Título: Contando historias

Renuncia legal: El mundo de HP y todos los personajes que reconozcan son propiedad intelectual de JK Rowling. Esta historia no tiene una finalidad de lucro.

Clasificación: T

Sumario: Todo empezó porque a alguien se le ocurrió contar una historia no como sucedió… sino como debía haber sucedido. "Metaficciones" es una revista que circula en Hogwarts para dar a conocer a los emergentes talentos de la escuela, todo iba bien hasta que a alguien se le ocurrió escribir un Dramione.

Pareja: Hermione Granger/Draco Malfoy.

Libros: Todos, incluso el epílogo por mucho que lo haya odiado.

Nota: Una disculpa para mis lectoras habituales que seguramente esperaban una actualización en mis otras historias, este plot se puso en mi camino y no me deja escribir nada más.

Advertencia: Posiblemente haya un poco de Weasley-bashing, es algo gratuito en todas mis historias, el Weasley-bashing viene con Xochipilli, es de ley, lo siento.

La analogía entre "Metaficciones" y Fanfiction va a ser obvia pero quiero dejar en claro que no intento burlar ni parodiar a nadie, no lo hago al propósito pero creo de todas formas va a suceder, espero que nadie se sienta ofendida porque honestamente no tengo a nadie en mente cuando escribo las metaficciones.


Contando historias

There is fiction in the space between

The line on your page of memories

Wright it down but it doesn't mean

You're not jus telling stories

There is fiction in the space between

You and reality

You would do and say anything

to make your every day life seem less mundane

there is fiction in the space between

you and me.

Tracy Chapman, Telling Stories

…Ermiona dejó su libro a un lado y salió de la biblioteca sin mirar atrás, estaba harta de los libros, los había leído todos y ahora sabía cuáles son los doce usos de la sangre de dragón, pero no sabía qué se siente meter los pies al lago en un día soleado; sabía traducir las runas antiguas más difíciles, pero no sabía qué se siente reír hasta que el estómago duele; sabía cómo resolver problemas aritmanticos complejos, pero no sabía qué se siente salirse de la escuela para pasar el día haciendo nada en compañía de un amigo, sabía cómo ganar una guerra, pero no sabía cómo disfrutar la vida.

Y estaba harta, quería aprender cosas que ningún libro pudiera enseñarle, quería… quería a…

-¡Dracnius!- le gritó con todas sus fuerzas.

El rubio se paró al escucharla, lentamente, como si estuviera tratando de prepararse mentalmente para lo que vería, se volteó…

Hermione arrojó la revista a la silla desocupada que había a su lado, esa mañana todos los estudiantes de Hogwgarts habían recibido de forma gratuita un ejemplar de "Metaficciones", la revista semanal en donde se publicaban historias y poemas que los alumnos enviaban bajo un seudónimo, la revista había comenzado a circular hacía tres semanas en la escuela y al principio Hermione había intentado leer algunas de las historias pero no pudo pasar de las primeras porque sus ojos, tan acostumbrados a perfecta gramática y ortografía, no podían soportar tantos errores en las narraciones, era una elitista ortográfica, una ortodoxa gramatical.

Ya antes Hermione había intentado averiguar quienes manejaban la revista, sentía que era su deber como Premio Anual saberlo pero los editores tenían el permiso de la directora y permanecían en el anonimato, sólo sabía los seudónimos, Nomen Nescio y Cronopio, y ahora estaba decidida a averiguar quienes eran y exigirles que dejaran de publicar Odio y amor en Hogwarts, pero sólo después de averiguar quién era la autora y gritarle su "review" en la cara, hasta el momento sólo sabía que era una chica fanática de Harry, su nick era algo obvio, Mrs. Potter-Lockheart.

-¡No pueden hacer esto! ¡Tiene que ser contra las normas! ¡Esto es un abuso!- exclamó Hermione molesta.

-Es una simple historia- defendió Parvati leyendo su propia revista, en su opinión era la mejor muestra de literatura que se había dado en Hogwarts desde el Manual para la buena Pitonisa.

-Pero está hablando de personas reales- se quejó la castaña. -¿O me vas a decir que esta Ermiona no soy yo? ¿Y este Dracnius no es Malfoy? ¿Y supongo que Harold Botter no es Harry? ¿Verdad?

