Titulo: Can not find my way home.
Personajes: Castiel, Dean Winchester, Crowley, Sam Winchester, Hannah, Metraton, ángeles, Kevin Tran, Linda Tran, Ismael, Caín, demonios,
Rating: K
Capítulos: 17
Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.
Género: Drama, Angts, Hurt/Confort.
Notas del fic: Trama alternativa de lo que será la decima temporada. El fic se centrará, más que nada, en la reacciones de los demás ante Dean!demonio y como podrían regresarlo a la normalidad. El titulo del fic, es el nombre de la canción que sale al final del capítulo 9x23 de la serie.
Resumen: Sam y Castiel sabían que eran capaces de enfrentar cualquier cosa, no importaba si eran ángeles, demonios, Leviatanes, Lucifer o el apocalipsis. Ambos sabían que la familia unida podía hacer frente a cualquier obstáculo, al menos eso pensaban antes de que Dean se volviera la siguiente amenaza que debían combatir. Ambientado en la decima temporada.
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Capítulo 1
Castiel condujo por la carretera manteniendo su habitual cara seria y la vista en el camino. Habían conseguido detener a Metraton e incluso encerrarlo en la prisión angelical pero aún debían descubrir como volver a abrir el cielo y no menos importante, como recuperar su gracia antes de que se extinguiera por completo y muriera.
Si era honesto, ninguna de esas dos cosas le importaban en ese momento y es por eso que dejó todo en manos de Hannah para regresar a la tierra y dirigirse al bunker, ya que necesitaba comprobar con sus propios ojos si las palabras del escriba eran ciertas. Se negaba, fervientemente, a creer que Dean estaba muerto. Era imposible que después de todo lo que pasaron, apocalipsis, su intento por ser Dios, leviatanes y el purgatorio, su protegido muriera a manos de Metraton
Estacionó el auto y bajó sintiendo una punzada de ansiedad en su interior ¿Y si ese bastardo tenía razón? ¿Y si Dean estaba muerto? Sacudió la cabeza despacio, en un intento por apartar esos pensamientos nefastos de su cabeza. El rubio no podía estar muerto, no era algo posible para el ángel. Descendió por las escaleras con el temor apoderándose de su cuerpo. Tragó saliva con cierta dificultad cuando vio las botellas de licor sobre una de las mesas de la sala de estar y el mal presentimiento en su interior se acrecentó.
-¿Dean? ¿Sam?- los llamó expectante pero no recibió respuesta- ¡Chicos soy yo!
El silencio que le siguió a sus palabras fue perturbador para el ángel, ¿Dónde podía estar el par de hermanos? Seguramente, aún no sabían sobre la derrota de Metraton, así que era imposible que esa botella de licor casi vacía fuera para celebrar la victoria. Avanzó por el pasillo con cierta lentitud y fue revisando cuarto por cuarto hasta llegar al del rubio. Soltó el aire que algún momento estuvo conteniendo antes de abrir la puerta.
-¿Dean?
Caminó hasta la cama vacía y colocó su mano sobre ella. Parecía que alguien la hubiera usado recientemente. Continuó recorriendo el bunker hasta que llegó a la mazmorra, la misma donde vio al cazador por última vez. Se percató de las cosas que había en el suelo y entrecerró los ojos.
-Crowley.
Estaba muy claro que lo habían invocado y tenía la sensación que la aparición de ese molesto demonio no sería nada bueno. Se disponía a buscarlos cuando su teléfono sonó y respondió caminando hacia la entrada del bunker.
-¿Qué sucede, Hannah?
-Te necesitamos aquí, Castiel.
-Ya hablamos sobre esto, entiendo la situación y que aún debemos encontrar la manera de abrir el cielo de nuevo pero.
-Los ángeles necesitan un guía, Castiel y tú eres el más capacitado para eso- apretó un poco la mandíbula ante esas palabras- Metraton tiene razón en algo, los ángeles necesitamos un guía, no podemos con el libre albedrio y tú lo sabes.
El moreno quería negarse pero eran sus hermanos y se sentía responsable de que estuvieran rondando perdidos entre los humanos. Finalmente terminó aceptando y regresaría cuanto antes para que hablaran. Marcó otro número en su teléfono pero pasó a buzón de voz y suspiró.
-Sam, soy Castiel, ¿En donde están? Necesito verlos- enfatizó lo último con seriedad- Metraton está prisionero en el cielo y la tablilla de los ángeles fue destruida, aún hay cosas por arreglar pero puedo ocuparme de eso por mi cuenta, llámame cuando escuches esto.
