"De los caballeros y otros demonios"
Disclaimer: Ninguno de los personajes que aquí se mencionan de Saint Seiya me pertenecen. Son única y exclusivamente de Masami Kurumada.
Warning: [Lenguaje obsceno][Hetero][Lemon][Oc]
[Notas de Autor]
Bienvenidas las críticas constructivas… y para el que quiera quejarse y tirarme tomatazos y/o hacer atentados de muerte: lo siento, no soy Masami Kurumada, sino ya seria millonaria y mas feliz que minero en cápsula de rescate (si si, ya se que ese chiste fue cruel). Si sabes acerca de Demonología tampoco me vallas a matar, únicamente tomé algunas cosas como guía para rellenar el fic, no lo hice totalmente basada en los hechos legendarios o mitológicos.
Bueno, ya saben la mala fama que tengo con los fics largos y extensos… no llego a terminarlos xD… pero tranquilos, que aquí les dejo otro regalito para que me perdonen por la tardanza de mi fic de Shaka… todavía no me he olvidado de él, y espero terminarlo pronto porque la conciencia no me deja dormir tranquila…
Si ya te has pasado por alguno de mis fics anteriormente, ya sabrás a que atenerte. Y si no, pues ¡Bienvenido y muchas gracias por leerme! Y que conste que yo avisé…
El presente fic va dedicado a mi amiga Chelonia... mujer, tu ya debes saber que me caes bien bla bla bla. ¡Espero que lo disfrutes y que te rias mucho! Si no fuera por tu apoyo, de seguro este fic no estuviera publicado.
Y después de estos avisos parroquiales, se despide su servidora, Gran Hana.
CAPITULO 1
"Olvidan que aunque el demonio es un Ángel caído, sigue siendo un Ángel y brilla con un resplandor engañoso." [Melchor Cano]
-En mi casa hay una fuga de gas y de agua…- el hombre de cabellos azules tarareaba una canción mientras se enjabonaba su musculoso cuerpo -¿Qué tu quieres ver chica mala?...— abrió la llave y se quitó el exceso de jabón – ¿Quieres VER GAS? ¿O VER GOTAS?… ¿Quieres VER GAS? ¿O VER GOTAS?—
Salió del enorme baño de marfil y después de secarse, se puso sus pantalones de lino blanco para disponerse a dormir.
-Buenas noches Clifford—el hombre se despidió de su pequeño escorpión que yacía dentro de una caja de cristal. El peliazul se acomodó en su cama e inmediatamente cayó dormido.
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Por la oscuridad de la noche se movía como navegando en suaves olas, aquel ser de falso aspecto humano. Tenía la apariencia de una mujer joven con una belleza no terrenal, con una larga cabellera pelirroja finamente peinada con una diadema de plata, estoicos ojos de fuego con una pupila semejante a la de los felinos, labios carnosos, enormes senos que amenazaban con explotar apenas resguardados por un corsé negro de encaje estilo gótico cuyos hilos rojizos entreabiertos dejaban ver algo de la piel porcelana de su pecho, caderas llamativamente pronunciadas amparadas por un pequeño hot pant negro que se ajustaba con firmeza, dejando desnudos sus piernas desde sus muslos hasta los tobillos, en los que se enrollaba una tirilla que resguardaba una zapatilla de tacón alto de aguja. La mujer parecía sacada de algún video BDSM, contrastando su belleza con un dejo de ambiente lúgubre. Aquel ser era un súcubo.
Voló con sus pequeñas y opacas alas demoníacas que sobresalían de entre sus omoplatos, bajando la altura hasta situarse por encima del autoproclamado santuario de Athenas, en el que se encontraba su principal objetivo. Levitó por encima de la primera casa de arquitectura griega, con enormes pilares de mármol y contrastada con 3 cúpulas, tal vez de origen oriental.
Con curiosidad se asomó por el enorme portal y su atención se centró totalmente en el hombre de cabello lila, el cual enviaba una armadura dorada a una caja del mismo material que la armadura. La aparente mujer de alas demoniacas abrió los ojos sorprendida, relamiendo sus labios golosamente al percibir lo atractivo que se veía aquel hombre de extraños puntos en la frente.
"¡Muñeco! ¿Todo eso es tuyo?"
Un cosquilleo interno la inquietó y por unos instantes pensó fugazmente en divertirse un rato… pero se contuvo… había llegado a ese recinto como mensajera, no como súcubo. Suspiró de mala gana, ya después habría tiempo de ocio.
