1. Everything black

La alarma sonó a las 6 en punto, sin embargo, él estaba despierto desde al menos 5 minutos antes. Al parecer su rutina estaba bien establecida.

Desperezándose mientras bostezaba, se levantó a tomar su religiosa ducha matutina, lavó minuciosamente cada rincón de su cuerpo y dejó que el agua fría lo terminara de despertar.

Enredando una toalla en su cintura, salió del baño rumbo al enorme clóset que había en su habitación, abrió la puerta y contempló la variedad de prendas - todas de la temporada y de Gabriel, por supuesto - que allí había. Un sonoro suspiró salió de sus labios mientras pensaba en qué usar.

Plagg despertó y lo miró con una expresión de hastío al encontrarse con la misma escena de cada mañana.

—¿Otra vez lo de siempre, chico?—

—Buenos días para ti también, Plagg— respondió Adrien rodando los ojos.

—Bueno, es que todas las mañanas es lo mismo. ¿Por qué nunca usas algo de lo que está acá?— preguntó el kwami señalando una sección del guardarropa. Con un suspiro, Adrien recordó el motivo por el cual había dejado de usar toda la ropa que estaba ahí guardada, a pesar de que era su favorita.

Después de la desaparición de su madre, el mundo había dejado de tener sentido para él. A pesar de que no sabía que había pasado con ella, él decidió empezar a vestir de negro cada día en señal de luto. Se había hecho la promesa de que no usaría otro color en sus prendas como muestra del dolor de su corazón, el único momento que no las utilizaba era durante su trabajo como modelo.

Pasando el tiempo, su pequeño lado vanidoso, ese que casi nunca dejaba salir pero que él sabía que existía muy en el fondo de su ser, se había mostrado encantado con la manera que el color negro le hacía lucir. Su esbelta figura resaltaba junto con los hermosos ojos verdes que había heredado de su madre. Así que su clóset se fue llenando de ropa negras. Todo, todo era absolutamente negro, para frustración de su padre que cada día le preguntaba si no podría utilizar otra cosa. Y así habría seguido si no fuera por ese día.

Su mejor -y única- amiga, Chloe, lo había convencido de asistir al colegio con ella. Así podría distraerse de su tristeza y estarían juntos gran parte del día. A él le había encantado la idea. A su padre no. Por primera vez en su vida decidió rebelarse.

Pensando en despistar a Nathalie y el gorila, Adrien decidió utilizar un conjunto completamente diferente a su habitual oscuro outfit. Y salió.

Nunca imaginó que esa decisión cambiaría para siempre su vida. Por una coincidencia del destino, ese mismo día se había convertido en Chat Noir, el héroe de París.

—¿Es que acaso no lo ves, Plagg? — preguntó medio desanimado —si me visto de negro, alguien podría darse cuenta de que soy Chat Noir— añadió mirando con nostalgia sus amadas prendas.

—Bueno chico, la verdad lo dudo. La gente de por aquí está bastante ciega— y Plagg se rio con ganas al recordar a cierta "amiga".

Adrien cerró la puerta del clóset después de elegir rápidamente algo de la nueva colección de su padre. Se apuró a tomar el desayuno y salió rumbo al colegio, si renunciar un poco a su vanidad le permitía la libertad que ahora podía disfrutar, con gusto lo haría.

Mientras tanto, en el despacho de monsieur Agreste.

—Nathalie, ¿ya salió Adrien? —

—Si, señor. A tiempo, como siempre. —

—¿Qué llevaba puesto hoy? —

—El conjunto no. 18 de la temporada, señor.—

—Excelente, Nathalie. — dijo Gabriel Agreste pensando que permitir asistir a Adrien al colegio no había sido una mala idea, después de todo.

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Notas de la autora.

Empiezo esta nueva serie de relatos. Nada intenso realmente, pequeñas ideas que se me ocurren sin otra intención más que entretener.

Espero que les gusten.