-hola chicas,nuevo proyecto en puerta, espero que les guste este fic pequeñísimo (es lo que siempre prometo xD ) y volviendo a lo mismo ni sailor moon ni sus personajes me pertenecen, todo es obra de la querida naoko takeuchi : ) como sea disfruten la lectura y nos leemos mas abajo.

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No teníamos muchas cosas en común, nuestras edades eran distintas, nuestras maneras de caminar no coincidían, mucho menos la estatura, y ni que hablar de nuestro carácter.
Nunca pensábamos igual, teníamos ideas muy diferentes, yo por ejemplo era dueña de mi misma, y ella….ella detrás de toda esa mascara solo era una niña insegura.
Pero a pesar de todo nuestras manos parecían haber sido hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando en la misma dirección.

Y es que ese día, en ese preciso instante, fue mi momento glorioso en el que me di cuenta que estaba despertando a lado del amor de mi vida, si lo se, que solo 26 años es muy poco tiempo para ser madura en los temas del amor. Pero yo no necesitaba más. Michiru Kaioh dormía plácidamente a mi lado, con el rostro sereno y feliz, mi brazo acalambrado sirviéndole de almohada. Seguramente en cuanto lo moviera me iba a doler como los mil demonios y se me iba a salir esa risita nerviosa cada vez que pasaba por el tormento de un miembro dormido. Pero que importaba, ¡me importaba rayos! Yo me acababa de dar cuenta de lo enormemente afortunada que soy, pues estaba a lado de la persona que mas quería. No se cuanto tiempo mas me quede viendo ese rostro angelical que había sido esculpido por los mismos ángeles para mi…solo para mí.

-¿hasta cuando dejaras de verme con esa cara de obnubilada?—pregunto Michiru abriendo los ojos lentamente. Y dibujando una sonrisa se sentó en la cama, apoyando su cabeza sobre sus rodillas.

-como supiste que…- ah maldición, efectivamente cuando moví mi pobre brazo este comenzó a quejarse mandándome descargas de dolor. Intente levantarlo…ni siquiera lo sentí. Encaje mi cabeza en la almohada para que no se me saliera un grito de dolor, o alguna incomoda risilla.

-tienes una mirada bastante pesada—contesto Michiru –supongo que en tu etapa adolescente acosabas pobres damiselas que…-

Reí ante la sola idea, por supuesto que nunca acose a nadie cuando era joven, nunca tuve la necesidad, quizá una vez cuando me enamore platónicamente de una maestra que…bueno eso era historia antigua y obviamente no se la iba a comentar a mi pareja, si de por si se molestaba por que la mosca me mirara, imagínense si le comentaba mi pasado amoroso…me aniquila, eso seguro. ¿y quién les contaría esta historia?...si, Michiru seguramente, pero con su versión totalmente falsa y ocultando lo que verdaderamente paso aquí. Como sea, conozco a mi pareja de hace mucho tiempo y ese tonito que acababa de usar a mi no me engañaba. Así que me acerque, con mi mano tome su hombro y la empuje con cierta fuerza hacia la cama, mis piernas aprisionaron su cadera. Y con mis manos retuve sus muñecas

-¿celosa de las pobres damiselas Michiru?—susurre divertida. Mientras pegaba mi cuerpo al de ella, sentí de inmediato su ligero temblor y supe que esa mañana sería bastante divertida.

-la verdad no, no hay nada que cuidar— se me olvido decirles que Michiru a veces era ciega. Por eso no sabía lo que tenia enfrente. Pero claro aquí estaba yo para hacérselo saber. Moví mi pelvis cadenciosamente mientras la yema de mi dedo bajaba por ese espacio entre los pechos de Michiru, vi como mi pareja se mordía los labios para callar seguramente los gemiditos tan adictivos que hacia.

