Summary: Producto de un horrible accidente, Naruto pierde toda esperanza. Se ve solo y decide tomar una decisión que cambiará toda su vida. ¿Podrá así conocer la verdad? ¿Recuperar su felicidad? ¿Volver a sonreír? SasuxNaru

Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad del magnifico Kishimoto-sama. Gracias por crear personajes tan sexys como lo son los Uchihas y mi querido kitsune. Yo solo he tomado a todos ellos y los he usado a mí convenir sin lucro alguno.

Prólogo

No sé como empezar. No sabría decir cuando comenzó todo, todo fue tan rápido y a la vez tan extraño pero nunca olvidare el día que mi vida cambio tan drásticamente. Era un día lluvioso y solitario, había decidido que no valía la pena vivir y pensaba lanzarme a mi suerte. Ese fue el comienzo de mi nueva existencia y sin duda alguna no me arrepiento de nada de lo hecho.

Supongo que todavía no me comprenden, para que lo puedan hacer, deberíamos retroceder algunos días antes de aquel hecho, serviría retroceder muchos años, exactamente 17. La edad que actualmente tengo haber si así logran comprender quien soy...

Cáp. 1: Un Pasado y una Decisión desesperada

Mi vida comenzó un 10 de octubre en un hospital muy ostentoso del centro de la gran capital de Tokio, de esos donde hasta para respirar debías pedir permiso, ya que los guardias te persiguen hasta la sombra. Mis padres eran personas muy buenas; honestas y bondadosas...así los describía mi abuela, ya que yo no los conocí demasiado. Mi madre murió al poco tiempo de dar a luz a su único hijo, un chico rubio de ojos azules. Mi padre la alcanzó al tiempo después, cuando yo tenía 4 años, un accidente le arrebato la vida, que tanto apreciaba y compartía conmigo.

Después del típico tiempo de luto, fui pasando de mano en mano de los únicos familiares que me quedaban hasta que termine en las de mis abuelos. Muy amables y cariñosos, no me puedo quejar. Siempre pusieron mi felicidad ante todo, protegiéndome de los moustros sin escrúpulos que deseaban las empresas de mi padre. Las que por sí herede de inmediato, una gran red de compañías sociales, que se encargaban de dar albergue y protección a las personas que vivían en la calle, supongo que de ahí desarrolle el gusto por ayudar a la gente y el sueño de ser médico.

Con el paso de los años fui creciendo hasta convertirme en un hombre de mundo, había viajado por todo el mundo, conocía Japón como la palma de mi mano y era feliz junto a mis dos abuelos. Se preguntarán que hay de malo en este relato ¿no? Pues como en todo cuento, siempre el protagonista tiene que sufrir, ya sea a manos de un gran enemigo, un amor no correspondido o un deseo frustrado, pero ese no es mi caso. Poco me importan las cosas que acabo de nombrar, mi abuelo se encargo de todos mis enemigos, así que el primer punto lo podemos olvidar. Para serles sincero, a mis 17 años de edad nunca me he enamorado y creía que nunca lo haría, en realidad nunca creí en el amor. Nunca pensé que alguien estaría esperando por mí y menos que ese alguien apareciera en mi vida de esa manera... pero el destino siempre mueve las mejores piezas en los momentos menos indicados. ¿Podrían creerme si les contará toda la verdad? Es una buena pregunta, supongo que nada pierdo en intentarlo, además por alguna razón necesito desahogarme pero eso vendrá después, primero debo terminar el resumen de mi triste y miserable vida, para que puedan entenderme.

En donde iba...ah cierto, en lo malo de esta historia. Como ya antes les había confesado ninguno de esos tres puntos me afectaba ni preocupaba hace un tiempo. El que realmente era mi problema fue un cierto don por llamarlo así, yo diría más que es una horrible maldición pero mi abuela me prohibió referirme a mi talento de esa manera.

Quien me conoce les diría que soy un chico perfecto, de buena presencia y buena familia. Pero pocos saben que en realidad esa es sólo una fachada para ocultar mi verdad. Desde la muerte de mis progenitores puedo...como decirlo... puedo ver cosas que en el futuro ocurrirán. Creo que les llaman premoniciones o visiones, es bien complicado el tema, por que me atacan en cualquier momento, lugar u hora produciendo que confunda la realidad con alguna de ellas. Al principio no era nada grave, solo veía cosas como el clima, programas de televisión y cosas banales. Todo se complico cuando comencé a ver rostros que ni en sueños habría visto, de personas que iban a fallecer, de personas que iba a conocer, odiar o querer. Lo que más me descolocaba era el no saber cuando ocurriría lo que veía y no poder hacer algo para detenerlo. Eso sí, había algunas que podía controlar.

