Prólogo.

En algún lugar de los Urales Medios, Rusia,
Febrero de 2020

Se miraba a sí misma reflejada en el cristal, cristal del que estaban hechas las blancas y frías paredes y puertas que componían las instalaciones a las que después de los meses que llevaba allí, finalmente se había acostumbrado. Mientras contemplaba su reflejo recordaba toda su vida, año tras año, cambio tras cambio y lágrima tras lágrima. Ahora todo era tan diferente... ¿su nueva vida? Una historia amarga sin un futuro prometedor, con un presente doloroso y un pasado hecho historia.
En el monitor sus latidos eran aparentemente normales, pero realmente estaba intranquila, los nervios y la ansiedad la carcomían por completo, aunque tenía claro que ya no había vuelta atrás; además era lo único que le quedaba, su familia ya no estaba y era obvio que la vida que tenía antes, nunca volvería.
Finalmente había accedido a las constantes insistencias de los líderes de la orden y aun de sus propios compañeros. Estaba a punto de sincronizarse con los recuerdos de una de las grandes asesinas de la historia, si no la más importante, ella era su descendiente y debía hacerlo para encontrar la ubicación del báculo del edén antes que los templarios. Por eso ella era tan importante para la orden, ese era su único interés en ella; si estaba viva y a salvo era gracias a ellos. Pero también gracias a ellos, ya no estaban las personas que más amaba, las que le habían dado sentido a su vida y por las que había salido adelante en todo momento. Los templarios habían asesinado a sus seres amados en venganza hacia ella, habían acabado con la vida de las personas que ella más amaba esperando a que se entregase, pero el credo no se lo permitió.

Ahora su vida era miserable, el dolor y la venganza eran lo único que la motivaba a seguir, a no rendirse hasta vengar a sus muertos y hacer sufrir a cada templario tal como su familia había sufrido y como ella sufría todo el tiempo en silencio.
En todo momento se recordaba a si misma que no debía dejarse dominar por los sentimientos pues estos eran igual a debilidad, hacía lo posible por mantener la mente ocupada para así no pensar, ni recordar. La hora de dormir era lamentable para ella pues siempre que intentaba descansar, las pesadillas la atacaban y la sonrisa diabólica del demonio de su miserableza se burlaba de ella.

— Bien... Solo desconectare esto y estas lista. –Dijo Ben, interrumpiendo sus pensamientos mientras le quitaba los electrodos de las sienes, la espalda y el pecho–. Vamos, relájate que todo saldrá bien. Te has preparado bastante como para echarte atrás.

— No pienso echarme atrás –dijo ella a la defensiva y de inmediato en un tono de disculpa–. Sólo... Me asusta que no encontremos respuesta en los recuerdos de la asesina o que tal vez no sincronice correctamente.

— Querrás decir en tus recuerdos, ten presente que eres tú misma en otra vida y así sincronizaras más fácilmente. Además
–añadió él aclarándole–. Sam y Marlene investigaron muy a fondo antes de elegir con quien debes sincronizarte, no podemos darnos el lujo de equivocarnos y menos ahora que Ahmed nos va de los talones.

— Tienes razón –dijo ella finalmente, bajándose de la camilla y yendo detrás de Ben.

Al llegar ella, todos estaban reunidos fuera de la habitación como un público a la espera del show. Adam la vio entrar y de inmediato camino hacia ella, la miro a los ojos y noto aquel sentimiento que él más temía pues tal vez la desviase de su rumbo... el miedo. La relación entre los dos era más estrecha que nunca, él había estado para Alessia durante todo el tiempo que ella llevaba allí, se acercaron el uno al otro y se abrazaron.

— Alessia –le dijo en un tono bajo pero cargado de orgullo–. Sé que lo harás bien, no dejes que el miedo te domine, confío plenamente en tus habilidades además haz demostrado ser más valiente y capaz que cualquier otro en este lugar.

- Adam ...

- Shhh.

— No Adam, tengo miedo, de verdad.

— Hey –La tomo por los hombros y le dedico una mirada cargada de sinceridad–. Haz pasado por cosas terribles, te han obligado a llevar una vida que odias y aun así nos has sorprendido a todos. Eres fuerte, inteligente, no te bloqueas frente al miedo y haces de la ira el motor que no te permite rendirte.
A pesar de todo eso, yo aún tengo fe en que volverás a ser la de antes, alegre, con un corazón lleno amor y un nuevo significado en tu vida además de la venganza.

— Pero... nada. –Alessia sintió bajar una lágrima por su mejilla–. Eres el mejor amigo, de verdad gracias. No me rendiré, te lo prometo.

Alessia le dio un último abrazo, luego lo tomo de las manos, le dio la mejor sonrisa que pudo y se dio la vuelta mientras se limpiaba la nariz con la muñeca.

