Llevaba un rato sin pasar por aquí, pero he vuelto por fin con oooootra traducción LeviHan. No es que no sepa escribir jaja lo que pasa es que supongo que me cuesta un poco hacer más fics originales. Aunque debo de decir que he estado escribiendo un fic inspirado en "La Forma del Agua" para esta pareja. Ya veremos cuanto me tardo en hacerlo jaja.
Disclaimer: Nada me pertenece, ni los personajes en el presente fic que son de Hajime Isayama ni en si el fic, que es de just-quintessentially-me, una escritora en tumblr. Lo único que yo hice fue traducir. Espero que lo disfruten.
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Aftermath
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El carro se balanceaba, la madera crujía mientras los caballos jalaban el carro sobre adoquín áspero. Estaba oscuro, pero la luz del amanecer le daba al horizonte un color gris. El aliento de Levi se empañó. Apretando su abrigo sobre sus hombros, llamó al conductor.
—¿No puede esta mierda ir más rápido?
No era la primera vez que se quejaba. Para su crédito, la soldado apretó las riendas y respondió en voz baja.
—Por última vez, en estos caminos, esto es tan rápido como puede.
Mirando la parte posterior de la cabeza de ella, Levi se echó hacia atrás, maullando maldiciones en voz baja.
—Muchos soldados están cabalgando por la muralla, ¿tal vez la situación se resolverá cuando lleguemos allí?
Levi se volvió. El que hablaba era el próximo receptor de su mirada.
El Sacerdote del Culto a las Murallas, el pastor Nick, se sentó directamente frente a él. Juntos, estaban sentados en un carro abandonado por los dioses, en un camino de adoquines abandonado por los dioses, en su camino hacia la pared abandonada de los dioses, donde todo aparentemente se había ido a la mierda.
Inclinándose hacia adelante, Levi respiró brevemente por la nariz. Cruzó las manos y miró hacia arriba, lanzando dagas con su mirada.
—Dos titanes cambiantes atacaron a un escuadrón aislado en la pared, diezmadaron sus filas con algún tipo de explosión, y se llevaron a Jaeger y otro soldado, que también es un titán cambiante. Dudo que la situación esté a punto de resolverse.
—Yo... no quise decir...
Levi se retorció en su asiento.
—¿Estás seguro de que no podemos ir más rápido?
—Estoy segura.
—¿Cuántas— el pastor Nick dudó—...bajas?
—El soldado que trajo el informe se fue tan pronto como los que quedaban pudieron subirlo a un caballo. No sabemos.
Esencialmente, no sabían absolutamente nada. Fue lamentable cuántos quedaron atrapados en la explosión y cuáles de sus soldados seguían vivos. Levi tamborileaba sus dedos sobre la madera. El gris en el horizonte daba paso a regañadientes al azul polvoriento. Él se giró.
—Si tan solo forzaras a los caballos a…
—¡Capitán Ackerman! ¡Señor! ¡El carruaje no puede ir más rápido! — La soldado inmediatamente agachó la cabeza. Aferrándose a las riendas, se inclinó hacia delante y añadió, más tranquila—. Lo llevaré allí tan pronto como pueda, señor.
Levi soltó un frustrado suspiro.
—Está bien.
El carro crujía monstruosamente, incluso se movía a paso de tortuga. Y no era como si pudiera salir corriendo. Hanji lo mataría si dejara al pastor. No podía dejar una fuente de información tan valiosa desprotegida.
Pensar en Hanji hizo que se le revolviera el estómago. Ella había estado liderando el escuadrón que fue atacado. Y ella no era de las que se sentaban al margen mientras sus subordinados luchaban. Lo que sea que había sucedido en esa pared, indudablemente había estado liderando.
Según el mensajero inútil, su paradero era desconocido.
—¿Está preocupado por su esposa?
La pregunta lo sacó de sus pensamientos. Levi levantó la vista.
— ¿Mi qué?
Pero el pastor ya estaba hablando.
—Obviamente estás estresado, y es comprensible. Sin saber si su esposa ha sobrevivido...
Levi lo interrumpió.
—¿Mi qué?
