He aquí otra historia mía: un fic largo. Quizás tarde un poco en actualizar, pero lo terminaré. No serán muchos capítulos: entre diez y quince. Bueno, mi inner ya no está afónico: lo estoy yo. Bueno¡A leer!


I

Mirada

Se despertó al escuchar los primeros acordes de su canción favorita. Le encantaba que su amigo lo despertara así, con aquellas notas electrizantes que resonaban en sus oídos y mente; que lo llevaban a estadios donde la gente chillaba desesperada rogando una canción más. Fanáticos, eso eran muchos, y él también lo era.

Escuchaba aquella canción sin decidirse a levantarse, cuando un joven de dieciocho años, pelo castaño pincho y ojos oscuros entró en la habitación. Al ver a su compañero tumbado en la cama, sin levantarse, se dio cuenta de que no debía haber puesto aquella canción. El otro no notó su presencia, así que el castaño aprovechó para escuchar la voz de su compañero cantando aquella frenética canción.

-I had to fall, to lose it all. But in the end, it doesn't even matter…-repitió el chico a la vez que la canción

-Deja ya de cantar, y baja a desayunar, Naruto-le recriminó su compañero de piso-. Recuerda que en esta casa vivimos dos.

-Sí, lo que tú digas-contestó en un murmullo el otro-. Idiota…-refunfuñó

Sin embargo, se levantó del colchón, dejando ver un atlético torso bronceado. Era un chico de unos dieciocho años, aproximadamente; cabello rubio rebelde y orbes azules completaban la definición de su rostro. Con respecto al resto de su cuerpo (exceptuando su torso, ya descrito), podía definirse como alguien alto y de cuerpo atlético.

Corrió las puertas de su armario, y cogió un tanto de ropa. Unos pantalones vaqueros anchos, una camiseta doble de colores oscuros (rojo y azul), y una sudadera negra. Regresó al armario y, de unos cajones, recogió un cinturón negro-plateado, con una hebilla en forma de calavera. Se agachó y agarró dos zapatillas de la parte inferior del mueble. Terminó de colocarse las últimas prendas, y acudió al encuentro con su amigo en la parte inferior de la casa.

En la cocina habitaba el sabroso olor del desayuno recién preparado. Se sorprendió a sí mismo alagando a su compañero por el almuerzo.

-Realmente, Kiba, nunca esperé decir esto, pero…-le confesó, aspirando el olor-, huele que alimenta.

-Ya lo suponía-dijo el otro en un tono engreído

-No te lo tengas tan creído-replicó el otro-, niño-perro.

El otro rió la burla de su compañero, hasta que se dio cuenta de que lo estaba insultando realmente.

-Un día de estos te meto la cacerola por el culo-le amenazó en un tono sombrío

-Como si fueras capaz-le replicó el otro con una media sonrisa-; no tienes ni media ostia contra mí.

El timbre de la puerta se escuchó. Naruto fue a abrir, dejando paso a un exaltado chico moreno, con el pelo recogido en una coleta. Llevaba unos pantalones vaqueros negros anchos, y una camiseta del grupo AC/DC. Sostenía una carpeta en sus manos, forrada con imágenes de distintos grupos de rock, sobre todo bajistas. Portaba una mochila cruzada de Nike negra y blanca.

Naruto lo miró con un gesto sorprendido, alzando una ceja por el comportamiento de su amigo. Que él supiera, su compañero siempre llevaba un gesto aburrido y comentaba que todo era "problemático".

-¿Shikamaru?-preguntó el rubio en un tono preocupado

-¡Rápido, los dos!-exclamó, haciendo que Kiba le prestara atención-. ¿Recordáis que día es hoy?-los otros dos negaron con la cabeza. El joven suspiró-. Hoy era el día de la prueba con la discográfica.

-¿¡QUÉ!?-exclamaron los otros dos, convirtiendo su rostro en una mezcla de emociones: ira, tristeza, defraudación, fracaso, sorpresa, odio…-. ¿¡Y por qué no nos lo dijiste antes!?

-Quedamos ayer en el estudio para retocar las canciones-les contestó a modo de reproche-, por si no os acordabais…-los fulminó con la mirada, haciendo que sus amigos convirtieran esa mezcla de sentimientos, en uno sólo: culpabilidad

-Bueno, vale-dijo Kiba, tratando de evitar una discusión-; ahora venimos.

Subieron al piso superior y recogieron sus pertenencias. Naruto cogió una mochila naranja llena de partituras, discos, púas de guitarra, y demás accesorios para su instrumento. Luego agarró una funda que tenía una guitarra eléctrica en su interior: una Danelectro azul y blanca (Como la mía).

Mientras su compañero cogía una mochila marrón con partituras, discos, y accesorios de batería, además de alguna que otra herramienta para ajustar alturas o asegurar timbales. Cogió un estuche lleno de baquetas, y bajó.

-Por cierto, Shikamaru-comentó Kiba, ya abajo-¿la batería…?

