Disclaimer: Los personajes en mención NO ME PERTENECEN hacen parte de la obra de las maravillosas chicas CLAMP y su uso es solo con fines de entretenimiento (los amo demasiado). La historia si es mía.
Hola a todos! Después de un corto periodo de ausencia aquí estoy de nuevo con otra historia que espero les guste, si bien el título y summary hacen parecer que es un Songfic no lo es. Parece mentira pero nunca la había escuchado, hasta que la maravillosa ElizzeKomatsu me brindó su ayuda (gracias linda eres maravillosa!) sugiriéndome esta canción y es que conforme se desarrolle la historia verán las similitudes... Bueno, sin más preámbulos, aquí les dejo.
CAPÍTULO 1
EL INICIO
Simplemente se dejó caer sobre el sofá de su gran oficina, estaba exhausta después de la reunión de 6 horas sostenida con los empresarios alemanes. Pero no por nada era una de las mentes más brillantes para los negocios no solo de Japón sino de toda Asia, desde que estaba ejerciendo la gerencia del conglomerado Kinomoto-Amamya, las inversiones habían tenido un aumento considerable y la producción en las empresas mayores niveles de rentabilidad.
Tenía un fuerte dolor de cabeza, no había almorzado y ya era hora de llevar un poco de comida a su estómago para que fuera acompañada de una pastilla para aquel dolor.
Toc Toc…
-Puedo pasar señorita Kinomoto?
- Claro, te estaba esperando y ya te he dicho de mil maneras que no me digas así Tomoyo, pasa.
La asistente de gerencia Tomoyo Daidouji, mejor amiga de su jefa Sakura Kinomoto, era una joven hermosa pero sobre todo muy inteligente y eficiente, además incondicional con la alta ejecutiva.
- Sabes que mientras estemos aquí prefiero ser lo mas profesional posible.
- Si, lo se, pero estamos en mi oficina y nadie nos está viendo, así que relájate un poco.
- Está bien Sakura, pero bueno, qué dices, vamos a almorzar?
- Claro, estoy muriendo de hambre, además que tengo una terrible jaqueca.
- Afortunadamente llevo analgésicos conmigo todo el tiempo. Tú sabes, nunca se sabe cuándo se pueden necesitar.
- Eres la mejor Tomoyo!
Salieron de la oficina para dirigirse al elevador, donde continuaban su charla. Salieron del edificio despidiéndose de la recepcionista y dirigiéndose al vehículo que esperaba a la ejecutiva y a su amiga parqueado en la entrada.
- Llévanos por favor al restaurante de siempre.
- Tenemos que celebrar – dijo dirigiéndose a Tomoyo – El negocio de hoy ha sido todo un éxito! Fue muy difícil con esos Alemanes pero lo logramos!.
- Me alegro tanto jefecita jjijijij, te esforzaste muchísimo, y mira, todo salió como queríamos.
- Nos esforzamos Tom, ambas, fuiste de mucha ayuda, por eso quiero que celebres conmigo.
- Pero hoy no será posible Sakurita, recuerda que es la cena mensual en casa de tus padres y está prohibido cancelar. Así que tendrá que ser luego.
- Uhhhh siii lo olvidé por completo, debo comprar algo para mamá, hace días no la veo y la última vez la noté algo decaída… No lo se…
- Qué te parece si después de almorzar vamos a buscar algo que le guste si?
- Gracias Tom, eres muy buena amiga.
- Te veo ahora y me parece mentira… Solo Recordar como eras en nuestros días de colegio, tan despistada y mala para las matemáticas, ahora eres una gran ejecutiva encargada de una súper empresa! – Decía Tomoyo con estrellitas en los ojos-
Sakura la miraba con ternura – A veces desearía seguir siendo esa chica… - Había melancolía en su mirada – Ahora soy una mujer fría y calculadora, en las oficinas me tienen miedo y… En fin, esas fueron buenas épocas no crees?.
