Me despierto muy pensnte como siempre, pero feliz de no haber tenido pesadillas.

Recuerdo el día de ayer en la mañana que salí a cazar y por la tarde fui a recoger mis análisis de sangre para saber si estaba o no embarazada. Peeta me acompaño pues no se lo pude ocultar, desde mi primer vómito matutino me obligó a hacerme unos análisis, cada mareo, cada retrazo Peeta me mandaba a hacer análisis, y las pruebas de embarazo abundaban en la casa, Peeta las compraba por docenas en caso de que no me puedan sacar sangre

Eran aproximadamente las 4 de la tarde, yo iva vestida de cazadora todavía y Peeta con un mandil de panadero todavía lleno de harina, entramos a la clínica y yo me senté a esperar que Peeta recojiera los análisis.

Llevamos ya 15 años de casados y Peeta quizp tener un bebe desde nuestra luna de miel, sin embargo me entiende y sabe que yo no deseo eso, aun asi acordamos usar anti conceptivos. Siempre lo hacemos con condón o simplemente no dejo que eyacule en mi. Yo tomo anti conceptivas pero un embarazo sigue siendo posible, claro, hay un .0001% de probabilidad. Pero este día la suerte estaba de lado de Peeta, el se quedo viendo los análisis estupefacto, y cuando levanto la mirada vi como una lágrima brotaba de su ojo.

Al instante entedí, negativo como siempre, como desde hace ya 15 años. Abracé a Peeta y por alguna razón yo también llore con el

-He esperado tanto tiempo…-dice Peeta muy ilucionado

Me extraña eso, yo no estoy embarazada, ¿Por qué habría de decir eso?

-Desde que te conocí Katniss, he querido tener un hijo contigo y ahora ha llegado mi oportunidad. Katniss vamos a ser padres-

Me sentí helada, especialmente después de saber que no estaba embarazada. Entonces, ¿Peeta lloraba de felicidad? Sentí un bajon de repente, luego sentí mi cuerpo en el piso y la voy de Peeta llamando mi nombre.

Cuando desperté estaba ya en casa, en mi cuarto, en mi cama y con mi pijama pero no la que siempre uso, si no otra totalmente diferente, mas bien era como un camisón de materni…. Ya lo recordé! Estoy embarazada, oh por dios, no sabia que hacer

-Peeta!- grito desde la habitación

Al instante siento como algo d metal choca contra el piso y los pies de Peeta corren a verme

-Katniss, Katniss que tienes? Te duele? Sientes algo?- me dijo Peeta mientras su mano arinosa rosaba mi mejilla y agarraba mi vientre

Empecé a llorar y el me abrazó, yo lo abracé a el también, se acostó a mi lado y me quede dormida con la cabeza recargada en su hombro.

Por la noche me moría de hambre, asi que me senté en la cama, con la espalda reclinada en las almohadas y Peeta me subió algo de comer, panecillos rellenos de queso philadelphia , una taza de chocolate bien caliente y un poco de fruta picada.

-No quería que bajaras asi que te traje esto, pero si no te gusta ahurita te traigo algo mas- me dijo Peeta

Le sonreí amablemente, -No amor, asi esta bien gracias- le respondí dándole un dulce beso en los labios. El volvió a bajar porque ya no iva a la panadería, ahora por mi embarazo y los cuidados que requería el trabajaba en casa y Delly Cartwright su amiga pasaba por el pan a cierta hora para llevarlo a vender.

Le di el primer bocado a los panecitos cuando sentí unas nauseas horribles, no pasará nada pensé y segui comiendo pero cuando me faltaba un mordisquito mas tuve que saltar de la cama, tirar la bandeja llena de alimento e ir al baño corriendo a vomitar.

Me tiré de rodillas, con mis manos agarré la taza del baño y luego sentí unas manos que sujetaban mi cabello para que no se ensusiara con el vómito. Sin duda Peeta es el hombre mas atento que conozco, lo amo y nunca me separaría de el.

No se que tanto habría comido para vomitar tanto aunque Peeta seguía allí. Cuando terminé me enjuague la boca para quitarme el mal sabor y le pedí a Peeta que me acompañara a dormir un poco. Dormimos juntos y abrazados como los viejos tiempos en el tren de la jira de la victoria.

A la mañana siguiente Peeta me sacó del closset una blusa amarilla holgada, y unos pantalones que no eran ajusados, unas sandalias y me dijo que iriramos al doctor. Me cambié sin bañarme porque me sentía muy mareada, capaz de desmallarme si cerraba los ojos, y asi fuimos al doctor.

Esperamos unos minutos en la sala de espera y Peeta fue el mas cariñoso conmigo, me daba besitos por la boca y el cuello, acariciaba mi pierna y mi vientre, me compro un chocolate y me abrazó el resto del rato.

Entramos con el doctor quien me dio una batita como de hospital y me pidió que me la pusiera detrás de unas cortinas. Peeta se alarmó, no podía dejar que hiciera ningún esfuerzo, como cambiarme por ejemplo asi que el me ayudo a ponerme la bata con mucho cuidado.

Me recosté en una camilla y deje que me pusieran un gel muy frio sobre mi abdomen, Peeta pregunto que era, y si no era peligroso para el bebe y muchas preguntas mas. Luego el doctor me paso una maquinita y en una pantalla vimos un fondo negro. Volteé a ver a Peeta y vi su entusiasmo, el lloraba mientras sujetaba mi mano, yo encambio intenté ver algo, pero solo veía negro, todo era borroso y negro; no se de donde Peeta sacaba que había un bebe adentro

Luego el doctor nos señaló un pequeño punto que mas bien parecía una mancha, una horrenda mancha que se movía pero a Peeta le pareció el mas hermoso de los bebes. Yo también llore pero no por el bebe, si no porque por primera vez en mi vida sentí que hacia feliz a Peeta. El me beso, me auydo a cambiarme otra vez y pidió unas fotos del bebe para mostrárselas a todos. El doctor le dio 10, de las cuales 3 eran grandes, 5 medianas y 2 pequeñas del tamaño de una cartera.

Ah también me dijo que tenía 5 semanas de embarazo, me prohibió cazar, es muy peligroso cazar y estar expuesta al bosque cargando a este bebe, me prohibió tomar cualquier clase de pastillas, no exponerme tanto al sol y sobre todo setirme querida, ah y que el tener relaciones no afectaría en nada estos 4 primeros meces, los otros ya no.

Nos reimos, nos miramos y nos besamos.

Llegamos a la casa y me recosté en la cama. Peeta metió sus manos juguetonas debajo de mi blusa hasta llegar a mis pechos, los cojio con fuerza y los acarició, justo como ami me gusta. Me levantó la blusa y me quito el brassier, sus dulces labios rozaron mis pezones ya erectos por la exitacion que Peeta provocaba en mi.

Sean lindos y encantadores y comenten si les gusto o no.

En mi última historia me dijeron que durante el acto de "sexo" debía expresar un poco mas los sentimientos, asi que lean el segundo capítulo :)