Descargo de responsabilidad: no soy dueña ni de Glee ni de Harry Potter pero si de algunos personajes y de la historia.

Esta es mi primera historia por lo que los comentarios son bienvenidos y los comentarios aún más. Saludos.


Empezaba un nuevo año en la escuela de Hogwarts y ya estaban todos reunidos en el Gran Salón esperando a que Dumbledore acabara su discurso de todos los años. ¿Es que este hombre no se cansaba de decir todos los años lo mismo? La respuesta era obvia: ¡no!

-¿De verdad que tenemos que soportar esto?

-Si Tana ya sabes que sino no está a gusto y luego te lo va diciendo por los pasillos hasta que acabe o peor nos lo suelta a los prefectos.

-Si la verdad es que escuchar esto dos veces es peor que te torturen durante horas a base de crucius.- exageró la latina.

-Mira que llegas a ser retorcida eh, y exagerada.

-Si lo sé.

-Qué afectada te veo.

Ambas chicas se empezaron a reír ganándose las miradas de muchos compañeros. Nadie tenía claro cómo era posible que una Slytherin y una Ravenclaw se llevaran bien pero tratándose de Santana López y Quinn Fabray nadie les iba a reclamar nada.

Quinn Fabray, prefecta de Ravenclaw de sexto año, capitana y guardiana para el equipo de quidditch de su casa.

Santana López, estudiante de sexto año en Slytherin y buscadora del equipo de quidditch.

Ambas eran mejores amigas incluso antes de conseguir entrar en Hogwarts debido a que sus madres eran muy amigas también.

Cuando Dumbledore acabó su discurso, empezó el sombrero seleccionador con los de primer año por lo que a Santana le dio otra oportunidad para quejarse.

-Madre mía, esto no nos afecta en lo absoluto, ¿por qué tenemos que seguir aguantando esto?

-A ti no te afectará Tana pero yo quiero fichar a los de mi casa para ver quiénes son los que me pueden traer problemas.

-Q, en tu casa nadie da problemas, sois todos unos blandengues y nunca armáis nada.

-Y por eso lleva ganando Ravenclaw la copa de la casa los últimos cinco años.

-Eso es porque tú le das miedo a todo el mundo rubia y te dejan hacer lo que te salga de las narices.

-Eso es mentira, si yo soy un sol.- Ante esto la rubia pone cara de fingida inocencia y Santana se echó a reír como una descosida. Se volvieron a ganar otras miradas de reproche pero con otra mirada de hielo de Santana, todos se giraron de nuevo.

-Santana deja de jugar con Quinn y respeta a la gente por el amor de Dios.

-Oh por favor Rae, déjame tranquila aunque solo sea un rato.

Rachel le puso mala cara pero lo aceptó y siguió mirando a los nuevos chicos que iban a pertenecer a su casa.

Rachel Berry, prefecta de Slytherin de sexto curso y una de las mejores hechiceras del lugar.

-Bua ya empieza pronto ésta a darme la brasa con eso de ser buena chica.

Cuando Santana vio que Quinn no le contestaba se giró a ver qué pasaba y lo que vio la sorprendió. Un chico de Hufflepuff se había quedado totalmente petrificado en mitad del pasillo y se estaba poniendo morado como si lo estuvieran ahogando.

El profesor Dumbledore soltó unas palabras y el chico cayó desplomado en el suelo recogido inmediatamente después por Madame Ponfrey para llevárselo a la enfermería.

Todos empezaron a hablar a la vez y el director los mandó a todos a sus salas comunes liderados por los prefectos de cada casa con orden.

-Bien Santana compórtate ahora y ayúdame a que a ninguno le dé un ataque.- le dijo la morena a la latina.

La latina dispuesta ayudó a los dos prefectos de Slytherin que aparte de Rachel lo hacía un chico del último año llamado Chris.

Christopher Berry, el hermano mayor de Rachel y capitán del equipo de quidditch. El chico más guapo por la revista del colegio y el más deseado tanto por mujeres como hombres.

Entre los tres sacaron a todos los chicos de su casa perfectamente para su sala común pero Santana volvió la mirada atrás para ver si veía a Quinn ya marchar pero parece que tenía más problema, por lo tanto, les dijo a los Berry que siguieran que ella iba a ayudar a Quinn ya que ese día, Mike, el otro prefecto de Ravenclaw, no pudo ir al colegio por problemas familiares.

-Ve con ella, aquí lo tenemos todo controlado.- tranquilizó Rachel a la latina.

-Vaya vaya pero si la latina sin corazón resulta que si tiene uno- remarcó Chris.

-No me toques lo que no tengo Christopher que la tenemos eh.-

-Vete San que a este ya le echo yo la bronca.- dijo Rachel.

Y con esto la latina salió corriendo hacia donde estaba Quinn y entre las dos consiguieron juntar a todos los de Ravenclaw en el pasillo hacia su sala común.

-Gracias Tana, de verdad, esta gente se vuelve horrible cuando algo fuera de lo normal pasa.

-Eso os pasa por ser tan buenos, que algo malo pasa y ya están al borde del pánico.

-Lo sé y te voy a dar la razón, pero no te lo creas mucho eh.

Se despidieron en la puerta de la sala común de Ravenclaw y Santana tomó rumbo hacia su sala a ver como estaban todos. Muy en el fondo sí que tenía corazón.

Al llegar entró directa al centro de la sala y miró alrededor para ver caras de completa confusión y ningún rastro de Rachel o Chris.

-¿Dónde están nuestros prefectos?

-El profesor Snape se los ha llevado en cuanto entramos todos a la sala. Algo les querían contar.

"¿Qué sería?", se preguntaba Santana para sí misma.

Mientras tanto, al otro lado del castillo, una sombra se perdía por el único recoveco del castillo no vigilado: el pasadizo de la antigua sala de astrología.