"¿estas nerviosa por el primer día? Pregunto mi padre al momento en que me vio bajar las escaleras.

"¿Por qué debería estarlo?" respondí con la boca llena de cereal "No es como si me hubiera cambiado a la mitad del año" dije sarcásticamente "Oye, no hay necesidad de que me conteste así" dijo mi padre con un puchero. ¡Rayos! no puedo seguir enojada si pone esa cara. "Ya me voy, te veo luego".

Así es yo, Saori Kimura me había cambiado de escuela solo porque estaba demasiado lejos. Si, yo también puse esa cara.

"Ya deja tu monologo interno y vete que vas a llegar tarde" dijo mi madre mientras terminaba de lavar los platos.

Antes de partir algo, bueno mas bien alguien me detuvo "Onee-chan ¿Podemos ir al parque luego de la escuela?" pidió mi hermano poniendo unos ojitos adorables para que me diera lastima y así salirse con la suya. Para mi mala suerte funciono, pues no solo había conseguido una salida al parque, sino también un helado y un nuevo vídeo-juego.


"Torpe enano manipulador" murmure para mi misma en mi camino a la escuela. "Siempre saliéndose con la suya" patee una roca "Juro que algún día le diré que no" exclame decidida llamando la atención de los estudiantes que se encontraban a mi alrededor y uno que otro profesor.

"Hola Saori-chan!" grito Nanami Sakurai, mejor conocida como Nana mi mejor amiga desde la infancia.

"Hey" respondí su saludo con una sonrisa. Detuve mi paso para que la castaña me alcanzara "Pareces perro." Bromee antes de entregarle mi botella de agua, la cual acepto no sin antes fulminarme con la mirada. "Gracias!" dijo volviendo a su animado ser "No puedo creer que al fin estaremos juntas!" "Juntas toda la semana-Suspire para luego sonreír de lado- "Como si no me bastara con verte a diario en las practicas" "Oye!" respondió ofendida "Sin mi tu vida no tendría sentido" "meh" Este ultimo comentario me gano un golpe en la nuca. Cabe destacar que Nana es una rematadora lateral, así que pudo haberme sacado el cerebro de un golpe si hubiera querido.

"¿Estas molesta?" pregunte volteando para hablar con Nana que se encontraba en el asiento detrás del mío.

Sin respuesta. Creo que me he pasado un poco. Bueno, mucho.

"Hey" trate nuevamente, para volver a ser ignorada. Así que pase al plan B. "B" de bolitas de papel. Metí la mano en mi maletín y luego de un rato de revolver su interior conseguí lo que estaba buscando, el popote de mi leche. Arranque una de las ultimas paginas de mi cuaderno y comenzó a darle una forma esférica. Espere a que la profesora comenzara a escribir en el pizarrón para comenzar a ejecutar mi plan.

Lance la primera bola, pero mi amiga ni se inmuto. Así que proseguí con mi plan por 10 minutos hasta que se me acabaron los proyectiles. Suspirando en derrota trate de retomar mi posición en mi asiento pero la mirada de la profesora estaba fija en mi. "Señoritas, si no les interesa mi clase pueden retirarse"

Genial. Ahora me odiaría aun más.

Camine cabizbaja hasta la puerta y me dispuse a ir a la azotea pero una risa me detuvo. "Nana" "¿Bolas de papel?" pregunto sin aguantar la risa "¿Cuántos años tienes? infantil"

"¡No te burles! Por lo menos funciono" dije con una sonrisa "Lo siento" dije algo apenada haciendo que mi amiga volviera a reír "En realidad no estaba enojada, solo me gusta molestarte"

"Estamos a mano"

"¿A dónde vas?" pregunte al ver a mi amiga comenzar a caminar.

"A la cancha" respondió obvia "Quiero aprovechar esta oportunidad para que me coloques unos balones"

"Esta bien" accedí sonriendo.

"¿Segura que no quieres unirte al club de voley?" pregunto por quinta vez esta semana.

