Disclaimer: los personajes aquí descritos no me pertenecen, son propiedad de L.J Smith y de la CW.
Aviso: Este fic participa en el reto "Doce Palabras para Celebrar" del foro The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons.
.
.
.
Caroline abrió los ojos lentamente. Los párpados le pesaban y sentía un dolor terrible en la columna vertebral, lo cual solo podía significar que alguien le había partido el cuello.
Poco a poco, sus ojos empezaron a acostumbrarse a la luz y por fin las imágenes borrosas que percibía empezaron a recobrar nitidez.
– ¡Buenos días!
Caroline soltó un grito cuando visualizó una cara a pocos centímetros de la suya. Se apartó lo más rápido que pudo, hasta que su espalda chocó con la pared.
El rubio desconocido levantó una ceja, divertido.
– ¡Por fin todos reunidos!
– A mi nunca me das los buenos días. – murmuró otra voz con fastidio, captando la atención de Caroline.
– ¿Elena?
– Error. Prueba otra vez.
– Katherine…
– ¡Bingo! no sé por qué todos me confundís con Elena. Evidentemente yo soy mucho más sexy.
– Katerina, siempre tan modesta. – El híbrido sonrió sin dejar de mirar a la rubia. Katherine se retocó el cabello, coqueta. – ¿Cómo van las bolsas de sangre, ripper? ¿Te paso otra?
Por primera vez, Caroline notó la presencia de Stefan, que no dijo nada en ningún momento. Estaba demasiado ocupado con una bolsa de sangre. Humana.
– ¡¿Stefan?!
– Oh, cariño. – El híbrido suspiró – Deja que te ponga al día.
Al parecer, Damon había sido mordido y Stefan se ofrecía a cambio de la cura.
– ¡No puedes irte con él!
– Ah ah. Ése no es el trato. Caroline preciosa, tú también te vienes conmigo. De lo contrario… Adiós Damon.
– ¡Ni hablar!
Stefan parecía perdido. Su cuerpo temblaba involuntariamente y en sus ojos, tristes y vacíos, se leía el miedo por perder a su hermano Damon.
Tenía que hacerlo… no por Damon, sino por Stefan.
Klaus arqueó las cejas.
– ¿Y bien? ¿Qué decís de mi propuesta?
