Disclaimers: Los personajes deHarry Potter pertenece a J.K. Rowling y a los que han comprado parte de los derechos de autor, lo cual NO es mi caso, y sólo los utilizo sin intención de lucro alguno, la trama me pertenece, salvo los personajes, como ya se ha mencionado anteriormente.

N/A: En esta historia he querido jugar un poco con Lily, sé que muchos la manejan como una chica linda, segura y habilidosa, no muy lejos de lo que fueron sus padres, pero en esta ocasión quise hacer de ella todo lo contrario, una chica torpe en la magia y en casi todo, nerviosa y un tanto insegura que poco a poco y con ayuda de la persona menos esperada, va cobrando seguridad en sí misma. Espero que puedan darle una oportunidad.

¡Hola! No sé que decirles, aparte de que en realidad espero que les agrade la historia, últimamente no tengo mucho tiempo para escribir, pero tengo muchos proyectos que sino comienzan a ver la luz de la publicación, se quedarán en lo profundo de mi ordenador generando telarañas virtuales, así que me he decidido a publicar la historia, espero que para quien shippea el TeddyxLily sea digno, he puesto mi mayor esfuerzo.


Capítulo 01: Buscando independencia.

Las cosas iban flotando de un lado a otro, mientras las ropas se metían al baúl desgastado por siete años de uso, los ojos castaños se volvieron un poco frágiles, pero la sonrisa amable y dulce le hicieron saber que a pesar de estar sufriendo, estaba feliz, orgullosa.

Avanzó decidida hasta su madre, quien de inmediato la envolvió en sus brazos en un cálido abrazo, hacía dos días que Lily había terminado Hogwarts, y decidió un poco antes de eso, independizarse de sus padres, los amaba mucho, pero creía que tanto ellos como ella, necesitaban su propio espacio, su tiempo, así eran las cosas, llegaba el momento en que los hijos tenían que irse a buscar un nuevo rumbo, y esas reglas también aplicaban para los hijos de Harry Potter.

—Comprendo que quieres independizarte, Lily, pero ¿no crees que es muy pronto de todas formas?

—Mamá –sonrió Lily –si no lo hago ahora, sin duda no me iré nunca de aquí.

—No es como si tu padre y yo te estuviésemos corriendo, Lily, tus hermanos...

—Lo sé, sé que ellos siguen aquí, pero sólo duermen un par de noches en casa, el trabajo les hace pasar tiempo en el Ministerio y fuera de casa.

—No sé qué hizo bien tu padre para que de los tres, todos quisieran seguir su ejemplo y no el mío.

—Supongo que somos unos obsesionados por la acción, ser Aurores fue el sueño de mis hermanos y mío desde que escuchamos la historia de papá y la comprendimos.

—Supongo que la vida de una simple jugadora de Quidditch que se retiró para ser reportera del deporte es muy aburrida en comparación con la vida de tu padre, pero Lily, ya era complicado cuando sólo era él quien tenía que ir a misiones peligrosas, ahora imagina a mis tres hijos corriendo al peligro como lo hacía su padre, me volveré loca.

—Todavía me faltan tres años para correr al peligro, mamá, tengo que ir a la academia de Aurores por tres años más, mi padre no dejará que me salte el entrenamiento.

—Lo cual agradezco –admitió la mujer.

—De todos modos, no me iré hoy, buscaré un apartamento, algo que pueda pagar, porque no aceptaré tu ayuda y de papá, pero quiero tener listo todo.

—Bien, vayamos a preparar algo de comida, compláceme, ya después te librarás de mí.

—Cierto, extrañaré tu comida.

La tarde pasó lenta, pero no aburrida, su madre era una persona agradable, con el carácter de un dragón si la hacías enfadar, pero por lo general, era divertida, ingeniosa, descarada en el buen sentido de la palabra.

—Llegamos –anunció su padre entrando a la cocina –vaya, mis dos mujeres favoritas en el mismo lugar –besó a su esposa y le dedicó una mirada de cursi enamorado.

—Basta de eso, es imposible que aún se vean de esa forma –se quejó el chico que entró, Lily desvió la vista de sus padres y le sonrió al chico.

—Hola Teddy –saludó.