El pastor vaciló, aparentemente dándose cuenta de que había cometido un error, pero había malentendido exactamente cual había sido el error.
—¿Su esposa...? ¿La mujer con la que viajamos antes? Ella es, ah... contundente. Ustedes dos, eh, tienen la misma personalidad fuerte. Cuando nos conocimos, ella me amenazó con dejarme caer de la muralla.
Entonces hizo clic.
—¿Hanji? ¿Mi esposa?
La soldado conduciendo miro sobre su hombro. Tenía los ojos muy abiertos y sus cejas se alzaban rápidamente en su flequillo.
Levi señaló su dedo hacia la carretera.
— ¡Enfócate en conducir! Estamos yendo lo suficientemente lento— Se volvió hacia el pastor con el ceño fruncido—. Y tú ¿de dónde mierda…?
La mirada del pastor había estado parpadeando entre Levi y su conductor. A mitad del discurso de Levi, se inclinó hacia delante con expresión sombría.
—Entonces los rumores son ciertos. Los miembros de la Legión de Reconocimiento no pueden tener relaciones. Me disculpo por revelar involuntariamente su relación— la mirada del pastor volvió hacia la soldado—. Estoy seguro de que ella no dirá nada.
El conductor dio otra mirada furtiva por encima del hombro.
—Tú— Levi señaló enfáticamente a ella— Date la vuelta.
Frunciendo el ceño, se volvió hacia el pastor.
— ¿Y qué? Eso ni siquiera importa: a Erwin le importa una mierda si sus soldados están casados, o follando, o lo que sea que hagan— Levi hizo una pausa, pellizcando el puente de su nariz en un impulsivo por impedir un dolor de cabeza—. Y Hanji y yo no estamos casados.
Las ruedas del carro son traqueteadas y gimieron sobre la piedra áspera.
Levi se llevó una cansada mano a la cara.
—Ah. No tiene dinero para la ceremonia— concluyó el pastor, sombrío.
Levi se congeló. Con la mano presionada sobre sus labios, él hizo una mueca plana mientras preguntaba.
— ¿Qué?
—Con el precio de las ceremonias de boda, he escuchado muchas personas, especialmente soldados, han estado renunciando a una. Pero tomando en cuenta el peligro que enfrentan a diario, perdóneme por decirlo así, pero creo que es un error arriesgar sus almas simplemente porque no puede guardar un poco de dinero para la ceremonia.
Levi parpadeó. El pastor tenía que estar jodiendo con él.
—Tienes que estar…
—Lo haré. Gratis.
La oración de Levi se desintegró en un indigno ruido de confusión.
—Tú… yo… ¿qué?
—Una vez que esto termine. Haré una ceremonia de matrimonio para ustedes dos, sin costo alguno. El pastor se movió en su asiento, aparentemente intranquilo—. Sé que no… estamos de acuerdo en algunas cosas. Pero parecen gente decente. No puedo darles lo que quieren. Pero puedo darte esto al menos.
Levi parpadeó. Vagamente consciente de que su boca se había abierto. El pastor lo miraba, con los ojos muy abiertos y la boca en una línea seria.
Levi cerró la boca, la abrió y volvió a cerrarla. No valió la pena. Ni siquiera valía la pena. Cerrando los ojos, suspiró.
—Sí, claro. Como sea— doblándose hacia adelante, apoyó los codos sobre sus rodillas. Sus zapatos tenían rasguños. Su mocasín izquierdo había acumulado salpicaduras de barro, pero estaba jodidamente cansado como para limpiarlo.
Con las manos juntas, miró la desgastada madera que se balanceaba bajo sus pies.
—Ni siquiera sé si está viva.
Una pausa.
—Ah.
Levi movió los dedos de sus pies, sin entusiasmo, moviendo el cuero de sus zapatos para ver si el barro se podía romper. Se las había arreglado para no pensar en Hanji por la mayor parte del viaje. Pero la luz del sol está en constante aumento, y el terreno circundante estaba volviendo cada vez más visible. Cuando el sol comenzó a existir en el horizonte, Levi consideró una vida sin Hanji.