-¿Hermione, cuál es el problema?- preguntó Ginny dejando su propio ejemplar a un lado. En la historia "Harold Botter" y "Jenny Presley" parecían tener un futuro prometedor, ella no le veía nada de malo.

-Es sólo una historia, no es real- dijo Dean Thomas desde su lugar en la mesa.

-Ustedes no entienden- se quejó Hermione molesta con sus amigos, era una invasión a su privacidad, era… era… era algo no ético, era inmoral, era… feo… era… Falroy, Dracnius Falroy.

-Voy a hablar con la profesora McGonagall- declaró Hermione tomando nuevamente su ejemplar de los primeros cuatro capítulos de la historia.

-Pero no están haciendo nada malo- declaró una chica de quinto grado.

Hermione ignoró las protestas, claro que no era nada malo mientras no escribieran una historia de amor sobre ellos y Malfoy.

No por primera vez desde el inicio del año escolar extra-ordinario deseó que Ron y Harry hubieran regresado para cursar junto a ella el séptimo y último año de Hogwarts, todos los alumnos estaban volviendo a cursar el año anterior, el ciclo escolar del que los mortífagos estuvieron a cargo era inválido, salvo dos o tres excepciones, los alumnos que presentaron sus ÉXTASIS los reprobaron con impresionantes bajas calificaciones.

Después de la guerra, el ministerio le ofreció al Trío Dorado perfectas calificaciones para todos sus ÉXTASIS sin la necesidad de presentarlos, Harry y Ron, reconocidos hipócritas, aceptaron sin titubear, pero para Hermione eso era hacer trampa, y fue así que la pelea de sexto año se repitió nuevamente, Harry y Ron defendieron su derecho a unas calificaciones que no se habían ganado, igual que habían hecho en pociones en sexto grado cuando el libro del Príncipe Mestizo le ganó a Harry calificaciones que no merecía; Hermione en cambio prefería ganarse con esfuerzo cada éxito que acumulaba, de esa forma era más satisfactorio; Ron, por su parte, simplemente vio una salida fácil y ¡oh sorpresa! La tomó.

Desde entonces, Hermione no había hablado con ellos, sabía por Ginny que Harry había sido admitido entre los aurores sin necesidad de pruebas ni exámenes y que Ron trabajaba con George en la tienda de juguetes y bromas, había recibido una carta de Harry que no había abierto aún, y respecto a Ron, ya se había cansado de intentar hacer funcionar una relación que a todas luces estaba condenada al fracaso.

El pelirrojo había creído que el beso precipitado en la habitación de requerimientos durante la batalla de Hogwarts era el sello de un compromiso eterno, dos días después de haber terminado oficialmente la guerra, Hermione descubrió con sorpresa y molestia, que Ron había anunciado a todo el quisiera escucharlo que ya eran novios, después de enterarse por boca de Harry de su cambio de estatus civil, Hermione subió a buscar a Ron a su recámara de la madriguera y fue entonces cuando lo descubrió.

Doce formas seguras de conquistar a tu bruja.

Por primera vez en su vida, Ron había leído y subrayado un libro de principio a fin, había especial énfasis en algunos de los consejos.

Si has hecho algo especialmente grave para hacer enfadar a tu bruja, como olvidar una cita o ser descubierto en pleno flirteo con otra, tu ruta más segura de acción es aceptar todo lo que tu bruja te diga sin quejas, has exactamente lo que ella te pida hacer, a menos claro, que te grite ¡Piérdete! Apoya todas sus decisiones por terribles que parezcan, debes estar a sus órdenes noche y día, secunda sus opiniones…

Hermione arrugó el cejo y continuó leyendo unas páginas más adelante.