—Hola Lily –le devolvió la sonrisa y tomó un bollo –hola Ginevra.

— ¿Y los demás? Hola Teddy.

—James fue a comer con una chica y Albus salió con Rose y Scorpius.

—Así que Harry me invitó, pensó que te incomodaría que solo comieran ustedes dos, no contó con Lily –sonrío.

—Oye, gracias –se burló la chica.

—Sólo bromeo –se recargó en la silla y le hizo un ademán a la chica –Harry me dijo sobre qué decidiste unirte a la Academia, escuché que te la pondrán difícil especialmente a ti –sonrío.

—No lo dudo, James la pasó realmente mal en ese lugar los tres años.

—Albus corrió por toda la academia en su segunda semana, pero todo fue bien después de eso –se burló Teddy.

—Le siguen llamando el alentador aún, Teddy.

—Apodos que nunca se van, supongo.

—Papá se encargó de ello ¿cierto?

—No me gusta hablar mal de mi jefe fuera de mis horas de trabajo –anunció el chico y se encogió de hombros –Invité a Vic a comer, le mencioné tu problema de soledad, Ginevra, creo que Vic es la más emocionada por suplantar a Lily.

—Me alegra, hace semanas que no la veo, no es que tenga problemas por quedarme sola, claro –sonrío divertida.

—Ha intentado entrar a los Chudley Cannons desde hace medio año, creo que quiere pedirte lecciones, pero Bill le ha dicho que no se atreva a molestarte.

—Yo encantada, ya que por lo visto mis hijos decidieron que su madre es demasiado aburrida como para seguir sus pasos.

—No eres aburrida –la tranquilizó Teddy –en lo personal, me gustan las chicas que aman el Quidditch, y más verlas volando a toda velocidad, verte a ti jugar fue lo mejor que me ha pasado de estar en un partido.

—Eso es lindo –sonrío Ginevra y sirvió un poco más de porción en el plato de Teddy, que le sonrió a Harry.

—Gracias Ginevra.

—De nada, tienes que comer, estás muy delgado.

—Mi jefe me explota.

—Pensaba que no hablabas mal de tu jefe fuera de trabajo –se burló Harry.

—Sólo cuando quiere más porción –sonrío Lily.

Victorie llegó cuando la comida termino, ya había comido, de todos modos según lo que ella argumento.

— ¿Cómo está el tío Bill? –preguntó Lily.

—Bastante bien, los duendes siguen teniendo problemas con los egipcios, así que nunca se le termina el trabajo.

—Lo comprendo, el trabajo es inagotable.

—Tía Ginevra, sé que tal vez estés muy ocupada, y mi padre me advirtió que no, pero... Quería saber si había la posibilidad de que me ayudaras a entrenar.

—Me encanta la idea, sería maravilloso recordar esos momentos.

—El dueño de los Chudley dijo que jamás pudo hacerse de ti, eres lo mejor que le pasó a las Arpías –sonrío Victorie.

—Compró a las Arpías, así que fue cuando decidí que era tiempo de buscar algo nuevo.

—Scorpius dice que su padre no pudo creer que fueras capaz de algo así, sólo por qué él las compró.

—La guerra terminó, pero hay algunas cosas que no –se encogió de hombros –además Albus tenía un año, y quería pasar más tiempo con ellos.

—Siempre el lado maternal gana ¿no? Por eso le he dicho a Teddy que no tendremos hijos, no pronto al menos.

—Mala suerte –se burló Harry.

—Lily ¿no se supone que tú no querías seguir aquí?

—No tanto como eso –sonrío ella –quiero independizarme de mis padres, quiero un apartamento que pueda pagar, así que tendré que buscar uno muy pequeño.

—Puedes buscar alguien con quien compartir gastos –la animó.

—Podría hacer eso, pero en el mundo muggle –se burló –no me veo actuando como una –observó a su papá –siento eso.

—Puedes mudarte con alguna bruja –sugirió Teddy –yo por ejemplo, tengo un compañero con quien comparto los gastos –sonrió –es más fácil de lo que crees conseguir un compañero del mundo mágico queriendo vivir en el mundo muggle, el apartamento que rento con mi amigo no es muy grande, pero ambos tenemos nuestro espacio.

