"Mommy where's daddy? He's been gone for so long.
Do you think he'll ever come home?
"

Prefacio

Tal vez más de alguna vez me pregunte en como iba a morir, después de todo estuve miles de veces en frente de la muerte. Pero nunca me imagine que iba a morir de esta forma. Defendiendo a mi mayor enemigo.

Que irónico pensar que tu mayor enemigo era la única persona que podía entender tu miseria y sacarte de ella.

Mi mayor enemigo era la única persona por quien daría mi vida.

Cerré mis ojos con fuerza pensando que eso me iba a servir de algo. Pensando que él volvería y me salvaría de esta. Recordé todo lo que viví con él y me repetí mil y un veces que valía la pena morir por él. Por que con el fui feliz, más feliz de lo que fui en todos mis mayores sueños. Con él fui -y estoy cien por ciento segura de ello- la mujer más feliz del mundo y estaba segura que valía la pena morir después de eso. Después de haberse enamorado.

Capitulo 1

Cazadores de Vampiros

Esa palabra había estado en mi mente los últimos tres meses y supongo que nunca se ira. Observe mi habitación y los rasguños en mi pared blanca. ¿Era posible que yo haya sido el monstruo que dejo aquello? Hace siete meses mi respuesta hubiera sido que imposible. Pero hace seis meses yo ya no era la misma. Hace seis meses había dejado de vivir en este mundo y ahora vivía en un completamente sobre natural e irreal.

Cuando cumplí los dieciséis empece a tener estos cambios. Primero fueron mis ojos. Mis ojos que eran cafés hace un año empezaban a cambiar de color. A veces se ponían negros, otra veces verdes e incluso a veces tenía cada uno de diferente color. Todos me preguntaban si estaba usando lentes de contacto o qué.

El segundo cambio fue mi sangre. No me pregunten como es que mi sangre puede cambiar por que la única mierda que supe en esa época fue que tenía un dolor insoportable, un dolor que me hacía llorar noches enteras y un dolor que me ponía de un humor de perros. Era como fuego en tus venas. Cuando sucedía esto tenía ganas de golpear todo y lo hacía. En ese tiempo quebré dos ventanales, tres puerta y todo mi clóset. Las puertas las rompí con mis dientes que habían crecido demasiado de un día para otro.

El tercero fueron mis uñas. Mis uñas, según lo que me dijo mi padre, crecian pero dentro de mi dedo para adquirir fuerza y raguñar con ellas como un León. Claro eran fuertes pero dolían tanto que era como quebrarse los dedos. Todos a la misma vez.

El cuarto fue mi voz. Antes era como de una adolescente normal y ahora era como la de una mujer y esta voz atraía. Y mucho. Era ronca y lenta. Sensual, dirían la mayoría de los chicos de mi edad. Según mi padre mi voz ahora se podía escuchar a kilómetros para los vampiros. Y ellos vendrían a ver de donde probiene esa atrayente voz para ellos.

El ultimo y mas notorio fue mi personalidad. De apoco me fui haciendo hostil con todos. Y siempre andaba furiosa. Era como una guerra interior entre la cazadora y la humana. Les grite a todos, excepto a mi madre. Nunca soportaría la idea de gritarle así que en esa época llegaba de la escuela y subía enseguida y me encerraba a golpear todo. Era como andar con el periodo todos los meses.

Mire por ultima vez el cielo azul sin ninguna nube de Arizona. Sentí por ultima vez el abrasador y exquisito calor de Arizona. Y observe mi alrededor para ver si no había algún lugar para amarrarme y nunca irme de esta calurosa y perfecta cuidad. Mi cuidad.

Luego puse los ojos en la figura de mi madre. Vi, con tristeza, la lagrima que le caía por la mejilla izquierda. Quise limpiarla pero le dolería debido a la fuerza y a las uñas que ahora tengo.

¿Como podía dejar a la única persona que ah dado la vida por mi sola? Y peor, la dejaba a ella y me iba donde Charlie, el peor padre del mundo.

Cuando mi madre me dijo que Charlie era el único capaz de ayudarme en esto sentí tanta angustia, rabia e impotencia que mi habitacion quedo hecha un desastre. Charlie siempre será y fue un desconocido que dejo a mi madre al saber que su bebe no era varón. Lo odiaba y dudaba mucho que podía controlar mi rabia cuando lo vea.

Senti un leve dolor en mis manos y vi que las tenía en forma de puño. Y estaba ejerciendo tanta fuerza que las tenía rojisimas.

Senti como mi madre me abrazaba con fuerza y cariño. Sentí como una lagrima caía por mi mejilla.

Tenía unas ganas incontrolables de abrazarla y decirle que volvería siendo la misma Bella que ella tanto amaba. Pero no podía ni siquiera responder a su abrazo por que o si no le dolería como el mismo infierno.

-Mamá, no sabes cuanto lo siento.- susurre cerrando mis ojos con fuerza. Quería abrazarla. Quería quedarme aquí y estar para ella como siempre ella lo ah estado para mi. Quería, pero no podía.

-Te amo, Hija, y cuando soluciones esto volverás y volverás a ser esa Bella dulce que sigue dentro de ti- dijo con ese tono materno y tranquilizador que muy pocas veces le salía- Vaya, ¿Sone como de mi edad?

Sonreí. Ella siempre seria igual. Ella siempre seria esa adulta alocada que en vez de ser tu madre era tu amiga. ¿Por que justamente yo tenía que ser la hija del cazador mas grande de todos los estados unidos?