-Está dentro de la furgoneta-le respondió su amigo, abriendo la puerta para dejar ver una furgoneta negra, con un grafiti rojo, amarillo y azul, con leves toques de blanco y negro. Éste ponía: Street's Songs. Aquel era el nombre del grupo que unos adolescentes habían formado por pasárselo bien en aquella época estúpida que llaman adolescencia. Ahora, por fin, su sueño se cumplía: iban a conseguir un contrato con una pequeña discográfica. El problema era que todo se podía joder por quedarse dormidos. Entraron en la furgoneta.

Vieron a sus compañeros. Todos vestidos con ropas anchas y rockeras. El grupo lo formaban ellos cinco: Naruto, guitarra y voz; Sasuke, guitarra y coros; Shikamaru, bajo eléctrico; Neji, teclados, utilizados para hacer distintos sonidos en las canciones, y alguna vez como piano; Kiba, batería y percusión.

Vio la ropa de sus amigos. Kiba llevaba su típica chaqueta deportiva marrón, sus vaqueros grises caídos y sus zapatillas "All Star" de doble cordón. Sasuke iba con su sudadera negra, con una calavera blanca llena de cadenas y cuchillos, unos vaqueros oscuros anchos y unas zapatillas beige, además de una simple camiseta blanca con una pintura negra en el centro. Neji vestía una camisa negra con un grafiti blanco en la parte trasera; con una camiseta de manga larga blanca, tapada en el torso por la camisa cerrada. Tenía, además, unos vaqueros negros y unas zapatillas deportivas.

Llegaron a la discográfica al cabo de un cuarto de hora. Entraron en el edificio y subieron unas plantas por un enorme ascensor, gracias al cual pudieron subir todos los instrumentos. Cuando llegaron arriba, entraron en el cuarto que le había indicado el tipo que los había llamado.

Vieron a unas personas sentadas en una mesa, separadas de ellos por una pared y un cristal. Desde allí podían grabar la canción, retocarla o incluso llamar a seguridad para echar a aquellos locos. Les indicaron que comenzaran cuando los chavales estuvieron en la posición para tocar.

Naruto comenzó a cantar:

He's like you:

"Simple", "intelligent", "cool"…

He's just…

Like you.

He's like a man:

"Strong", "rocker", "cool"…

He's just…

Like you.

But he never said:

"I'm like you"

'Cause he's bad,

He isn't cool, like you…

Chorus:

I know you're stupid,

A bad boy on a man's body.

He's like you.

He's just… like you.

He's stupid and abnormal,

A bad boy on a man's body.

You're like him.

You're just… like him.

You're like him:

Childish, stupid, arrogant…

You're just…

Like him.

You're like him:

Weak, sissy, subnormal…

You're just…

Like him.

But you never said:

"I'm like him"

'Cause you're bad,

You aren't cool, like him…

Chorus:

I know you're stupid,

A bad boy on a man's body.

He's like you.

He's just… like you.

He's stupid and abnormal,

A bad boy on a man's body.

You're like him.

You're just… like him.

Chorus:

I know you're stupid,

A bad boy on a man's body.

He's like you.

He's just… like you.

He's stupid and abnormal,

A bad boy on a man's body.

You're like him.

You're just… like him.

Take me away.

Dejaron de tocar, nerviosos y temblorosos como flanes. Los hombres murmuraron algo, hasta que por fin uno preguntó.

-¿Vais a la universidad?-los chicos asintieron-¿A cuál?

-A la Konoha's University-respondió Neji

-Vale-dijo el hombre. Luego, sonrió-Os llamaremos en una semana: actuaréis en la cafetería de la universidad. Si queréis podéis venir a ensayar a aquí, yo os ayudaré.

Los chicos se felicitaron mutuamente, pero el hombre les interrumpió:

-Mi nombre es Genzo Haruno, encantado.

Todos los muchachos le saludaron, excepto Naruto, que quedó embelesado mirando a una chica que acababa de entrar. Debía tener unos dieciocho años, el pelo rosa, la piel blanca y fina, unas delineadas curvas y unos orbes esmeraldas preciosos. El señor Haruno la saludó y la abrazó.

-Chicos, os presento a mi hija-comentó el hombre

-Mi nombre es Sakura; Sakura Haruno-dijo la joven

De repente, notó la mirada escrutadora del joven. Lo observó, hasta que sus miradas chocaron. Quedaron así unos segundos, hasta que los separaron las conversaciones y los gritos de alegría de los allí presentes. Pero aquella mirada quedaría en sus corazones por siempre.

Una mirada es una mirada. Una mirada observadora es una mirada observadora. Una mirada que viene del corazón no es una mirada, es un mundo abierto al alma del otro. Porque, cuando esas miradas chocan, se descubre algo perfecto que no se puede olvidar.


¿Qué tal? Ahora sí¿no? Bueno, la canción es mía. Se titula: He's Just. Las parejas no están claras, excepto dos. Bueno, por último¡FELIZ AÑO NUEVO!

PD: (inner¡FELIZ AÑO NUEVO!)