Sato-Zilla
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By Metal Warrion 190.
En colaboración con Lector Luigi.
Ideas de Hideki Anno y Guillermo del Toro. Entremezcladas y llevadas al mundo misterioso. (Pokemon).
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Para más material regularmente épico y cómico, favor de esperar las continuaciones esperadas y súper estrenos de…
–Pokémon friends, Welcome to Pokepari Park (Querían lolis waifus "legales" Pues en el pokepari park de Alola las encontraras…a 8000 pokedolares la noche con paquete incluido pero sin waifu.)
–Las Aventuras Bizarras del inquisidor de Luminous. (Abrimos el arco de historias conocidas como…TCL mundo raro. Compendio de historias alternas, omakes y what if…relacionadas al metaverso de The Champions Ladies).
–Así también…Las desventuras de un azabache inquisidor héroe, fornido, nada atractivo y rotundamente heterosexual…puto amo del harem. (¿Estas inquieto de que los eventos rikolinos de TCL tardan mucho en aparecer? Entonces te gustara leer estas nuevas historias cortas simples y fáciles de digerir…en la mayoría de los casos)
–Y la que es quizá más importante como lección de vida; LA TORTA BAJO EL BRAZO. (Porque todo el mundo hablo sobre aquella legendariadespedida en el aeropuerto…pero. ¿Nunca pensaron en lo que pudo ocurrir la noche anterior a dicho evento…y las consecuencias que traería a futuro? Esa se las dejo de tarea.)
–Así también viene su especial innecesariamente largo titulado; "Mil maneras en las que tu waifu te diga…que trae…TORTA BAJO EL BRAZO…EL REGRESO".
Ahora sí, tras toda esta muestra de spoilers sin interrupción espero haberles motivado el inicio de año y si bien no pude actualizar en los días más esperados, me conformare con clamar su atención diciéndoles…no está todo perdido. No me detendré de hacer fics aun si termino con 0 comentarios. Seguiré escribiendo mientras me lo permita y desee hacerlo. Pero sobre todo porque a través de estos nuevos proyectos y los que ya están en colección, pueda hacerles sentir esa emoción y aprecio al Amourlove como lo fue desde sus inicios y sí, es cierto el que dicen que no es ya tiempo. Pero como dije ya muchas veces. Yo publico como quiero y cuando quiero.
Así pues, les invito a continuar con sus lecturas y sus propios fics, el objetivo que eh intentado proveer, es que les motive lo suficiente para que se aventuren a hacer sus propios fics, escribir puede ser considerado como el juego de los adultos. Y muy pocas cosas te van a saciar como lo es hacer esto. Así que adelante, tomen la oportunidad y creen sus propios fics, no importa lo que pase o digan, el caso es que sientan el apego sino es que el amor por sus escritos. Tengan fe en sus convicciones y más que nada diviértanse. Que a eso venimos aquí.
Ahora sí, dejemos la intro innecesariamente larga y demos inicio a este fic loco. Corre cinta.
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Capitulo I
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Un día como cualquier otro en la pacifica región Kalos. Nuestros héroes se encontraban descansado en las afueras de ciudad Santaluse. Tomándose un tiempo y haciendo una pausa de su recorrido. Después de todo, la situación no podía ser tan mala. Puesto que Satoshi había conseguido la última medalla en turno y mientras planeaban su nueva avanzada, seguía estacionados a las afueras de la ciudad, donde la habilidosa Korrina había puesto a un nuevo nivel las expectativas de Satoshi. Ese día había sido posterior a su batalla por obtener dicha presea. Así es como nos encontrábamos ahora con Satoshi y compañía en algún claro del bosque circundante disfrutando del hermoso día que tenían por delante.
–¡Vamos chicos, no se queden atrás! ¡Sigan corriendo! –Estas eran las palabras dichas por la pequeña Bonnie que se encontraba jugando alegremente con los pokemon de su hermano y su Dedenne, mientras correteaban por ahí, pasando de lado bajo un roble donde el cual su mencionado hermano, Clemont Meyer, se encontraba haciendo los ajustes finales a uno de sus últimos más grandes inventos o al menos eso era lo que argumentaba.
–Venga Bonnie. Ten cuidado, tienes mucho espacio para jugar por ahí…No podrías por favor darme un poquito de calma para trabajar. Esto es equipo delicado. -
–¡Si como no, hermano! Lo mismo dijiste la última vez y entonces que paso después de que tú invento de esa semana; una máquina de hacer waffles instantáneos termino explotando. Como tus últimos cien inventos anteriores. –La niña respondió con aire de molestia.
–Oye no tienes que ser tan mala. –Clemont protesto sintiéndose herido.
–Por favor chicos, ya dejen de pelear. –Serena quien estaba cepillando el pelaje de Fennekin, les llamo la atención. –Bonnie. No creo que sea justo reírte de los fallos que tu hermano ha tenido en sus inventos. –Le reprendió suavemente.
–¡Pero es la verdad! ¿Cuantas veces mi hermano ha dicho que su invento es grandioso y a los pocos instantes explota? Dejándonos sucias y con el cabello arruinado. –La pequeña protesto. Cosa que Serena no objeto, después todo; habían sido varias las veces en las que había tenido que arreglar su largo y sedoso cabello por culpa de dichas explosiones.
–Sí, puede ser verdad, pero ¿No crees que estas siendo muy dura con tu hermano? –La pelimiel intentó mediar nuevamente.
–Serena tiene razón, Bonnie. –Satoshi llego a escena inesperadamente, tomando por sorpresa todos sus compañeros. Sobre todo a Serena que estaba delante de él. –¡Satoshi! ¡No me asustes así! –Serena sintió un escalofrió debido a que irónicamente Satoshi llego muy cerca detrás suyo antes de hablar.