—Creo que sería un poco incómodo, soy muy poco sociable, eso arruina muchas cosas además… todavía tengo tiempo, para que mamá se haga a la idea –observó a Victorie.

—Por ella no hay problema, yo robaré a tu madre, tú podrás robar a la hija de alguien más, en el buen sentido, así como ese chico robó a mi novio de Andrómeda.

—Prometido –le recordó Teddy.

—Cierto –sonrío –vamos a casarnos a mediados del próximo año –chilló de emoción.

—Eso es tan lindo –sonrío Lily.

— ¿Tú y Scorpius no tienen planes aún? –preguntó Victorie.

—No, no salgo con él, Scorpius es sólo un conocido, y con lo del compromiso de ese tipo, creo que puedo esperar un poco después de la academia, tengo mucho tiempo para eso.

—Cierto –coincidió Vic –sobre la idea de Teddy…

—No creo que sea algo… buena idea por ahora –admitió ella apenada.

—Puedes pensarlo –sugirió él –si no encuentras algo mejor en unos días, siempre puedes quedarte a vivir con papá y mamá –se encogió de hombros.

—Gracias, Teddy –sonrió y observó a Victorie, que seguía hablando como si nada.

La encantadora cazadora Victorie se la pasó en casa de los Potter toda la tarde, había dicho que tenía muchas cosas que hacer, pero en cuanto Ginevra Potter comenzó con las anécdotas de los partidos, decidió que no había mejor lugar en el cual estar, Teddy se puso a platicar con Harry, mientras Lily se quedó aburrida atrapada a la mitad de las conversaciones.

— ¿Qué planes tienes, Lily? –interrogó Victorie de la nada.

—Bueno… Scor me ayudó a conseguir una entrevista de trabajo –sonrió –podré dividir mi tiempo entre la academia y mi trabajo, así podré tener una vida independiente en lo que termino la academia.

—Scorpius está tomando muchos atrevimientos ¿no lo crees? Me sorprende que aún no salgas con él.

—Es el mejor amigo de mi hermano –les recordó a todos –las veces que he visto a Scorpius merodeando por la casa ha sido con él y Rose, y en Hogwarts claramente él prefería a sus amigos y el Quidditch.

—El Quidditch es el deporte familiar por excelencia, Lily –le recordó amable Victorie –todos hemos jugado para nuestras casas en Hogwarts.

—Yo no –le recordó la pelirroja frunciendo el ceño.

—Bueno, es que… tú no eres muy hábil volando ¿cierto? Ni siquiera has aprobado el examen de aparición ¿o ya lo pasaste? –sonrió.

—No –admitió –posiblemente sea tan habilidosa como el profesor Neville.

—Él sólo es bueno en herbolaría, tu… si mal no recuerdo la anécdota de Hugo, gritaste y saliste de clases, en la clase de mandrágoras.

—No soy tan habilidosa, posiblemente.

—Por supuesto que eres habilidosa, cariño –la tranquilizó su madre.

—Posiblemente te vaya mejor detrás de un escritorio, que de Auror –sugirió Vic.

—Tal vez es el hecho de que no se esfuerza mucho ¿no? –sugirió Teddy.

—Tú no sabes eso –contestó grosera Lily y se puso de pie –iré con la abuela.

—Lo único que hará por ti es darte chocolate caliente y darte una poción en él –aseguró Victorie –adoro a la abuela, pero como confidente y lo que tú buscas, no servirá de mucho.

—No me importa lo que opines de la abuela, o lo que los demás opinen de ella.

Lily aventó furiosa los polvos flu, apareció en la madriguera, las velas estaban por la mitad, así que fue hasta la cocina, Molly Weasley estaba ahí, revisando unas cosas, que guardó inmediatamente cuando la vio, la sonrisa cariñosa apareció en sus labios instantáneamente, eso era lo que Victorie no comprendía, a veces creía que había heredado más de la parte materna que paterna, a veces era demasiado fría y superficial, y eso era lo que le desagradaba de ella.

—Lily, cariño, que milagro que vienes por aquí –saludó su abuela con ese tono meloso y encantador digno de ella.

