Con ustedes mi primer fanfic de Yugi Oh se me ocurrió de repente y comencé a escribir este capítulo. Esta ubicado dos años después del final del anime, donde aparentemente los yamis desparecieron para siempre.
Yugi Oh pertenece a sus respectivos creadores, yo tan sólo los pido prestados para crear esta interesante historia, se enfocará en la pareja de Bakura y Ryu principalmente pero también saldrán otros personajes y parejas importantes, según como se desarrolle la historia tal vez sea la primera parte de toda una saga.
Bakura:- ¬_¬ demonios, sabía que algún día vendría.
Ryu:- *bostezando* esto será problemático.
Capítulo 1 El invitado inesperado
Ryu miraba bastante asustado a la persona que estaba frente a él, en el alféizar de su puerta, pensando que se trataba de una mala pesadilla pero no lo era, él estaba ahí en carne y hueso, su otra mitad, Yami Bakura, aquel ser que lo torturo durante mucho tiempo, pero el rostro asustado de Ryu no era por miedo sino porqué su otra parte había aparecido después de tantos años en su puerta cubierto de heridas.
Bakura lo observaba con la mirada borrosa y antes de que el albino pudiese reaccionar cayó inconsciente en el suelo.
Ryu se quedó paralizado por unos segundos, incapaz de saber qué hacer, después de unos segundos por fin reaccionó y cargó a Bakura hasta llevarlo a su cama, tras encargarse de que estuviese bien cubierto, tomó el teléfono y llamó a un médico conocido. Tras darle una larga explicación sobre la situación comentando que su hermano gemelo había llegado de un viaje largo en terribles condiciones logró convencer al médico de que lo fuese a visitar.
Mientras llegaba comenzó a darle los primeros auxilios a Bakura, limpiando sus heridas y notando el terrible estado en el que se encontraba. ¿Cómo demonios había acabado tan lleno de heridas? Jamás había visto a su contra parte de esa manera. En primer lugar ¿Por qué tenía cuerpo propio? Aunque una parte de él se alegraba que no estuviese de nuevo dentro de él.
Aún no podía cree que estuviese ayudando al sujeto que atormentó su vida por años pero ahí estaba cuidando a su otro yo que ahora tenía cuerpo propio y había aparecido en medio de la nada con esas graves heridas. ¿Qué significado tenía aquello? No lo sabía pero comenzaba a tener miedo, no sabía porque su yami había vuelto y los recuerdos dolorosos sepultados en la oscuridad comenzaban a recuperarse a gran velocidad.
¿Qué podía hacer? La primera idea que se le vino a la cabeza fue llamar a Yugi o en dado caso a Marik, tal vez sus yamis habían regresado también, aunque comenzaba a pensar que si les marcaba su vida se vería en vuelta en desagradables situaciones como antes, además desconocía que podía ser lo correcto. Si ellos se enterasen de que Bakura estaba de vuelta tal vez tratarían de eliminarlo, después de todo es un enemigo temible pero en ese estado Ryu no sabía si fuese peligroso.
En ese momento se escuchó el timbre y Ryu salió de sus complicados pensamientos, decidiendo arreglar eso después de que el doctor le diera el diagnóstico.
Fue a abrir la puerta y para su sorpresa el médico no venía solo, estaba junto a la persona que jamás esperaría ver ahí: Mai Valentine.
-¡Ryu! ¡Cuánto tiempo! -comentó la rubia con una gran sonrisa, traía puesto un traje de motociclista y en el exterior se veía la misma moto estacionada.
-¿Mai? ¿Qué haces aquí?
Tras unas pequeñas explicaciones, Mai le explicó que casi atropella al pobre doctor cuando este se bajaba del auto, avergonzada le ofreció ayuda para cargar con el equipo médico. Ryu les ofreció pasar y mientras el doctor entraba a la habitación para atender a Bakura, el albino y la rubia charlaban en la cocina. A Ryu no le quedó de otra que contarle la verdad a Mai sobre la persona que estaba en la otra habitación.
-¿Qué? ¿Bakura? –preguntó Mai impresionada, Ryu le indicó que bajara la voz por que no deseaba molestar al doctor.