–Lo siento mucho, Serena. Escuche lo que estaba sucediendo y decidí ayudar. –Se disculpó animadamente con la mano a la nuca – Bueno chicos, en todo caso ¿Porque empezó todo esto?
–Mi hermano, que no le gusta ni siquiera que un bicho pase zumbando a su lado. Si va a seguir con esa situación al menos debería de encerrarse en su laboratorio de Torre Prisma para siempre.–Bonnie termino de objetar cruzándose de brazos.
–Solo digo que necesito un poco de espacio para trabajar. ¡Eso es todo!– Rebatió Clemont.
–Bueno chicos, es un hecho que Clemont tiene razón Bonnie. – Dijo el azabache como mediador.
–Oooooh.– Bonnie mascullo
–Es lo que digo Bonnie. Satoshi tiene razón, tienes más que suficiente lugar aquí para jugar, dale un poquito de espacio a tu hermano.– Serena termino de apoyar esta idea y a final de cuentas Bonnie acepto a cambio de que Satoshi le prestase a algunos de sus pokemon para jugar, hecho que obviamente no pudo negar. Una vez lista con amigos de juego frescos, la pequeña salió corriendo por ahí.
–Gracias por todo esto amigos, créanlo o no, a veces no puedo oponerme a Bonnie. Creo que ella impone demasiada persistencia.– Clemont admitió su falta sintiéndose realmente sobre pasado por una niña pequeña
–No tienes que avergonzarte Clemont, solo es que no puedes negarte ante tu hermana menor.–dijo Serena mostrándose como una autentica madre.– Aun así estoy segura que a final de cuentas encontraras la forma.
–¿Y a todo esto. En que estas trabajando ahora Clemont? ¡Alguna nueva invención fantástica! –Cabía asombrarse que Satoshi, a pesar de los múltiples fallos de Clemont, seguía siempre tan ansioso por ver los nuevos inventos que traía a la vida su buen amigo rubio.
–Jeje. Qué bueno que lo preguntas Satoshi. Veras, este es mi nuevo y más reciente invento con el cual vamos a ayudar de una forma inimaginable a las personas.– Debíamos darle méritos a Clemont, después de todo su intención como inventor eran las de hacer del mundo un lugar mejor.
–¡Oh, por Arceus! ¡Eso es maravilloso!– Respondió Satoshi con su usual maravilla.
–Ah sí… ¿Y que clase de invento es?– Serena le dijo mientras aparecía desde atrás del azabache, particularmente por precaución de evitar una inminente explosión.-
–Bueno, permítanme presentarles a mi más novedoso invento. ¡El mecanismo clemontico mejorado, Autoagrandador!– Obviamente no podíamos esperar un gran título viniendo de parte de Clemont. Al final, lo que el genio rubio nos mostro era un gran mecanismo semi cuadrado con varias piezas de aplicación desconocida a nuestros ojos, en los cuales se interconectaban con el generador central por varios cables y mangueras pequeñas, que al final parecían nutrir un generador de turbo reacción; pero que en lugar de expedir su potencia a una turbina la canalizaban a una especie de cable compuesto por múltiples conexiones y protecciones las cuales redirigían el flujo de energía a una suerte de pistola o fusil para sostenerse a dos manos.
–¡Oh, genial! ¡Eso es… sencillamente fenomenal!– Volvió a aseverar Satoshi.
–¡Cierto! ¿Verdad que si?– Respondió Clemont.
–Eh… y una pregunta Clemont ¿Cómo es que funciona?– Cuestiono Serena.
–Buena pregunta Serena. Veras, básicamente su función es sobrecargar las moléculas de agua presentes en los organismos haciéndoles nutrirse de los elementos presentes en el aire, y con esto, magnificar sus dimensiones hasta una escala determinada. En síntesis eso hace crecer las cosas. Aunque solo calificaría para cosas orgánicas como las plantas pero sobre todo las verduras y frutas.- Explico Clemont.
–¿Quieres decir que podría convertir una mora cualquiera en una sandía?– Le cuestionó el azabache.
–Bueno, si. Sí es que al tamaño te refieres. Esto queridos amigos….– Dijo el rubio levantando el disparador y montándolo sobre un trípode que había preparado. – Sería el fin de la escases de comida que llega a darse en algunos lugares después de las sequias. ¡Pueden imaginarlo¡ -
–¡Claro que sí! Puedo imaginarlo Clemont, pero también puedo saborearlo. Mmm… sí.– Fue lo que alcanzo a decir Satoshi mientras contenía sus ganas voraces.
Curiosamente la escena de los tres fue vista desde lejos, más precisamente a través de la mira de unos aumentos. Estaba claro de quienes se trataban.
–Miren nada más. Los bobos siguen tomándose su descanso. –La voz de Jessie se hizo escuchar.
–Jeje. Perfecto, y están más que distraídos. Lo que los deja al descubierto…para una inesperada trampa.– Añadió James.
–Pues que esperamos jovencitos. ¡Vamos por ellos! –Meowth se rio mientras procedían a hacer su maniobra.
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De vuelta al grupo de chicos, los pokemon de ellos fueron tomados por sorpresa cuando Dedenne que estaba ahora sobre la cabeza de Bonnie olisqueo algo y sin previo aviso bajo de su lugar para dirigirse hacia unos arbustos. Cosa que llamo la atención de Bonnie.
–¿A dónde vas, Dedenne? -
–¿Bonnie que sucedió? –pregunto Serena un tanto desviando su interés de donde estaba el genio rubio.
–Es Dedenne. De repente salió corriendo.– Contesto la chiquilla.
–¿Que Dedenne que? – En ese momento Satoshi y Clemont prestaron atención a la pequeña del grupo.
–Miren, va por allá. –Señalo la niña rubia.