-se nos hará tarde—

-nadie se va a morir si nos esperan quince minutos—

-crees poder en quince minutos—

-acaso dudas de mí—

-sabes que soy demasiado exigente—

-y yo demasiado buena- dije confiada, y claro que lo era, en un dos por tres Michiru estaba totalmente libre de su ridícula pijama la cual tenia el mismo estampado que cualquier camioneta hippy que te puedas encontrar. La cual podía bajar la libido a niveles insospechados…aunque no siempre, lentamente acaricie con mi lengua el rosado pezón con el propósito de excitar a Michiru, ¡cual fue mi sorpresa al sentir a mi pareja totalmente erecta! - ¿ya ves?—dije socarronamente. La diversión apenas comenzaba, con mis dedos separe los labios menores de mi aguamarina para introducir un dedo que comencé a frotar contra el caliente y ¡vaya! Húmedo clítoris. Con deliciosos círculos comencé a acariciarla. Y mi juguetona boca no se quedo quieta. Ya que tome a bien agarrar con mi otra mano, la mano de Michiru y con mi lengua comencé a lamer en círculos frenéticos la palma. De modo que mi lengua y mi dedo estuvieran sincronizados.

Vi como Michiru se mordía un dedo y su frente estaba llena de sudor, sentí como sus caderas comenzaban a moverse para hacer mas profundo mi contacto señal de que Michiru comenzaría a ponerse cariñosa conmigo, no quise esperar y ahora comencé a acariciar de arriba abajo la vagina de michí.

-Haruka—suspiraron mi nombre cosa que comenzaba a excitarme. Baje un poco, y comencé a lamer el vientre. Poco a poco hasta llegar al paisaje que tanto me encendía: es decir el hinchado y mojado clítoris. Alce mi vista hacia Michiru y sin despegar mi mirada de sus ojos, di una profunda lamida a su labio menor haciendo cierta presión. Sentí las manos de Michiru en mi cabeza entrelazando sus dedos con los mechones de cabello, las cuales me empujaron levemente su sexo, señal de que ya no podía esperar mas. Acerque mi lengua a su clítoris pensando en la diversión que me esperaba cuando.

- CONTESTA, CONTESTA, CONTESTA…- se escucho los lamentos de lo que parecían ser unos niños. Junto a una música digna de la mejor película de terror.

-KYAAAA—grito Michiru espantada, levantándose rápidamente de la cama, provocando que yo saliera volando hacia el otro extremo, lo último que supe fue me había golpeado contra la pared y ahora estaba debajo de la cama sobándome la nuca.

-¿Cuántas veces tengo que pedirte que cambies el estúpido tono del teléfono?—explote furiosa, ya no me importaba seguir el toqueteo ni mucho menos reiniciar la pasión. Esos malditos niños me habían provocado varios paros cardiacos cuando alguien tenía la maravillosa idea de llamar a las tantas de la madrugada y ahora esto. Michiru puso en blanco sus ojos. Y yo Salí volando hacia la cocina, porque si me quedaba podría iniciar una realmente fea discusión.

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-¿si, diga?—pregunto Michiru aun con la respiración entrecortada -"más vale que sea importante"—pensó

-¿mich?—

-no, está hablando con la doctora Kaioh- contesto de malas maneras.

-¿michi? ¿Mi amor?—

-¿mama ?- se desconcertó la aguamarina.

-si, me canse de esperar a que me llamaras, y después de un año de no escuchar tu voz…me dije, ¿y Por qué no le hablo a mi hija? –

-si, y que mejor que a la primera hora de la mañana—ironizo Michiru

-¿verdad que si?, oh somos tan parecidas dulzura— exclamo exageradamente la señora. —pero cuéntame, como es que no has contestado mis cartas—Michiru se pego en la frente, todo este tiempo creía que su madre no quería hablar con ella, pero en realidad se olvido del hecho de que su progenitora era una de esas personas que todavía disfrutaba de mandar largas cartas.

