Era una noche oscura y lluviosa, vacía en sus calles, excepto una forma. Llevaba una túnica que le cubría todo el cuerpo, en una mano llevaba una guadaña apoyada en el cuello, dentro de la capucha se veían dos ojos, uno verde y otro rojo, que miraban a su alrededor, buscando algo, que finalmente encuentra, en un callejón, un lobo amarillo, rubio, con una chaqueta blanca que dejaba ver su camiseta roja, unos vaqueros cortos azules y unas zapatillas blancas por delante y amarillas en el resto, tenía un enorme corte en el brazo, peligrosamente cerca de la muñeca, y se lo estaba vendando. Al terminar de hacerlo guardó las vendas restantes en una mochila y se la colgó

- . . . - aquel ser le miró fijamente, el lobo se ponia cada vez mas nervioso.

-¡Venga, aquí me tienes, ven a por mí!- extendió las manos mientras le miraba con algo de miedo

Pero la forma de la guadaña le miraba impasible, se agarró de la capucha y se la quitó, sus orejas se levantaron, su pelo era corto y negro, su piel blanca y su pelaje gris.

-¡Thanatos!-aquellos ojos, fijos en los suyos, provocaban miedo, terror.

- . . . Jason the Wolf . . . por fin te encuentro . . . ya no volverás a escapar-dijo aquel ser que parecía ser la parca.

El lobo extendió su mano hacia el pecho de aquel ser y se sujetó la muñeca, su mirada cambió a una de decisión

-¡Eso es lo que tú crees!-dijo mientras cargaba una gran cantidad de energía en la palma de su mano-¡Vete al infierno!

Y disparó.