–Espera aquí Bonnie. Déjame echar un vistazo. –Satoshi se le adelanto con intenciones de proceder en lugar de ella, ante cualquier posible amenaza entrante. Una vez prevenido el azabache dio entrada para inspeccionar que era lo que había ido atraer el pequeño pokemon antenas. Sin embargo, antes de siquiera asomarse al grupo de arbustos, Dedenne emergió de entre las hierbas con risueña acción, Satoshi le miro extrañado pero antes de que pudiese averiguar qué era lo que había ido a traer, algo le tomo por completa sorpresa.
–¡Listos o no, ahí voy! –Cuando Satoshi levanto la mirada, lo último que alcanzo a ver fue algo…suave cálido y estrecho chocar contra su cara mientras dos cosas más grandes, suaves y cálidas se cerraban en derredor de su cabeza y apretaban sus oídos contra esta. El peso siguiente fue demasiado para sostenerlo sobre su cuello y se vio forzado a irse de espaldas.
–¡SATOSHI! –No pudo olvidarse del grito de "horror" que dio Serena antes de poder despertar nuevamente.
Cuando hubo encontrado momento de reaccionar Satoshi abrió los ojos solo para querer abrir su boca en señal de consternación, sin embargo, en respuesta sintió aquella fuerza suavecita aplastarle la cabeza mientras se cerraba a su alrededor. Hubo que destacar nuevamente que lo único que alcanzo a distinguir fue tela, de color oscuro, como si fuese algún tipo de licra o algodón ¿Una prenda deportiva? Sin embargo, algo más que pudo percibir fueron dos cosas, una de ellas…un aroma, no una fragancia, muy particular…algo…indescriptible, podría atribuirlo como cálido intimo quizá también algo picoso y acido pero ciertamente nada desagradable. Lo segundo, fue haber escuchado un quejido sonoro de una chica, totalmente distinto a Serena o Bonnie.
–¡Korrina! ¡Que rayos estás haciendo! –Escucho nuevamente a Serena clamar casi en un alarido bestial. – ¡QUITA TU GORDO TRASERO DE LA CARA DE SATOSHI! ¡AHORA!–Entonces finalmente aquella calidez se separó de su rostro y pudo ver que aquello que apresaba su cara y cabeza con fuerza, eran los muslos y entrepierna de nadie más que Korrina de Santaluse. Quien se levantaba para ofrecerle al azabache una vista que pocos mortales tendrían privilegio de contemplar.
Una vez libre de su prisión el azabache pudo respirar con más tranquilidad. Sin embargo, debía reconocer que si la rubia atlética seguía así iba a sofocarlo. Por un momento la vista del medio día a pesar del intenso follaje le hizo estar confundido por largo rato, no fue hasta que pudo ubicar las siluetas de todos los demás incluyendo a la rubia patinadora que reacciono notando en donde se encontraba.
–Aagh.– El pobre Satoshi apenas iba a decir algo cuando un ligero dolor en su cuello le hizo callar para concentrarse en los calambres de su cuello.
–¡Satoshi! ¡Satoshi! Contéstame por favor. ¿Estás bien?– Pregunto Serena preocupada.
–Cálmate Serena, tienes que darle tiempo. Eso fue inesperado después de todo.– Comento Clemont.
–Pero como quieres que me calme Clemont. ¿Y tú que estabas haciendo Korrina? ¿Quién en su sano juicio sale disparado contra de alguien así como así? – Le había reclamado a la chica rubia.
–Lo siento mucho en verdad. Yo pensé que era Lucario.– Por cierto, el mencionado pokemon ya había hecho acto de presencia y se encontraba charlando con los demás incluido pikachu. Al parecer el pokemon coyote bípedo sobrevalorado, había llegado detrás de ella y degustaba de la charla que sus compañeros humanos tenían y como hacían tanta bulla por esto.
Sin embargo, pese a la discusión que llevaban a cabo ambas chicas y la distracción para los pokemons que se habían reunido ahí, no pudieron ´revenir la red que les fue a caer encima y casi en el mismo instante se había tensado como una red de pesca, elevándose y llevándose con ella al resto de los pokemons.
–¿¡Que fue eso!? Esta pregunta fue unánime entre tdos los chicos.
–¡Equipo Rocket! –Satoshi se levantó mientras observaba a la par de sus amigos.
–Si ya saben que somos nosotros…¿Para qué preguntan? –James pronuncio con burla en sus palabras.
–Ni modo chamacos…se durmieron y por ende perdieron sus pokemons…hahahaha –Fue la triunfal risa de Jessie la que denostaba el júbilo de haberlos timado.
–Shi shi shi hehehe y ahora...si nos disculpan. ¡Vamos a salir…pitando chucha…la la lala! –Meowth tomaba el control del cable que estaba subiendo más a los pokemons y alejándoles de sus amigos humanos.
–No no lo harán. –Satoshi salió corriendo y antes de perderé la oportunidad el chico se lanzó a correr, no tardo tiempo en ser alcanzado por Korrina en sus patines.
–Korrina. –Satoshi volvió a verla.
–No me había dado cuenta de lo rápido que eres Satoshi. –Dijo la patinadora mientras estaban emparejados. –¿Alguna idea de cómo salvar a nuestros pokemons?
–No lo sé…necesito pensar en al- Espera. ¡Lo tengo! Sígueme.– En ese momento. El azabache apretó el paso comenzando a dejar atrás a la patinadora.
–Oye espera. –Korrina le siguió para no quedarse atrás y poder averiguar qué es lo que planeaba.
–Miren el bobo nos está siguiendo. –Dijo Meowth
–Sí, y viene acompañado por una de sus novias. Que molestos. –Dijo Jessie, sin embargo antes que preparasen su respuesta, vieron como ambos chicos se desviaron abruptamente del sendero por donde se estaban retirando. Curioso, puesto que dejaron igual confusos al resto de bobos que iban corriendo a menor velocidad detrás de ellos.