"Si, el voleibol es lo tuyo" dije sonriendo.

"Tarde o temprano te unirás, eres muy buena"

"Eso ya lo se" dije mientras adoptaba una pose de diva haciendo que la castaña volviera a reír.

Creo que mi vida en Karasuno no será tan mala.


Una vez en la cancha, Nanami saco un balón de su mochila y con una sonrisa me lo lanzo para comenzar con la práctica.

"¡Uno más!" grito Nanami limpiándose el sudor con la manga del suéter.

"Aun nos queda 15 minutos" dije mirando mi reloj "5 más y acabamos".

"Pero…"comenzó a hablar en un tono triste.

"Nada de peros, aun tenemos clases, ¿Recuerdas? Además, no quiero andar saltándome clases en mi primer día".

A duras penas acepto. Una vez terminada nuestra práctica acordamos en ir al baño a lavarnos el rostro. En nuestro camino allá pude notar por una de las ventanas a un chico de cabello naranja jugando con un balón de voleibol.

Sin pensarlo la imagen trajo una sonrisa a mi rostro, siempre me había gustado ver el rostro de felicidad de las personas cuando hacían lo que más amaban.


Al momento en que sonó la campana anunciando el almuerzo no lo dude dos veces para correr a la azotea y arrastrar a Nanami en el proceso, pero esta se quedo en su lugar y se disculpo, pues tenia que atender unos asuntos con las chicas del club de voleibol. Algo desganada me dispuse a continuar mi camino pero una voz femenina me detuvo "¿Kimura-San?" pregunto una linda chica que asumí era de tercero.

"Si, ¿Hay algún problema?" pregunte algo preocupada, que tal si habían llamado a mi padre porque me habían sacado de clase, o peor a mi madre. Involuntariamente un escalofrió recorrió mi cuerpo ante el pensamiento de mi madre molesta. La chica solo rió y procedió a presentarse como Shimizu Kiyoko, estudiante de tercero y manager del equipo masculino de voleibol. Ante mi mirada de confusión la muchacha siguió hablando.

"Veras, me gustaría que formaras parte del equipo como manager" estaba apunto de negarme pero Shimizu-san siguió hablando "Sé que eres nueva así que no estas inscrita en ningún club y por lo que sé, todos están llenos"

No sonaba mal, pero no estaría traicionando a Nana, ya me había perdonado una vez pero no estoy segura de una segunda.

"Yo.. eh, necesito tiempo" La chica asintió con una pequeña sonrisa "Puedes ir a ver al equipo después de clases. Estoy segura de que cambiaras de opinión" finalizo en un tono determinado.

Algo confundida cambie mi rumbo hacia el club de voleibol femenino, necesitaba hablar con Nana inmediatamente.

Cuando me vio allí, mi amiga no tardo en sonreír y presentarme al resto del equipo como la mejor colocadora del mundo, algo sonrojada por su alago le pedí salir al pasillo para tener privacidad.

"¿Qué sucede Saori?" pregunto preocupada.

"Quiero ser manager del equipo de voleibol masculino" hable rápidamente.

"Oh, ¡eso es genial! Debo admitir que me hubiera gustado que formaras parte de mi equipo, pero si eso te hace feliz, te apoyo"

"¡Gracias! Prometo practicar contigo después de clases" dije sin pensar debido a la emoción.

"Excelente! Te veo luego" se despidió sonriendo, no sin antes hacerme prometer que seguiría practicando con ella todos los días.

Con una sonrisa me dispuse a encontrar a Shimizu-san, el problema era, que no sabia por donde comenzar así que decidí ir a verla luego de clases en la cancha.

Ni siquiera espere a que el timbre de salida terminara de sonar para salir del salón y correr hasta la cancha empujando sin querer a una jirafa con lentes, perdón chico, que se había cruzado en mi camino.

Una vez allá espere en la puerta hasta que Shimuzu-san noto mi presencia y se acerco a saludarme.

"Quiero unirme al equipo"