…y este punto es de extrema importancia, si haces esto bien, puedes estar seguro de que tienes a tu bruja en la bolsa: investiga qué le apasiona y menciona que a ti también te interesa en el momento menos esperado, por ejemplo, si a tu bruja realmente le encantan los dragones, tú debes mencionar, cuando ella menos se lo espere que te has afiliado a la Comisión Protectora de Dragones, sabemos que recordar los intereses de las brujas puede ser algo muy difícil, así que a continuación sigue un encantamiento que funcionará en la mente a forma de recordadora, en el momento ideal traerá a tu consciente la información requerida sin que nadie más se percate de ello, parecerá algo espontáneo:

Hermione estudió el encantamiento y después arrojó el libro al suelo, recordó con precisión la escena de aquella ocasión, había besado a Ron porque en un momento de crisis, en un momento en que ni siquiera ella había recordado a los elfos domésticos casualmente Ron sí, lo había besado porque Ron, en una muestra no característica de su personalidad, había recordado la seguridad de los elfos domésticos incluso cuando nunca antes le había importado.

Lo que siguió después de haber descubierto el libro y que era novia de Ron fue una pelea como pocas habían tenido, los insultos volaron de ida y regreso sin interrupción, Hermione descargó todo su resentimiento y Ron no iba a aguantar de brazos cruzados todas las acusaciones, fueron los últimos gritos de Hermione los que la hicieron comprender finalmente que nunca podría estar con Ron.

-¡Tú nos abandonaste cuando más te necesitábamos! ¡Siempre lo haces!- Pero lo que en realidad había gritado era ¡Tú me abandonaste! ¡Tú siempre me abandonas!

Ya fuera por ser empollona, por ser una sabelotodo, por decirle a McGonagall que Harry había recibido una escoba de alguien desconocido, por ir al baile con Viktor Krum, por besar a Viktor Krum, por apoyar a Harry cuando nadie más lo hace, por no abandonar a sus amigos, por tomar decisiones impopulares, por regañar a Harry, por lo que fuera, pero Ron parecía tener una enorme facilidad para darle la espalda.

-¿Cuántas veces más me tengo que disculpar por eso?- preguntó Ron encolerizado.

Y Hermione comprendió que nunca había perdonado a Ron, siempre cargaría ese resentimiento, y es por eso que lo quería, porque siempre queremos lo que nos hace daño, amamos al que nos lastima, y aferrarse a ese amor era un castigo para ambos. Y aunque finalmente lo perdonara, es algo que nunca olvidaría. La traición nunca se olvida, no debe olvidarse.

Necesitar a un amigo es como necesitar un paracaídas, si no estaba ahí en el momento en que el avión se averió te das cuenta de dos cosas, la primera es que no era tu amigo, y la segunda es que probablemente nunca vas a volver a necesitarlo.

Después de esa pelea en que se dijeron todo y nada, Hermione abandonó La Madriguera y tomó el primer avión a Australia, pasó los siguientes meses tratando de remendar la relación con sus padres y finalmente regresó a la estación de tren para regresar a Hogwarts.

Al llegar a la gárgola que custodiaba la entrada a la dirección Hermione despertó de sus recuerdos y los regresó al lugar del olvido, ya tendría tiempo de lidiar con eso después, ahora necesitaba subir a quejarse con McGonagall.

-¡Adelante!- llamó la voz de la profesora antes de que Hermione tocara a la puerta.

-Buenos días, profesora McGonagall- saludó Hermione cortésmente.

-Señorita Granger, ¿qué puedo hacer por usted?- preguntó la mujer dejando el pergamino sobre el que estaba escribiendo a un lado.

Hermione le alargó la revista que llevaba en la mano.

-¿Ha leído las nuevas historias de esta semana?- preguntó Hermione.

-No, no he tenido tiempo aún- respondió la bruja.

-La primera se titula Odio y Amor en Hogwarts, los personajes principales son Ermiona Ranger, la estudiante más inteligente del Colegio Hogwarts, sus dos amigos son Cole Presley y Harold Botter, el otro protagonista es Dracnius Falroy… Ermiona y Dracnius "se enamoran" pero son de casas rivales…

-Ya veo- interrumpió la profesora McGonagall hojeando la revista.

Hermione se cruzó de brazos y esperó a que la directora terminara de ver el odioso ejemplar de "Metaficciones".

-Bueno pues es obvio que Ermiona y Dracnius son representaciones de usted y el señor Malfoy respectivamente, pero es sólo una historia, son personajes ficticios, no deje que esto la afecte- dijo McGonagall.

-Pero es como si estuvieran jugando con nuestras vidas, es una burla- se quejó Hermione, ¿acaso nadie entendía?