Tomoyo y Sakura se habían conocido desde la primaria en tercer grado, la familia de Tomoyo contaba con diferentes empresas pero al pasar el tiempo fueron perdiendo terreno hasta quedar en bancarrota, su padre había fallecido en un accidente cuando era niña y su madre había padecido una terrible enfermedad que la dejó finalmente huérfana a la edad de 15 años. Sakura y su familia se encargaron de ella desde entonces y siempre fueron muy unidas.
Sakura había ingresado a trabajar a la empresa de su familia a los 18 años mientras adelantaba sus estudios universitarios, pues sus padres a pesar de ser muy adinerados les habían enseñado tanto a su hermano como a ella la importancia de trabajar y ganarse su posición en la vida como ellos lo habían hecho. De manera que mientras estudiaba, trabajaba en la empresa, empezó como mensajera interna hasta que poco a poco fue ascendiendo a la posición que ahora tenía.
Tomoyo por su parte, tenía estudios en finanzas, pero a pesar de su formación y experiencia y que en diversas oportunidades se le habían ofrecido cargos mas altos, ella siempre se había quedado como asistente de Sakura y su posición en la empresa no era de simple secretaria al igual que su salario, que le permitía vivir holgadamente.
- Sakura… No me gusta que hables así, tú no eres fría y calculadora… Es solo que en este mundo de los negocios y mucho más en una sociedad tan machista, debes tener una posición férrea, pero quien más que yo que te conozco desde que éramos niñas soy testigo de tu hermoso corazón y lo cálida que puedes llegar a ser.
- Gracias Tomoyo – le dedicó una hermosa sonrisa-
Y es que Tomoyo al igual que su familia eran las únicas que conocían esa faceta de Sakura Kinomoto, la empresaria, que no se dejaba intimidar ante nadie, mucho menos ante un hombre, habiendo adquirido la fama de "bruja" "arribista" "amargada" y unos cuantos calificativos mas no solo entre la competencia, sino en la misma empresa que dirigía. Pero no le importaba, lo prefería así, que le temieran para que no la pisotearan.
Ya habían llegado al elegante restaurante elegido y se sentaron en una de las mesas principales que siempre estaba reservada para ella.
- Cuéntame Sakurita, cómo te fue con tu cita de anoche?-
-Cita? De qué hablas?
- Sakura Kinomoto! No puedo creer que lo hayas olvidado de nuevo! Te lo confirmé ayer en la mañana.
- Jajajajaja, pobre Keita, la verdad estaba demasiado ocupada pensando en la reunión de hoy y la fusión de la próxima semana… Lo olvidé por completo!, tendrás que llamarlo por mi a ofrecerle una disculpa.
- Amiga – Tomoyo tomó sus manos y puso cara de preocupación – Debes abrir tus horizontes, no solo el trabajo es importante, debes encargarte de ti, de tu felicidad… Solo has tenido un novio y terminaron hace cinco años! Y solo estuvieron juntos… 3 meses?
- Cuatro en realidad… Tom, pero qué hago? Sinceramente no me interesa.
- No lo has superado verdad?
Sakura se quedó fría pero intentando disimular lo mejor posible – De qué hablas?
- Sabes de qué o mejor, de quién estoy hablando… Sakura ya pasaron 9 años! Mereces ser feliz, debes darte una nueva oportunidad… Éramos muy jóvenes en ese tiempo, se que te hirieron y que ese malnacido jugó contigo de la peor manera, pero eres tú quien se quedó congelada en el tiempo y sin darte la oportunidad con otra persona que pueda amarte.
La joven ejecutiva inclinó su rostro. – Lo se Tom, pero… Simplemente no puedo volver a confiar, me juré a mí misma que nunca permitiré ser tan vulnerable para caer de nuevo. Nunca mas Tomoyo, Nunca mas.
Al ver lo seria que se había tornado la conversación, la asistente decidió darlo por terminado y empezaron a hablar del posible regalo para su madre mientras terminaban su almuerzo.
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Ya estaban todos reunidos en la hermosa casa propiedad de Fujitaka y Nadeshiko Kinomoto en la ciudad de Tomoeda, ellos habían decidido irse a vivir fuera de Tokio por el estado de salud de la hermosa madre de Sakura, quien siendo una mujer verdaderamente hermosa, tenía una constitución frágil, por lo que prefería una vida tranquila.
