Introducción


Nada parecía perturbar la alegría que se sentía en el jardín "los enamorados" en parís Francia, los niños jugaban alegres mientras sus padres orgullosos veían a sus retoños correr y reír, un vendedor de algodones de azúcar rosados que llamaba la atención de los pequeños gritaba a lo lejos, a la una de la tarde salían los chicos del colegio y se entretenían en el parque a pasar un buen rato con sus amigos, en un rincón una que otra pareja de adolescentes besándose apasionadamente, y en contraste una persona por allá caminando cabizbaja probablemente causa de una relación rota o una perdida irreparable, el jardín de los enamorados tenia tantas facetas, tantas historias que pasaban en un abrir y cerrar de segundos sin que nadie se diera cuenta de la delicadeza de esos matices. ni le importara notarla.

el reloj marcaba la 1:30 de la tarde y siempre fiel a su costumbre desfilaba aquel grupo de muchachos que cursaban el primer grado de secundaria sintiéndose los amos y señores del lugar, causando alboroto y destrozos mientras jugaban futbol salvajemente.

De entre todos Jean Pierre el capitán del equipo destacaba por poseer una belleza fuera de lo común, aunque lo que más lo enorgullecía era de ser un estupendo jugador de futbol tanto que había sido elegido jugador nacional de las ligas estudiantiles, y ganando importantes trofeos que eran los cimientos de una carrera que se veía prometedora.

con el mundo a sus pies desde una temprana edad Para Pierre no existían "peros" que valieran. El jugar en el parque les estaba prohibido por los encargados al jugar tan "apasionadamente", pero al muchacho en cuyas venas solo existía el futbol soccer, no le importaba los destrozos que pudieran causar, o la tranquilidad que pudieran interrumpir. Él se convertiría en el jugador estrella de Francia, y para ello necesitaba entrenar a todas horas, todos los días. fuera en la escuela, en el entrenamiento o en ese parque venido a menos.

-pásamelo François ¡PASAMELO!—gritaba Pierre enojado, cuando le pasaron el balón, hábilmente burlo a tres jugadores y metió un gol fue de tal potencia que el esférico salió volando al otro lado del jardín, los chicos se asustaron al ver la dirección hacia donde lo había mandado su capitán.

-pierre…lo mandaste al otro lado del jardín—dijo un chico, Pierre empezó a temblar pero no dejo que sus compañeros notaran sus emociones.

-si ya se, vamos por el entre todos—

-no—dijeron todos al unísono

Un chico pelirrojo envuelto en pecas se acercó a Pierre

-en serio pierre, prefiero dejar el partido por terminado a tener que ir por mi balón. No vale la pena—

-¿Qué no vale la pena? – exclamo estupefacto- ¿prefieren dejar un partido inconcluso a ir por la pelota—

-si, dejaría mil balones para no tener que cruzarme con "ella"—

-no puede ser, ¿y se dicen hombres? Son unos cobardes, parecen unas maripositas del jardín—

Pierre camino enojado y cruzo rápidamente el jardín para dirigirse a la parte antigua del parque rogando por no encontrársela y salir huyendo de ahí, pero no tuvo tanta suerte y vio sentada en una banca de mármol a la mujer que le daba tanto miedo desde que él era un infante, era una huraña anciana de aproximadamente 80 años, sin familia ni amigos, no quería que nadie nunca la molestara y varias veces había mirado con ira a Pierre y sus amigos por destruir el jardín.

Pierre conocía las miradas reprobatorias de su madre, sus maestros o su exigente entrenador pero esta señora tenía una mirada cargada de una furia y enojo tales que había hecho estremecer a todos los que visitaran el parque y tuvieran la mala fortuna de encontrarse con ella , era por eso que le tenían tanto miedo sus compañeros, alrededor de ella se encontraban varias palomas a las que diario les daba de comer religiosamente. de pronto una pequeña niña con una hermosa melena negra se cayó enfrente de ella asustándolas , estallando en sonoro llanto, la anciana se le quedo viendo durante unos breves instantes, con evidente interés.