–Saben. Creo que es el primer grupo de tarugos que siguen al bobo en nuestra persecución.
–Déjalos manta, de todos modos no creo que logren alcanzarnos…
–Si además ese chocho no les ayuda mucho con esa pesada mochila. Se burlaba el gato parlanchín.
–¡Escuche eso! ¡Mi hermanito no es un chocho! –Bonnie grito con coraje.
–Vaya que buen oído tiene esa mocosa.
–Ya lo dijimos bebita…que harás al respecto. Ña ña ñaña ñaaa –James junto con Meowth comenzaron a molestar a Bonnie y compañía mientras hacían uso de su ventaja, algo un tanto abusivo.
–Abusivos…métanse con alguien de su tamaño– Serena les amonesto. Estaba furiosa.
–¡Ahí si ahí si…hicimos enojar a mami! –El dúo de varones de los Rocket seguía sus burlas mientras a ellos se les sumamaba Woubofet
–Woooowooowwooowoooowooooowooo! –El cabron azulado pokemons manoteaba igual de divertido. Sin embargo, su suerte iba a cambiar, debido a lo siguiente que acontecería.
Korrina salió casi volando desde un árbol justo para interceptar el globo de los Rocket, impactando de lleno contra la caseta del mismo. Desorientando al trio bueno cuarteto de los Rocket. Cuando estos se dieron cuenta de lo que había sucedido, la rubia de patines piso la cabeza de james y la cara de jessie mientras trepaba por encima de la caceta y luego de afianzarse en el soporte de la misma lanzo una fuerte patada al calentador de aire del globo, inhabilitándole en el acto.
–¡Todo tuyo Satoshi! –La rubia llamo, desde donde estaba.
–¿Que estás haciendo? –Meowth cuestionó.
–Bajándolos al suelo. – La rubia sonrió con malicia. Justo en ese momento, todos sintieron el tirón. Fue cuando vieron la liana que la rubia había amarrado al armazón de la cabina. Entonces dieron cuenta de que algo o mejor dicho alguien, les había detenido. Justo en ese momento serena, Clemont y Bonnie detuvieron a tiempo de ver como el globo había sido detenido luego vieron a Korrina saltar desde el globo para frenar su caída mediante una liana. La rubia se deslizo haciendo peso suficiente para poder bajar el globo, sin embargo la liana se terminó y Korrina quedo aun varios metros del suelo, el tirón de su cuerpo no fue suficiente para poder bajar el globo, y por lo visto aun le quedaba suficiente aire caliente para mantener se a esa altura, sin embargo aquel que h}les había detenido comenzó a jalarlos…y moverlos hacia donde él quería llevarles…
Serena y los hermanos apenas lo vieron y se asombraron, era Satoshi quien hacia fuerza en sus brazos para atraer el globo hacia el suelo. Apenas había salido de los arbustos comenzó a traerlos hacia abajo.
Los chicos observaron esto y no lo dudaron ni un segundo, acudieron a su ayuda. Serena y Bonnie llegaron de inmediato sin embargo aún necesitaban apoyo.
–Clemont…–Satoshi le dijo mientras apretaba los dientes por mantener el globo bajo control. – Sorpréndenos.
–Eh este si deja pensar…lo tengo. – De su mochila su brazo Aipom le paso un cilindro del tamaño de una botella de agua.
–¿Qué es eso? –Dijo Serena.
–Es un prototipo. Se supone que era una antena de internet inalámbrico…algo así como un modem, pero mucho más confiable y como dije ya…inalámbrico…pero es demasiado pesado, no eh logrado eliminar el detalle del peso y-
–¿Y cómo se supone que va a sernos de utilidad hermano?
–Este de…– Celmont libero el seguro y el mismo se desplego como si fuese una lanza de un metro. – La punta era para clavarla al suelo, obviamente debería sr tierra suelta y no concreto.
–Sabía que lo haría Clemont. – Satoshi le respondió. Sin embargo tuvo que recuperar el agarre pese a la ayuda de serena y Bonnie él era quien realmente mantenía el globo en su lugar. Sin embargo el tirón había sido nada más que obra de los pokemons de los chicos, quienes a orden de Korrina, estaba balanceándose a fin de evitar con ello que los Rocket lograsen tener suelo sobre el cual apoyarse para cortar la liana que había que mencionar Korrina le había hecho amarre en la parte de arriba. Astuto aunque algo loco.
–Ehhh un poquito de ayuda aquí– Las rubia les llamo la atención. En ese momento Satoshi tomo la antena y con todas sus fuerzas la lanzo cual jabalina, misma que salió rumbo al globo en forma de Meowth, la punta exageradamente puntiaguda. Perforo implacable el globo justo en un costado e incluso logro atravesar la cara interna del otro lado. Creando un doble agujero, suficiente para terminar de derribar al globo.
–¡Asombroso! – Serena exclamo llevándose las manos al frente.
–¡Si! ¡Satoshi eres el mejor!– Bonnie dio un salto mientras veía el globo irse en picada.
–Rápido Satoshi los pokemons…y Korrina.– Clemont alerto, sin embargo no hubo necesidad de hacer más, Satoshi ya lo había planeado junto a la líder de gimnasio de Santaluse. Así que fueron en retorno hacia su campamento justo como el globo iba, sin embargo apenas pudieron liberar a los pokemons antes de que el globo de los Rocket chocaban cerca al campamento y Korrina saltaba para evitar la caída. Sin embargo no previo que al momento de aterrizar y rodar sobre su espalda, sus pies chocasen contra la unidad de energía que Clemont tenía montado ahí.
