Fic Compartido
Comprando Mi Silencio
Por Mayra Exitosa
Idea original de Rossana Recanzone
- Sé que no soy su tipo, pero lo conquistaré, soy una chica afortunada, mi familia es de prestigio, estoy segura que, Archivald Cornwall, se enamorará de mi y jamás amará a otra mujer en su vida.
- Yo no aseguraría eso, el es… un hombre muy agraciado, es de las familias más ricas del continente americano y sus padres son tan selectivos que, nunca han conocido a una de todas las mujeres de su hijo, apuesto que no lo lograrás Annie Britter.
- Así es, Annie Britter, y créeme Ross, me dejo de llamar así si no cae con mis encantos.
- No acepto eso, olvídalo Annie, es un hombre que sale con muchas chicas, no juegues contigo misma
- Por favor, Ross, nunca nadie me ha atraído tanto, como él, su sonrisa, esa estatura, sus hombros anchos, su rostro, su mirada, esa seguridad de que pasaré a mejor vida si no estoy en sus brazos.
- En serio, Ann, no juegues con fuego, ese hombre es muy especial, déjalo ir.
Esa noche en la fiesta de los Phanton, Archivald fue seducido por ella, había bebido, pero para Annie, fue una entrega completa, apasionada y deslumbrada por el hombre que la tenía en sus brazos, se había idealizado un mundo de pequeñeces, en grandes expectativas.
Por la mañana, Archie la veía y se arrepentía, era su primera vez, ahora que iba a hacer, todas las chicas con las que había ido a la cama, eran cuidadosas, lo seguro es que esa chica deseaba atraparlo, y aunque no podía quejarse, había pasado la mejor noche de su vida, tampoco era para tanto, tenía que buscar la mejor manera de salir de ahí, esperando más bien suplicando que no saliera con un embarazo, por el descuido y la emoción de la pasión.
- ¿Hola Preciosa? ¿Te siente bien?
Ella asintió suavemente, dejándose llevar al yacusi, en sus brazos, pasando el día entre besos y arrumacos que dieron rienda suelta, a la semana de pasarse bien, Archie notaba que tenía sus días y todo había quedado en el olvido, no había consecuencias que reparar. Para Annie, fue una tristeza escuchar que ya había pasado la emoción del momento, que no funcionaría su relación y que ambos lo habían disfrutado.
En otra parte de Chicago…
- Candy, atiende las habitaciones y sé muy disciplinada, no hables con ellos, son personas muy intolerantes y su hijo es lo único que los hace venir aquí, se irán pronto, vienen por temporadas, pero si no tuviera este dolor en la cadera, no dejaría que me remplazaras, hija.
- No se preocupe Nana Charlotte, iré a suplirla esta semana, debe ser el cambio de clima, estoy de permiso, regresare en tres semanas a mis clases de enfermería puede contar conmigo este tiempo.
- Gracias hija, que haría sin ti. Eres un Ángel caído del cielo, tus padres desde allá siempre verán que su pequeña sea una buena mujer.
En la mansión Andrew, llegaba un auto amarillo, lamborghini nuevo y hermoso, pero lo que no esperaba ver Candy era el hombre que bajaba de él, un joven atractivo rubio de cabellos rebeldes, una mirada de ángel celestial, sus largas piernas y un calzado que denotaban al hombre en cuestión. Ella apenas lo veía y su corazón tomaba ritmo acelerado ante lo que sus ojos descubrían, era el joven hijo de los señores Johnson, ahí madame Elroy y su esposo George, esperaban impacientes a que bajara del auto, por fin había llegado, su madre fue la primera en ir a su encuentro
- ¡Mi amor! Por fin llegas
- Mamá, Papá, que gusto verlos, apenas baje del avión y quise venir a pasar unos días con ustedes.
- Hijo. George orgulloso lo abrazaba, comentaba pequeñas palabras secretas entre ambos, el era aun más alto, no se parecía en nada a sus padres, el hombre era fácilmente diez centímetros más bajo de estatura, cabellos negros, una mirada de hielo y un rostro que no mostraba sentimiento alguno, mientras que la madre del joven, madame Elroy, se notaba su amor a su hijo, pero sus cabellos castaños, su cara mostraba descendencia de pocahontas, su tez bronceada, esa nariz aguileña que cuando algo no le gustaba, parecía que todo olía mal a su alrededor.
