Skip Beat!
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Presente ausente.
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Skip Beat! no me pertenece, es de la mayor torturadora y sádica autora Nakamura sensei, quien nos tortura sin Ren
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Dedicado al grupo de Facebook.
Ren Tsuruga
#TeamRen
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Capítulo único.
Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había observado aquel paquete blanco.
Pequeño en su mano, cuidadosamente envuelto en blanco puro como el corazón de su destinatario. El moño perfecto, adornado con un listón plata de brillantes formas y el hermoso pendiente que resaltaba por la intensidad de su color rosa.
En apariencia no debía ser diferente a los otros que envió, no debería resaltar del resto, pero lo hacía. La cinta que decoraba era única con sus pequeños patrones, era una pieza delicada seleccionada solo para ella, y aquel pendiente era del color de su princesa Rosa, era el único en aquel color y forma, estaba hecho estrictamente para ella al igual que contenido del pequeño presente.
Ya habría olvidado cuanto tiempo lo ha llevado consigo, cuanto ha esperado para que la suerte se alinee a su estrella y finalmente pueda entregar este presente ausente a su dueña.
Ha esperado pacientemente, en silencio, dando su mejor cara de ignorante y desvergonzado. "No he preparado nada para ella" había dicho a su manager y era cierto. No había conseguido preparar una excusa que lo salvara de que su presente fuera rechazado. Así que solo podía esperar y confiar en que Yashiro y Ogata entreguen sus regalos primero, tal vez que alguna compañera de reparto le comente sobre los obsequios que envió en masa.
Y cuando eso ocurra podrá llegar con una disculpa, avergonzado por su tardanza, pero dispuesto a entregar su presente del día blanco personalmente en sus manos para beber de su sonrisa tímida, el sonrojo de sus mejillas y el brillo su mirada. Quería ver esa expresión nuevamente, aquella que una vez le regalo cuando entrego su presente en el minuto exacto de su cumpleaños, aquella preciosa rosa que fue opacada con su etérea belleza, que fue el envoltorio perfecto para el verdadero obsequio, su promesa.
A veces en un reniego desesperado deseaba que ella fuera más susceptible a los halagos y los aprecios. Que pudiera solo dar gracias por sus presentes, por sus palabras, pero eso no sería ella. Ella estaba dañada y a él poco le importaba seguir aguardando, seguir en silencio mientras esperaba su tiempo o manipulaba algunos hilos para obtener un instante. Ella valía cada dolor de cabeza.
Así que no importaba cargar un poco más el pequeño paquete, él esperaría y pondría su mirada más inocente con tal de que ella lo acepte y lo llevé orgullosa como porta el regalo de su cumpleaños; la princesa rosa; para sentir que al menos un poco de él está siempre a su lado.
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Gracias por leer.