—Sólo quería verte, eso es todo ¿no puedo venir sólo a verte, abuela?

—Claro que puedes venir solo a verme, es sólo que pensé que estarías muy ocupada con eso de que terminaste Hogwarts, creí que estarías como Hugo.

— ¿Ya se mudó? –interrogó sorprendida.

—Sí, Hermione y Ron han estado tan locos como él para dejarle marchar tan rápido de casa, al menos tú has sido un poco más prudente con tu madre –sonrió.

—Abuela ¿te ha dicho mamá que entraré a la academia de Aurores?

—Sí, me lo ha dicho, estoy muy orgullosa de ti, para ser honesta –acarició su mejilla.

— ¿Crees que es la mejor opción tomando en cuenta que soy muy mala?

—Tu tío Ron no era tan habilidoso como tu padre, y sigue ahí –la animó.

—Scorpius me ayudó a conseguir una entrevista de trabajo, así podré mantener mi vida independiente –su abuela sonrió sin comprender.

—Bueno, me agrada que pienses desde ahora ser totalmente independiente ¿Cuál es el problema con ello, cariño?

—Es con su papá –sonrió incómoda ante la mirada de desapruebo de su abuela.

—Creo haber tenido esta misma charla con tu madre –se quitó el mandil, se acomodó el cabello entre pelirrojo y cano y la sujetó de las manos –Lily, nuestra relación específicamente con Lucius y Draco Malfoy no ha sido muy buena, incluso después de la guerra, ellos han cambiado mucho, lo sé, pero hay heridas que jamás se curan ¿sabes a qué me refiero? –Lily asintió –Scorpius, por el contrario, ha demostrado ser un chico inteligente y capaz, se ha ganado incluso a Ronald, Lily, lo que quiero decirte es que eres una chica inteligente y sabes muy bien lo que quieres, así tus primos digan que eres la más indecisa de la familia, el hecho de que no seas apasionada del Quidditch, que no fueras prefecta, no significa que no estés destinada a brillar, tal vez tu brillo es tan grande, que todos estamos ciegos de alguna forma.

—O tal vez ni siquiera brillo –se burló.

—Lo harás, de ser el caso, acepta el trabajo de Malfoy, termina la academia de Aurores, no tienes que demostrarnos nada a nosotros, cariño, tienes que demostrarte a ti las cosas, hacer lo que te hace feliz, no te defraudes a ti misma, eso, eso sin duda es lo más importante.

—Gracias por todo, abuela.

Regresó a casa cuando Teddy y Victorie ya se habían marchado, tomó uno de sus libros en lo que sus cosas terminaban de arreglarse, ya había acomodado un par de cosas, pero algunas otras seguían sin ser arregladas y acomodadas, no podía creer que lograría de cierta forma independizarse de sus padres, pero no le agradaba el hecho de separarse por completo, desgraciadamente, buscar la independencia, era cuestión de dejar la vida familiar atrás, y buscar nuevos horizontes, y con el posible trabajo, vería una parte de su sueño realizado.

Despertó a las seis veintitrés de la mañana, salió a la ducha, tomó su baño normal y regreso a su habitación para vestirse, tenía la cita de trabajo que Scorpius le había conseguido, tendría que agradecerle después, estaba más que segura que la cita era solo por cubrir las apariencias.

Tenía que decirles a sus padres en algún momento que estaba de subordinada de los Malfoy, y no sabía cómo le iba a decir a Victorie, que estaba en el grupo de los Chudley. Si conseguía el trabajo, claro.

Sujetó la caja de cereales y sirvió un poco en su bol, desayunó tranquila, esperando a sus padres, ellos entraban temprano a trabajar, observó el reloj sobre el marco de la puerta, era mejor que se apurara.

Salió a las siete quince de casa, esperó en la recepción del lujoso edificio de los Chudley Cannons, a que le llamaran de parte de Draco Malfoy, su cita era a las siete treinta, a las siete veintiocho, la asistente ya la estaba guiando a la oficina, cuando estuvo frente a las puertas dobles de nogal negro, eran las siete treinta exactas.

—Buenos días –saludó al hombre rubio detrás del escritorio.

—Señorita Potter –sonrío maliciosamente.

