La guerra de nuestra pasión.

Basada en una historia japonesa de nombre "Hana Yori Dango." Todo lo relacionado con esta historia no fue mi idea, y mucho menos lo reclamo como mío. Y todo lo que este relacionado con Harry Potter, es de la brillante J.K. Rowling. Lo demás que no reconozcan bueno ya sin duda es mío.


Capitulo Primero.

"La advertencia."

"La verdad es que tuve que pagar más por el, era edición limitada ya sabes…"

"… si mi padre consiguió lo ultimo en ese tipo de artículos mágicos…"

"Oí que el sábado llega la ultima colecciones de ropas a Francia, sin duda tengo que ir…"

"¿Por qué?" se preguntaba Lily, sentada en uno de los rincones del salón, oyendo el murmullo de todas las voces aglomeradas. "¿Por qué todos a mi alrededor son tan vacíos, tan superficiales?"

"En verdad, el mismo diseñador lo hizo para mí"

"En un mundo mágico, además de ser una simple hija de muggles, en este pequeño reino de ellos, no soy más que una plebeya, mi nombre Lily Evans, no significa nada como el resto de los aquí presentes"

Seguía sumergida en sus pensamientos Lily, viendo como la habitación se llenaba cada vez más de comentarios absurdos, todos relacionados con el dinero y cosas superficiales.

La mirada de Lily examinaba a cada uno de sus compañeros, aumentado cada vez más su enojo, y su indignación ante ellos.

"Quien no es hijo de algún importante mago" se dijo Lily "Esta relacionado de alguna u otra manera, y sus nombre siempre suenan familiares¡en que clase de burguesía mágica me he metido!" pensó, cerrando el puño con enojo, era el quinto año de Lily en este colegio, y aun así todavía no se acostumbraba a tantos comentarios absurdos, a tanta gente absurda.

"Cuando, me imagine estudiando en este colegio, todo parecía un paraíso, pero por adentro esta escuela se esta pudriendo con esta gente…." Lily paro de pensar un momento para ver su reloj.

Ya habían pasado quince minutos, y el Profesor Flitwick al parecer, no iba a llegar a la clase de hoy. "¿Será esta clase libre?" Lily se mordió el labio inferior, tratando de controlar su enojo. "Increíble, lo único que me puede relajar es una buena clase de encantamientos y ni eso tengo."

Dejó un largo suspiro salir, y se acurruco en su mesa banco, bien habían pasado quince minutos, pero ella todavía no perdía la esperanza de tener esa clase. En su mente repasaba los movimientos, para unos encantamientos que había leído la noche anterior, y planeaba comentárselos al Profesor, eso si es que llegaba.

En el pasillo, de pronto, se escucharon vagos pasos de un alumno corriendo, eran mediados de Octubre, y era al parecer, el primer ajetreo que se escuchaba desde hace algunas semanas.

Rápidamente, todo el salón guardo silencio, esperando con gran entusiasmo, que por fin, después de semanas, fuera esta una advertencia. Los pasos se volvieron más y más fuertes, parecía que se acercaban al salón, y sin más un alumno apareció jadeando en la puerta.

Mientras trataba de recuperarse, todos, incluso Lily voltearon a verlo, entre las caras de entusiasmo, la cara de preocupación de Lily sobresalía.

"A-a ap-aparecido una nueva advertencia" dijo el alumno por fin "el criminal es Robert Pietsh. " Su cabello trigueño caí en su cara, y el sudor no paraba de correr por su frente.

Lily alcanzó a distinguir que era un Hufflepuff del 6to año.

Los alumnos se miraron unos a otros, sonriendo de oreja a oreja, empezaron a gritar de emoción, y todos salieron como veloz estampida por la puerta del salón, gritando cosas como "¡A él!" o "¡Sin compasión!" y otros tantos, "¡Hagámosle pagar!", incluso el alumno que había venido a dar la gran noticia, había emprendido el viaje de regreso con la pequeña multitud que se había formado.

Mientras corrían, hacía el gran comedor, alumnos, en horas libres o que caminaban por los pasillos se les iban uniendo, la emoción flotaba en el aire para todos, para todos menos para Lily, quien se había quedado sentada mirando a la puerta, en el salón de encantamientos.

"No puede ser, no otra ves" se dijo a si misma, y dejo caer su cabeza con un golpe seco, en el mesa banco.

