-Canción de Hielo y Fuego, con todos sus personajes, pertenecen a G. R. R. Martin.

-Ésta historia ya la publiqué antes, pero tan mal editada que daba pena. Por eso la borré y la vuelvo a colgar ahora.

-En ésta historia Rhegar pierde en el Tridente, pero hiere mortalmente a Robert.

-Aerys no permite el paso de Tywin Lannister a Desembarco del rey, así pues, Elia, Aegon y Rhaenys sobreviven.

-La reina Rhaella muere en el parto de Daenerys, pero su hermano VIserys y ésta crecen en Desembarco del rey con Elia y sus hijos.

-Los Targaryen siguen en el trono.

-R+L= J ocurre.

-Cada una de éstas historias son autoconclusivas. Éste capítulo tratará de Elia, el siguiente de Aegon/Arya y el siguiente de otra pareja o personaje, pero todos viviendo en el mismo universo.


Reina sin corona.

(Elia)

Cuando Elia se sentó en el trono de hierro por primera vez, la sala estaba casi completamente vacía. La única excepción era el pequeño rey, de sólo diez meses de edad, dormido en la cuna junto al trono.

Desde el día en que supo que iba a casarse con Rhaegar deseó ser reina, deseó verse de rodillas ante el trono de hierro, toda vestida de seda y flores, mientras él le ponía la corona en la cabeza, ante la mirada de toda la corte.

Era reina ya, pero no habría coronación para ella. Ni Rhaegar, tampoco.

Rhaegar había muerto en el Tridente, y Robert con él. Aunque lo cierto es que murió en el acto, de un martillazo en el pecho, no lo hizo sin antes herir mortalmente a Robert. Éste agonizó durante días.

Las tropas de los Lannister, que tras la negativa del rey Aerys de dejarlos pasar asediaron Desembarco del rey se marcharon entonces, y los Targaryen ganaron la guerra. O al menos conservaron la corona.

Pese a que Aerys creía firmemente en que su hijo Rhaegar conspiraba contra él, la muerte de éste había sido la gota que colmó el vaso de su locura. Elia se encerró en sus aposentos con sus damas y sus hijos, aterrada ante la furia de su suegro, y sólo salió cuando Varys le suplicó que tomara la regencia, declarara a su suegro demente y lo hiciera encerrar. Al la idea le resultó ofensiva; ¿encerrar a su rey y ocupar su lugar? Imposible.

Hasta que Varys le dijo que tal y como Varys se volvió en contra de su hijo, igual podría volverse en contra del heredero de éste. La mera idea de imaginar a sus pequeños ardiendo, ante las risotadas histéricas de Aerys, hizo que firmara cada documento que Varys le puso enfrente.

Encerraron al rey en la Torre de la Mano. Y esa misma noche,ésta ardió hasta los cimientos.

Estaba obsesionado por el fuego se decía así misma. Probablemente empezó a juguetear con las velas, o la chimenea. Debió de prenderle fuego a la torre sin pretenderlo.

Cerró los ojos y trató de creerlo. Y cuando casi lo lograba, recordaba las palabras de Varys: ``Es por el bien del reino, Su Alteza. Por el bien del príncipe Aegon´´

Y ahora ella era la reina regente, hasta que el pequeño Aegon cumpliera los dieciséis años.

``Maldito seas, Rhaegar´´ pensó Elia. ``Primero te fugas con la loba y luego te mueres, dejándome aquí sola con un rey de meses de edad y un reino destrozado´´

-Lord Eddar Stark, Su Majestad- anunció el heraldo, abriendo las puertas de la sala del trono.

Elia dio un respingo en su trono.

-He dicho que quiero estar sola.- dijo-Si quiere una audiencia tendrá que esperar hasta mañana-

-Ha insistido mucho, Su Majestad- replicó el heraldo.

¿Qué quiere Stark ahora? Él es hermano de la loba…y era hijo de Rickard y hermano de Brandon. Y amigo de Robert. Pero Varys me ha dicho que la paz estaba firmada con todos ya. ¿Qué quiere?

-Hacedlo pasar- concedió, irguiéndose en el trono y arreglando cuanto pudo su vestido arrugado.

No llevaba corona. Las reinas regentes no llevan corona. La única reina que llevaría corona en ese trono sería la futura esposa de Aegon.

Lord Eddar entró en la sala del trono aún envuelto en su capa de viaje, sucia por el polvo del camino, seguido de un tipo bajito y extraño, de intensos ojos verdes. En cualquier otra ocasión Elia se habría sentido ofendida de que no se molestara en arreglarse un poco para ella, pero aquel día estaba muy cansada.

-Su Majestad- Eddar hizo una reverencia que le quedó algo extraña.

-Lord Stark.-Elia asintió con la cabeza. –Me dicen que queréis verme; ¿qué deseáis?

-He estado en las montañas de Dorne, en la Torre de la Alegría- dijo Ned.

Elia palideció. Allí era donde estaba la loba.

-Mi…-aquí Ned se detuvo y carraspeó-Mi hermana Lyanna ha fallecido. Así como sir Arthur Dayne.

Elia miró al tipo bajito. Entre sus manos sostenía a Albor, la espada de Arthur Dayne. Ashara estaba en esos momentos con Rhaenys. Y su hermano estaba muerto.

-He venido a entregar la espada a lady Ashara.-continuó Ned.

-¿De qué murió lady Lyanna?- preguntó Elia, vislumbrando algo de movimiento tras la capa de Ned.

-Su Majestad…-Ned la miró como si no supiera qué decir.