–Huy que ha sido esto. – La rubia se cuestionó cuando vio dicha unidad que comenzaba a chisporrotear.
–¡Korrina sal de ahí! – Clemont le llamo desde atrás. A su orden Korrina dio una vuelta hacia atrás mientras asistía a os chicos a liberar a los pokemons. –para cuando el grupo de villanos, logro emerger delos restos de su nave se encontraron con un espectáculo nada grato. No, no eran el grupo de bobos que había liberado a sus pokemons y frustrado sus planes nuevamente, sino por el artilugio que tenían casi frente a su nariz.
–Creo que ya nos cargó…la
–Espera. Es horario infantil
–Espera chimuelo no me interrumpas cuando estamos en el momento clímax. QUE YA NOS CARGO LA-
–Hay nanita! – Lo último que dijo Meowth no pudo escucharse debido a la inminente explosión.
En efecto, la cedula de energía experimental que Clemont había desarrollado para tener una especie de estación de energía eléctrica en medio de sus viajes se había sentido tras el choque de Korrina y sobrecargado lo suficiente para explotar, mandando el equipo Rocket a volar como solía ser ya una costumbre o mejor dicho un clásico. Eso sin olvidar su clásico lema. Sin embargo, pese a la eliminación de la molestia de los Rocket, aquella explosión de la cual Satoshi y sus amigos lograron burlar por los pelos, hubo un escombro que por pura mala suerte golpeo la estación donde estaba trabajando el rubio y puesto a trabajar aquel invento tan novedoso y maravilloso del que había explicado a sus amigos.
–Oye Clemont, es normal que esa cosa este asi de alborotada.– Korrina le pregunto apenas se había levantado del suelo.
–Oh no…no puede ser. –Clemont mostro sumo temor ante lo que estaba, viendo sobre todo porque la torreta estaba tambaleándose debido a la sobrecarga de energía. –¡Tengan cuidado, con el rayo! –Clemont grito mientras corría hacia donde las chicas estaban.
–¡Chicos!- Serena grito alarmada también. Después de todo eran sus amigos. Korrina, Bonnie y, sobre todo, Satoshi.-
Ambas rubias apenas habían captado lo que les querían decir, cuando solo pudieron ver como aquella maquina cargaba un potente rayo el cual disparo sin siquiera darles la oportunidad de salir de su línea de tiro. Ambas chicas solo pudieron observar esto mientras Korrina abrazaba a Bonnie con la intención de protegerla. Sin embargo, en ese mismo instante una sombrea se interpuso entre ellas y el rayo de luz cegador, Satoshi que había estado en el suelo por haber servido de amortiguador para ambas rubias, solo pudo asomarse para cubrir a las dos chicas usando su espalda como una barrera; situación que había tomado en apenas un segundo. Ajeno a lo que pudiera pasarle, Satoshi solo esperaba poder soportar el ataque y evitar así que ambas féminas sufrieran las consecuencias.
Clemont y Serena se quedaron petrificados cuando vieron esto. Aterrados debido a ello, los chicos solo pudieron cubrir sus ojos para no ver aquello ocurrir. Aun cuando Clemont era el diseñador de dicho artilugio, sin embargo, aún el mismo no sabía todavía cuál sería el resultado de su ingenio aplicado.
Satoshi sintió como aquel rayo impactaba sobre su espalda, cosa que la obligo a abrazar a las chicas, y sin embargo aun cuando pudo sentir una sensación de calidez así como de una corriente eléctrica que iba atravesando su sistema nervioso, la clara sensación de dolor nunca llego a su pisque. El ambarino abrió los ojos pero lo único que observo era como su cuerpo era cubierto con una extraña carga estática, algo que vio, solo lo rodeaba a pelo, entonces en ese mismo momento miro hacia las dos chicas; Korrina y Bonnie a quien protegía, fue en ese mismo momento cuando a sorpresa en forma de un shock le golpeo de lleno.
Serena y Clemont abrieron los ojos después de que un quejido de Satoshi les impedía siquiera atreverse a mirarlo. Sin embargo, un seguido gesto de sorpresa del mencionado, hizo que ambos así como sus pokemon que se habían librado del Team Rocket miraron hacia donde se hallaban los tres chicos. En ese momento quedaron absortos.
–¡Satoshi! –Serena simplemente se llevó las manos a las mejillas mientras sus ojos se abrían como platos y un ligero brillo se iluminaba en estos.
–Pe-pe-pero… ¿pero qué rayos ha pasado?- Cuestiono dicho azabache.
En ese mismo momento Korrina así como Bonnie abrieron sus ojos, fue entonces cuando la pequeña que veía por sobre el hombro de la rubia, notando que el suelo se hallaba muy por encima suyo, más precisamente a unos catorce o quince* metros de altura. Lo anterior tomo por sorpresa total a Korrina, quien al prestar atención, noto claramente que algo había raro, no fue sino hasta que noto el lugar donde se hallaban sentada ella y Bonnie, nada más ni menos que las manos extendidas de un gigantesco Satoshi.
–¿Pero qué es lo que paso?- Volvió a cuestionar el ahora gigante aun no consiente de su transformación.
–¡Satoshi! –Bonnie llamo a sus amigos el cual había crecido de una manera inimaginable.
Ante el llamado de sus amigos Satoshi había abierto los ojos visto ahora que en primera vio a Korrina y Bonnie que se habían encogido hasta quedar en la palma de su mano, parecían muñecas de juguete. Contemplando con rotundo asombro y haciendo el mayor esfuerzo por contener su sorpresa, Satoshi comenzó a tumbar mientras con ojos abiertos intentaba decir algo pero, ciertamente no podía decir nada ni siquiera podía dejar de temblar.
–Satoshi! Eres…eres… - Empezaba a decir Korrina.