Habían aprovechado para charlar, y felicitaron todos a Sakura por el negocio concretado en ese día, resaltando la gran capacidad de negociación que poseía la muchacha, estando a la par de empresarios con muchos años de experiencia.
- Felicitaciones mi pequeña Sakura, definitivamente eres un orgullo para nosotros – decía Fujitaka.
- Así es mi niña, sabíamos desde el principio que no nos equivocábamos con tu talento, eres muy perspicaz.
- Aunque no por eso deja de ser un monstruo – decía su hermano Touya con una sonrisa burlona.
- En serio Touya?... Tienes 35 años y yo 28, sigues con esas niñerías?
- Claro que sí! Porque sigues reaccionando como una niña pequeña inflando las mejillas… Monstruo!
Sus padres no podían evitar reír al ser testigos de esa escena entre sus queridos hijos.
- Linda, y Tomoyo por qué no vino hoy?.
- Está en una cita.
- Una cita? – cuestionaba su madre –
- Si mamá, ya sabes… Sigue con su inocente idea de encontrar el amor de su vida – esto último lo dijo con un tono sarcástico y burlón –
- Sakura, sabes que Tomoyo es una chica muy dulce y soñadora, está bien que desee estar ilusionada y quiera encontrar a alguien para compartir su vida… Y no te haría daño hacer lo mismo, espero tener nietos algún día.
- Mamá… No me malentiendas, es que de verdad no me interesa, tengo cosas más importantes en qué pensar… Como en la fusión de la próxima semana. Sabes que estamos compitiendo contra los Hiroki y contra las empresas Nishi por obtener este negocio y no pienso dejármelo quitar por andar distraída.
- Mi amor, no todo es trabajo en esta vida… y el tiempo pasa, solo piénsalo.
Todos quedaron en silencio terminando de cenar, se reunieron en un saloncito bastante acogedor a tomar el té y allí Sakura entregó el presente que había traído para su madre.
La señora Kinomoto lo tomó en sus manos y lo abrió, era un hermoso broche en forma de clavel que era su flor favorita.
- Oh mi pequeña, que sorpresa tan hermosa – dijo mientras la abrazaba.
- Tomoyo me ayudó a elegirlo, espero que te guste en verdad. Te había notado algo decaído en estos días mamá.
- Agradécele a Tomoyo de mi parte, ha sido un gesto hermoso… Y bueno, ya sabes que mi salud no es la más fuerte, pero no tienes nada de qué preocuparte.
Así era Nadeshiko, una mujer sincera, dulce, cariñosa con su familia, el pilar de los Kinomoto, que pese a su condición frágil, impartía fortaleza a su esposo e hijos, motivándoles para alcanzar todo lo que se propusieran en su vida. Era la heredera de la familia Amamiya que se fusionó con el emporio de los Kinomoto a través de su matrimonio.
Todos creían que este había sido un matrimonio por conveniencia, y aunque en un principio ese era el fin principal de su unión, ellos estaban realmente enamorados desde que se conocieron, coincidiendo en compartir un carácter dulce y afable.
Nadeshiko a pesar de su apariencia, era una mujer muy hábil en los negocios al igual que Fujitaka y habían estado a cargo de los mismos hasta que sus hijos les relevaron, pero Touya decidió dejar de lado dichas ocupaciones para seguir lo que en verdad lo apasionaba y era la medicina, habiéndose convertido en cirujano cardiovascular. Ambos se sentían muy orgullosos de sus hijos, eran los mejores en sus áreas y nunca les habían presionado a hacer algo que no les gustara.
Así era la familia Kinomoto, que a pesar de sus muchas ocupaciones siempre encontraban la manera de compartir y estrechar los lazos que los unían.
Aunque esta noche en particular la madre de Sakura se veía un poco mas decaída y su semblante no era nada bueno, lo que había generado mayor preocupación en sus hijos.
- Qué les parece si traigo un poco mas de te?
