Disclaimer: No son míos, son de Masashi Kishimoto.

Following the Sun

Encontró la pieza de tela negra entre sus cosas. Entrecerrando los ojos (es la forma de fruncir el ceño cuando no se tienen cejas), tomó la capa, abriéndola y dejando ver sus diseños a la luz de la mañana.

Nubes rojas sobre fondo negro. Un símbolo de temor, poder y muerte.

¿Qué hacía ella con esto?

"Era el de Sasori," murmuró ella desde la puerta. Sonrió mentalmente al verle sentado en el suelo, dividiendo la ropa en diferentes cajas. Parecía un niño atrapado con las manos en la masa... o mejor, con las manos en la ropa. Sus ojos verdes se confrontaron, una sonriente, dulce; el otro confuso, con un toque de su siempre volátil temperamento.

"Sasori," repitió él, recordando ese viejo enemigo de su patria. La anciana que le devolvió la vida, acabando con todos los remanentes de esa familia que estuvo marcada por el dolor y la incomprensión desde tiempos remotos, cuando él siquiera pensaba en nacer.

Alzó la vista del rojinegro material. Ella se había sentado frente a él, ofreciéndole la taza de té con una sonrisa, mientras sus ojos volaban a ese pasado, a esa batalla donde lo tuvo que dar prácticamente todo para cumplir con su deber... y ayudar a traerlo de vuelta.

No lo sabía en ese momento, pero su corazón le indicaba que tenía que hacer hasta lo imposible... ¡tenía que vivir!. ¡No podía dejar este mundo, no sin antes saberlo!

Mirándole beber el té con tranquilidad, aún con la cabeza baja y los ojos puestos sobre el montón de ropa coronado con esa pieza, sonrió una vez más y le quitó la tela, doblándola cuidadosamente.

"¿La vas a guardar?" preguntó él, sin bajar la taza. Ella asintió, colocando la capa de Akatsuki en la caja dispuesta.

"Sí, aún quiero conservarla... como un trofeo de esa batalla."

"Fuiste la primera en derrotar a un Akatsuki" dijo él, pensativo, recordando lo que le habían contado de ese tiempo en el cual había estado muerto.

"Con ayuda de Chiyo-baa-sama. Nunca lo habría podido derrotar sola. Pero fue una gran enseñanza, más que todo por los resultados."

"¿Los resultados?"

Sakura sonrió de nuevo y continuó sorteando la ropa.

"Sí, los resultados. Si no hubiésemos peleado contra Sasori, no estuviésemos los dos acá."

Era asombroso cómo la vida se encargaba, entre sus múltiples vueltas, de hacer cómo dos vidas marcadas por la soledad se uniesen en una sola. La imagen de la capa sólo demostraba lo que ella había sido capaz por él, a pesar de que nunca hubo interacción entre ellos, la chispa que se encendió después fue cegadora, atrayéndolos como las polillas al fuego.

Konoha perdía una kunoichi, pero Suna la ganaba con creces, al ver a su Kazekage feliz, siguiendo el sol que jugaba entre sus cabellos.

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- Tenna' ento lye omenta -