír fuerte, hacer travesuras, decir su opinión a cuatro patadas o simplemente pelear, no era alguien vivo.
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Courtney estaba encerrada en su cuarto, tratando de ignorar los gemidos y jadeos de la habitación de abajo. Como era normal, su padre había salido para una junta de trabajo, era como la tercera del mes, y su madre, no había perdido ni dos segundos en llamar a sus "amigos". Joder, si al menos se acostara con ellos en otro lugar que no fuera la cama con que compartía con su esposo, al menos así, a Courtney le parecería menos repugnante.
Rodó los ojos, y tomó pastillas para el estrés, ahora necesitaba concentrarse, no escuchar una película porno al vivo. Nuevamente comenzó leer y subrayar textos, necesitaba buena nota en literatura, nunca se le había dado muy bien y si no tenía una nota perfecta como las demás materias, no le darían la beca.
Ignoró cuando el reloj dio la una de la mañana, necesitaba memorizar aun diez páginas.
Entrecerró los ojos con cansancio, confundiendo las letras pequeñas del libro, cabeceó un par de veces y… sacudió la cabeza con fuerza.
Tenía que seguir, debía hacerlo, dormirse y dejar todo para después no serviría para nada. Después de todo, si quería tener la vida de sus sueños: tranquila, con obligaciones especialmente designada para una abogada, con una mansión al final de un barrio de ricos, bien lejos de sus padres y con un esposo también abogado o de un puesto de igual o mayor categoría (No señor, nada de vagos inadaptados) con perfectos hijos que harían lo que ella consideraría lo mejor para ellos, debían estudiar.
¿Qué si diversión o una vida?
Eso vendría después, después de ganársela como ella sabía que se la merecía.
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Gwen apoyó la mejilla en la almohada tratando de dormir, pero la verdad es que tenía demasiado frío como para siquiera intentarlo. Volteó la mirada y vio a Duncan dormir como una morsa, con la los brazos cruzados tras la nuca y la boca abierta. Al menos no roncaba.
La verdad es que eso normalmente pasaba: Después de su día agotador, pelear con su hermano al menos una vez por día, estudiar y limpiar algo la casa, Duncan venía y tenían sexo muy apasionado. Su vida, en síntesis era simple.
—Sí, solo falta estar un día en mi lugar y dejaría de ser simple —bufó Gwen parándose de la cama, dejando que Duncan se terminara de arropar con SU frazada. Suspiró, buscando en su armario una más gruesa y con que no le diera frío.
Volvió a su cama y se arropó viendo la luna que se filtraba por la ventana, esperando que el insomnio no la consumiera esta noche.
Casualmente, Courtney Jonson miraba por su ventana al igual que Gwen.
Y aquí está el primero cap de la historia! Interesante la vida de ambas, neh? xD No se porque diablo amor poner a esas dos como protagonistas, será por que las amo! :D
Bien, como puede ver este cap es tan solo una introducción, como es la vida diaria de ambas, y esa paja xDD Se ve que ambas se caen mal, y de tener oportunidad siempre están enviándose esos comentarios mordaces o queriendo arrancarse los ojos una a otra
El próximo cap se llamara: la tumba del gran Ivysaur
Esperenlo ;)
