¡Asesíname!
Era una noche cualquiera, como todas las otras miserables noche de su vida. Alzo la vista al frente encontrándose con el panorama de desconcierto que siempre creaba emmett al bailar al lado de rosalie. Ella parecía tan delicada y con movimientos tan sutiles y gráciles, mientras que emmett por el contrario era más bien brusco en cada giro, en cada sacudida. En una esquina mas apartados, jasper y alice disfrutaban del ritmo de la canción, abrazados, en su propio mundo. Al menos si hubiera venido jake se hubiera reído a costillas del otras parejas de ahí, pero jake no vendría por un buen tiempo. Debía de recuperarse primero.
Tomo el puente de su nariz entre el índice y el pulgar, frustrado.
Odiaba sentirse como la quinta rueda, pero era imposible zafarse esa noche. Rosalie, la esposa de Emmett había organizado la salida, para celebrar el cumpleaños del grandote de los cullen, y había planificado todo con demasiada anticipación como para excusarse, como lo había hecho últimamente.
La canción pasó a un ritmo más fuerte y la burbuja de alice y jasper se rompió, haciendo volver a la alice a la mesa, mientras jasper iba por unos tragos.
-¡anímate hermano!- reclamo con energía, sentándose a su lado
- lo estoy
Alice giro los ojos con ironía para luego observarlo fijamente.
- edward, se que aun estas un poco deprimido por lo de Jacob- pronuncio el nombre como si este fuera un mal trago- pero ya ha pasado mas de 5 meses y todos están preocupados por ti. No te pedimos que vivas la vida loca o que finjas pero intenta sobrevivir siquiera- le regaño serenamente.
Edward la miro largamente y alice tomo su mano cariñosamente. Luego suspiro
"sobrevivir…si ella supiera" pensó con ironía. Su vida desde hacia muchos años era una lucha por la sobrevivencia en cada misión.
-¿edward?- pregunto nuevamente. Edward miro a su hermana, luego vio en la pista de baile a emmett y rosalie que hablaban entre susurros y a jasper en al barra mirando constantemente y con preocupación.
No se merecían sufrir con sus problemas del trabajo.
- ok.- accedió - lo siento.- se disculpo
- disculpa aceptada – rió alice y lo abrazo firmemente. Edward suspiro, riendo suavemente mientras unas copas eran depositadas en la mesa.
-¡salud!- exclamo jasper mientras chocaba copas con su novia y después con edward.
Luego tomo a su novia con adoración y la beso suavemente, mientras edward arrugaba un poco el ceño. Aun no se acostumbraba que un ex compañero de la agencia vulturis estuviera saliendo con su hermana menor. Sentía miedo de lo que pudiera ocurrirle si en algún momento ocurría lago, si aro descubría que alice era su hermana y jasper su novio. Pero esas preocupaciones pasaban a segundo plano al ver la casi asquerosamente dulce cara de jasper, al observar a su novia y futura esposa. Jasper había dejado la agencia totalmente, no importándole su familia, sus amigos, o el hecho de que alice era a veces demasiado pura para alguien como él, que había vivido asesinatos y desgracias ajenas, pero le fue imposible amarla, desde el primer roce de manos en un simple saludo, supo que ella era para un hombre como él y que no podría vivir sin ella. Por su parte alice había preparado su corazón para un amor como el de jasper, desde siempre supo que él seria suyo, lo había visto en sus sueño y amado siempre.
- ¡EA EA hermanito!- rió ruidosamente Emmett – ¿has visto alguna preciosura por aquí?- agrego pícaro, guiñando un ojo, rose se acerco y le propino un fuerte golpe en el estomago. Emmett se arrodillo con dolor mientras, rosalie se sentaba como si nada. Luego sonreía a Edward, jasper y alice, quienes la miraban con una leve gotita en sus cabezas. A edward no le cabía del todo que una mujer a todas vistas tan frágil como rose, fuera tan fuerte.
