Pequeño Comienzo
Un rayo de sol entro por la ventana de una de las habitaciones y un chico de cabello rubio abrió los ojos. Miro su reloj. Se levantó de un salto y se metió al baño. *¿Cómo se había olvidado de poner la alarma? * Pensaba mientras preparaba la tina.
Decidieron todos los Akatsuki tomar el día libre, por el cumpleaños de Konan, y hacerle una gran fiesta esa noche. Kakuzu, Hidan y Tobi irían por los bocaditos, snacks, las bebidas y más. Itachi y Kisame se encargarían de la música. Zetsu y Pain irían por el pastel. Mientras que Sasori y él se encargarían de la decoración. Lo bueno es que ya tenía un regalo para Konan así que no tendría problemas con eso. Una vez terminado, se vistió, peinó y dirigió a la sala.
-Veo que ya despertaste.- Dijo un chico de cabello rojo que estaba ocupado arreglando la mesa. – Sabes que no me gusta esperar.- Dijo esta vez mirándolo.
- Ahhh… se me olvido poner la alarma, hm- Dijo un poco desconcertado. – ¿Por qué no me levanto Sasori no Danna?-
-Estaba ocupado arreglando mis marionetas- Respondió volviendo a lo que hacía.
-Mmm…sabes Sasori no Danna, estaba pensando qué tal si ponemos algunos globos, hm- Dijo entusiasmado. Por alguna razón se sentía bien al estar a solas con el marionetista.
-Sí, es buena idea.- Dijo sin mirarlo. – Los globos están ahí- Señalo uno de los muebles de la cocina.
Sasori estaba arreglando la mesa. Había puesto un mantel azul y un camino blanco con bordes azules. Luego puso platos blancos en la mesa ordenados en una pila y los cubiertos a un lado. Solo faltaba que trajeran la comida y esperaba que fuera pronto. Últimamente no le gustaba estar a solas con Deidara era su compañero pero por alguna razón se sentía… extraño. Incluso llego a considerar que tal vez, solo tal vez, estaba….
-¡SASORI NO DANNA!- Escucho un grito desde la cocina.
- ¿Qué ocurreeee?!- Había una banca tirada en el suelo y Deidara estaba sujetándose en el repostero de la cocina con las piernas colgando. - ¡¿Pero qué crees que estás haciendo?!- Sasori corrió a ayudarlo.
-¡Ayuda, hm!-
-¡Sujétate!- Sasori lo sujeto de la cintura. –Suelt…HAAA!- Los dos cayeron al piso y Deidara estaba encima de él.
Deidara se levantó ligeramente. Sus cabellos estaban encima del rostro del marionetista, su mano estaba cerca del corazón del otro el cual latía muy rápido provocándole un leve sonrojo. Sus rostros estaban tan cerca que sentían la respiración del otro.
Sasori cerró los ojos al sentir el impacto pero los abrió al sentir un extraño peso contra su cuerpo, era Deidara. Sus ojos se cruzaron y quedaron clavados en los del otro. Simplemente no podía dejar de mirar aquellos ojos celestes era como mirar el cielo a través de ellos. No pudo evitar sonrojarse al notar que los labios de Deidara estaban muy cerca de los suyos.
-Emm…. Deidara me estas aplastando.- Se quejó apartando la mirada para ocultar su sonrojo.
-P…Perdón Sasori no Danna, hm.- Se reincorporo y extendió su mano para ayudarlo. -¿Se encuentra bien?-
-E…Estoy bien- Respondió nerviosos y algo adolorido. *Deidara es pesado* pensó para sí.
Deidara se agacho y recogió una bolsa pequeña.-Ya tengo los globos, hm.- Dijo sonriendo con las mejillas aun sonrojadas. Acto el cual puso rojo y aún más nervioso a Sasori.
-¡HAAAA!- Gritaron al unísono al escuchar un estruendo. Era el estante que se había caído.
-¿Ahora como arreglaremos esto?-Dijo Deidara preocupado.
-Esperaremos a Kakuzu, Hidan y Tobi, ellos se encargaran-Respondió el pelirrojo.
-¿Ellos se encargaran?-Cuestiono el rubio.
-¿Tú crees que Kakuzu va a gastar dinero comprando otro?-Devolvió la pregunta
Los dos se miraron por un segundo. Deidara no aguanto más y comenzó a reírse siendo seguido por Sasori.
