Ésta es una versión especial, creada por mí, sobre un episodio ausente en el último libro de Harry Potter. Espero que les guste.

"Vida Después de la Guerra"

Harry abandonó la oficina del director momentos después que sus amigos salieran. Había permanecido un momento más contemplando la oficina de las personas que habían marcado su vida, que a cada momento habían estado a su lado. El Dumbledore dentro del cuadro le agradeció gentilmente mientras secaba las lágrimas de sus mejillas antes de que Harry saliera. Melancólico miró los pasillos del lugar que siempre había considerado su hogar; semidestruido, lleno de escombros, polvo y algunas veces encontraba rastros de sangre.

Aquel año había sido completamente espeluznante, y ahora, al final del camino en el que el destino había quedado marcado, sintió el peso de todo aquello sobre su cuerpo. Había sufrido tantas pérdidas, dolor, decepción, frustración y desesperación, demasiadas cosas en la vida y mente de un muchacho de diecisiete años, pero éste había sido su destino, y desde hace mucho tiempo lo había aceptado.

Su camino terminó en las escaleras principales que estaban destruidas. Podía escuchar a las personas dentro del Gran Comedor, voces animadas comentaban con dejos de alivio ahora que la guerra había terminado y el régimen de oscuridad de Lord Voldemort había caído en el olvido. En medio del vestíbulo se encontraba la familia Malfoy, aún conversando entre ellos, demasiado cansados y resignados como para atreverse a levantarse en contra de alguien. Harry se acercó a la familia con una duda aún volando en su agotada mente. Los Malfoy levantaron su vista hacia él, sin el absoluto rastro de desprecio o rencor en ellos.

-¿Por qué?- preguntó con voz cansada dirigiéndose expresamente hacia Narcisa Malfoy- ¿Por qué no me entregaron en el bosque?- Narcisa lo miró tranquilamente mientras sus ojos se llenaban de lágrimas

-tu voz- respondió ella- tus palabras me hicieron comprender que Draco estaba aquí y aún a salvo, de inmediato supe que tú de alguna manera te habías encontrado con él y que estaba bien- contestó mientras una lágrima se escapó de su ojo derecho- Draco nos ha contado lo que pasó y nunca terminaré de agradecerte lo que hiciste por él. Lo ayudaste aunque no tenías que hacerlo, ese solo me demuestra la grandeza de tu corazón Harry Potter- y sin esperárselo la bella mujer rubia lo rodeó en un abrazo cálido

-bien hecho muchacho, hay un gran mago en ti- fueron las palabras de Lucius Malfoy, Draco solo asintió pero el agradecimiento hacia Harry se notaba en su mirada

Los Malfoy se alejaron mientras abrazaban a su hijo, alegres de que la terrible pesadilla hubiera terminado. Harry de alejó del Gran Comedor, quería alejarse de esas mareas de una alegría que no llenaba completamente su cuerpo. Salió hacia los exteriores de la escuela hasta situarse cerca del lago. El sol comenzaba a pintarse en el horizonte dejado rojizos reflejos en el agua que se movía tranquilamente como si nada hubiera ocurrido. Se giró hasta quedar de frente al castillo, que estaba siendo iluminado por los primeros rayos del sol, a pesar de la enorme batalla que acababa de llevarse a cabo en él, el edificio seguía en pie, tan imponente y hermoso como siempre lo había sido y pese a que había sufrido daños notables en las últimas horas.

