Estocolmo, Suecia.
20 de Mayo de 1940.

Mathías:

La segunda vez que nos vimos después de tanto intercambiar cartas, antes de la guerra, cuando te dije todos los tipos de nubes que conocía me preguntaste si estaba rezando, y si también sabía latín.

Cirros, cirrostratos, cirrocumulus.

Cumulonimbus, altocumulus, altostratus.

Nimbostratus, stratus, stratocumulus, cumulus.

Me dijiste que no creíste que las nubes tuvieran nombres y que no entendías por qué habrían de tenerlos. Si las nubes parecen ovejitas alineadas va a hacer frío, las esponjosas grandes son bonitas, y si son grises seguro llueve.

Que no importa, me dijiste, que dejara de pensar en eso y que pensara mejor en ti. Y eso hice, pero es que no entiendes, que aprenderme los nombres de esas nubes me ayudaba a olvidarte cuando no estabas, porque tú eres lo único en lo que pienso y cuando estás lejos siempre miro el cielo y quiero llorar, Mathías, como no tienes una idea.

Entonces decidí que tomar una enciclopedia y ponerme a pensar sería mejor.

Y, va a sonar estúpido, pero yo creo que si tú fueras una nube, serías una cumulonimbos. Eres enorme, traes tormentas por dentro, y tu rostro a la luz del sol es una de las cosas más bellas que puede suceder. Y en esta región fría y en la que resido son tan difíciles de atrapar...

Tuve muchísima suerte de que Berwald me avisara que los Alemanes iban en camino, pero no tienes idea de lo terrible que me siento al no poder darme tiempo de avisarle a otras personas, ahora están tomando pueblos pequeños a la fuerza, y la gente difícilmente sabe qué está pasando. Lo único que me tranquiliza es que Emil está en Islandia con los canadienses. Es mi único familiar, no se qué haría si llegan a él.

Estocolmo no está mal, pero extraño Noruega como no tienes una idea. Extraño mi casa, incluso a mis malditos vecinos que no aguantaba. Te extraño a ti y tus visitas improvisadas.

Dice Tino que las cosas no son tan difíciles allá, que el Rey sigue libre y que no hay demasiados problemas para la gente, pero quiero saber cómo estás tú. Tino estuvo ahí un tiempo, no pudo visitarte porque iba de contrabando.

Por favor, escribe tan pronto como puedas.

Sigurd Bondevik.