"Dios, solo tengo que soportar dos años más esto, y por fin me graduaré y saldré de una vez y por todas de esta escuela, dos años más" dijo casi en un murmullo para ella.

"No entiendo" dijo una voz en el salón, la única aparte de la de Lily que aun quedaba allí.

"No entiendo, señorita Evans¿Es…es correcto no ir?" preguntó por fin, una chica de cabello largo y castaño, con unos ojos cafés hermosos, que expresaban solo su confusión y angustia en aquel momento.

"No," dijo Lily levantándose de su asiento, guardando los libros en su mochila, y volviendo a mirar a la chica. "Será mejor que vayamos"

"Ha de ser la nueva alumna que transfirieron hoy" pensó Lily volteándola a ver mientras salían del aula. "McGonagall me hablo de ella. Definitivamente no sabe el infierno en el que acaba de entrar. Si supiera como son las cosas aquí se arrepentiría."

"Señorita" dijo la voz tímida de la alumna "Sigo sin entender¿Qué es eso de una advertencia¿A caso hay criminales en Hogwarts?" Sinceramente Cassidy McGill, la nueva chica transferida, parecía perdida y realmente preocupada.

Lily caminaba sin prisa hacía el gran comedor, a la vez que escuchaba las preocupaciones de Cassidy.

"La advertencia, es tu mayor perdición en esta escuela, es una declaración de guerra de los Merodeadores." Empezó Lily a explicar, con resignación en su voz, mientras daban vuelta en una esquina, y seguían caminando.

"¿M-merodeadores¿Guerra?" preguntó Cassidy, cada vez más asustada y perdida, empezó a jugar con sus manos nerviosamente.

"Si," dijo Lily viéndola de reojo.

"La escuela en si es gobernada, por así decirlo, por cuatro alumnos ricos, se llaman así mismos Merodeadores, y si llegas a hacer algo que los enfurezca o interfiera con ellos, recibirás una advertencia, será el comienzo de una guerra que no puedes ganar, y generalmente esto no dura más de un par de días, pues la mayoría opta por dejar la escuela y tomar clases privadas."

"¿Gobernada, pero ¿No todos son ricos aquí? " Pregunto Cassidy, lo cual era cierto, en Hogwarts la gran mayoría del alumnado era rico, rico y sangre pura, o bien mestizo, pero rara vez te encontrabas con un hijo de muggle.

Y si bien había hijos de muggles, sabían mejor que decirlo.

"Si, aquí todos son ricos, pero ellos son ricos en otro nivel, los cuatro son herederos de las cuatro familias más ricas de Inglaterra, podría decirse que forman parte de la columna básica inglesa." Le dijo Lily, quien al parecer había alentado el paso.

"Y ¿Quiénes son?" Preguntó Cassidy, ahora en un tono curioso.

"Los merodeadores son, Peter Pettigrew, hijo y heredero de la familia Pettigrew, que es una familia de grandes comerciantes, y fabricantes de artículos mágicos de toda Inglaterra, aunque al parecer también se han visto en vueltos en transacciones con dudosa legalidad, esto no parece importar tanto, mientras la familia continué con su riqueza. El es el más pequeño de los miembros, aunque no tiene buen físico ni aspecto, tiene ciertas pretendientes." Dijo Lily con una mueca.

A Cassidy le pareció gracioso y rió un poco, pero al ver que Lily no hacía lo mismo, mejor se calló.

Lily suspiró y luego continuo "Luego sigue Sirius Black, hijo de la famosa familia Black, y heredero aunque no único, su familia es famosa desde luego por su fortuna, y por difundir ideas relacionada con sangres puras, la familia se dedica a asegurar que el futuro de Inglaterra este únicamente en manos de familias sangre puras. Mujeriego sin razón, Sirius es uno de los más solicitados de los Merodeadores."

Sus pasos hacían eco en el fondo de los pasillos, ahora todos estaban desiertos, sin duda alguna, la mayoría del alumnado se había ya juntado en el Gran Comedor para presenciar el espectáculo.

Las chicas dieron la vuelta y empezaron a subir unas escaleras, era una manera de retrasar su llegada al gran comedor y como Cassidy no tenía ni idea, no hizo reclamó alguno.

Cassidy seguía impresionada por lo que Lily estaba comentando, sus ojos estaban redondos como platos, y solo irradiaban sorpresa, Lily no pudo evitar sonreír y menear la cabeza.