–¡un GIGANTE! –Completo sin poder contener su alegría la pequeña Bonnie. Fue entonces cuando el ambarino supero su sorpresa.
Satoshi entonces encontró respuesta a esto. Korrina y Bonnie no se habían encogido, él había crecido realmente crecido. Hasta convertirse en un verdadero gigante. Clemont y Serena así como todos los demás pokemon se habían quedado boquiabiertos, después de todo, la imagen de un Satoshi de unos quince metros de altura. Con mucho cuidado…Satoshi separo sus manos repartiendo a Bonnie y Korrina en cada una de ellas, al mismo tiempo el miraba su cuerpo todo lo que podía, quizá intentando reconocer y aceptar todo esto. Curiosamente, sus ropajes habían crecido junto con él. Incluso su pokedex y pokebolas habían crecido, descubrió esto una vez regresando a Bonnie junto a Korrina.
–¡Santa ciencia! ¡Esto es increíble! –Clemont estaba llevándose las manos a la cabeza sencillamente no podía dar razón a lo que veía.
–Satoshi…Satoshi… -Serena no podía salir de su asombro. Por alguna razón, tenía un intenso sonrojo en su dermis mientras sus ojos azul celeste seguían abiertos y sus manos intentando tapar su boca.
–Eeeh. ¿Alguien puede decirme porque he crecido tanto? – Interrogo Satoshi
–Es exactamente lo que yo te iba a preguntar. –Korrina le respondió con otra incógnita, apenas saliendo de su incredulidad.
–Satoshi eres un gigante asombros. Oye, levántame más alto más alto.- Pidió Bonnie.
–No, no, nada de eso. ¡Satoshi por favor, baja a Korrina y a Bonnie ahora mismo! –Clemont objeto de inmediato así como asustado por todo esto.
–De acuerdo. – Satoshi siguió la orden de su amigo.
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Un reloj después, veíamos a un Satoshi de unos 15 metros metros de altura sentado con las rodillas dobladas en pose de loto, siendo aun suficientemente alto para sobresalir por encima de la línea de árboles.
Frente a él, se hallaban Korrina, Bonnie, Serena y Clemont haciendo hincapié en la situación actual. Junto a ellos sus pokemon y los del azabache estaban bastante inquietos, debido principalmente a la gran sorpresa de ver al azabache tan grande y crecido.
–Ok, Clemont. ¿Tienes alguna explicación para esto? – Cuestiono Serena bastante inquisitiva.
–Sí. Si, la tengo y hasta el momento es que ha sido causa del mecanismo de crecimiento dimensional. – Respondió el genio de Lumionus.
–Bueno, eso es un avance.– Alego Korrina. –¿Alguna forma de revertir el efecto? –
–Me temo que no.– Contesto Clemont.
–¿Cómo qué no?– Contraataco Korrina.
–Es que el mismo estaba diseñado pensando exclusivamente en agrandar las cosas, comida para ser exacto pero…– Comento Clemont
–¡Eres un tonto hermano! ¡Cómo se te ocurre hacer algo sin un método de solución! – Arremetió Bonnie.
–¡Oye, no era mi intención! Además, como iba a aber que iba a tener efectos en las personas. – Contesto Clemont intentando defenderse.
–¡Tranquilos, por favor! – En esta ocasión fue Satoshi quien intervino, había que señalar que pese a su enorme tamaño su voz no se había modificado sino que seguía siendo la misma de siempre, solo que podía escucharse como si el azabache hablase por un altoparlante. – (HUY CREO QUE DEBO DE BAJAR EL TONO) – Pensó para sí mismo Satoshi. Disculpen chicos no creí que hablase tan fuerte.-
–Esta…está bien Satoshi no te preocupes.– Korrina hablo por los demás.
–Satoshi. ¿Qué vamos a hacer? – Pregunto Bonnie.
–Es cierto no puedes quedarte así, este…como…como vas a…– Serena vacilo por un minuto ciertamente esto era algo serio. Si él no volvía a la normalidad, entonces como iba a decirle lo que siente.
–No lo sé chicos. Esto sí que me resulto totalmente inesperado. Ahora, como voy a competir en la liga Kalos, o en alguna otra liga, como lanzar la pokebola si apenas y la veo.– Satoshi trajo a debate que en efecto tendría problemas para manipular muchas cosas y eso aplicaba para la vida cotidiana también.
–No te preocupes Satoshi. Seguramente pueda revertir esto si trabajo con los campos invertidos del inductor de partículas en el mecanismo de crecimiento dimensional.– Intervino Clemont como posible solución al problema.
–¿De verdad puedes hacerlo Clemont? – Serena fue la que cuestiono totalmente esperanzada.
–Bueno, si el principio es el mismo para volver los objetos más grande supongo que podría hacerlo para encogerlos. Aunque debo ser sincero, no te devolvería a tu tamaño original sino que te encogería hasta un aproximado. -
–Bueno, siempre y cuando no me vuelvas pulgarcito creo que estará bien. ¿No lo creen chicas? –Satoshi bajo la mirada un tanto decaída pero retomando el ánimo mientras dirigía su atención a las féminas, las tres rubias. Ellas le miraban hacia arriba, y en cierto modo el sol de mediodía no les daba directo a ellas porque el azabache estaba en medio, ofreciéndoles una cómoda sombra.
–Eeeh, creo que sería lo mejor. ¿No lo crees, Serena? – Contesto Korrina.
–Eh…esto…bueno.– Para la pelimiel por un momento la idea de un Satoshi de bolsillo que pudiera llevar a todos lados, como lo hacía Bonnie con Dedenne, le resulto tremendamente emocionante hasta cuotas no esperadas.
–¿Serena? –Korrina volvió a cuestionarle, sacándola de su nube.
