Disclaimer: Nada es mío, ambos personajes son de la fabulosa Stephanie Meyer.


Recuerdo hermosos de una vida pasada, que sin embargo no tiene fin, condenado a una vida que no es suya o simplemente el ganador de una lotería que el no quería ganar

Recuerdo hermosos de una vida pasada, que sin embargo no tiene fin, condenado a una vida que no es suya o simplemente el ganador de una lotería que el no quería ganar.

Desdicha o felicidad, él no lo sabe, sólo piensa en la vida de ella que se el escurre entre las manos, porque ella muere, y junto a ella, él también.

Promesas no cumplidas de protección eterna, pero él no puede hacer nada. Con cada segundo el corazón de ella se debilita ¿Qué hacer? Dejarla morir o condenarla a una vida que no se merece, la misma vida que lleva él.

Se acaba el tiempo, y con ello, también la vida se su amada.

Latidos imperceptibles y débiles, lágrimas que no dan tregua. Porque ella muere, él muere.

Su angustiosa alma no lo deja pensar. ¿Su alma? ¿De verdad el tiene? Preguntas sin sentido se agolpan en su cabeza.

En medio de una guerra sin fin el espera una señal ¿Cuál señal?

Su respiración es débil .Su cuerpo no reacciona. Múltiples lágrimas se mezclan con la sangre. Porque ella muere, él muere.

¿En qué momento dejo que pasara? No lo sabe. Su egoísmo lo cegó. Si tanto la amaba debería haberla dejado ir. Pero no pudo, sin ella simplemente no podía vivir, si es que a eso se le podía llamar vida.

La mano de ella se mueve hasta alcanzar su frío rostro.

-Edward- Le dice ella con una quebrada, dolorosa, silenciosa, pero sin embargo hermosa voz.

-Shh... Bella, no hables te puede hacer mal- le dice tratando de llenar sus corazones de esperanza sin sentido.

-Edward… Te amo- Le dice con un suspiro de angustia, las palabras más hermosas que se han escuchado hasta el momento en esa guerra.

En ese momento algo dentro de él se quiebra, el tiempo se para, y junto con eso suena el último latido de la bella mujer. Los últimos segundos de vida de su compañera, su amiga y amante, habían caducado.

Lágrimas cristalinas salían de sus cálidos ojos para recorrer sus frías mejillas. Estaba sufriendo el peor de los dolores, la pérdida de su amada, la pérdida de su Bella.

Si alguna vez tuvo y seguía teniendo una pequeña porción de lama que ella había poseído, esta había muerto junto con su corazón, junto con el corazón de ambos. Porque era muy simple, si ella moría, el moría. Ambos. Amantes hasta el fin, murieron juntos. Ella tan Julieta y él tan Romeo. Si el amor se reflejara en algo sería en ellos. Bella y Edward. Porque ella murió, él murió.

Segunda historia que escribo, ojala que esta tenga mas éxito que la anterior. Epero que les haya gustado y epero muchos reviews...

XOXO