"Bueno, después tenemos a Remus Lupin, hijo y heredero único de la famosa familia de artistas Lupin, tienen una fundación para ayudar a los artistas que van comenzando, y han contribuido de gran manera a la cultura mágica, una familia sorprendente si me lo preguntas. Remus es el personaje más misterioso de los merodeadores, y aunque las chicas lo persiguen, casi nunca se ve envuelto con alguna."

"Y finalmente, sigue James Potter" aquí Lily se detuvo un segundo, para dar un largo suspiro, y mirar al techo.

"¿Señorita Evans?" preguntó Cassidy preocupada.

"¿Eh? A sí, lo siento es que estoy un poco cansada" La verdad era que estaba más allá del enojo, siempre ocurría cada que llegaba una advertencia.

"Como decía, y finalmente tenemos a James Potter, hijo y heredero único de una de las familias más importantes en la comunidad mágica, si no es que es la más importantes de todas. Una familia con extraordinarios aurores, todo el mundo piensa que serían los mejores en ocupar importantes puestos en el gobierno, pero ellos prefieren estar detrás de las grandes personalidades, prefieren influenciar a estar directamente relacionados. Es una de las familias bases para…"

Lily estuvo apunto decir nuestra comunidad, pero lo pensó dos veces. "…para la comunidad. Es el líder de los merodeadores y gobernante de Hogwarts, no hay nadie que se atreva a revelarse contra el, incluso los Slytherin se andan con cuidado, saben con lo que se enfrentan."

"Y bien, ellos son los merodeadores, y si alguien obtiene una advertencia, como ya te dije, es su perdición, toda la escuela se pondrá en contra tuya."

Cuando Lily termino su corta explicación para lo que era la vida en Hogwarts y su 'gobierno", ambas chicas llegaron a las puertas del Gran Comedor, y al entrar se encontraron con una gran multitud.

Los alumnos estaban, parados sobre mesas, o los asientos, lanzando comida a un chico que estaba en medio de todo. Muchos gritaban de emoción, y parecía una gran fiesta.

Cassidy estaba más que sorprendida, viendo como todos reían, de alegría aunque con cierto tono de malicia, y se sorprendía más al ver, que era una forma de unir a la escuela, pues había alumnos de todas las casas, Ravenclaw, Hufflepuff, Gryffindor, e incluso había de Slytherin, que se limitaban a reírse del alumno, y debes en cuando aventarle comida.

Lily tomó del brazo a Cassidy, y la guío por entre la multitud, a un área semi calmada, estaban del lado izquierdo y muy cerca de la mesa de los profesores.

Mientras Lily miraba por uno de los ventanales, la hermosa mañana de otoño, no pudo evitar temblar del enojo al verla arruinada por semejante evento.

"Esos malditos, algún día la pagarán" pensó Lily en consuelo.

De repente los gritos empezaron a calmarse, y uno de las alumnas de Ravenclaw, Blaze Hewitt, gritó. "¡Los merodeadores!"

Sin previo aviso, la multitud empezó a gritar de emoción y se oía un coro lejano de "Merodeadores". Todo parecía una locura.

Por la puerta del Gran Comedor, se alcanzaban a distinguir cuatro figuras paradas, y al instante comenzaron a caminar hacía adentro del gran comedor, la gente les abría paso, con una gran sonrisa en sus caras.

En primer lugar venía un chico de ojos color caramelo, con su pelo café desordenado, usaba lentes, pero las chicas creían que le daba un toque intelectual y sexy. Venía caminando con tanta autoridad que nadie se atrevía ni a dirigirle la palabra, James Potter, ni siquiera se dignaba a mirar a nadie.

Siguiendo a James, venían un chico con cabello negro, sedoso y un poco largo que caí sobre su cara, venía sonriendo por la actitud que había tomado James, y al contrario de James, Sirius Black, venía saludando a todas las chicas que podía.

Al lado izquierdo de James, venía Peter Pettigrew, que venía como corriendo para poder alcanzar las grandes zancadas que daban James y Sirius, pues ellos era mucho más altos que el pobre Peter. Su cabello rubio estaba desordenado, pero no le daba buen aspecto, y sus ojos azules no mostraban más que emoción, estos eventos le encantaban a Peter.