—¡tonta vete de ahí!— pensó Pierre asustado por el trauma infantil que podría generar en esa niña, sin pensarlo empezó a correr hacia ellas, pero vio que la anciana levantaba suavemente a la infante y le limpiaba las lágrimas maternalmente con el dorso de la mano

—ya pequeña, ya, solo fue un golpecito no llores—la anciana le sonrió a la niña y esta se tranquilizo -¿ya ves que fácil es dejar de llorar?—la niña abrazo a la anciana y esta correspondió. Pierre que estaba a solo unos pasos se quedó estupefacto viendo la escena en la que por primera vez veía a la anciana…como algo humano. La niña salio corriendo para continuar jugando y dejo sola a la anciana que volteo a ver a Pierre de una forma inexpresiva.

—¿Qué es esa expresión? ¿creías que solo era un demonio convertido en una vieja?—pregunto la mujer que volvía a su máscara fría.

—no, no señora. Yo solo venia…—

"¿a qué venia?"

—tu pelota endemoniada esta atrás de ese jardín, me interrumpió cuando les daba de comer a las palomas—

-yo…yo lo siento señora…—

ahora que lo pensaba esa señora era un misterio, nadie conocía su nombre o apellido, nadie le hablaba y ella tampoco quería hablar con nadie, no tenía conocidos cercanos, no parecía ser una señora ambulante Pierre la había visto desde que tenía 3 años de edad siempre sentada en ese jardín, pensativa dándole de comer a las palomas, con un aire de tristeza y soledad a su alrededor, vestida con ropas finas y elegantes, por lo que era obviamente una señora adinerada pero... ¿Por qué tan sola? Se preguntó Pierre ¿y su marido? ¿y sus hijos? ¿sus familiares?

—quiero estar sola muchacho—dijo la anciana viéndolo fijamente quizá como una respuesta indirecta a todo lo que él estaba pensando, Pierre se bajó de su nube como procesando lentamente las palabras de la anciana, agarro su balón y se echó a correr mirando una vez hacia atrás viendo como la anciana acariciaba a una paloma blanca con una sonrisa llena de melancolía en sus labios.


Después de un arduo entrenamiento para asegurar el triunfo contra el equipo irlandés, Pierre llego a su casa hecho polvo, oliendo a sudor, queriendo una ducha y apesumbrado por tener que hacer tarea, llego a la sala y se acostó muy quitado de la pena. Su madre una mujer buena y orgullosa de su hijo que ya sabía el pesado horario de su retoño le paso una bebida isotónica y una toalla mojada para refrescarse.

Pierre agradeció a su madre. Y se relajó en el viejo sofá. Ellos no tenían muchos recursos y su madre trabajaba dos turnos completos para mantenerlos con cierto decoro. Por eso el desde que era un niño entreno muchísimo más duro para destacar en el deporte y así conseguir las becas que fueran necesarias para que su madre no gastara ni un peso en las facturas del exclusivo colegio donde estudiaba.

A pesar de su relativa condición económica su madre era una persona culta, amantísima de las ciencias, la poesía, las artes y la buena música.

Prueba de ello era la antigua tornamesa que reproducía el acetato favorito de su madre, un tesoro musical que habían conseguido en un bazar por poco más de dos euros. se escuchaba una música antigua, lenta y sensual, una especie de tango. Pierre cerro los ojos y se imaginó por un momento en un cabaret de los años veinte donde todo era humo, alcohol, felicidad y pasión como aquellos que pasaban en las películas. la voz sedosa y suave se le hizo maravillosa. se relajó, tomo de su agua y se metió a bañar. Al salir del baño quiso pasar a la cocina por un aperitivo ya que después de tanto ejercicio estaba hambriento. Despreocupado paso por la sala cuando la cubierta del disco que había escuchado hace unos minutos le llamo totalmente la atención. Era la fotografía antigua de una hermosa mujer que estaba vestida con una elegante gabardina en su mano tenía un humiento cigarro y un rictus serio y elegante adornaba el rostro de la hermosa mujer, Pierre se quedó estupefacto viéndola su madre que le estaba preparando un emparedado sonrió al ver a su hijo estupefacto, aunque le concedía la razón, la artista poseía una belleza y gracia sin igual.