- Gracias mamá, pero déjame hacerlo, no te veo muy bien… Cómo te sientes?
- No te preocupes hijo, seguramente estoy cansada, solo eso.
Pero cuando dijo estas últimas palabras, la vieron caer desmayada en medio del salón, donde corrieron alarmados para auxiliarla.
- Nadeshiko, Nadeshiko mi amor, responde por favor.
- Mamá! Mamá… Touya qué le pasó?
- No lo sé Sakura (debía ser algo serio para que su hermana la llamara por su nombre) pero sus signos vitales se sienten débiles. Necesitamos una ambulancia con urgencia.
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Llevaban horas amargas en aquella sala de espera, Nadeshiko no recuperaba la conciencia, se hacían diversos análisis para conocer el hecho que causaba esta condición en la señora Kinomoto. Tomoyo había llegado al hospital para apoyar a su amiga y a sus mentores.
Fujitaka permanecía sentado en silencio con la mirada perdida, si bien ella no contaba con una salud muy sólida, no era un secreto que llevaba varios días luciendo decaída y cansada, a pesar de negarlo y él se culpaba por no haber hecho algo antes. ¿Y si se moría? ¿Si era una enfermedad grave?, terribles pensamientos llegaban a su mente, no se sentía capaz de vivir sin ella.
- Papá, Sakura, mamá ya reaccionó. Aunque no tenemos resultados conclusivos, todo parece indicar que no hay nada y estamos atentos de una tomografía y sabremos qué puede ser. Por favor no hagan que hable mucho o se esfuerce.
Ingresaron todos a la habitación y allí estaba ella, pálida y se notaba cansada pero su sonrisa iluminaba todo el lugar.
- Mamá – Sakura se lanzó a sus brazos llorando.
- Mi pequeña, no te angusties estoy bien…
- Nadeshiko – esta vez Fujitaka se acercaba besando su frente con ternura – estábamos muy preocupados. ¿Cómo te sientes?
- Un poco cansada, pero ya me recuperaré ya verán ¿Dónde está Touya?
- Está encargándose de los exámenes pendientes, queremos hacerlos lo mas pronto posible.
- Mamá, afuera está Tomoyo, ¿puedo decirle que pase?
- Claro que si, mi pequeña Tomoyo, que alegría que esté acá, deseo mucho verla, dile que pase.
Allí estaban al interior de la habitación llenando de amor y atenciones a la paciente, estaban esperando los resultados de los exámenes que habían hecho en horas anteriores, Tomoyo había ido a la oficina ya que su jefa no estaría allí para atender los diferentes asuntos.
Touya ingresó a la habitación y su rostro de preocupación no podía ser disimulado.
- Papá, Sakura. necesito hablar con ustedes. Por favor salgan. Mamá, las enfermeras se encargarán de atenderte, cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme.
Allí estaba el hijo de la pareja, acompañado por un neurólogo y con una serie de papeles en mano al igual que unas placas con muchas imágenes que ellos no comprendían.
- Verán…. No es para mí nada fácil decirles esto – intervenía el neurólogo- La señora Nadeshiko tiene una enfermedad extremadamente rara, de los cuales se tiene registro en unas decenas de casos en todo el mundo. Es el motivo por el cual su salud se había visto deteriorada desde hace tanto tiempo, pero como no se habían realizado pruebas conclusivas pensando que eran solo resfriados o una constitución frágil, no se había investigado mas a fondo.
- Doctor, qué podemos hacer? Esta enfermedad es terminal?... Dígame por favor!
- Ese es el problema Señor Kinomoto, es una afección tan rara que no sabemos qué hacer al respecto, solo sabemos que es degenerativa y está actuando rápido.
El silencio reinaba en aquella habitación, nunca Fujitaka se había visto en esas condiciones, se notaba angustiado y sumamente triste.
Al ver que Sakura estaba muy afectada por la noticia se acercó a ella y la envolvió en un abrazo uniéndose a su vez Touya. Definitivamente dependían de un milagro.
Gracias nuevamente a quienes me acompañan con sus lecturas.
Besos.