Y detrás de estos tres, venía caminando Remus Lupin, con una mirada aburrida, veía a todos a su alrededor, esto no parecía causarle gran emoción, si no todo lo contrario, en sus ojos cafés se veía el aburrimiento.

Casi al llegar a la altura de la mesa de los profesores, cuatro sillones aparecieron, uno, el de en medio más grande que los otros tres, y en ellos se sentaron James, Sirius, Remus y Peter.

El chico de Hufflepuff de cabello trigueño, se acerco a ellos, llevando consigo a otro lleno de comida y al parecer un poco golpeado.

"Señor" le dijo dirigiéndose a James. "Aquí esta Robert Pietsh."

James levantó la vista para posar sus ojos en Robert, quien no podía hacer nada más que temblar.

"Y, aquí señor" dijo el mismo chico "Esta Daniel Loia, su mejor amigo, señor."

Este último chico, tenía el uniforme limpio, parecía no haber sufrido nada, todavía.

James sonrió maliciosamente, y con un movimiento de la cabeza les ordenó comenzar. Estaba recostado en el sillón disfrutando de su reinado.

Daniel meneo la cabeza diciendo no, mientras unas lágrimas se le escurrían por las mejillas y al igual que Robert, empezaba a temblar, de vez en cuando volteaba a ver a Robert, quien con la mirada le suplicaba que no hiciera nada.

James se sentó derecho, y puso sus hombros en las rodillas, bajo la cabeza, suspiró, y luego volvió a levantar la vista. "¡Comienza!" gritó, casi como un rugido.

Todos en el comedor al principio se asustaron, pero luego, comenzaron a gritar lo mismo que James había dicho.

Pero ninguno de los dos chicos, se atrevían a moverse, uno porque lo dejaran en paz de una vez por todas, y otro porque no se atrevía a golpear o hechizar a su mejor amigo.

James levantó la mano, y al instante todo el gran comedor se calló. De un solo movimiento James se paró, y se podía notar la diferencia de alturas entre los chicos de séptimo año, y la de James que era de quinto, y aún así, los dos Ravenclaw solo temblaban.

"Parece ser" comenzó James "Que te hace falta una buena lavada de oídos" le dijo a Daniel Loia.

Daniel solo lo miro pidiendo compasión, la cual estaba seguro que no recibiría.

"Scourgify" grito James en el oído izquierdo de Daniel, mientras que en el derecho le apuntaba con su varita.

Una luz blanca salió disparada de la varita entrando por el oído de Daniel, lo cual le arrancó un grito, y callo al suelo, mientras las burbujas salían por los dos oídos.

La multitud apoyaba a James con sus gritos, y aplaudía, diciendo "Bien hecho."

"Te dije," prosiguió James, "Que comenzaras, así." Apuntando su varita ahora al pecho de Robert, gritó "Expelliarmus" y el chico salió volando por el gran comedor cayendo en seco en una de las mesas.

"Por dios," dijo Sirius a Peter "Creo que en verdad necesita un curso de control de ira."

Peter no puedo evitar asentar con la cabeza, viendo como James descontroladamente pateaba al amigo de Robert por no hacer lo que le había pedido.

Se oyó un suspiro entre ellos, uno lleno de aburrimiento.

Lily estaba al borde de la furia, tuvo que voltearse y no seguir viendo, no podía soportar lo que pasaba cada que a alguien le llegaba una advertencia, pero si quería terminar la escuela, y seguir llevando su vida en paz, no podía hacer nada contra ellos, y esto le carcomía.

Mientras sus pensamientos pasaban velozmente por si cabeza, de reojo pudo ver como Remus Lupin se levantaba de su asiento para dirigirse fuera del gran comedor.

Lily volteo al instante sorprendida por la actitud que Remus estaba tomando, y en ese momento cruzaron miradas, el tiempo alrededor de Lily se alentó, y no oyó nada más que su inquieta respiración.

El momento pasó, Remus Lupin salió del comedor, las voces de los alumnos gritando y aplaudiendo volvió, y James Potter seguía golpeando a Robert y Daniel.

Y así como empezó, terminó rápidamente. James paró de golpear, hechizar y hacer todo lo que se le ocurría de una manera muy sucinta. Volteo a ver a su alrededor, y respiró calmadamente, se arreglo las ropas, y escupió en el suelo.