Adam había sido su único apoyo en el tiempo que llevaba allí, al principio había sido asignado como su psicólogo pero ahora eran amigos. Se había ganado su confianza pues le había revelado todos sus demonios y su pasado, le había abierto su alma y su corazón que ahora estaba destrozado. Un fuerte lazo de confianza y afecto los unía, pero ella tenía claro que no podía encariñarse y menos enamorarse... en otra situación él habría sido sin duda el chico perfecto. Pero su promesa era más fuerte, se había prometido nunca amar a alguien más para no lastimar o ser lastimada de nuevo.

Se acercó a la habitación en que estaba el animus, adentro la esperaban Germán quien la miraban orgulloso pues por fin veía en marcha lo que había querido siempre, Ben y Douglas que estaban preparando el animus, Marlene junto a la puerta la miraba indiferente y Shao que la veía acercarse, había sido algo así como su única amiga, era la única chica que le había agradado y a quien le agradaba también.

— ¿Preparada? –Le dijo Shao, haciendo una sonrisa forzada.

— No.

— No lo pienses demasiado. Sé que te irá bien.

— ¿Cómo lo sabes?

— También tuve miedo la primera vez, estoy segura que todos nos hemos sentido así al ver ese aparato aterrador. –Ella la toma por los hombros–. Y tú no eres como todos así que lo harás mejor.

— Agh, ya basta de halagos, me siento empalagosa de tantos que me han hecho hoy.

Las dos rieron y miraron el animus, ya era hora. Con paso decidido Alessia entró sin siquiera determinar a Marlene, no dirigió palabra a nadie más y se puso de pie en el centro de la habitación, preparada para lo que venía; los electrodos cableados con enormes agujas al final bajaron del techo y la rodearon como serpientes acechando a su presa.
Observo a través del cristal y se encontró con la mirada de Jacob quien le dedico una sonrisa comprensiva la cual ignoro por completo, luego vio a Richard que tenía la usual mirada coqueta y expresión descarada. Todos los asesinos allí presentes incluso los soldados recién iniciados, la miraban expectantes pues tampoco sabían con qué vida se encontraría Alessia, alguno de ellos estaría en los recuerdos de Alessia y pronto se sabría quién o quiénes eran.
Entonces el dolor la tomo distraída, primero la nuca, los brazos, las piernas y finalmente la espalda; cada aguja ahora introducida en su cuerpo la dominaba por completo, los electrodos empezaron a levantarla del suelo y a tomar control de ella, no sabía con certeza que seguía a continuación o tal vez sí. Todo se volvería blanco, tal vez negro o gris, como saberlo y se encontraría con la primera imagen del recuerdo con que se sincronizaría, o eso era lo que había sucedido las otras veces que lo había hecho. Pero esta vez era distinta, pues vería a través de los recuerdos de una antepasada en otra vida, ya no serían los recuerdos de su niñez o adolescencia, esto era serio, debía hacer lo posible por sincronizarse y así todo acabaría más rápido o eso esperaba ella.
El animus comenzó con un ruido sordo y luego un pitido, ahora estaba por completo en el aire.

— Alessia, concéntrate en el recuerdo, haz de cuenta que lo que estás viendo es lo que te está sucediendo a ti y así será más fácil la sincronización –le dijo Germán mientras ella era sostenida en el aire por los cables–. No bloquees el recuerdo o intentes detenerlo, porque de igual forma llegará, sólo lo harás más doloroso para ti.

Alessia deseaba que Germán cerrara la boca, ya le había dicho lo mismo unas cien veces y su molesta voz no era realmente lo último que ella quería escuchar antes de encontrarse con esa nueva vida.

De repente ya no oía nada, su visión se nublo, empezó a marearse y perdió la fuerza por completo en sus extremidades; dejo de sentir la electricidad a través de las agujas en su piel y advirtió que ahora estaba en otro cuerpo. Finalmente el sueño la consumió por completo llevándola a un lugar desconocido.


¡Hola a todas mis queridas lectoras y lectores!

Bien, pues aquí esta el primer pedasito de esta historia. Realmente espero que les haya gustado por que es la primera vez que me atrevo a publicar lo que escribo y pues... ya saben, seguro no faltaran los errores. De todas formas hago lo posible por darle la mayor coherencia y sentido a la historia, pues no quiero que a mitad de lectura lean una frase que al parecer no tiene que ver con el resto, o que aun peor se pierdan en alguna parte de la historia por alguna palabra faltante o mal escrita. Haré lo posible por actualizar mínimo dos veces al mes, mi vida es un caos completo hoy en día, así que es muy probable que aparezca el pero que me impedirá escribir o publicar y me disculpo de antemano por eso. Por ultimo les pido que no duden en señalarme cualquier error, incoherencia, crítica o duda que encuentren o les surja sobre la historia. Besos y abrazos a todos, hasta el próximo capitulo.

¡Bye, bye!