-Señorita Granger, es sólo una historia, le sugiero que no le preste tanta importancia, muchas grandes novelas han estado basadas en la vida real- argumentó la directora.

-Pero la autora no se está basando en la vida real, simplemente está jugando con nuestras vidas, como si fuéramos personajes en una historia que puede alterar como se le de la gana- insistió Hermione.

-¿Y qué sugiere que haga al respecto?- preguntó McGonagall.

-Que prohíba esta clase de historias- respondió Hermione.

-Eso es asunto de los editores- se excusó la ex profesora de Transfiguración.

-¿Y quienes son los editores?- preguntó Hermione tratando de no sonar ansiosa por escuchar la respuesta.

-Eso es algo que no puedo revelar, si quiere ponerse en contacto, escríbales una carta como todos los demás- aconsejó Minerva McGonagall.

-Esta revista se ha vuelto la adicción de casi todos los alumnos, es una distracción, ¿por qué no la prohíbe por interferir con la vida estudiantil?- sugirió Hermione, estaba casi desesperada, de otro modo jamás habría promovido la censura en Hogwarts.

-¿Ha leído el resto de las historias señorita Granger? No todas son sobre usted y el señor Malfoy- dijo la profesora buscando entre su escritorio el ejemplar pasado de la revista, buscó la página deseada y se la extendió a la castaña.

Hermione bajó la mirada y leyó el párrafo que la profesora le señaló.

Y me podría haber repetido cien veces más que todo saldría bien pero ambas sabíamos la verdad, nada saldría bien, nada, ambas estábamos destrozadas y nunca volveríamos a ser como antes, el contorno de sus máscaras alumbradas por la luna nos acompañaría en pesadillas por el resto de nuestras vidas.

Jane Doe llora todas las noches… cuando cree que nadie la escucha. Y yo hago lo mismo, lloro a solas; el dolor es algo privado, no lo expresamos y no hablamos de ello porque no hay palabras con que hacerlo, el silencio con sabor a dolor y pesadillas se ha vuelto nuestro único compañero, cuando se me hace insoportable la única salida es encerrarme tras las cortinas de mi cama y buscar debajo de la almohada, allí siempre hay papel y pluma, es entonces cuando las palabras innominables gritan en mi mente y escapan hacia el papel, lo ensucian, lo hacen sangrar, lo lastiman, lo queman con su intensidad.

Para mí, sus sucias manos y crueles palabras todavía son demasiado reales, "sangre sucia", los oigo susurrarme al oído cada vez que cierro los ojos y me permito respirar, todos los días, todas las noches, no hay tregua.

Sé que nunca voy a recordar el horror, no hay necesidad de hacerlo porque para recordar primero hay que olvidar… y yo simplemente no puedo.

Me siento tan débil y frágil… desgarrada.

Ya no quiero ser así. Nunca quise ser así.

Firma: Gradiva

Hermione permaneció en silencio unos segundos y asintió silenciosamente, comprendía por qué la idea de la revista podía ser de ayuda para los alumnos, pero por el otro lado…

-¿Y ya leyó las primeras?- preguntó Hermione regresando al ejemplar más reciente para buscar la página en donde se encontraba una historia que le había hecho desear ser iletrada.

Lorelei Cornelia Helena Cromwell tenia los ojos de un presioso kolor purpura, su largo y cedoso cabello rubio le llegaba asta la sintura y tenia un perfecto cuerpo de perfectas medidas que a todos los hombres de hogwarts volvía locos.

Pero no por ser una mujer perfecta por fuera vayan a creer que Lorelei era engreído o presumida, no, Lorelei era ademas la criatura mas dulse y sensilla, le gustaba bromear y era muy inteligente pero no era una insoportable empollona, su novio, Harry Weasley, que estava totalmente hiperenamorado de ella…

- ¿Qué me dice de ésta?- preguntó Hermione.

La profesora McGonagall no pudo evitar un gesto de mortificación, estaba contemplando seriamente el incluir una materia de Lectura y Redacción en el currículo escolar.

-Bueno, no todos pueden ser Shakespeare- defendió débilmente la directora.

"Ni siquiera a Corín Tellado llegan" pensó Hermione malhumorada.