—Exactamente –sonrío nerviosa, no era nada parecido a su hijo en el carácter, ya que podía ver de dónde Scorpius había salido tan atractivo y altanero.

—No pude lograr que su madre jugará en mi equipo, pero ahora usted...

—No soy jugadora –aclaró.

—Lo sé –sonrío –de serlo lo sabría, sólo trabajan para mí los mejores, claro que con usted, haré una excepción porque mi hijo me lo ha pedido –fue hasta ella y sujetó un mechón pelirrojo que se había escapado de su peinado recogido –y porque quiero la satisfacción de tener a la sangre Weasley, bajo mis órdenes, pasé con mi asistente, ella sabe a dónde dirigirla, espero que se sienta cómoda, trabajando para mí.

—Así será, espero.

El día avanzó de una forma extraña, iba aprisa, pero el tiempo avanzaba tan lento, que sentía que tenía años trabajando ahí, y no un día, por fortuna lo que hacía le daría tiempo de estar en la academia de Aurores y revisando los pendientes, podía con eso, su padre podía, ella podía, su madre podía, sin duda podría ella.

Revisó el archivo de Victorie Weasley, no comprendía, si Draco Malfoy quería subordinados Weasley ¿porque no contrataba a su prima? Estaba en la pila de espera, así que hizo trampa y la movió de forma que casi no se notara.

Brincó asustada cuando una mirada traviesa se asomó entre las pilas de pergaminos, los ojos celestes y el cabello rubio cobrizo se hicieron presentes, la chica le sonrió divertida.

—Audrey McLaggen –saludó amable.

—Lily Potter –contestó.

—Supongo que eres la nueva contratación ¿no es así?

—Supones bien, soy totalmente nueva.

—Sin embargo estás aquí, el señor Malfoy no contrata a nadie si no tiene un propósito claro en este negocio.

—Creo que mi contratación fue por un favor muy personal de su hijo.

—No lo creo, supongo que todos tenemos miedo de que nos coma el mundo en nuestro primer día fuera del subyugo de nuestros padres, pero no te preocupes, te ayudaré en todo lo que pueda.

—Será maravilloso, porque entraré a la academia de Aurores y necesitaré mucha ayuda para aprender rápido todo esto, antes de que la academia me coma.

—No te preocupes por ello, aquí, el único miedo, es ser devorado por las montañas de pergaminos.

— ¿En realidad entrevistan a todos ellos? –preguntó curiosa.

—Sí, esos de ahí –señaló el montón de pergaminos, donde estaban los datos de Victorie –son los más recientes, aún tenemos que revisar todos los demás.

—No comprendo entonces –admitió.

—Para ser profesional del Quidditch, tienes que ser profesional –sonrió Audrey.

—Ya había deducido eso –se burló.

—La mayoría de las solicitudes enviadas, los jugadores son increíbles, podrían ser profesionales, pero les falta mucho, el señor Malfoy sólo quiere al mejor talento, al que no se necesite pulir tanto ¿comprendes? Además, tienes que hacer todo tipo de cosas con cada uno de los jugadores que traes aquí, después de revisar sus solicitudes.

—Ya veo –sonrió.

—No todos los que mandan su pergamino son contratados por los Chudley o las Arpías –continúo –pero si tienen bastante potencial, se envían a otros equipos, cuando pulen sus habilidades, recuperamos los favores –sonrió.

—Estrategia pura –sonrió Lily.

—Así es, puede ser horrible, pero… al menos algunos logran su sueño de ser profesionales, hay otros tantos, que rechazan firmar con nosotros.

—Mi madre fue una de ellas –admitió sonriendo.

—La que desencadenó todas estas montañas –admitió –el señor Malfoy tiene una obsesión con tu madre, en el buen sentido, digamos que sólo con sus habilidades.

—Mi prima juega, de hecho, quiere jugar para los Chudley –se encogió de hombros.

—Ser Weasley no le hará ser subordinada, necesita más talento que tu madre ¿tiene más talento que tu madre?

—Es más joven que mi madre –se burló.

—Tu madre fue una de las jugadoras más cotizadas en su momento, era nuestra elegida, en el mundo del Quidditch.