-oh mama, he estado ocupada en el trabajo tu sabes lo que puede absorber un hospital, y además me mude hace unos meses, compre una casa en un buen barrio de la ciudad, es grande y acogedora, te gustaría si estuvieses aquí—

-en serio, oh me da mucho gusto Michiru, no sabes lo orgullosa que estoy de ti, siempre supe que tu serias en un futuro mi gran apoyo-

-mama, mama—interrumpió Michiru- ¿pasa algo?—

-el mamarracho de tu padre querido, eso pasa—

-¿qué pasa con papa?—

-lo de siempre, ya sabes cómo es…para no hacer esto largo el caso es que nos divorciaremos—

-¿por fin?—pregunto Michiru, quien se mordió la lengua—quiero decir, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?— enseguida se arrepintió de su pregunta, ya que su madre no tardo en estallar en sollozos.

-si, si estoy bien, en realidad tu padre me ha cedido la casa…o bueno no sé, el se ha salido desde el día que se puso la demanda y yo, no quiero estar aquí…aquí está hecho todo un desastre, tanto tus hermanos como yo. Siento que necesitamos un cambio de aires. Y si dices que tu casa es muy grande, podremos estar ahí mañana por la tarde. -

-pero…-

-oh sí, tengo que ir al banco y al juzgado para avisar que me voy a ausentar unos quince dias— michiru puso los ojos en blanco ¿Cómo que quince días? —entonces quizá pasado mañana estemos por ahí—

-mama yo no…—

-llevas una vida muy solitaria cariño, ¿Qué mejor que regresar a casa y encontrarla habitada de la gente que te quiere? –

-mama—

-está bien, te llamare cuando estemos a la mitad del camino, para pedirte la dirección, te quiero cariño, no sabes lo que esto significa para mi, hasta pronto adiós—

-pero mama…mama…maldita sea me colgó- suspiro Michiru, resignada, cuando a su madre se le ocurría algo no había nada que la hiciera cambiar de idea.

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-Michiru, ya está el almuerzo - dije feliz entrando a la habitación los hot cakes eran mi especialidad y me encantaba ver a Michiru perder sus buenas maneras en la mesa, ante mis platillos- ¿Qué, que tienes?—pregunte preocupada al ver la cara de mi pareja.

-mi mama y mis hermanos van a venir a vivir conmigo Haruka…- hice un gesto de no entender aun el problema del asunto—a nuestra casa—seguí sin entender—a invadir nuestra intimidad….pueden descubrirlo todo…sobre tu y yo— Michiru se dejo caer en la cama. ¿Eso era todo?

-tranquila podemos fingir que solo somos amigas, es decir, claro que podemos actuar normal.—

-no claro que no, y menos con la facha que tienes….—

-¿Cuál facha?- pregunte ofendida, Michiru nunca dio señales de que le incomodara mi manera de vestir o de actuar y ahora me salía con que no solo no tenía "estilo" si no que además era una fachosa. –para que lo sepas a mi me queda bien cualquier tipo de prenda y…- no tuve tiempo de decir más, ya que Michiru se había levantado como si tuviera la respuesta para establecer la paz mundial.

-eso es, tu y yo iremos de compras, a las…mejor te llamo cuando me desocupe. Pasas por mi hoy, es mas llévame en tu carro al hospital—

-¿de qué se trata todo esto?—

-vamos, a nadie le vendría mal un nuevo guardarropa—dijo Michiru sonriendo de oreja a oreja. –Ahora cámbiate que se nos hace tarde—

-Michiru, no me has dicho que piensas—

-cámbiate ya que llegas tarde—

-Michiru— insistí, cuando Michiru se ponía en ese plan era cuando se convertía en mi peor enemigo. Demasiado tarde, se había metido a bañar. ¿Qué demonios pensara esta mujer?

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-NO PIENSO VESTIRME DE MUJER—exclame por decima vez en lo que llevaba del viaje.

-por favor Haruka solo serán unas semanas—contesto Michiru en tono suplicante

-¡DIJE QUE NO!—grite embravecida por la terquedad de mi novia, acelere mi deportivo con el afán de llegar rápido al hospital para que Michiru entrara a su trabajo y asi no volverla a ver en lo que restaba el día, a lo mejor después de unas horas dejaria de decir incoherencias.