-Señorita Granger, si tanto le molestó la historia sobre usted y el señor Malfoy, le sugiero que dirija sus quejas a la escritora y a los editores- concluyó Minerva McGonagall.

Hermione comprendió que la mujer no iba a entrar en razón y se excusó de la oficina, al salir ni siquiera regresó la sonrisa que Albus Dumbledore le envió desde su retrato, todavía no sabía si detestar o admirar las acciones del anciano.

Salió de la dirección y tomó el rumbo de la biblioteca, tenía la primera hora libre y había decidido usarla para escribir una larga crítica a la historia de Mrs. Potter-Lockheart.

-¡Granger!

Genial, lo único que le faltaba, Dracnius Falroy, mejor conocido en la vida real como Draco Malfoy.

-Estoy encargándome de eso Malfoy- dijo Hermione sin voltear a verlo, ya sabía que se iba a quejar de la historia.

-¿Qué te dijo McGonagall?- preguntó el rubio emparejando su paso al de Hermione para caminar a su lado.

-Que ella no puede hacer nada al respecto- respondió Hermione.

-¿Qué? ¿Cómo que no? Espera a que mi padre se entere y…

-¿Y qué Malfoy? ¿Qué va a hacer tu padre?- retó Hermione.

-Ya lo verás, Granger- dijo Draco con atrevimiento pero sin su usual arrogancia narcisista.

-Malfoy, sólo deja que yo lo arregle- ordenó Hermione, lo único que el rubio lograría sería empeorar las cosas.

-¿Y tú qué vas a hacer, Granger? ¿Chantajear a Mrs. Potter-Lockheart? ¿Embrujarla? ¿Forzarla a firmar un contrato ilegal redactado por ti?

Hermione volteó a verlo, la indignación brillaba en sus ojos, Draco levantó una ceja.

-No me mires como si te estuviera difamando, te conozco Granger- afirmó Draco, sabía lo suficiente sobre el Trío Dorado para saber que si de alguno de ellos se debía cuidar la espalda era de la castaña.

-No sabes de lo que hablas, Malfoy, déjame en paz- dijo Hermione apresurando sus pasos, estaba harta del rubio y eso que ni siquiera había peleado con él en las semanas que llevaban en la escuela, de hecho era la primera vez que hablaban desde el inicio de clases.

Hermione sabía por los rumores que circulaban en los pasillos de Hogwarts que Draco Malfoy no estaba lidiando muy bien con el trauma de post-guerra pero en ese momento el rubio parecía su usual "yo" pre-Voldemort, lo único que le faltaba era un "sangre sucia en dónde están Potty y la comadreja" y todo sería igual que antes.

Por un masoquista momento Hermione deseó escuchar el insultó en sus labios, "sangre sucia", tal vez entonces Harry y Ron aparecerían a su lado y todo sería igual que antes.

-Granger, no me pienso quedar cruzado de brazos, la ingenua que escribió esto tiene que pagar, esto es un abuso y un insulto- se quejó Draco, tan sólo recordar algunos de los diálogos de Dracnius le provocaba náuseas.

Hermione pausó su caminar y volteó a verlo con una sonrisa en los labios. -¡Exacto!- al fin alguien entendía.

La situación se volvió incómoda por el inusual comportamiento de Hermione, Draco hizo un gesto de disgusto y todo volvió a la normalidad.

-Cuando averigüe quién es, no te voy a decir, Granger- advirtió Draco.

-No es necesario, Malfoy, yo lo voy a averiguar antes- dijo Hermione con seguridad, después se dio la vuelta y continuó su camino. Tenía una Mrs. Potter-Lockheart que desenmascarar.

Hay ficción en el espacio entre las lineas de tu página de memorias,

escríbela pero eso no quiere decir que no estés simplemente contando historias.

Hay ficción en el espacio entre tú y la realidad

harías y dirías lo que sea con tal de hacer tu vida un poco menos mundana

Hay ficción en el espacio entre tú y yo.

Tracy Chapman, Telling stories (Contando historias)

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Bueno he ahí la idea general, ¿qué les apreció? Sé que algunas van a regañarme por subir una nueva historia cuando ya tengo tantas sin terminar, pero sólo me queda poner mi cara de "¿Qué quieren? Así soy"