-¡Ese tipo es peligroso! ¿Cómo se te ocurre ayudarlo? – le regañó la rubia cruzando los brazos —Supongo que recordaras todo lo que nos hizo pasar.
Mai había sido junto con otros una de las víctimas del Reino de las Sombras y pese a que Yami Marik había sido el principal torturador de su mente, aún se mantenía alejada de cualquiera que tuviese que ver con ello, los recuerdos de ese lugar solitario venían a su mente con frecuencia pero se había decidido a no cometer de nuevo el error de traicionar a sus amigos por lo que siempre que podía iba a visitarlos para alegrase el alma.
- Lo sé, pero no podía dejarlo solo, no sé por qué pero cuando lo vi herido, no dude en ayudarlo.
Mai suspiró y tras un pequeño silencio sonrió para sorpresa del albino, él se esperaba que la rubia lo reprimiera otra vez sin embargo había sonreído. ¿Qué sucedía?
-Ustedes siempre tan amables —la rubia recordó a Yugi y compañía, sin duda ellos habrían ayudado a su peor enemigo si este estuviese muy herido frente a sus ojos. Ella no podía ignorar al pequeño Ryu que lucía confundido frente a las adversidades que se le presentaban. —Pues lo único que podemos hacer por ahora es velar por su seguridad y esperar que no vuelva a dar problemas ni querer mandar a nadie al reino de las sombras. —Se quedó callada unos segundos y luego miró con seriedad al albino.
-¿Has hablado ya con los otros?
El silencio de Ryu fue suficiente respuesta para ella, con una sola mirada le bastó a Mai para comprender por qué el chico tenía miedo de llamar a los otros: desconocía las reacciones que tendrían frente a la noticia de que su enemigo había regresado de repente, más importante ¿Los otros yos de Yugi y Marik habrían regresado también? A la rubia le daban escalofríos con solo pensar en la idea del regreso del Marik oscuro, definitivamente no le daba mucho gusto pero sería agradable volver a hablar con el antiguo faraón. Todavía le costaba asimilar toda esa historia pero tras estar mucho tiempo con Yugi y pasar todas las aventuras junto a ellos ya se creía cualquier cosa.
-Entiendo, supongo que deseas guardar el secreto hasta entender que sucede exactamente ¿No es verdad?
-Correcto, no es que pretenda ocultar la verdad, tan sólo quiero saber que sucede antes de involucrar a mis amigos en esto.
Mai iba a decir algo más pero unos alaridos interrumpieron la conversación de ambos, los gritos provenían del cuarto de Ryu, alarmados corrieron y entraron a la habitación quedándose congelados ante la escena. Bakura estaba en la cama y gritaba desesperado mientras el médico trataba de calmarlo.
-¡No te atrevas a tocarme!—gritaba el albino lleno de angustia y miedo. Esa imagen de su otro yo era completamente desconocida para Ryu y también para la rubia porque ambos miraban la escena completamente pasmados. Fue hasta que Bakura trató de levantarse cuando Ryu reaccionó y sin pensarlo dos veces le abrazó impidiendo que se parara, comenzó a tranquilizarlo con el mismo abrazo mientras Mai salía con el doctor.
Bakura estaba sorprendido por las acciones de su hikari por lo que dejó de moverse y se fue calmando en esos brazos tan acogedores y suaves, poco a poco cerró los ojos y fue liberando todo el estrés contenido. Por primera vez Ryu sintió las lágrimas de Bakura caer, sintió como su otro yo lloraba en sus brazos desesperado, en ese instante supo que Bakura ya no era el mismo que antes y sintió la fuerte necesidad de protegerlo de aquellos que le hicieron daño.
Espero que les haya gustado, pronto el próximo capitulo.
Yami:- ¬_¬ Yo soy el protagonista, debería estar saliendo en el primer capítulo.
Yugi:- Vamos, no hay que preocuparse por eso * sonrie*
Joey:- Es cierto viejo, aunque no entiendo por que Mai sale primero.
Mai:- * les guiña el ojo* Una mujer siempre tiene sus trucos.
Doctor:- *sin entender absolutamente nada de lo que hablan*
Tea:-*con una gota tras su cabeza* Dejen sus reviews
