Fuera de la vasija
(continuación de "Dentro de la vasija")
Para Pale Soul, quien proveyó la inspiración
1: Ausencia (437 palabras)
Sintió el alma de su gemelo buscando refugio a su lado y eso resolvió un pequeño misterio que le había intrigado cuando su Maestro le refirió por primera vez la leyenda de Géminis.
¿Cómo podían ser llamados gemelos idénticos Cástor y Pólux, si no eran hijos del mismo padre?
La respuesta era tan sencilla… el cuerpo, la vasija que encerrara a cada uno mientras vivieran, carecía de importancia porque eran en realidad un alma que se había dividido (en forma inesperada) al momento de ser enviada al ciclo de las reencarnaciones y eso era lo que los hacía gemelos. Al acoger en la luz dorada del sol a esa parte de sí mismo que estaba condenado a echar de menos cada vez que se reiniciaba el ciclo de vida y muerte, supo que había llegado al último hogar, porque estar junto a su hermano era el hogar en cualquier rincón del universo.
La luz del sol fue más intensa ahora que el signo de Géminis por fin estaba completo. Ninguno había sabido hasta ese momento que no bastaba con doce armaduras y doce almas dispuestas al sacrificio, se necesitaba al segundo Géminis, para cumplir la parte que había abandonado Ofiuco. Solo entonces podrían brillar con la pureza absoluta del sol que traía vida y muerte a la tierra bajo las nubes y las estrellas.
Si Kanon no hubiera renunciado a sobrevivir, ellos no habrían logrado derribar el muro.
Cumplida la misión, con el honor recuperado y el alma de su hermano convertida en una estrella que orbitaba su propia alma (¿cómo no lo había comprendido antes? ¡siempre habían sido un sistema binario!) por un momento, conoció (¿reconoció?) la auténtica paz.
Pero entonces su gemelo le fue arrebatado, el delicado equilibrio de las estrellas que giraban una en torno a la otra se rompió en forma tal que no podía compararse ni con la muerte, y estuvo a punto de gritar, solo para darse cuenta de que había olvidado cómo hacerlo.
Aquello fue agonía que duró un instante (¿una eternidad?).
La luz perfecta disminuyó, se redujo, se opacó y tuvo límites en las sombras de los objetos cotidianos.
Sus pulmones volvieron a existir, se llenaron de aire. Su boca se abrió y, finalmente, el grito logró tomar la forma de una palabra, un nombre.
-¡Kanon!
Estaban en el Santuario, ante la estatua de Atenea Parthenos. El Patriarca, doce Caballeros de Oro y cinco Caballeros de Bronce rodeando a la diosa en un círculo… un círculo imperfecto: donde terminaba el oro y empezaba el bronce (a la derecha de Saga, a la izquierda de Ikki) había un espacio vacío.