"No puedo seguir perdiendo mi tiempo en esto." Dijo, y todo el gran comedor lo escucho.

Sirius se levantó de su asiento, y sonrío. "Bien, ya oyeron, se acabó, todos a sus clases o si tienen algo mejor que hacer, pues ¡Háganlo!"

Peter reía, "Si, si ya acabó." Toda la emoción causada le había dado hambre, probablemente su próximo destino sería la cocina.

James volteo a ver a Sirius sonriendo, luego vio a Peter, y dijo "Vamos, ya está terminado aquí."

Juntos, los tres comenzaron a caminar fuera del Comedor, y mientras lo hacían, la gente les iba abriendo paso.

El joven trigueño de Hufflepuff, se adelanto y dijo "Lo hizo genial, Señor Potter, no me esperaba nada menos…"

Pero no pudo acabar, James lo miró, y con un movimiento de la varita lo hizo callar y caer petrificado. "No me agrada mucho tu voz, Pattison." Y con esto los tres Merodeadores que quedaban salieron del gran comedor.

La multitud comenzó a dispersarse, el evento había acabado, aunque la emoción seguía en ellos, dejaron tirados, a Robert, Daniel, y Pattison, más tarde cuando fuera la hora de comer ya se encargarían de recogerlos.

Lily fue una de las primeras en salir corriendo, se adelanto a la multitud y empezó a correr cada vez más y más rápido, sus ojos verdes irradiaban furia, sus pasos eran lo único que hacían eco en los pasillos mientras los cruzaba.

Finalmente Lily diviso la puerta que tanto estaba buscando. La puerta secreta que llevaba a una parte de la torre de astronomía que casi nadie conocía, de hecho, Lily nunca había visto a nadie ahí.

Con la misma fuerza con la que corría empujo la puerta, la luz del sol baño su cara, Lily respiraba rápido tratando de recuperarse. Era su parte favorita del castillo, era un pequeño balcón, y podías ver gran parte del bosque, y de los terrenos de Hogwarts.

"Que hermosa mañana de otoño, ARRUINADA POR ESOS IDIOTAS!" esto último lo gritó con todo su corazón.

"Pero ¿quienes se creen que son? Merodeadores¡Por favor¿No pudieron encontrar nombre más estúpido¡Y dicen que son inteligentes!" En aquel balcón solo se oía la agitada respiración de Lily.

"Bueno, tres de ellos tienen fama de inteligentes, pobre Pettigrew" se dijo así misma.

"¡Idiotas, algún día pagarán por lo que hacen, algún día¡ESTO NO SE VA A QUEDAR ASÍ!" Lily pasó una mano por su frente retirando el desordenado copete que tenía ahora. Se soltó el cabello, y lo volví a amarrar en el molote que siempre traía.

La hacía ver más chica de lo que en verdad era, y el copete que siempre traía desordenado, tapa sus grandes ojos verdes, y opacaba la verdadera belleza en el rostro de Lily, no que fuera hermosa, pero si era linda. Y las ropas siempre las usaba un poco más grandes para ocultar las curvas que ya se empezaban a delinear en tan joven cuerpo.

"Bien, creo que ya estoy mejor." Dijo mientras salía por la pequeña puerta secreta. Y mientras lo hacía, no se había dado cuenta que al lado del balcón había un clase de pequeña pared que tapaban unas escaleras, las escaleras guiaban a otra puerta por donde entrar al balcón, y en esas escaleras, estaba descansando la vista alguien.

Alguien que había llegado antes que ella, estaba acostado en las escaleras con un libro en la cara, cuando oyó tantos gritos, no se animo a salir, más bien le dio flojera, pero cuando la chica empezó a gritar más, se levanto, pero ella ya había salido por la otra puerta, y solo alcanzó a ver que tenía cabello rojo, como el fuego.

Y entonces, ese alguien volvió a recostarse, a Remus Lupin no pareció importarle tanto después de todo.


Bueno, esto es todo para el primer capitulo. En verdad "Hana Yori Dango" es una historia hermosa, y en eso basera este fic, aunque claro habrá modificaciones y le agregare otras cosas. Espero que les guste! Nos vemos el proximo capitulo.

Por favor, si leyeron este capitulo, se aceptan Reviews, Sugerencias, Quejas, todo menos tomatazos o lo que se le parezca )

Atte.

La escritora.