Sin duda siempre fui alegre, siempre creí que por alguna razón tendría este don, hace muy poco tiempo también lo llamaba don, también era feliz con él y no me afectaba en lo más mínimo poseerlo hasta esa tarde.

Me es algo complicado contarlo, todavía duele, todavía puedo imaginar su sonrisa cuando se lo conté... todavía siento su entusiasmo en el aire. Fue hace un año si no me equivoco, era tiempo de festividades y mi mejor amigo, el único cabe destacar, vendría a Japón para celebrar los festivales conmigo.

Esa misma tarde recibí un correo de él, diciendo que tendría que aplazar el viaje, por una tormenta. Como era mi costumbre le alegue para que insistiera, que yo lo quería ver hoy y no mañana ni pasado. Y Sasuke -mi amigo- dijo que haría lo posible, que intentaría como fuera llegar aquella noche. Nos despedimos con la promesa de vernos más tarde y me fui a recostar a mi cama para descansar, pero en ese instante tuve una de mis visiones sobre un avión, vi un número en particular y su destino, venía a Japón y salía justo a la hora para que pudiera llegar Sasuke a tiempo. Corrí al teléfono y lo llamé. Le di todos los detalles para que pudiera abordarlo a tiempo y pareció complacido, en ese momento amaba mi don, Sasuke podría estar en la noche conmigo todo gracias a mi talento único.

Pero- siempre hay un pero como es de odioso que nunca nada salga como se planea- Sasuke nunca llegó. Ya sé imaginarán que habrá ocurrido ¿no? Ese avión, el que vi, el que tanto señale a Sasuke con todas sus características, era un avión con un negro destino, un avión con destino de muerte. Al poco de despegar se estrello, encontrado sin sobreviviente alguno según vi en los noticiarios. Me sentí tan culpable, me quería matar, no merecía vivir. No, sin duda debería tener alguna condena, no se puede dirigir a tu mejor -y único- amigo a su muerte y vivir tan tranquilamente como siempre.

Desde ese día todo se fue en picada, las empresas de mi padre, mi relación con las personas que me querían, mis notas también decayeron y la situación social de mi familia se derrumbo dejándonos en la calle. Lo perdí todo. Completamente todo, me sentía tan sólo y no dejaba de recordarlo.

Fue después de su muerte, que lo comprendí. Sasuke para mí era más que mi mejor amigo.

Mis abuelos tuvieron que preparar un viaje a casa de otros familiares, me preguntaron varias veces si deseaba acompañarlos pero me negué rotundamente. Prefería vivir mi desgracia solo, sin nadie a quien dañar, sin nadie que lastimar, sin nadie que pudiera perder de nuevo.

- Hijo... ¿estas seguro? Todavía puedes venir...a tu abuelo y a mí nos encantaría que nos acompañaras a Inglaterra...- me sonrió con ternura y con un poco de preocupación en sus ojos.

- no te preocupes por mi...estaré bien, nos mantendremos en contacto-ttebayo- intente mostrar mi mejor sonrisa sin victoria alguna.- te lo juro... no se preocupen yo estaré bien...

No me queda otra. Me repetí varias veces en mi mente y volví a intentar mostrar esa sonrisa, esta vez pareció convencerle un poco más.

- cuídate hijo mío... te extrañaremos mucho- me abrazó fuertemente y dude por un segundo estar haciendo lo correcto- cualquier problema nos llamas ¿de acuerdo?- estrecho más mi cuerpo contra el suyo, me dio la impresión que ella sabía lo que pensaba a hacer. Pero sin duda eso era imposible. Me daba escalofríos la idea.

- Adiós obachan...ero-sennin- me despedí de mi abuelo con un apretón de manos y los vi abordar el avión con destino a Londres. Espere unos minutos en el mismo lugar y visualice el despegue del transporte que se llevaba lo único capaz de detenerme y que hace tiempo atrás me había arrebatado mi controlada vida.

