Un pequeño sueño a largo plazo se encontraba en su mente, el de formar una familia, tener alguien a quien expresarle un amor completamente puro e incondicional.

Era simple en un principio, hasta que considero que quizás necesitaba más de un plan para tener lo que deseaba.

El plan A consistía en una palabra, esperando que fuese lo definitivo; Amor. Enamorarse, formar una pareja y después tener hijos.

Falló, lamentablemente. El amor no era algo que se conseguía tan fácil.

El plan B era más simple; Bajar las expectativas. Quizás no era amor ¿Pero qué tal algo medianamente funcional?

De nuevo falló, pues a pesar de sus bajas expectativas no pudo formarse una buena visión del futuro. Le dio miedo de hecho.

El plan C se tornó más complicado; Ciencia. Sí, se habia rendido en encontrar a alguien ideal o, al menos, medianamente ideal. ¿Por qué no recurrir a la ciencia para tener aquello que no podía en esos instantes?

Pudo haber funcionado, pero era demasiado complicado y costoso para llevarlo más allá.

El plan D era el último que pensó, y deseaba no llegar hasta allí, pero ocurrió; Desistir. Quizás su destino era solo consentir a los hijos de sus amigos.

Y quizás se pudo haber acoplado a ello. Quizás pudo haber sido alguien medianamente feliz.

Pero con una simple oración, llegó a su mente un nuevo plan que quizás podría funcionar.

Quiero tener un bebé ― Susurró, pero él fue capaz de escucharle.

El plan E seria el definitivo; Extraño. No lo pensó, quizás tardarían en acoplarse. Pero eran amigos, podrían llevar la situación para poder tener eso que deseaban.

Un hijo.