- que quieres, que mi familia sepa lo que en realidad soy—

-es lo más sano—respondí. Vi de reojo como Michiru volteaba a ver por la ventana.

-tu mas que nadie sabe lo que se siente perder a tu familia, y ser rechazada por la que queda. Y la mía no es diferente de la tuya… -si, Michiru era hermosa, maravillosa, perfecta y todo lo que ustedes quieran, pero a veces odiaba tener a una mujer tan inteligente como novia. Sabía que decir y en qué momento decirlo. Maldita sea la hora en la que le platique sobre el rechazo de mi hermano cuando le confesé que era homosexual. Debo decirles que me dolió y mucho…después de haber enfrentado ser huérfanos, ser adolescentes, ser pobres, y ser universitarios becados con toda la crueldad que eso conllevaba.

Creíamos que nada nos iba a separar. Gran error pues si mi naturaleza alejo a mi hermano como si fuera yo alguna leprosa o algún objeto radioactivo. Apreté el volante con fuerza. Para mi desgracia amaba tanto a Michiru como para permitir que su familia la repudiara como me repudiaron a mí.

-a las 6 pasare por ti y si no sales en 5 minutos cambiare de idea—dije cortante mientras me estacionaba afuera del hospital. Vi que ya la estaban esperando los dos doctores compañeros de trabajo de Michiru. Unos tipos farolones que besaban el suelo que mi novia pisaba. La saludaron y Michiru salió del carro murmurándome un "te amo"

-que hermosa amaneció doctora Kaioh—dijo uno de los doctores, un tipo pelinegro que odiaba con todas las fuerzas de mi ser. Más aun cuando vi que el tipo le entregaba un rosa.

- no debió molestarse doctor chiba—dijo Michiru tomando la rosa yo esperaba que por educación. Y fulmine con la mirada al sujeto

-le traje unas magdalenas deliciosas doctora, pero tenemos mucho que hacer , no debemos retrasarnos más.— dijo el doctor pelirrojo que no me caía tan mal, ya que a pesar de ser súper OBVIO de que le gustaba mi pareja, por lo menos se contenía un poco, no como aquel otro mandril.

-claro doctor vámonos- Michiru se encamino con los doctores, y el tal Darién no tardo en tenderle el brazo a mi pareja…¿y yo estaba pintada o qué? … arrgg malditos sujetos, como los odiaba, desde que los conocí solo me ofrecieron el "mucho gusto" y parece ser que fue demasiado, pasaron reuniones, fiestas, veladas, despedidas, en las que coincidimos y como si yo no existiera, solo tenían ojos para Michiru. No es que me interesara la compañía de tipos así, pero no podía creer que fueran gente taaan mustia.

Eso me pasaba por permitir que Michiru ocultara nuestra relación, no es que me quejara, por supuesto a mí me gusta la privacidad y ante los ojos del mundo tanto Michiru como yo éramos solo dos amigas solteras en busca de hombres. Vi como mi aguamarina se iba en brazos de esos tipos, según parecía se llevaban muy bien y hacían muy buen equipo de trabajo. Michiru volteo a verme y me sonrió

-hay Haruka no te olvides aquí a las 6—

-y tu no olvides que si no sales en cinco minutos mejor tomate un taxi— dije bromeando

-si su amiga va a estar ocupada puedo llevarla doctora—mire con furia al tal Darién…Estúpido.

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-bien, bien señorita reí hágame el favor de traerme el archivo del caso takahashi y el expediente del señor Take – ordene por el intercomunicador a mi secretaria. Estaba poniendo en orden mis documentos cuando escuche un estruendoso portazo. Cerré los ojos pacientemente.

