Disclaimer: I do not own Harry Potter. Harry Potter no me pertenece y no estoy sacando ningún tipo de beneficio de esto.
Authors note: This story is not mine, it belongs to Fang's Fawn, I'm only translating it to Spanish. Esta historia le pertenece a Fang's Fawn yo solamente la he traducido al español.
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Capitulo Uno
Al principio, no estaba muy seguro de que era lo que estaba viendo. Pensó que podría ser una rata acostada bajo un guante de cuero negro.
Aunque eran comunes en el Reino Unido, Harry jamás había visto un murciélago en persona. . . bueno, no de cerca, a menos que contara la vez en que había ido al zoológico en el cumpleaños de Dudley hace cinco años. Y como esos especímenes habían estado encerrados en una gran jaula de vidrio, él pensaba que no contaba como ver uno en persona.
El hecho de que jamás había visto un murciélago salvaje no era muy sorprendente. Aunque no estaban en peligro de extinción, la población de murciélagos de Inglaterra escaseaba y, por ende, estaban protegidos. Además, no era fácil encontrar murciélagos, siendo estos criaturas tímidas, silenciosas y nocturnas – a menos, obviamente, que uno buscara específicamente a estos animales.
Harry no había estado buscando murciélagos. Se había encontrado a éste mientras cortaba la hierba del pequeño huerto.
Acababa de llegar a casa, hace seis días, pero Tío Vernon y Tía Petunia ya lo tenían trabajando duramente. Tía Petunia estaba determinada en ganar el premio por el mejor huerto del vecindario este año, lo que significaba mucho trabajo adicional para Harry. La verdad era, que a él no le importaba. El duro trabajo físico no era nada nuevo para él cuando estaba en casa de los Dursley; además lo mantenía demasiado ocupado como para pensar demasiado en Sirius y, cuando finalmente llegaba la hora de irse a dormir, estaba demasiado exhausto como para tener pesadillas, lo cual era un alivio.
Harry había salido al jardín inmediatamente después de cocinar el desayuno para su familia. Con el verano acercándose rápidamente, él prefería trabajar en el jardín durante las frescas horas de la mañana. Aunque no era tan talentoso con las plantas, como, por ejemplo, Neville Longbottom, el disfrutaba el tiempo afuera de la casa, ayudando a las plantas a crecer. Además, era agradable pasar parte de su verano alrededor de seres vivientes que no le odiaban, como lo hacía su familia. Ahora que no tenía a Hedwig , las plantas eran mejor que nada.
Poco antes de que las clases finalizaran, Hedwig había sufrido una herida en su ala. Harry había llevado a su herida lechuza directamente con Hagrid.
"Bueno, Harry, ella estará bien" Había dicho el gigante, al examinar cuidadosamente a Hedwig. "Su ala sanara rápidamente. Pero es mejor que la dejes con migo. . .Se quedará aquí hasta que acaben los mese de lluvia u luego te la enviare a casa. "
Hermione, al ver la cara de Harry al escuchar estas noticias, había dicho en tono confortante "No te preocupes, Harry. Te escribiremos a menudo y puedes enviar las respuestas a nuestras cartas con las lechuzas que enviemos."
"Es cierto, amigo" Ron dijo animosamente "Además, me darás la oportunidad de quemar parte de la interminable energía de Pig"
Pero no solamente había sido la aflicción por la salud de su mascota y la ansiedad al estar sin ninguna forma de comunicarse con el mundo mágico, lo que preocupaba realmente a Harry. Hedwig era más que una simple mascota – era como su familia y amiga, y nadie tenía la mas mínima idea (ya que este jamás les había dicho) de la cantidad de tiempo que pasaba hablando con ellas durante el verano. Y ahora, con la muerte de Sirius, Harry no podría hablar con Hedwig acerca del tema.
Estos pensamientos habían estado revoloteando en su mente mientras su mano había rozado el cuerpo del murciégalo muerto bajo una hoja de col.
Los ojos de Harry se fijaron primero en lo que parecía un guante de cuero, luego en la rata muerta, para después alejar asqueado su mano. Al inspeccionar más de cerca, pudo notar que no era una rata muerta bajo un guante, sino un murciélago muerto. Fascinado, levanto la hoja que cubría al animal para verlo más detenidamente.
Un repentino golpe en su oreja lo empujo a un lado, tirando sus torcidos anteojos al suelo.
"¡Niño! ¿Por qué estás perdiendo el tiempo? " Tío Vernon se alzaba frente a él, su cara morada y su bigote erizado. "¿Acaso no escuchaste que tu tía dijo que terminaras de cortar la hierba del huerto?"