- Pasa, hijo, ahora bajaran tu equipaje, debes estar agotado, mande preparar tus habitaciones, pasaras estos días muy des estresantes.
- Gracias madre, no se moleste, después de mis estudios y el doctorado, ya he concluido todo lo que debía hacer, estaré unos meses tranquilo, tengo planes de volver a Europa pronto, ya me han llegado los documentos que estábamos esperando. George giraba su mirada para ver si alguien escuchaba y este interrumpía a su vástago,
- No hables de eso aquí afuera, hijo, vayamos al estudio y me terminas de contar sobre los documentos y los detalles.
- Por supuesto Papá.
Al entrar vio a una pequeña rubia, que atendía el servicio de la casa, su mandil la identificaba, lo que no comprendía era porque al verla comenzaba a latirle el corazón de manera agitada, era extraño para él, nunca le había pasado nada igual. Ella levantó su mirada y se enlazaba a la azul cielo que la observaba, logrando que ambos sintieran lo mismo. Elroy interrumpía sin notar la mirada de ellos, comentando
- muchacha, ve a la cocina, trae servicio para tres en el estudio.
- Si madame. Ella bajaba el rostro apenada y se retiraba. Pero Albert ya no comentaba nada a sus padres, su mirada se había ido lejos de la cnversación, y se retiraba a descansar.
En New York… Aerolíneas Cornwall presentaba el nuevo jet de la familia, un joven llegaba tarde y otro mostraba una tristeza evidente.
- ¿Qué sucede Stear?
- Mi novia, estaba embarazada.
- ¡Dios! ¿Estaba? ¿Qué sucedió?
- No confiaba en mi, abortó y ni siquiera me aviso, tuvo complicaciones y… murió hace una semana.
- No puede ser, lo siento tanto, pero imagina que mi padre se enterará, que habías embarazado a la hija de los O´Brien.
- Que importa quién era, yo la amaba, Archie, era la mujer de mi vida, tenía planes de casarme con ella, le dije que no tenía nada que temer, pero ese terror que siempre mostraba cuando hablaba de su padre, no me espero, regresé y… su abuela me informó que lo están ocultando y que su hijo no sabe quien es el padre.
- Era tu novia, lo van a deducir.
- Nadie sabía que éramos novios, Archie. Paty siempre oculto nuestro noviazgo a su padre, realmente tenía terror al carácter que siempre la intimidaba, su abuela me dijo que no contará a nadie lo que había pasado, que su padre la golpeo y… fue antes de decirle que estaba embarazada, ese desgraciado le provocó el aborto y murió en el hospital, su abuela ocultó las cosas, por conservar la dignidad de Paty. ¡Mi Paty! ¡Mi bebe!
- ¡Maldito O´Brien! Sabes que mi padre comprará sus acciones en la petrolera, podemos acabar con él Stear. Animo hermano, cobraremos caro lo que nos hizo, porque si mató a un Cornwall, y a la mujer de tu vida, ese desgraciado no tiene entrañas.
- Mi Paty apenas y le contaba que tenía novio, y solo por habérselo ocultado, el muy desgraciado le dio un golpe en el rostro. Ahora comprendo porque Paty le tenía tanto miedo, es un hijo del demonio ese mal nacido, mató a su propia hija y con ello al amor de mi vida y a mi hijo.
- Quita esa cara, ya nos cobraremos caro ese detalle, lo mejor es que, no sabe que tu eras el novio de Paty, así que, cuenta conmigo hermano, trata de pasar este dolor en silencio, no tienes porque mostrarle al mundo esta derrota, ya nos pondremos en iguales circunstancias con ese O´Brien.
Dos semanas después en una disco en Chicago
- Te lo dije Annie, no debiste jugar con fuego.
- Estoy embarazada Ross, no comprendo si dice bien claro que después de tus días ya tu ciclo se normaliza
- ¿Cuántos días tuviste?
- Dos, creo.
- Pues la línea muestra claro positivo, amiga, tienes que decirle a Archie, que será padre.