–Ah. Sí, estoy seguro que será lo mejor. – ahora un gran sonrojo se encontraba en la dermis de la joven performance, ganándose con ello una mirada confusa de la patinadora y una mirada sospechosa de la pequeña Bonnie.
–Bueno. Creo que lo único que queda es esperar.– Convencido de que no había más alternativas y de que intentar ayudar seria innecesario Satoshi suspiro y entonces bajo la mirada. Para sentir un ligero gruñir en su estómago– Creo que tengo hambre.-
Escuchar aquellas palabras de parte del azabache hizo que todos le pusieran atención al mismo tiempo. Ciertamente los pokemon no pudieron evitar imitarlos. En cierto punto ese era otro problema. Que podría comer Satoshi, alguien como el que tiene un apetito voraz, sencillamente cualquier porción por muy grande que sea no sería suficiente para siquiera aplacar su hambre.
–Sé que no es mucho Satoshi, pero debo tener unos cuantos pokelitos por aquí.– Serena inmediatamente fue por su mochila para hacerse con la cesta de postres, descubriendo seis postrecitos sumamente deliciosos, tal como ella lo hacía. Sin embargo, descubrió con franqueza lo que nosotros ya sabíamos, que no iban a poder siquiera llenar el espacio de una muela.
–Satoshi, disculpa pero crees que puedan ser suficientes.- Serena le ofreció su cesta completa con ambas manos a la azabache versión titán. Quien pudo reconocerlo y al instante le brillaron los ojos.
–Genial. – Sin reparos Satoshi extendió su mano para sostener la cesta cuando noto que en verdad era demasiado pequeña como para poder hacerlo. La mano enguantada de al menos 1 metro de largo se detuvo sobre Serena, quien ciertamente no se vería más grande que una figurilla de acción, sintió algo de nervios porque quizá Satoshi no sabría medir sus fuerzas; ya de por si había visto que el azabache era tremendamente fuerte. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la petición de Satoshi. – Oye Serena, lo siento mucho pero creo que tengo problemas para sujetar la cesta. Además será difícil sacarlos de la misma. ¿Podrías ayudarme? -
–¿Eh?– La pelimiel se quedó de piedra apenas escucho esto. A que se refería con ayudarle.
–Tú sabes. A comerme esto. – Satoshi se rasco la cabeza con la otra mano y luego comprendió que quizá no le estaba diciendo las cosas bien. – Podrías darme de comer los pokelitos. – ese comentario al parecer le llego como bombilla ecológica que se encendió sobre su cabeza.
–Ah, pero…esto…yo…. -Inmediatamente a Serena se le calentó la cabeza por el hecho de querer darle de comer a Satoshi, lo cual solo reforzó la visión vaga de un mini-Satoshi que estaba alimentando. Solo le hicieron darle una mirada nerviosa a su amor secreto mientras un chorro de vapor le salía despedido por lo alto del sombrero.
–Parece que tiene razón, Serena. – Intervino Bonnie.
–Ah… ¿perdona? – Contesto Serena sacada de sus fantasías-
–Lo de darle de comer. –añadió la pequeña Bonnie.
–Bonnie y yo le buscaremos más comida. Mientras tú le das los pokelitos arrojándoselos a la boca. –Declaro la rubia mayor.- Tendrás que subir a sus manos.
–Pero yo…– Serena dijo, pero no pudo hacer
–Oh descuida no es tan malo como parece.
–Intenta no caer en su boca, Serena.– Bonnie salió corriendo inmediatamente tras Korrina dejando a una cabreada Serena a un paso de hacer que Bonnie se tragase sus palabras. Sin embargo no pudo hacer nada, pues la pequeña ya se había ido y solo quedaba ella sola junto a sus pokemon quienes tenían de frente al gigantesco Satoshi con gesto como si fuese un verdadero niño pequeño, vaya contrariedad.
–Descuida Serena. Solo imagina que es un bebe, uno muy grande. Jejejeje. – Clemont confeso algo divertido mientras se encontraba ya sentado sobre su lona y comenzando a trabajar en el artilugio tan problemático. Desafortunadamente nunca vio llegar el zapato que Serena le arrojo, noqueándole por un rato.
Serena estaba suspirando, iba a ir por su zapato cuando recordó que un tenía una cesta llena de pokelitos y un Satoshi hambriento esperando por ella. Al volver su atención vio al azabache bastante insistente, quizá le pareció divertido noquear a Clemont, si lo pensaba uno con detenimiento lo que más quisiera para volver a la normalidad era que el genio rubio se pusiera a trabajar no que se fuera dormir. Sin embargo, el chico de gorra rojiza no parece preocupado o impaciente, clásico que alguien como él que ve los problemas como algo superficial con solución instantánea, a fin de cuentas seguía teniendo hambre.
–Bueno, creo que es hora. Bien Satoshi, baja la mano por favor. – Satoshi asintió y coloco su mano sobre el suelo, la mano enguantada del azabache era cálida y ciertamente no tan suave y cómoda, Serena lo descubrió cuando sin mucho lio interno se subió sobre la misma, teniendo el cuidado absoluto de no depositar sus posaderas sobre la palma extendida, y es que en cierto modo esto era una clase de contacto físico demasiado intimo para ella, después de todo no había tenido este tipo de contactos con el azabache. Ahora mismo le parecía un sueño hecho realidad. En toda la extensión de la palabra.
Al final la joven intento ponerse de rodillas intentando no abrir demasiado las piernas a fin de evitar vistas indeseables con esa falda carmesí que llevaba. Repetidas veces tuvo que pedirle a Satoshi que parase a fin de tener oportunidad de encontrar su estadía en su palma lo mas cómoda posible. Después de varios intentos, descubrió que lo mejor sería una postura sentada, de lado con las piernas rejuntadas, si era quizá la más apropiada pero no por ello la más inocente o bien intencionada que ella pudiera optar, todo por evitar a toda costa que Satoshi le tocase el trasero de manera indirecta.