"Entrenamiento para asesina" pensó mentalmente. Ella y jasper eran las ovejas negras de los hale, pero a diferencia de su hermano nunca mato a nadie, de hecho huyo en cuanto pudo. Y por azares del destino se había encontrado con alice cullen quien le tendió la mano. Y por supuesto con Emmett. Luego jasper había ido en busca de su hermana y conoció a alice. No es necesario aclarar que fue amor a primera vista. Y de forma irónica por ellos debió entrar en el negocio, cosa por la cual aun se arrepentían ambos gemelos. Pero edward no. Se sentía satisfecho con su empleo y se sentía con la necesidad de seguir en la agencia para así poder desviar cualquier referencia de los hale, y por ende de sus hermanos, protegiéndolos a todos.
-¡rose amor! ¡Tu eres la única, insustituible, la mas bella!- le rogaba de rodillas. Rose rodó los ojos y le beso suavemente.
Todos en la mesa prorrumpieron en carcajadas.
- son un par de dominados- rió edward. Emmett y jasper le lanzaron miradas asesinas y las chicas reían a más no poder.
Así estuvieron un buen rato riendo, con bromas y llenos de alegría. Cuando le trajeron el pastel a Emmett y cantaron a coro el cumpleaños feliz, jasper no aguanto la tentación y le mando el pastel por la cabeza. Resultado: ambos corriendo por todo el local llenos de crema, asustando a unos cuanto clientes. Haciendo reír a otros.
Pero en plena carrera la música entro en marcha otra vez y tanto jasper como Emmett volvieron hacia las chicas y entre miradas de disculpas para con edward, salieron a la pista de baile.
Edward sonrió de medio lado, resignado. Y su mirada comenzó a vagar de un lugar a otro.
Fue en ese momento cuando la vio.
Con la mirada igual de perdida que el, aparentemente aburrida y un poco ansiosa. Era blanca, demasiado para un lugar tan calido como Phoenix. El cabello castaño le cubría en parte el rostro, pero no lo suficiente como para que edward no pudiera apreciar el rostro joven.
La música siguió sonando, pero ahora como un eco lejano. Mientras sin saber por que, no podía dejar de mirar a aquella extraña muchacha. No iba vestida de acuerdo a una salida. Al contrario, llevaba unos jeans gastados, una remera similar a la de los cantantes grunge, una polera de tirantes negra bajo la camisa, que le sentaba bien pese a todo y un bolso negro terminaba el conjunto. La chica tamborileó con los dedos en la mesa, sorbió un poco de bebida. Luego se acomodo el pelo tras la oreja.
Todo analizado por la mente de edward
En un momento la luz cambio levemente a una más brillante
La chica levanto la vista
Y se encontraron observándose, dos desconocidos
una magia los rodeo.
Edward nunca había creído en el amor a primera vista, y menos en todas esas estupideces que le contó jasper o Emmett alguna vez, sobre como te sientes antes el ser querido. Pero ante aquellos ojos quedo deslumbrado, fuera de lugar…y sin saber por que algo dentro de él se movió, algo que creía frió y calculador. Muerto después de tanta sangre.
La chica no atino en ningún momento a retirar la mirada, se encontraba hipnotizada por esos ojos verdes, y se deslumbro frente a aquel rostro tan bello, como nunca antes había visto. En esos ojos se podía perder, pero una sombra oscurecía aquel reflejo del alma, algo como dolor, como soledad.
"un ángel no debería sufrir" pensó inconcientemente
Edward por su parte se encontraba embobado como nunca antes, la extraña lo cautivo como nunca nadie lo había hecho.
- ¿que miras eddie?- le susurro en el oído Emmett. Edward despertó de la ensoñación y gimió de susto
- ¡no vuelvas a hacer eso!- amenazo a Emmett con rudeza y busco a la muchacha de la mesa de enfrente, pero esta había desaparecido.
Como un sueño.
Solo quedaba una servilleta arrugada y el vaso a medio tomar
Edward se dirigió a la mesa y tomo la servilleta
"A veces se debe desahogar el corazón, mas si es el de un ángel"