Pasó desapercibida por esa primera casa, al igual que por las 8 casas restantes. Se sorprendió un poco al notar que ese santuario estaba repleto de hombres exquisitamente atractivos procedentes de cualquier parte del mundo. Era un menú bastante variado e interesante.
Notó que había llegado a la casa que necesitaba, pues en la entrada había un grabado en alto relieve con la figura de un escorpión. La mujer súcubo descendió hasta tocar tierra firme y plegando sus alas a su espalda, atravesó el portal con determinación.
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-Clifford ganó la pelea de escorpiones…—el caballero de la casa de escorpio mascullaba por lo bajo a pesar de estar profundamente dormido –Págame la apuesta, maldito Shura…- Milo se volteó inconscientemente para echarse sobre su lado derecho. –Tú también págame Kanon, hijo de la grandísima…
- Milo de Escorpio—pronunció una voz profunda y delgada. El aludido aun dormía e ignoraba el hecho de que alguien había entrado a su dormitorio. La criatura de alas (ahora plegadas a su espalda) suspiró impaciente. Estiró la mano de la cual salían unas largas uñas y haciendo un peculiar movimiento de muñeca, hizo levitar al caballero fuera de la cama para después soltar su agarre telequinético. El hombre de cabello azul soltó un quejido al chocar con su propia cama.
-¡Pero que demon…! ¿Esto es un sueño?—comentó el caballero, aún con los ojos cerrados, estirando sus brazos.
-No...
-Lo suponía. Si fuera un sueño, habría ron y millones de mujeres—el peliazul fue despertando lentamente de su sopor hasta asimilar que no estaba solo. Se frotó los ojos con pereza y los abrió sorprendido al ver a la voluptuosa mujer que lo observaba con aire impetuoso.
La escaneó descaradamente con la mirada, con su usual brillo de lujuria. Le mostró su peculiar sonrisa Casanova que utilizaba cada vez que flirteaba con las féminas (sonrisa tan peligrosa y efectiva como una buena dosis de cicuta) –Aunque por otro lado, la realidad es mucho mejor…-
Milo se incorporó de un salto, aunque no se atrevió a dar un paso más al ver la amenazadora mirada que le lanzó la mujer pelirroja, congelándole la sangre. Reparó en que la mujer no parecía pertenecer a este mundo. Notó las pequeñas alas parecidas a las de un murciélago –alas que no había apreciado antes por tener toda su atención centrada en sus tetas- produciéndole un aspecto sombrío y espectral. El peliazul arqueó las cejas y su sonrisa coqueta se desvaneció completamente.
-¿Quién eres?—Milo se levantó de la cama, poniéndose en posición de combate –Mejor debo decir… ¿Qué diablos eres?—
La pelirroja lo observó con algo de indiferencia, bajó la cabeza en señal de saludo y permaneció calmada.
-Exactamente lo que acabas de decir— comentó en tono neutral –Soy Lilit, segunda marquesa en la línea de demonios a cargo de Aiperos—Milo arqueó las cejas algo escéptico, en su corta vida había vivido muchas cosas extrañas por su propia profesión de caballero, sin embargo le sorprendió el hecho de que los demonios fueran tan sexys. O mejor, se sorprendió al saber que él creía en esas cosas.
-Ajap—dijo con una notoria nota de incredibilidad – ¿Y que se supone que haces aquí? ¿Se te perdió el infierno?—escupió con ironía. La criatura de alas demoniacas decidió hacerse la de oídos sordos.
-Pertenezco a la clase de los súcubos y vine a entregarte un mensaje de Aiperos, líder de la sexta legión de…-
-Espera, espera… ¿eres un súcubo?—Lilit asintió. El hombre sacó a relucir su sonrisa picarona, curvando solo un extremo de sus labios –Entonces… ¿Qué estas esperando, preciosura?—Milo se tiró en la cama, cruzando sus brazos por detrás de su nuca –Soy todo tuyo—
La 'mujer' giró los ojos al ver la actitud del hombre. "De tal diablo, tal astilla"
-Esa no fue la misión que me fue encomendada. Solo vine a transmitirte un importante mensaje—el caballero torció la boca indignado.
-¡¿Pero qué clase de súcubo eres? ¿Para que te pagan entonces? —comentó el caballero con ironía, cuestionando la naturaleza de Lilit. Ésta lo ignoró completamente (como ya había hecho) y continuó hablando.