Poniéndose sus anteojos de nuevo con una mano y frotando su adolorida oreja con la otra, Harry miró con reproche a su tío, pero se obligo a sí mismo a mantenerse en calma. Aparte de algunos golpes y empujones diarios, había logrado evitar hasta el momento una de las palizas de Vernon y quería que siguiera siendo así.
"Perdón, Tío Vernon" dijo rápidamente, apretando sus dientas para no dejar escapar un insulto. "Me distraje un poco cuando encontré a este animal muerto."
Vernon miro más de cerca, luego hizo una expresión de asco. La expresión que usualmente la reservaba para Harry únicamente.
"Bueno, deshazte de ese animal, muchacho" Bufó Tío Vernon "Y no lo tires en el basurero ya que hará que apeste todo el lugar."
Tío Vernon giro sobre sus talones y se dirigió a la cochera. "Y que el Dios te ayude si regreso y aun no has terminado tus quehaceres" - -dijo bruscamente por encima del hombro.
Murmurando oscuramente a sí mismo, Harry se volvió hacia las plantas. Casi podía sentir el golpe del cinturón en su espalda. Nada que pudiera él hacer al respecto. Suspirando, se puso los guantes de jardinería en sus manos y alcanzó la criatura muerta. Aunque no era muy escrupuloso cuando había que tocar cosas muertas o desagradables (jamás habría podido sobrevivir las clases de Pociones, Cuidado de Criaturas Mágicas o Herbología, si lo era), no quería correr ningún riesgo… se sabía que los murciélagos eran portadores de rabia. Podría ser divertido dejar la criatura sobre la cama de Dudley… se preguntó por qué se estaba sintiendo tan suicida.
Al levantar Harry la frágil criatura, creyó sentir un débil palpitar en el área del pecho.
No estaba muerto, después de todo.
Harry inspecciono de cerca ala pequeña criatura. Parecía ser un murciélago frutero común, con un espeso pelaje color café oscuro y negras alas. Alrededor del hocico del animal había un hilo de sangre roja. Sus ojos estaban medio cerrados, apenas mostraban dolor y estupefacción. Una de sus alas parecía estar desgarrada hasta el hombro, como si hubiera sido agarrado por un depredador.
Sosteniendo al murciélago en su mano, Harry se sentó sobre sus talones y pensó por un momento.
Probablemente, debería acabar con la miseria de la criatura. Pero la idea de matar algo, incluso por misericordia, le resultaba intolerable. Incluso después de escuchar la profecía en la oficina de Dumbledore, no había llegado a aceptar la tarea que se le había encomendado. Además, Voldemort era diferente, había asesinado a sus padres y a muchos otros. El pequeño animal que tenía en su mano no era más que un simple murciélago, ignorante e indefenso.
Tal vez, debería dejar al animal en donde lo había encontrado. Pero eso sería como condenarlo a muerte. Estaba lesionado, no sería capaz de volar si uno de los gatos de la Señora Figg se acercaba.
Podría tratar de curarlo por si mismo, pensó Harry. Mantenerlo dentro de la jaula de Hedwig, protegerlo hasta que estuviera lo suficientemente sano como para volar por sí solo. Como siempre, había preparado en privado algunas pociones curativas (aunque algunas las había robado de Snape) para que le ayudaran a soportar otro verano con los "métodos disciplinarios" de Vernon.
Tía Petunia enloquecería si se enteraba, pero ya nunca entraba a su habitación, esperaban que el mantuviera su habitación limpia y ordenada por sí mismo. Dudley no entraría en su antigua "segunda habitación", no había nada allí que le interesara. No, el único intruso del que Harry debería de preocuparse sería Vernon, y Vernon solo entraba a su habitación para castigarlo. Con un poco de suerte, no sería un problema.
Con la decisión ya tomada, Harry se levantó con el murciélago en mano. Se quitó el guante de su mano derecha con los dientes y, usándolo para cubrir el murciélago, regresó a la casa. Tía Petunia se estaba preparando para ir de compras; Dudley no regresaba aun de pasar la noche con su amigo Piers. Tendría tiempo de sobra para ayudar a su nueva mascota y luego seguir trabajando en el jardín.
El dolor en la oreja parecía haber disminuido ante la preocupación del bienestar de su nueva mascota. Por primera vez desde que llegó a "casa", Harry se sentía… alegre. No sabía si podría ayudar al murciélago o no, pero sería agradable poder preocuparse por algo tan pequeño y mundano. Y otra cosa, el murciélago jamás podría reemplazar a Hedwig, la criatura podría temerle… pero no odiaría a Harry por el simple hecho de existir.