Le dirigió una última al bunker y subió al auto para conducir por la carretera, en dirección a donde se encontraba el portal que le permitiría regresar al cielo con sus hermanos. Le preocupaba de sobremanera confirmar si las palabras del escriba respecto a Dean eran ciertas o no. Intentaba convencerse que no era así, que su protegido de alguna manera continuaba con vida. Los Winchester habían pasado por cosas peores, especialmente el rubio, así que se aferraba a la esperanza de que todo estuviera bien.
Crowley esbozó una sonrisa de genuina satisfacción cuando los "rumores de pasillo" respecto al alcance de la marca de Caín se confirmaron. El rubio parpadeó un poco antes de incorporarse para quedar sentado.
-Bienvenido a tu nueva vida, Dean- éste le dirigió una mirada fija- Seguramente tienes un par de preguntas respecto a tu recién descubierta veta demoniaca y yo estoy.
No alcanzó a terminar la oración cuando el cazador se levantó frunciendo ligeramente el ceño antes estirarse un poco, haciendo crujir algunos huesos. El autoproclamado rey del infierno entrecerró los ojos al notar que las heridas del rubio se curaban.
-Bien, parece que no necesitas del todo mi ayuda, seguramente ya sabes cómo manejar al nuevo tú- se dio la vuelta con satisfacción- Algo habrás aprendido de Alister y todos los demonios que has conocido.
Comenzó una cuenta mental regresiva el siete hasta el cero y antes de terminar, la voz del rubio le impidió que se marchara. Sin duda la situación se estaba volviendo bastante predecible pero también era consciente que los Winchester eran cajas de sorpresas y podían salir con cualquier cosa.
-Espera, Crowley- éste ocultó la sonrisa que intentaba asomar en sus labios.
-Sí, Dean.
-Comienza a hablar.
-¿Y para qué hablar?- respondió divertido- Mejor te lo enseño con hechos, ¿Te parece bien, ardilla?
Esperó que el menor asintiera en aprobación y eso suficiente para que chasquear los dedos y los transportara muy lejos del bunker. Sabía que a Dean le tomaría un poco de tiempo acostumbrarse a su nuevo yo y la mejor de que entendiera su actual situación era demostrándoselo en vivo.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó el cazador sosteniendo la primera espada con fuerza.
-Pronto lo entenderás- caminó unos pasos para alejarse de él- Precisamente ahora.
Chasqueó los dedos y seis demonios rodearon al cazador. Ya tenía claro cuál sería el resultado pero de todas formas disfrutaría viéndolo. No se equivocó en ninguna de sus suposiciones y la forma en que Dean se estaba cargando a todos esos demonios era simplemente…
-Exquisito- el ruido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos y respondió sin perder detalles de lo que sucedía frente a él- Hola, ¿Cómo está mi alce favorito?
-¿Dónde mierda estás?- siseó la voz del otro lado- Llevo un buen rato intentando.
-Lo sé, cariño, no me extrañes tanto que pronto estaré contigo- dijo divertido y sonrió cuando Dean se cargó al penúltimo demonio con una mueca de satisfacción en su rostro.
-No juegues conmigo, más te vale aparecer aquí cuanto antes o te voy a
-Tranquilo tigre, ¿Es por tu hermanito no-muerto? Porque ya me encargué de ese asunto.
-¿Qué? ¿Cómo que te encargaste?
-Por si no lo has notado la bella durmiente no está en su cama pero tranquilo, te juro que no le robé ningún beso mientras dormía.
-¡Crowley!
-Nos vemos después, amorcito, bye-bye.
Cortó la llamada y aplaudió satisfecho con lo que acababa de ocurrir. Se acercó al cazador que miraba la primera espada antes de pasear su vista por los cadáveres en el suelo.
-Eso fue tan
-Fácil- completó el Crowley- Y también divertido ¿Verdad? Y te aseguro que lo puede ser aún más, Dean- indicó con su dedo el pecho del menor- Eso que sientes ahora, no tendrá comparación cuando apuntes más arriba en la escala evolutiva, estos solo fueron simples plebeyos para que probaras tu nueva fuerza.
-¿A qué te refieres?
-Un paso a la vez, saltamontes, ya es hora de irnos, el alce nos espera- iba a desaparecerlos de ahí pero se detuvo unos segundos- Por cierto, sería conveniente que guardáramos el secretito, al menos por un tiempo, ya verás que será beneficioso para los dos.
Chasqueó los dedos y los apareció en el bunker. Las cosas iban a resultar muy divertidas de ahora en adelante.