- ¿te gusta esa mujer?—

-es muy bonita—dijo el muchacho tomando la caratula viendo fijamente a los hermosos ojos de la muchacha Pierre sintió que se sumergía en un profundo mar de sentimientos, el rictus serio y calmado le daban un toque de misterio, vio con atención las cuidadas letras manuscritas que decían "Michiru kaioh, Promesas sin cumplir".

- ¿Quién es ella? —

la dulce mujer dejo el emparedado en la mesa, Pierre se acercó y le entrego la caratula. su madre se le quedo viendo soñadoramente como recordando los buenos momentos que paso escuchando ese disco.

–ah recuerdo que tu abuelo escuchaba mucho a esta mujer, siempre me gusto su voz. Sus canciones transmiten tantas emociones y sus letras son tan bellas, ella componía sus propias canciones, fue una gran artista, no sé por qué cayo en el olvido de tal manera. Es más, Este disco que encontramos en el bazar es su último trabajo y si no lo encuentro ni siquiera hubiera sabido que existía, ¿sabes? yo soñaba con alguna vez me convertiría en alguien tan hermosa como ella…como salida de un cuento de hadas—

-ya lo eres madre— la señora sonrió ante la galantería de su pequeño.

-sí, pero como ella no hay ninguna, mi padre me conto que siempre fue asediada por la prensa, aunque se ventilaban rumores de un amor escandaloso que fue la razón que desapareció de la faz de la tierra a los 29 años, muy joven…escuchando sus composiciones te darás cuenta que era una persona atormentada por algún amor no correspondido —

-entonces ella se retiró…—

-así es hijo…, según se dice también hizo tres películas, pero a pesar de que las he buscado por cielo mar y tierra no las he encontrado …oh es cierto tengo que ir a ver a la señora Eleonora vengo en una hora mi amor—

la señora salió sin despedirse, Pierre tomo la caratula del disco y se le quedo viendo…esa cara se le hacía conocida, la había visto en el parque para ser más específicos…no podía ser… ¡pero era! ¿Cómo? de inmediato se cambió el pijama y se puso lo primero que vio, salió corriendo de su casa para ir al jardín, esperando alcanzarla, corría con el corazón desbocado, pero tenía que salir de dudas ¿sería posible lo que estaba pensando? Vio la caratula del disco y se dijo a si mismo que sí, era más que posible, llego al jardín y ahí la encontró recogiendo sus cosas, la anciana lo miro desconcertada

- ¿niño te corrieron de tu casa? — Pierre se acercó bastante a la vieja, ya era de noche así que no podía ver el rostro de la anciana si no se acercaba, la anciana miro preocupada al muchacho que estaba viéndola a tan solo centímetros de distancia

-¿sí?—pregunto al sentirse acosada vio como el pequeño sacaba una caratula y la analizaba junto con su rostro

-usted es Michiru kaioh— no fue una pregunta, fue una segura afirmación, la anciana miro fijamente a Pierre su rostro tranquilo paso a la sorpresa lo que hizo que el muchacho confirmara su teoría - ¿lo es si o no? —la anciana miro fijamente al chico y Pierre sintió en su mirada el reproche, como si le quisiera decir que no preguntara

-yo FUI Michiru kaioh…hace mucho tiempo- fue lo que pudo decir la anciana que agarro sus cosas y empezó a andar

-pero espere… ¿Por qué se retiró tan joven? — la mujer se dio media vuelta y le dio una cachetada leve al chico que se quedó estupefacto

-mira niño…Eso no te incumbe, lo que ocurrió en mi pasado no te importa a ti ni a nadie ¿entendido? Y aunque quisiera contarte es una historia muy larga y no creo que "la estrella máxima del futbol" se digne a tomarme atención—

la anciana hecho a andar y Pierre aunque desairado no se iba a dar por vencido tan fácilmente así que decidió alcanzarla

-todos debemos sacar lo que tenemos dentro. Sea bueno o malo ¿y quién dijo que no la iba a escuchar? Tenemos tiempo de sobra… ¿le ayudo con sus cosas?, la acompaño a su casa— Pierre tomo la bolsa de la señora que hizo ademan de tomarlas, Pierre la puso fuera de su alcance—no se la daré hasta que lleguemos a su casa…vamos la acompaño, mi abuelo y mi madre son grandes admiradores suyos, si supieran que estoy cargando sus bolsas en estos momentos…morirían de envidia— comento feliz cargando las bolsas con agrado.