-Se que estaba embarazada- dijo Elia- Rhaegar no me lo dijo pero dejó a tres miembros de la Guardia Real con ella. Los miembros de la Guardia Real solo sirven a la familia real.

-Él no es de la familia real.- dijo Ned, abriendo la capa y dejando ver un diminuto bebé envuelto en una manta blanca y gris.- Él es Jon Nieve y no tiene la culpa de nada. No amenaza los derechos de vuestros hijos.

Elia suspiró. No estaba sorprendida, ni enfadada. Ella venía de Dorne, donde era más normal tener bastardos que no tenerlos.

-Dejadme verlo.-dijo al fin.

Ned titubeó, pero finalmente se acercó al trono y le tendió al bebé.

No había nada de Rhaegar en él, como no fuera un rasgo de melancolía en sus ojos. Tenía los ojos azules por la leche, pero que apostaba serían grises. Como los de la loba. Y los de Ned Stark.

-No tenéis nada que temer, lord Eddar- dijo Elia.-Al fin y al cabo, es el hermano de mis hijos. ¿Cómo decís que se llama?

-Jon. Lo llamé así por lord Arryn, que fue mi segundo padre.

-A Rhaegar le gustaría. Su amigo se llama Jon Connington. Lo he mandado venir del exilio. Mis hijos necesitan personas cercanas a su padre que le puedan hablar de él. Su mejor amigo era sir Arthur, pero… él ya no está.-Elia suspiró. –He oído que tenéis un hijo.-

-Yo también lo he oído. Aún no lo conozco. En cuanto devuelva la espada a lady Ashara, volveré a Invernalia.

-Muy bien. Sin embargo, el bebé se queda aquí.-dijo Elia, y Ned fue incapaz de ocultar la alarma en sus ojos cuando lo oyó. –No temáis, no planeo ningún mal para él. Pero bastardo o no es un dragón. Se criará con mis hijos. La hijita de Ashara nació muerta. La muerte de su hermano la destrozará. Pero éste bebé ocupará el vacío.

-El dragón tiene tres cabezas…-murmuró Ned. –Lyanna no paraba de repetirlo en su lecho de muerte. Hablaba de Dragones de tres cabezas y huargos gigantes. Deliraba. Su majestad-añadió- El niño puede quedarse aquí según vuestra voluntad, pero permitid que venga a visitarnos con regularidad. Puede que sea un dragón, pero también es un lobo y los lobos han de estar en manada.

Elia asintió.

Colocó al bebé en la cuna de Aegon. Hacía un gran contraste con su hijo. Allí donde su hijo tenía el cabello rubio platino, más plata que dorado, el de Jon era tan oscuro que casi era negro. La piel de Aegon era canela clara, un tono medio entre su piel morena dorniense y la piel blanca de Rhaegar, como una persona de piel clara bronceada. Jon tenía la piel blanca. Y los ojos de Aegon eran ya definitivamente violetas, algo más claros que los de Rhaegar. Los de Jon serían grises, una vez se fuera el tinte azul de la leche. No había gran parecido entre estos niños, y sin duda eran hermanos. Claro que Rhaenys y Aegon tampoco se parecían. Rhae había heredado su aspecto dorniense; piel morena y cabello y ojos color café.

Elia cerró los ojos por un momento. El trono había quedado destrozado. Las alianzas rotas. Ella misma había visto a los Lannister apostados fuera de las puertas de la ciudad, esperando para atacar. Los Baratheon, los Stark, los Arryn… todos ellos habían perdido gente en ésta guerra. Y los Tully apoyarían a los Stark contra viento y marea. La hija favorita de Hoster Tully acababa de casarse con Ned Stark y le había dado un hijo varón. Dorne y Altojardín, y algunas otras casa, eran aún completamente leales a los Targaryen . Pero si los Baratheon, los Tully, los Arry y sobre todo los Stark se aliasen con los Lannister de nuevo contra el trono…Aegon no heredaría nada.

``Mi deber es guardar el trono para mi hijo´´ se dijo. ``Yo nunca seré una reina de cuento de hadas, pero mi hijo será rey aunque me lleve la vida en ello.´´

-Lord Stark- dijo.-Yo no inicié ésta guerra, y vos tampoco. Aquellos que la iniciaron están ahora muertos, y siempre los amaremos a pesar de sus faltas- ``Tienes que hablar con cuidado. Él ha perdido en ésta guerra mucho más que tú´´- Pero los vivos seguimos aquí, y tenemos que velar por nuestros hijos. No quiero otra guerra. Quiero que mis hijos crezcan felices, en paz. Vos tenéis un sobrino. Rhaenys es un poco mayor para él, pero la reina Rhaella murió dando a luz una niña, la princesa Daenerys., que tiene días de edad. Unamos nuestras casas. No resucitará a los muertos, pero servirá para curar un poco la herida. Así ayudaremos a evitar que cualquier futura afrenta desemboque en otra guerra. Muchos han muerto ya. Demasiados.-

Ned Stark guardó silencio durante un momento. ``Le estoy pidiendo que case al único hijo de su adorada hermana con la hija del hombre que mató a su padre y a su hermano´´.

-Los niños no tienen la culpa-dijo el hombre bajito.-El pasado quedó atrás. No dejes que se interponga en el futuro, Ned-

Ned Stark asintió, finalmente.

-Howland tiene razón. Jon se casará con Daenerys.

Elia sintió un peso levantarse de sus hombros. Un paso más cerca de la paz. Pero solo un paso Miró a su hijo Aegon Serás rey. Un buen rey. Aunque muera en el intento.