- No. Me dijo que había sido bueno, aun que fue mi primera vez, suspiro de alivio cuando vio que estaba en mis días, no le importó nada, el muy despiadado, dijo que tenía que irse y, me cambio por esa rubia de pelirroja de Elisa Legan a la semana siguiente.
- Si, pero esa mujer no será la madre de su hijo, tu sí.
- No Ross, el no me ama, jamás me amó.
- Pero si te acababa de conocer, te metiste a la cama en la primera cita, que esperabas.
- Que al menos le gustara, que sintiera algo por mi, no sé, yo me enamoré de él, me gustó todo de él.
- Creo que lo idealizaste, amiga, te dije que esos hombres andan con muchas chicas a la vez, no se toman en serio nada.
Archivald Cornwall entraba a la disco, a lo lejos la vio, era ella, la joven hermosa que le había regalado su primera vez, tenía que convencerla de pasar otro fin de semana juntos, no podía sacarla de su cabeza, pero esa mirada de molestia, le dejaba claro que estaba enojada con él, como le podía hacer cambiar de idea.
Un hombre rubio, acompañado de otros hombres entraba a la disco, reían y bromeaban, Annie lo vio, no solo era muy atractivo, sino que se notaba que era más alto y sonriente de Archie, podía cobrarle lo que le había hecho, el embarazo podía esperar, pero ahora le cobraría caro su desprecio.
Albert estaba festejando con dos amigos, habían sacado adelante un proyecto, por fin era dueño de la petroquímica y la petrolera, las acciones mayores ahora estaban en su poder, no podía decir nada que lo hubiese puesto tan feliz, estaba recuperando lo que su familia había perdido antes, cuando el solo era un niño. Ahora por fin, después de veinte años, recuperaba poco a poco, los bienes de su familia, ahora todo cambiaba.
Annie, se atravesaba, robando la atención de Albert, quien le sonreía feliz, estaba ya un poco bebido, pero se animaba a conversar con ella, ignorando el rostro de coraje que mostraba un vecino de la barra. Ella trataba de hablar feliz, pero estaba carcomiéndose por dentro, al saber que el hombre que realmente quería la observaba y le recordaba como la había dejado por otra.
Albert por su parte, estaba muy bebido, pero aun así seguía las insinuaciones de la joven y se desaparecía de la vista de sus acompañantes por dos horas, mismas que Annie, se lo había llevado a conversar a un privado de la discoteca, no había pasado nada, solo había hecho que Albert continuara tomando, ella se sentaba junto a él, pero no pasaba a mayores. Más tarde al salir, de lo ebrio que Albert se encontraba tumbaba a un mesero y el vino tinto se derramaba en la blusa de Annie, a lo que Albert se quitaba su camisa, para que ella no se enfriara, salía y Archie molesto observaba como ella con tanta facilidad se había metido con ese hombre, a él le hizo lo mismo, ahora le estaba cobrando por lo que notaba que estaba molesta.
Archivald salía de la discoteca, enfurecido, mientras Albert era llevado por sus amigos a su mansión, ya que no podía manejar el auto, dejándolo ahí en el estacionamiento.
- ¿Qué hiciste Annie?
- Nada Ross, esta muy ebrio, mañana ni se acordará de nada, solo estuvimos platicado y el tomaba, yo no.
- Archie, se fue enfurecido, que puede pensar de ti, si te fuiste a las primeras con él y ahora te vas con ese hombre monumental, por Dios, esta divino.
- Si, pero no es lo mismo, se la paso hablando de sus bienes y sus animales y no sé qué tantas bobadas más, estaba muy ebrio.
En la mansión Johnson, Candy abría la puerta y recibía al joven, quien la miraba sonriendo.
- Hola bonita, discupá que venga muy tomado, estaba festejando.
- No se preocupe joven, lo llevaré a su habitación.
- Nos iremos a mi habitación.
- Oh no, usted ira a su habitación, después me iré a la mía
- Mejor te quedas conmigo, no quiero estar solo
- Lo siento, no puedo, vamos camine, apóyese en mi.
- Por supuesto que me apoyaré en ti.
Espero les guste este nuevo fic, con la idea de Rossana quien me propuesto iniciar este fic este mes,
tratare de actualizarlo semanalmente, no será muy largo y deseando que les agrade de todo corazón
Un fuerte abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