-niño…son las 10:30 vete a tu casa, estarán preocupados por ti, no te quiero contar nada, dame mi bolsa y retírate…es lógico que a los chicos como tú que tienen un mundo a sus pies no les guste perder el tiempo en ancianitos huraños como yo. Ahora si no te molesta, la bolsa por favor—

-vamos señora la acompaño a su casa, si no me quiere contar pues ya ni modo, pero déjeme ser amable con la primer artista famosa que veo— la anciana camino en silencio, Pierre la siguió mientras la miraba. no cabía duda...era ella. ya no era ni la sombra de lo que fue pero…pero su mirada triste era la misma y su pose serena y orgullosa seguía igual, nada había cambiado solo la asombrosa belleza que un día fue, llegaron al departamento y después de subir muchos escalones cansado Pierre dejo la bolsa en el piso, y se dio media vuelta dispuesto a irse

- ¿A dónde vas? —

- ¿a mi casa? —contesto el muchacho irónico

-creí que querías escuchar porque me retire del medio con tan solo 29 años—Pierre se emociono al escuchar eso y como un rayo paso al departamento que no era lo más lujoso, pero si muy cómodo, la señora lo mantenía limpio y en perfecto orden, se sentó en la hermosa sala de piel y en un esquinero pudo ver las fotos de la anciana cuando era joven…ya no cabía ninguna duda, esa exquisita belleza que sonreía sensualmente a la cámara era Michiru kaioh…ahora tenía unas décadas más, pero era ella.

- ¿Qué te ofrezco de beber? —

-solo agua por favor—

-oh si se me olvidaba. Que Un señor deportista está visitando mi casa—

- ¿y que toman las celebridades de los años veinte? — pregunto Pierre curioso

-café…el café me trae muchos recuerdos, había un lugar en Inglaterra al que iba cuando joven a tomarme una taza de café después del trabajo al atardecer con una persona con la que siempre peleaba mucho, pero...era una excelente compañía... el lugar fue cerrado hace 30 años y aun no he podido encontrar un café como el que servían en ese lugar—

-ya veo—el muchacho tomo su vaso de agua –debe ser triste ver los cambios que sufre una ciudad—

- con el tiempo te acostumbras…pero no te gusta claro, sientes que el que se está quedando fuera de lugar eres tu—

- ¿es por eso que desapareció sin decir nada? —el semblante de la anciana se puso serio, como si estuviera a punto de llorar.

-es que sucedieron tantas cosas…—

-pero ninguna puede ser tan fuerte para que usted se fuera sin decir nada, su vida, su carrera y...—

la señora se acercó a el baúl que estaba a un lado del sofá donde estaba Pierre, saco la llave que llevaba en el cuello y lo abrió, busco durante unos minutos entre tantas fotos, objetos y recortes de periódico. Hasta sacar una foto en especial, se la tendió a Pierre, que miro con atención.

La foto era en blanco y negro, aun mas hermosas las facciones de una joven luciendo un hermoso vestido y exquisitas joyas. a su lado lo que parecía ser un guapo y elegante muchacho rubio con una sonrisa tímida en los labios, estaban abrazados discretamente en lo que parecía ser un restaurante o cafetería. parecían muy enamorados, y se veían perfectamente bien juntos, pero Pierre le puso toda su atención al joven y casi se infarta cuando descubrió que era una mujer. Ambas miraban felices a la cámara

-esa persona que ves ahí, se llama Haruka Tenoh, esa razón fue la que me basto para retirarme para siempre—

-¿pero cómo?—

-dijiste que tenías tiempo de sobra…pues bien espero que ese tiempo sea toda esta noche, porque solo esta triste noche es la adecuada para contarte que fue lo que sucedió. –

CONTINUARA...

NA: PARA LOS QUE ESTAN CURIOSOS LA FOTOGRAFIA QUE VIO PIERRE, ES LA PORTADA DE ESTE FIC.