La luz en la habitación al otro lado del pasillo dejaría de parpadear a horas inusuales, una señal que respondía a sus propios hábitos irregulares de sueño. Sería silencioso. Incluso... cuando alguien más tomará su lugar, él sabía que sería muy silencioso. Habría asiento vacío en el comedor, el lugar al que Hanji le gustaba meterse, meneándose y chocando hombros mientras con prisa entraba, siempre demasiado tarde para encontrar un buen lugar en el lío que era el comedor. La botella de licor ámbar en su habitación sin duda sería descuidada. Solo era tomada cuando ella vagabundeaba, mucho después de que las viviendas se hubieran quedado en silencio. De alguna manera, ella podía darse cuenta de cuando estaba sufriendo, como si tuviera un resorte en espiral en su pecho y necesitaba hablar con ella. Y cuando las palabras le fallaban, algo que a menudo hacían, ella estaba más que feliz de llenar el silencio.
Levi apretó los puños.
Mierda.
—¿Crees tú... en el destino?
Levi le lanzó una mirada al pastor.
—Dios no.
El pastor Nick asintió, como si esperara la respuesta de Levi.
—Bien, yo lo hago.
—Bien por ti.
—Y bueno, tal vez no sea el destino, exactamente. Pero creo que ella volverá a ti.
—Perdón por decírtelo, pastor, pero no sabes una mierda. Por la vida que vivimos, a veces, o más bien siempre, la gente no vuelve.
—Es cierto que mi vida ha sido diferente a la tuya, pero creo que el amor es un poderoso motivador. Sé que sus, nuestros, enemigos son grandes. Pero... es algo.
Levi decidió que el pastor no tenía ni idea de lo que estaba hablando; aun así, contra todos sus instintos, levantó la cabeza.
—Amor.
—Ella claramente te ama.
Levi se puso caliente y luego frío. Se sentía… no sabía lo que sentía. Hanji era un compañero. Una constante en la existencia impermanente. Ella era la vecina del otro lado del pasillo, su confidente y su compañera de bebida. Cuando regresaron de una particularmente horrorosa expedición, cuando las filas se quebraron y perdieron a muchos buenos soldados, la primera cara que buscó entre la multitud fue la de ella.
Toda su vida, está enfocado en la supervivencia. Amor, la clase que el pastor parecía estar implicando, era una novedad que nunca había tenido el lujo de entretener.
—Justo antes de irse, ella te miró. Incluso cuando los soldados corrieron y las montas se prepararon para salir, se detuvo el tiempo suficiente para encontrarte en el caos. Ella te miró por un largo segundo. Como si quisieras recordarte, por si las dudas.
La garganta de Levi se ahogó con el recuerdo del polvo que nublaba el aire. Los caballos se habían deslizado nerviosamente mientras los soldados gritaban órdenes. Había sido un caos y, a pesar de todo, también la había estado buscando. Con una mano en la silla de montar de su caballo, se volvió y ordenó algo por encima del hombro. Su pelo estaba sobre su rostro cuando un jinete galopa más allá. Tenía el ceño fruncido y dirigió a sus soldados con un semblante determinado. Levi había apretado y aflojado las manos, ya que sus piernas, a pesar de su dolorosa lesión, estaban ansiosas por moverse. Él no podía unirse a ella. Y estaba mal: verla irse, cuando él no estaba en condiciones de seguir. En medio del caos, observó, memorizando su rostro, por si las dudas.
Fue todo lo que pudo hacer.
El carro se sacudió, arrancándolo del recuerdo.
El cielo era azul y la pared no estaba a la vista. Levi se apoderó del banco. Se sintió enfermo.
—Soldada— dijo en voz baja—, ¿podemos ir más rápido?
El hombro de la soldada se elevó y cayó. Ella negó con la cabeza y sacudió las riendas.
—Haré lo que pueda.
El carro crujió y se estremeció mientras aceleraban por el camino desigual. Levi agarró el carro y esperó, mirando el horizonte.
Debo de decir que este fic tiene 2 secuelas. las cuales subiré como fics individuales igual que la autora original, así que habrá que esperar para la siguiente. Personalmente me divertí traduciendo, y en el siguiente Hanji se entera de que la quieren casar jaja.
En fin, espero que les haya gustado... ¿reviews?