-bien Saruka…-

-Haruka—corregí

-lo que sea, abogada tenemos el tiempo encima y yo aun no veo claro conforme el caso takahashi –

-estoy trabajando en eso si me permite…-

-y aun no tiene la defensa del señor mitsui ishida. –

-estará al mediodía –

- ya fue al juzgado para solicitar el amparo de la señorita hikari—

-hable para solicitar la cita me llamaran para confirmarme y…-

-PUES MUEVASE, VUELVA A LLAMAR, LA DEFENSA LA QUIERO A LAS 10 A MAS TARDAR, Y QUIERO HOY MISMO LISTO ELCASO TAKAHASHI—grito mi jefe al cual yo nunca lo había visto hacer nada más que mandar y mandar

-todo lo tendrá abogado—

-pues deje de perder el tiempo y apúrese..— cerré los ojos armándome de paciencia. Hoy no era mi día. Ignore al abogado el cual era mi jefe directo por lo tanto no podía simplemente llegar y golpearlo como quisiera.

-abogada aquí tengo los... – comenzó mi secretaria. Pero al ver al jefe de todos se intimido.

-discúlpeme abogado – mi jefe chasqueo la lengua e hizo un gesto restándole importancia.

-llámeme Alex- soltó jovialmente, tono que nunca había utilizado conmigo, gracias a dios. un "Alex" amable conmigo, dios no quiero ni pensarlo. –Abogada—el tono severo volvió

-si—pregunte

-apúrese—finalizo. Retirándose con paso elegante. Si, debo admitir que admiro al tipo por su soltura y elegancia. Pero lo zorro eso no se lo quita nadie. Además de que decían que cuando no mangoneaba a los demás solía ser un temible licenciado.

-señorita reí, ¿podría contar con su ayuda para los pendientes de hoy?—pedí. La joven sonrió y asintió de inmediato.

-claro que si abogada—dijo ilusionada, si, yo solía ser pésima con el sexo masculino pero el sexo femenino era otra cosa.

-bien, pues llame a todas mis citas y cancélelas, hoy usted y yo estaremos encerradas en este despacho hasta las cinco y media— la pelinegra sonrió y casi salió corriendo a cancelar todas las citas.

-¿mal día?—se escucho decir en el marco de la puerta, voltee y sonreí. Ahí estaba mi amigo de la facultad. El cual laboraba junto conmigo en el mejor despacho de la ciudad.

-ni me imaginas—

-que sucedió, ¿acaso Michiru te hizo enojar?—

-me aventó de la cama la muy ingrata— confirme

-uy tía, eso que te rechacen en plena cama con razón traes esa cara—

-Andrew—dije suspirando mirando a mi jovial amigo—no es lo que crees, estábamos durmiendo—

-claro que si—concedió mi amigo en un tono bastante pesado. –pues ya que estas fallando me presentare con Michiru para proponerle unos cuantos tratos—sonreí con malicia

-ya quisieras, pero no, no va por ahí. Al parecer vendrá la familia de michi—revele a Andrew quien en cuanto escucho eso se apuro a sentarse en la silla visiblemente interesado

-ah caray, ¿Cómo está eso? ¿no se supone que tenía como un año de no hablarse?—deje los documentos con fuerza en la mesa. Y me levante visiblemente contrariada.

-ES LO MISMO QUE CREIA YO—grite frustrada—y ahora me salen con que no solo vendrá la mama, si no también los hermanos. ¿Puedes creerlo? Como toda una familia feliz – alce los brazos en señal de desesperación.

-entonces estas nerviosa por conocer a mama chuegra, y a tus cuñis – Andrew rio—es lo malo de tomar las cosas en serio, todo eso viene con el paquete—

-bueno fuera, pero como la señorita quiere ser la ocupada doctora que no tiene tiempo para un novio. Quiere que yo finja ser una mujer de esas que huele testosterona y ya se está mojando—

-no entiendo—

-si, carajo, quiere que me vista femenina, me maquille y todas esas joterias—revele jalándome los cabellos repetidamente. Andrew abrió la boca y la cerro varias veces, yo no pude evitar encontrarle parecido con un pescado, quería reír pero no encontraba aun el chiste de la situación. Andrew como era su costumbre se repuso rápidamente y comenzó a carcajearse en mi propia cara.