—Arruinó su carrera por el hogar ¿cierto? –frunció el ceño.

—El mundo puede tener una opinión acertada a la tuya, pero… considero admirable que tu madre decidiera lo que era más importante para ella, su familia lo fue, no todos anteponen a su familia al éxito, y eso, la hace más admirable.

—Ya lo creo.

Todo el mundo solía hablar maravillas de su padre, pero estar envuelta en el mundo del Quidditch, era algo nuevo para Lily, y suponía que para los fanáticos, su madre era una figura de culto, como lo era su padre para los aspirantes de Aurores, incluso para ella, su padre era digno de admiración, y no sólo por ser su padre.

—Mañana te ayudaré con tu primer entrevista –le sonrió –bueno, tengo una primero que la que tienes asignada, así que supongo que puedes venir conmigo para ver el procedimiento.

—Sería genial –sonrió –en serio aprecio mucho que hagas esto por mí.

—Alguien lo hizo por mí, antes de entrar a éste mundo, así que cumpliré la promesa que le hice a ese alguien, ayudaría al siguiente mí.

—Yo haré lo mismo, si es que algún día soy tan buena como tú, y sigo conservando mi empleo en los próximos tres años.

—Cierto, serás un elemento pasajero, aun espero que veas que este mundo es incluso igual de emocionante que ir tras magos tenebrosos –sonrió Audrey.

—No te ofendas, pero dudo que sea así de emocionante –rió divertida.

—Todo va en gustos, Lily, pero creo que es imposible cambiar la opinión de los demás con sólo palabras, lo descubrirás cuando comiences a adentrarte un poco en el mundo del Quidditch.

—Lo dudo –murmuró para sí misma cuando Audrey se alejó.

Después de un largo día de trabajo, Lily volvió a su casa, para nadie era un secreto que ella era todo lo contrario a sus hermanos, jamás había abusado de la fama de su padre y por lo tanto de su apellido para ser popular, tampoco era tan hábil como sus hermanos, ni agradable y sociable, ella era, de cierta manera, lo que hubiese sido de su tía Hermione si no se hubiese hecho amiga de Harry Potter y Ronald Weasley, una chica callada, un ratón de biblioteca, salvo que Hermione Weasley, era sin duda, más hábil que ella en la magia.

—No puedo creer que no me avisara –bufó Ginny, haciendo que su hija frunciera el ceño.

—Papá te hizo enfadar de nuevo –sonrió.

—No, hoy no ha sido tu padre, he recibido una nota de uno de mis subordinados, tenía que hacer una entrevista, y no la hizo.

—Bueno ¿por qué no? –elevó una ceja confundida.

—Vamos, Lily, eres más que eso ¿Por qué crees que no la hizo?

—Draco Malfoy –recitó junto a su madre, salvo que el tono de su madre fue de enfado puro.

—Ese hurón, no puedo creer que rechazara la entrevista justo el día, la teníamos en la agenda desde hacía dos semanas.

—Por qué no le pides a Albus que le diga a Scorpius que…

—Lo que me molesta no es que la cancelara, cariño –sonrió –lo que me molesta es que lo hiciera el mismo día, ya no podemos poner algo más en su lugar.

— ¿Para cuándo la ocupas? –sonrió.

—Mañana a las dos ya tiene que estar lista la edición.

— ¿Tienes una lista de preguntas? –sonrió.

—Sí ¿por qué? –frunció el ceño.

—Haré algo bueno por ti.

Lily avanzó decidida hasta la puerta de Draco Malfoy, entró cuando él dio la orden.

—Señor Malfoy, mi madre ha mandado unas cuantas preguntas para usted.

—Vaya, tenía la esperanza de que fuese ella quien solucionara el problema.

—Bueno, ciertamente lo hizo, me envió.

—Pero no es ella la que está aquí –elevó una ceja.

—Ni lo estará, pero creo que le conviene contestarla, sería buena publicidad para los Chudley Cannons.

—Como lo dicen las malas lenguas, has salido inteligente, como tu madre, bien, le contestaré a tu madre con mis respuestas.

—Gracias –dejó el pergamino sobre el escritorio de Malfoy y salió con una sonrisa.