-Milo de escorpio…- hizo una pausa para captar la atención del peliazul –Eres hijo de Aiperos, mi superior, líder de la sexta legión de ángeles caídos, y una humana griega. –soltó sin anestesia, haciendo una pausa nuevamente para que Milo digiriera lo que le acababa de decir.
"WTF?"
-Obvio, y Dark Vader es mi tío, cierto?—el caballero rió estruendosamente –Con razón siempre he sido la oveja negra. La genética nunca falla y más si desciendo de un demonio…-
Lilit frunció el ceño. Odiaba encontrarse con gente burlona, y mas aún cuando aquel mensaje era mas importante que cualquier otra cosa.
-Yo solo soy mensajera, no pienso alegar contigo sobre la autenticidad de este recado—la mujer suspiró. Milo iba a hablar, sin embargo Lilit levantó la mano con autoridad –Escucharás primero—
"Está buenísima… pero no tiene sentido del humor… que aburrida"
-Tienes la sangre de tu padre Aiperos, líder de la sexta legión de ángeles caídos al mando de una legión de 36 demonios íncubos y súcubos…
-Si si si, ya se que no es el presidente de la Nasa…- el caballero calló al notar la glacial mirada que le lanzó la mujer de nombre Lilit. –Perdón… continúa- La pelirroja cerró los ojos.
– Tienes su legado dentro de ti, solo que aún continúa dormido. Si me lo permites, podría hacer que tu energía demoníaca fluya. En pocas palabras, puedo convertirte en íncubo si así quisiera—
Milo escuchaba con atención aquellas palabras. Eran demasiadas cosas dichas en tan poco tiempo, difíciles de entender, no por el complejo lenguaje sino por su autenticidad. ¿Qué le garantizaba a él que no fueran mentiras y no un vil truco de algún archienemigo de Atenas?
-¿Y que obtengo si me convierto en íncubo?— se preguntó el caballero
-Un incubo frecuentemente busca experiencias de tipo sexual con sus víctimas femeninas, a quienes posee en pleno sueño o al ojo visible de la persona. Mientras consumen el acto sexual, se absorbe la energía vital de las féminas y…-
-No no no, no entendiste mi pregunta—interrumpió Milo agitando las manos –Ya se que los íncubos son los demonios mas afortunados del universo. Digo, ¿Por qué me dices todo esto? Estoy seguro de que si me convierto en íncubo, eso traerá algún beneficio para ustedes… o me equivoco?—Lilit cambió su inmutable rostro de piedra para dejar entrever su sorpresa.
-Creo que te he subestimado. Pensé que eras un idiota—comentó la demonio. Milo no se sorprendió por el comentario. –De hecho, tú eres la única conexión que tiene Aiperos con el mundo terrenal – la mujer guardó silencio unos segundos, buscando las palabras adecuadas – En este momento, se encuentra en un proceso de renovación, por lo tanto no puede hacer mucho esfuerzo, así que ha sido imposible que obtenga energía vital por sus propios medios. Tú serías el cordón umbilical entre Aiperos y tierra firme -
Milo ya había escuchado las leyendas que rondaban alrededor de aquellos particulares demonios. Según tenia entendido, las mujeres que resultaban embarazadas de un íncubo tenían niños deformes, pero en casos excepcionales los niños nacían con habilidades especiales como por ejemplo, las de un famoso mago llamado Merlín.
¿Debería creerle a aquella extraña mujer de belleza no terrenal con alas demoníacas? Estaba consciente que Lilit estaba hecha un bombón, pero aun así él era una persona muy desconfiada, a pesar de sus excesivas demostraciones de jocosidad. La observó fijamente con recelo.
Lilit lo notó inmediatamente, tal vez pensó erróneamente que aquel hombre era de esos que hipotecaban hasta el alma con tal de ver un par de tetas, pero ahora comprendió que aquel hombre era mucho mas perspicaz.
Aunque también notó que el peliazul tenía otra debilidad… y era su fisgona curiosidad escorpiana.
"Bingo"
- ¿Alguna duda? -
Milo alzó la mano, como si se tratara de un niño pidiendo permiso en clases para ir al baño.
- ¿Ninguna? Excelente – Lilit abrió la boca para continuar su sermón. Milo infló los cachetes tipo Jiggypuff al saber que la súcubo no le prestaba ni la más mínima atención.