Lo tenía decidido, era fin de año y las multitudes de turistas no dejaban descansar a los policías. Nadie se daría cuenta, nadie se percataría que yo, Uzumaki Naruto, el gran heredero de una de las familia más prestigiosas de toda la ciudad se suicidarían en un acto de completa cobardía, sólo una apuñalada y me dejaría caer a las aguas de un pequeño canal que cruzaba el sector más bajo de Tokio. Estaba todo listo, me había despedido de mis abuelos indirectamente en el aeropuerto, diciéndoles que me iría de viaje con un amigo, que estaría bien y que nos mantendríamos en contacto. Me dolía enormemente no poder cumplir mi palabra, no cumplir mis dos últimas promesas ya que lo que ellos no sabían era que ese amigo - con el que me iría de viaje- era Sasuke.

Si, yo lo iría a acompañar al otro mundo, dejaría todo y nada esa misma noche, el primer aniversario de su muerte.

Volví rápidamente a la pensión donde había terminado estos últimos meses, ordene el lugar casi con frustración y baje a la sala de estar del lugar. Vi la hora en el reloj, eran aun las 9 PM. No llegaría nadie hasta pasado la madrugada, sonreí con nostalgia y deje sobre la mesa del comedor una nota. Una nota que no decía claramente nada, nada además de múltiples disculpas y sollozos, nada además de mis últimas memorias y una última petición.

No me busquen...

Subí nuevamente las escaleras, esta vez con una lentitud inimaginable. Como si disfrutará de cada segundo, de cada milésima; cosa que ya me estaba asustando. Nunca había sido tan... mejor olvidémoslo. Tomé una ducha fría para procesar nuevamente paso a paso todo lo que iba a realizar y diez minutos después aparecí por el umbral de la habitación.

Me puse la ropa más simple que poseía, para que me confundieran con un simple vagabundo y me dirigí apresuradamente hacia el lugar elegido. No sé cuanto tiempo pasó antes de que me atreviera a abrir los ojos y escuchar las alegres melodías que caracterizaban aquellos tiempos, pero recuerdo que empezó a llover. Miré sonriente al cielo que se despedía de mí y tome la daga que me abriría el camino a mi redención. La sostuve y dude por unos instantes, mi corazón hecho una piedra indestructible lanzó su último aliento antes de ser atravesado por completo, cerré los ojos ante el dolor y tuve una visión.

Vi sus ojos oscuros como pozos que me invitaban sonrientes a su lado, su pálida piel aterciopelada y su sonrisa altanera, pero cálida como un beso.

Mantuve la sonrisa plasmada en mi rostro y sentí como mi pulso se perdía.

Holaaaaas!! ¿Qué les ha parecido? ¿Muy trágico? Pues sí, me dio pena escribirlo pero lo que viene eso si que no se lo esperan... llego a deprimirme cuando escribo desde el punto de vista de Naru ya que ha sufrido mucho y está muy frío. Se llega a parecer a… no quería nombrarlo pero es la verdad… me recuerda tanto a Sasuke cuando le baja lo sentimental. ¡Como amo a esos chicos!

Quiero decirles que este fic fue escrito especialmente para una amiga por ello se lo voy a dedicar: para aya, por motivarme a escribir mi primer fic yaoi y ser mi fiel critica, por amenazarme para continuarlo, empujándome siempre a superar mi narración y la rapidez de escritura. Por todo ello ¡gracias!

Y bien, les aviso que como yo no poseo internet en mi hogar tengo bastante tiempo para escribir y avanzar en todos mis fics que son tres, uno en la sección de vampiros, otro en la de Twilight y este. Si a alguien le interesan los puede encontrar en mi perfil n-n Y ya me estoy yendo del tema, así que me iré a lo que importaba:

No internet + mucho ocio actualización semanal.

Dejando claro eso y rogándoles un review para saber sus opiniones me despido dejándoles abajo el avance/trailer del próximo capitulo. o trailer… me gusta como suena.

¡Hasta pronto!

Aylin Cullen

Avance próximo capitulo:

Ojos tristes

Abrí los ojos en un lugar iluminado, no me costó descubrir donde me encontraba.

El sólo hecho de observarlo me dolía profundamente. Estar en uno de los lugares que más me lo recordaba, uno de los pocos que me conectaban a mi yo de hace un año y que ahora más encima me había negado la posibilidad de volver a verlo.

Lo odiaba con todo mi ser.