Harry se sentó en el pasto de frente hacia el lago mientras sus ojos se llenaban de dolorosas lágrimas que no fue capaz de oprimir más. La gran batalla en contra de Lord Voldemort al fin había llegado a su fin saliendo el nombre de Harry Potter en alto como el gran vencedor del mago oscuro y sin embargo no podía evitar ese vacío que sentía en su interior. Tantas personas que habían salido perjudicadas gracias a esta maldita guerra…. Sus rostros se paseaban frente a sus ojos: James y Lily Potter, Sirius, Dumbledore, Dobby, Moody, Lupin, Tonks, Snape y Fred. Ellos eran los verdaderos héroes de aquella batalla. Y sin embargo habían dejado tanto atrás de ellos apoyando un ideal que descansaba sobre los hombros de Harry. Fred había muerto tan joven, sin haber vivido lo suficiente para descubrir lo que era realmente la vida, dejando solo a su colega y gemelo en sus bromas y en su tienda que iba en progreso. No sabía como podría mirar de nuevo a alguien de la familia Weasley cuando se sentía tan responsable por la pérdida de aquel hijo. Y por su puesto no dejaba de lado al pequeño Ted, hijo de Lupin y Tonks, destinado a crecer sin el amor de sus padres, justo como él lo había hecho. Pero soltó al aire un juramento de que se convertiría en el ángel guardián y guía de aquel pequeño, cuyos padres habían luchado hasta el fin por asegurarle una vida mejor.

Bajó la cabeza aún recordando los rostros de sus seres queridos conjurados gracias a la piedra, la reliquia, en aquel momento en el que había decidido entregarse a aquella maldición de la que había escapado diecisiete años atrás. Una mano tierna y cálida se posó en su hombro y él giró su vista hasta toparse con Ginny hincada a su lado y una melancólica sonrisa en sus labios. Tenía heridas en el rostro que no eran serias pero seguía luciendo tan guapa como siempre. Se agachó y abrazó a Harry con todo el sentimiento posible, tratando de tranquilizarlo.

-perdóname Ginny- sollozó mientras la abrazaba fuertemente- no pude hacer nada-

-tranquilo- murmuró ella mientras acariciaba la nuca de Harry

-no tengo coraje para ver a tu familia a la cara, me siento responsable. Ni siquiera sé como mirarte Ginny ¡por favor perdóname!- la pelirroja se separó de él, y por primera vez, Harry la vio llorar

-mamá y papá no están en absoluto molestos contigo, mucho menos piensan que eres responsable de lo que pasó- su voz se quebró- todos sabíamos el riesgo de permanecer en esta lucha y Fred siempre estuvo dispuesto a intervenir sin el menor temor de los resultados. Él siempre creyó en ti. Harry: las pérdidas que ha traído esta guerra son irreparables en verdad, nunca se esperó menos, pero todos ellos tenían esperanza en ti y estuvieron siempre a tu lado apoyándote para que lograras triunfar sobre Voldemort, y así fue. Sus muertes no fueron en vano pues el objetivo se ha logrado. Todos ellos te amaban mucho y estaban muy orgullosos de ti, como lo están todos, como lo estoy yo- terminó acariciando la mejilla de Harry

Tomados de la mano, regresaron al interior del castillo, hasta el Gran Comedor en el que nuevamente fue recibido con aplausos, palmadas en el hombro, sonrisas y palabras de aliento. Los señores Weasley le abrazaron cariñosamente y Molly beso dulcemente su mejilla con lágrimas en los ojos. Aspiró profundamente saludando a la vida y la alegría lo llenó por completo recordando las palabras de Ginny. Todos aquellos caídos habían confiado en él y les había correspondido esa lealtad y sentimiento. Todos ellos le habían regalado la vida a la que se aferraba ahora con alegría y siempre les recordaría agradecido.

Miró de nuevo a la gente reunida allí junto a él. Su familia. Vio los rostros de sus compañeros y sus amigos. Ron y Hermione, sus complices, amigos y hermanos; los señores Weasley, sus padres; Ginny, a la que aún tomaba su mano la cual sujetó fuertemente mientras le sonreía; sus compañeros de escuela, leales amigos; sus profesores que le sonreían orgullosos, sus eternas guías.

Su vida ahora podía continuar, tan pacífica y feliz como siempre había deseado, junto a la gente que quería y a aquellos que se habían ido en su corazón. Seguiría adelante gracias a todos ellos. Viviría. Seguiría con la maravillosa vida, el Elegido, el niño que vivió. No. Seguiría adelante el joven que vivió, el joven que venció.