-¡Momentito!—el peliazul corrió hasta situarse al frente de la ventana, asegurándose de que Lilit no pudiera escapar por si se veía acosada por las preguntas-A ver si entendí bien—Lilit lo observó fijamente con su usual e insípida mirada gélida. Se cruzó de brazos, dispuesta a escucharlo. –Mi 'supuesto' padre es un demonio que dirige una legión de 36 demonios cachondos, siente que está viejo y que en cualquier momento va a colgar los tennis ¿Y quiere pasarle el legado a su único heredero no-deforme humano?—Milo arqueó la ceja izquierda - ¿Apoco los diablos también mueren?—
Lilit sonrió. Elementalmente, no se había equivocado en cuanto a lo que había pensado sobre la curiosidad de Milo.
- No morimos, solo hibernamos. Con la conexión de sangre que tienes con Aiperos, la energía que obtengas por cada doncella que poseas será transferida directamente a tu padre, y así su hibernación sería muy corta. De hecho, es una ganancia bastante equitativa —
Milo la observó con inquietud, gastando unos segundos de silencio para sacar sus propios resultados.
-¿Y porqué debería ayudarle, si el nunca me ha ayudado (ni siquiera se ha manifestado) en los 20 años que llevo de vida?—el escorpiano frunció el ceño, receloso.
"Este tipo es un hueso duro de roer"
-Por supuesto que te ha ayudado—la pelirroja comentó como si estuviese ofendida – ¿Qué más quieres aparte de tu inigualable talento y poder, indiscutiblemente heredados? Si no fueras hijo de Aiperos, de seguro no estuvieras aquí como caballero dorado— Milo iba a protestar, pero Lilit no dejó que la interrumpieran, alzando una mano para pausarlo –Eres especial, al igual que los demás caballeros, tu poder proviene de algo inhumano. El vínculo que tienes con Aiperos es tan fuerte como la conexión que posee el caballero de Virgo con Buda, la diferencia es que tú desconocías de su existencia—
Milo arqueó las cejas algo escéptico, iba a preguntarle cómo putas sabía que Shaka era la reencarnación de Buda, sin embargo no quería desviarse del tema. El peliazul frunció el ceño y miró hacia el suelo mientras intentaba poner sus pensamientos en orden. Como era de esperarse, debía tomar una decisión rápidamente. Sin embargo, todavía sentía una espinita de desconfianza en el fondo… pensó infantilmente en que los demonios eran seres malvados y que él no debería ayudarlos o se quemaría en el infierno, aunque a decir verdad la muerte nunca le había preocupado. Mientras los propósitos de su lúgubre padre no interfirieran con la paz de la humanidad y con su diosa Athenea, no veía el problema.
Esos demonios se encargaban de tomar la energía a cambio de placer, ¿acaso eso no era bueno? ¿Un buen polvo a cambio de energía?
-¿Eso afectará mi cosmos?—Lilit botó un suspiro de alivio, al notar que el caballero estaba reconsiderando la oferta.
- En absoluto-
- Así pues si – Milo botó una amplia carcajada y sobó su barbilla – ¿O sea que solo tengo que acostarme con millones de mujeres mientras mi 'disque' padre se recupera? – Lilit asintió – ¡Esa es la vida que me merezco! ¡Cómo te queda el ojo, Hugh Hefner! – el caballero empezó a brincar y a carcajear por toda la habitación. Lilit sonrió por primera vez desde que había llegado a esa casa.
-Pero no debe ser cualquier mujer… de facto, debe ser pura… 'carne fresca'. No sirven las mujerzuelas con las que sueles copular - el hombre se detuvo, aun sin dejar de sonreír. El comentario no le afectó en lo mas mínimo. –Por cierto, serás un incubo sólo hasta las 12 de la medianoche de mañana.-
-¿Qué? Pero si a las 12 apenas estoy saliendo de mi casa...¿Acaso tengo cara de cenicienta?—Lilit gruñó por lo bajo –Esta bien, esta bien, hasta las 12 de mañana debo buscar una mujer lo mas pura posible, mas limpia que el agua, pasarla al papayo y darle la energía a Alipelos…-
-Aiperos—corrigió la pelirroja
- Bueno, eso, a mi padre – Milo movió la cabeza para volver al hilo de su resumen -… ¿Y es de mi libre elección que quiera seguir en esas andanzas?—Lilit asintió –Mmm… interesante…. Muy interesante…- sobó nuevamente su barbilla, con su singular sonrisa pícara a medio lado. Sin embargo pareció recordar algo y su expresión se tornó confusa –Pero aquí en el santuario ya no quedan vírgenes, todas las amazonas están mas tocadas que el himno nacional… y si quedan vírgenes de seguro son feas, y el Gran Milo de Escorpio NO se mete con feas—el hombre alzó el dedo, dándole firmeza a sus palabras –-A menos que esté demasiado ebrio… -
-¿Acaso no eres lo suficientemente hombre como para cumplir con esa sencilla y agradable tarea?—Lilit lo atacó por su lado más fuerte y a la vez tan blando: su orgullo escorpiano. En efecto, dio resultados.