–¿Estas mejor así? –Satoshi le pregunto.
–Ah. Este... sí. Si, ya estoy bien. –respondió ella. –Súbeme despacio por favor. – Posteriormente ella sintió como la velocidad comenzaba, primero con fuerza y luego con más quietud. En breve ella se encontró a una considerable altura, lo suficiente para estar a la par del azabache quien le miro directamente a los ojos, ciertamente esto incomodo un poco a serena quien se sonrojo de nueva cuenta.
–¿Sabes una cosa serena?
–¿Si? – Le respondió la chica pelimiel.
–Casi pareces una muñequita de las que tenía Molly en su casa. –Satoshi recordó una de tantas ocasiones en las que compartió tiempo de cálida con la pequeña Molly, cuando ella era apenas una niña de unos tres años y el aún le faltarían un par de meses para salir a su viaje pokemon.
–Yo…. Yo una muñeca. – Ciertamente la mente de Serena comenzó a divagar y muy lejos.
–Si, así es. Pero, debo decir que tu…te…tú te vez…más bonita.-
–Bo-bo-bonita. – La pelimiel dejo escapar una explosión de vapor de su cabeza y orejas. Su cara estaba roja como un tomate y bueno algo le decía que si recibía un elogio más…iba a desmayarse, eso o mojar sus bragas. Lo que viniese primero.
–Si (olisqueo) y también hueles muy bien. –Satoshi dijo esto sin ninguna indiscreción y luego la acerco a su mejilla mientras la pelimiel se rompía por dentro en emociones. Solo la sensación cálida de la mejilla del azabache frotándose con la mitad de su cuerpo de la cintura para arriba le dejo una cara de tonta mientras sus pupilas se dilataban y su nariz comenzaba a sangrar ligeramente, eso y la cara de pervertida que poco a poco se dibujaba en su semblante. El que Satoshi sostuviera ligeramente su cabello entre su índice y su pulgar libres para olisquear el aroma de este prácticamente hicieron de esto un show para Braixen y Pancham que se habían quedado boquiabiertos mientras Clemont seguía noqueado en el suelo.
–Eh, eh, eje, eje, eje… aaaaaw. –Serena finalmente se desmayó ante todas estas atenciones.
–¿Serena? –Satoshi vio como la pelmiel perdía el conocimiento y se desplomaba sobre toda su palma, esto obviamente asusto al chico de cabellos cuervo. – ¡Oh no, Serena! –El impacto o sorpresa del azabache se escuchó a suficiente distancia como para que el mismo llamado llegase a los suburbios de Santaluse que se hallaban aledaños al bosque.
–¿Huuu, qué ha sido eso? - Un chico de cabellos naranjas con una cámara fotográfica, dejo su labor mientras prestaba atención al eco distante.
–¿Escuchaste algo, Trovato? –un chico más alto y un poquito corpulento le interrumpió
–¿Trovato? –Otra persona, esta una chica de tez canela y cabello castaño claro de ojos verdes, le llamo de igual forma, en respuesta el chico le volvió la atención a ellos.
–Ah. Lo siento mucho. Es que, creo que escuche algo en la distancia. – Contesto Trovato a sus amigos.
–Escuchaste algo. ¿Cómo qué? – Pregunto Shauna
–Bueno. Si no lo supiera podría decir que era la voz de Satoshi. –confeso el chico de cabellos naranjas.
–¿Satoshi? Es que acaso ellos estarán por aquí? –cuestiono la morena.
–Posiblemente ese sea el caso, pero a todo ello ¿Dónde crees que provino ese eco?
–Me parece que fue del bosque. No lo sé, si no me equivoco creo que estaba llamando a Serena.-
–Serena estará bien o quizá…-
–¡O no! Serena esta en apuros rápido torvato tenemos que ir en su auxilio. – Tierno interrumpió el dialogo entre sus compañeros ante el aparente peligro que corría Serena, al mismo tiempo que pensaba en hacerla de héroe enmascarado. Sin embargo antes de que saliese disparado hacia el bosque, Shauna le detuvo.
–Alto ahí grandote. Primero que nada tenemos que ubicar si en verdad se trata de nuestros amigos y si en verdad necesitaban ayuda. –lógicamente llego a esa conclusión
–Lo siguiente seria buscar un lugar alto para poder echar un vistazo. – Sugirió Trovato.
–Esa es buena idea. Y tengo el lugar perfecto para observar el área.- Señalo la chica de ojos verdes señalando un mirador ubicado a un lado del centro pokemon. - Y no queda lejos. Venga ya chicos muévanse rápido. –Ordeno a sus buenos amigos.
–Oye quien te puso a cargo. – protesto Tierno.
–Nadie, pero es obvio que puedo manerjar esto mejor que ustedes.-
–Oye no me metas en esto. –Se quejó el pequeño Trovato. Y así…el trio de amigos fue al mirador para poder hecha run mejor vistazo. No imaginaban la buena sorpresa que se iban a encontrar.
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Continuara.
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Y así abrimos el 2018 querido lectores. Con nuevos fics y nuevas historias así como las ya escritas y claro esta en proceso de escritura y edición. En fin…hay mucho que hacer y ahora cuento con un gran aliado, Lector Luigi, a quien debo agradecer y compartir el crédito por apoyarme en estas ideas, y como favor, pedirles que una vez que publique sus fics del cual también voy a ayudarle, se pasen a comentarle. Mientras tanto diviértanse y disfruten de este nuevo año.
Este es Metal Warrion 190. Y les digo…manténganse siempre firmes.