-carajo Haruka, cuanto tiempo será, ¿te podre ver?—

- no se cuanto tiempo se quiera quedar la familia de Michiru—

-tu familia política dirás —corrigió mi rubio colega. Quien se levanto. Y me dio una palmada en el hombro expresándome su apoyo, eso quería creer.

-animo Haruka, lo más que puede pasar es que Alex se enamore de ti, ante tus encantos femeninos—

-estúpido—

-aunque si me preguntas mi opinión, te veras horrenda al intentar caminar con unos tacones del 15,oh por dios tengo que darle a Michiru algunos consejos de belleza—

- ¿tu consejos de belleza?—ironice. —Solo empeorarías las cosas—

-de eso se trata amigo—Andrew se marcho con su sonrisa ladina. Diablos, mi "amigo quería meter su cucharota. Para que abrí la boca.

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-llegas a tiempo—dijo Michiru quien ya se encontraba en el estacionamiento del hospital. Yo solo alcance a gruñir para demostrar mi molestia.

-y tus novios—atine a preguntar para desviar un poco aquel vergonzoso tema. Michiru rio

-los doctores saben muy dentro de ellos que no tienen oportunidad conmigo—iba a decir que a la primera oportunidad no dudarían en clavarle el diente. Pero Michiru acaricio mi rostro con ternura. Volteo a verla sorprendida. –Ya que tengo a una novia muy bonita—dijo sonriendo—y a partir de hoy más bonita todavía. Te dejare preciosa—resople porque vamos, ese "te dejare preciosa" no me gustaba para nada. Nada mas de imaginarme a mí usando vestidos o algún tipo de prenda que tanto le encantaban a Michiru. Por supuesto no iba conmigo. Pero ni modo tenía que apoyar a mi pareja en las buenas y en las malas.

-por cierto—comenzó Michiru —Andrew me marco al mediodía—comento como quien habla del clima.

-¿ah si? …que…¿Qué quería?—

-me comento que estabas entusiasmada por tu cambio de imagen y me mando unas revistas y unas paginas de internet— suspire aliviada, al parecer solo eran inocentes consejitos nada grave—pero Haruka ¿estás segura que te quieres poner extensiones de cabello? –

-¿eh?—

-muchas gracias, creí que lo mejor era vestirte un poco mas femenina pero sin alterar tu estilo, pero con esto me demuestras que de verdad tomas esto demasiado en serio, no sabes lo que significa esto para mi, tanto tu decisión de usar vestidos y aprender a caminar en tacones, no sabía que me amaras tanto- ¿a qué hora había dicho semejantes revelaciones que ni me había dado cuenta?, Michiru me veía con adoración y parecía que de un momento a otro se iba a echar a llorar, maldije a Andrew. Solté el volante y lo volví a tomar con fuerza, ¿Qué podía ser peor? –hasta…- voltee a ver a Michiru que se encontraba roja como un tomate, ¿ahora que le pasaba? –Hasta decidiste comprarte lencería, pero Haruka por que no comentas estas cosas conmigo, si tanto querías un hilo dental no hacía falta que se lo comentaras a Andrew, sabes que cuentas conmigo, pero no te preocupes hoy mismo lo solucionamos—

-¡ QUEEEEEE!-

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¿Qué les pareció el inicio de este fic? Si les gusto no se pueden perder el siguiente capitulo….

LA SALIDA DE COMPRAS DE HARUKA Y MICHIRU Y POR SUPUESTO EL CAMBIO DE IMAGEN DE NUESTRA RUBIA.

Si les genere un trauma, tranquilas solo será temporal. Espérense a conocer a la mama y sobre todo a los hermanos xD

Ya los dejo y me despido. No se olviden comentar y dejarme sus sugerencias, sus opiniones :)