-¡Por supuesto que si soy capaz! ¿Con quien crees que estás hablando, eh?—Milo sintió que su interior rugía de indignación al saber que Lilit no confiaba en él. –Además por ahí dicen que ninguna mujer es fea por donde m…
-Ponte esto—Lilit no dejó que continuara con sus comentarios vulgares, así que se apresuró y le lanzó un collar de plata del cual colgaba un dije con forma de cruz, al lado derecho de la estaca horizontal se formaba una hoz y del otro lado un trueno. Milo lo atrapó en el aire y detalló su peculiar figura. –Mientras tengas este collar, eres libre de elegir entre adoptar otra forma humana, aparecer entre sueños de las doncellas o conservar tu apariencia física—el pelinegro se puso el collar que le llegaba hasta el robusto pecho. –Por cierto, mientras lo tengas puesto no puedes usar tu cosmos-
-¡¿Qué? Dijiste que no me afectaría…
-Es sólo provisionalmente hasta las 12 del día siguiente, después tu cosmos volverá a despertar—aclaró Lilit, riendo interiormente al ver la cara de indignación del peliazul –Todo tiene su precio Milo de Escorpio, agradece que el precio que tienes que pagar es momentáneo. – La pelirroja guiñó el ojo con picardía, logrando que el caballero se tranquilizara. Aprovechó para detallarla descaradamente de los pies a la cabeza como si no la hubiese visto antes, asombrándose con su anatomía tan excitante y con la lujuria que emitía cada poro de su piel.
-Bien, preciosura—el hombre se sentó en el borde de su cama. Relamió sus labios con lascivia, aun sin quitarle la vista a la pelirroja –Deberías experimentar primero conmigo antes de…-
-No, gracias—respondió rápidamente, desplegando sus alas dispuesta a marcharse. Subió una pierna al marco de la ventana, dejando entrever sus glúteos tensionados y firmes, logrando que Milo se mordiera los labios.
- ¿Por qué no?— Milo vocalizó aquellas palabras con un tono bastante seductor, levantándose de su cama para caminar a paso de tigre acechador hacia Lilit. Se acercó por detrás a la criatura que le daba la espalda y posó sus manos a lado y lado de su cuerpo con intensiones de tocarla.
-Ya te dije que no me siento atraída hacia ti — Lilit tomó impulso y con una elasticidad más que asombrosa, le pegó con el tacón en la barbilla, logrando que se alejara.
-¡Auch!—chilló -¿Y porque?— masculló el peliazul, moviendo la mandíbula para mitigar el repentino calambre que lo envolvió a causa del golpe. Lilit lo observó como si fuese obvia la respuesta.
-Los súcubos nos sentimos atraídos por los hombres puritanos… cabe anotar que tú no lo eres—Milo resopló.
-¿O sea que ninguna sexy y recontrasexy súcubo jamás vendrá a mi cuarto a asaltarme a media noche para tener sexo conmigo? ¡Me lleva el chanfle!—
La criatura de alas demoníacas se apoyó en el marco de la ventana, omitiendo nuevamente los comentarios que lanzaba el peliazul.
-Te veo mañana a las 12 de medianoche—
-Pensé que te quedarías vigilando mis pasos -
-No soy tu niñera. Además quiero entretenerme un rato—Lilit empuñó sus manos, logrando que sus falanges tronaran.
- ¿Vas a corromper a alguien por estos lados?—Lilit soltó una risita baja, pero con un tonillo malicioso y travieso. Milo sonrió –De todos modos, en este santuario no encontrarás ningún cuerpo puro… excepto el de Shaka… o bueno eso creo, porque con eso de tener el libro del Kamasutra en su biblioteca personal no creo que tenga esa mente muy limpia que digamos—Milo calló un rato, mientras sacaba cuentas con los dedos de su mano -Aunque aparte de Shaka, Mu siempre ha sido el mas reservado con eso de los temas sexuales, nunca nos quiere contar nada… me late que todavía es virgen… aunque bueno, los calladitos son los peores, de seguro resulta ser un actor porno y no nos quiere contar para no arruinar su buena imagen—
-Me conformo con que no tenga un expediente tan lleno y sucio como el tuyo—
-Oye, a ti no te enviaron hasta aquí a hacer cositas sucias con los caballeros santurrones, o si? – atacó Milo.
-No, pero es un vicio del oficio—la súcubo rió –Además eso a ti no te importa—
-Si me importará, después de que le quite el puesto a Alpelos…
-Aiperos—corrigió nuevamente
-Bueno, a mi supuesto padre que sólo se manifiesta cuando se le acaban las baterías y me necesita a mi para recargarlas—Lilit se hizo la de oídos sordos y salió por la ventana sin despedirse. El caballero la perdió de vista al poco tiempo.
Sonrió y colocándose las botas, decidió salir un rato. Debía comentarle esto a alguien y quien mejor que su sincero, amable y cálido amigo que siempre lo escuchaba sin importar el día ni la hora.
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-A ver si entendí bien, Milo—el caballero de la casa de Acuario sobó sus sienes, recostando su cuerpo en el espaldar de la cama. Aun estaba cubierto con sus cobijas hasta la cintura y sus ojeras confirmaban que había sido abruptamente sacado de su letargo -Me despiertas a las 4:30 de la mañana para hablar de un sueño erótico en el que se te apareció una…
-Ya te dije que no era un sueño erótico, fue real …–Milo de Escorpio se encontraba sentado en el borde de la cama, gesticulando mas de la cuenta para darle firmeza a su historia -Tan real como que esa demonio estaba buenísima y mas fuerte que la tercera casa de los tres cerditos…
- El punto es…- Camus lo interrumpió y cerró los ojos, suspirando impaciente -¿Por qué deberían interesarme tus encuentros con golfas y…
-¡Ya te dije que no era una golfa! Parecía golfa, pero era una súcubo y…
-Me importa un bledo lo que sea que tengas que decirme acerca de un demonio vampírico…
-Tu si eres burro Camus, no te falta sino los cuernos – Milo pareció ofendido al saber que su amigo desconociera la existencia de esos demonios tan sexys. –Las súcubos no chupan sangre, extraen energía por medio del placer. Una mamada, paja, roce, metida de punta, o sexo completo equivale a energía pura capaz de poner a funcionar una fábrica entera ¿no es asombroso? —
--N'importe quoi. Ahora vete y déjame dormir—Camus se volvió a acomodar en su cama, dándole la espalda a su amigo.
-Prométeme que me cubrirás la espalda mañana en la reunión que tenemos con el patriarca. No puedo ir porque tengo que completar mi deliciosa misión—comentó con picardía el caballero.
- D'accord. Le diré que estás acostándote con cuanta escoba con falda te pasa por el frente porque hiciste un pacto con el diablo—masculló por lo bajo, sintiendo que en cualquier momento caería dormido.
-No seas aguafiestas Camusirijillo. Acuérdate que yo te reemplacé aquella vez que tenias un entrenamiento en Siberia porque andabas tirando de lo lindo con aquella agente del FBI que vino al santuario…
-Esta bien, esta bien. Yo le invento algo al patriarca con respecto a tu ausencia—
-Gracias Camus, tu siempre tan buen amigo… nunca me toca amenazarte o echarte las cosas en cara para que me hagas un favor—comentó con ironía y una nota de sarcasmo. Le revolvió el cabello a su compañero –Si te portas bien, le diré a Lilit que te consienta un ratito-
--Oui. Ahora lárgate—el caballero de Acuario escuchó que su compañero cerraba la puerta de la habitación. "¿Quién diablos es Lilit?"
[N/a]: ¡Siiii! Aqui estoy yo otra vez, despues de tanto -taaaanto- tiempo en el olvido... bueno, como cosa rara el primer capitulo siempre es descriptivo... no crean que todo será así de aburrido hahaha
Cabe anotar que las expresiones usadas por Camus están en francés. N'importa quoi es una expresión para decir algo así como 'se ven una cosas en este mundo!' o un 'wow' sarcástico. D'accord: De acuerdo. Oui: Si.
De antemano agradezco a todos por pasarse a leer mi historia. No quería hacer sufrir a los caballeros, pero bueno, estaba aburrida en mi casa y pensé ¿Por qué no? Muahahaha
Se despide, Gran Hana
