Capítulo I: Encuentro Casual.

Han llegado todos los equipos para competir en el torneo mundial de Beyblade que se desarrollará en la ciudad más cosmopolita del mundo. Esta será la encargada de recibir a los beyluchadores que buscan alcanzar la cima, y como ya es conocido, sólo uno puede ostentar el puesto de número uno.

Un par de muchachos camina por "La Gran Manza". Ambos visten ropas anchas, de colores llamativos: uno es de color verde agua y el otro es rosa, además, ambos muchachos llevan un antifaz que cubre desde la nariz hasta su frente. Anónimos, así es como querían permanecer.

Llegaron a un parque con gran espacio, sacaron sus cintas de colores y las empezaron a girar. Cuando obtuvieron giros perfectos y coordinados, ambos jóvenes tomaron posición de lanzamiento y gritaron al unísono: ¡LET IT RIP!

Sus beyblades comenzaron a girar en el suelo del parque por un minuto.

¡AHORA! –Gritaron los chicos—

Sus blades comenzaron a subir por la cinta mientras ellos las movían con una sincronización perfecta.

La gente se empezó a juntar alrededor de ellos y, miraban con atención, fascinados con lo que hacían ambos chicos.

¡ES ASOMBROSO COMO MANEJAN SUS BEYBLADES!

¡QUÉ PERFECTOS MOVIMIENTOS!

¡ESTÁN SINCRONIZADOS POR COMPLETO!

Los chicos del malabarismo con los blades recibían elogios y aplausos, y con eso, ellos se sentían felices, completos, y gratificados por el aprecio que tenía su arte.

De pronto, entre la multitud, habían cuatro chicos que miraban con atención al dúo circense. Tres de ellos disfrutaban el espectáculo, el otro muchacho era algo introvertido para expresar sus emociones.

Los jóvenes malabaristas con el movimiento de sus cintas y el giro de sus blades, lograron que sus trompos se quedaran posados en la cima de las varillas de sus cintas.

-¡SORPRENDENTE! - dijo el público.

Con ese truco terminaron el espectáculo, agradecieron los aplausos y el cariño del público.

Hicieron una reverencia y comenzaron a retirarse. Como había una multitud, uno de los integrantes del dúo, que llevaba ropas rosas, perdió su cinta entre la multitud.

Comenzó a buscarla, miraba a todas partes, pero con tantas personas no podía ver bien donde estaba su cinta. Siguió buscando y se encontró con uno de los chicos del cuarteto, quien estaba agachado con algo en su mano derecha.

-Estás buscando esto, ¿cierto?— Fue lo que le dijo el individuo de una sonrisa discreta y cabellos rojos.

-Sí, esa es mí cinta. Gracias— respondió con amabilidad.

-Aquí la tienes, y por cierto, bonito espectáculo— le dijo el chico mientras le entregaba la cinta.

-Que te guste es bueno. Gracias— Recogió la cinta y se fue con su compañero de equipo.

El dúo de malabaristas llegó a su hotel para descansar y por supuesto, para comer algo.

-Bueno, es momento del descanso, hermanito-

-Tienes razón, tienes razón-

En ese momento tocan la puerta y desde afuera se escucha una voz que les dice: ¿Puedo pasar?

-Claro que sí— respondieron ambos.

Un individuo rubio, alto, de camisa blanca y pantalones negros entró en la habitación. No era nada más ni nada menos que su entrenador: Romero, quien además, los descubrió en el mundo circense.

-Julia, Raúl, ¿dónde estaban?-

La chica se sacó su antifaz y contestó alegremente. -Salimos a dar un pequeño recorrido por la ciudad y de paso, también practicamos—

-Uy, ustedes deberían estar concentrados para lo que se viene— dijo algo molesto Romero.

-No te preocupes, sólo queríamos un poco de distracción y de paso conocer algo de Nueva York- contestó Raúl.

Mientras tanto, el cuarteto de chicos llegó a su hotel de concentración. Antes de instalarse por completo, decidieron planear sus estrategias.

-Oye Kai, yo empezaré las rondas del equipo cuando luchemos—

-Como quieras, Tala, como quieras-

-Y luego deberíamos hacer una rotación de… - Tala miró a su lado derecho y Kai ya no estaba ahí.

-¿A DONDE SE FUE?- dijo Tala algo enfurecido.

-Se fue a dormir sigilosamente- Contestó Spencer.

-Ese Kai siempre hace lo mismo. Qué más da- Esas palabras reflejaban la resignación de Tala ante la típica costumbre de hombre solitario que tenía Kai.

-Mejor veamos algo de noticias, muchachos-

Tala encendió la televisión y sintonizó las noticias de la BBA.

Todos los equipos ya están listos para el campeonato. Dentro de tres días comenzará todo. Beyluchadores, prepárense, que se viene la hora de ¡LET IT RIP!

Los tres chicos se quedaron viendo las noticias de la BBA. De un momento a otro los tres se quedaron dormidos. De repente, entre sus sueños, Tala escucha unos ligeros aplausos y se despierta. Ve que todos están dormidos, así que no decide hacer ruido. Se levanta sigilosamente de la silla para ir a su habitación. Allí se pone ropa más cómoda: unos shorts negros y una playera naranja, combinado con calcetines blancos y tenis negros. Se llevó una toalla y una pequeña botella con agua.

-Voy a ir despejarme un poco. No hay como trotar y hacer algo de ejercicio— pensaba el pelirrojo.

Tala salió del hotel en dirección a un pequeño parque.

Ya era el atardecer, y Romero, Julia y Raúl, avisaron a la cocinería del hotel que no querían la cena de esta noche. Extrañaban su tierra y sólo querían saborear la paella que se disfrutaba en la Península Ibérica.

Llamaron a un restaurant español para pedir una paella. En diez minutos ya les estaban haciendo entrega de su pedido en la habitación del hotel.

Disfrutaron y saborearon su cena. Sin duda era la mejor comida del mundo, para ellos.

-Julia, Raúl, este campeonato empieza dentro de tres días y tenemos que ver quién de ustedes comenzará la primera ronda— dijo seriamente Romero.

-E-Es cierto eso. Eso decidámoslo cuando separamos el equipo al que nos vamos a enfrentar—dijo Raúl algo desconcertado.

-Pero Raúl, eso no es algo que se debe elegir a última hora. El asunto de decidir quién comienza se tiene que decidir con antelación, para hacer nuestros planes y ponernos en todas las situaciones posibles— contestó seriamente Julia a su hermano.

-Julia, por esta vez, empieza tú- dijo Romero.

-Ve tú primero, hermana- insistió Raúl.

-Está bien. No sabemos a qué equipo nos vamos a enfrentar, pero suponiendo que sea el más fuerte de todos, iré yo primero— dijo Julia seria y decidida.

Romero aceptó la decisión de sus pupilos y les aconsejó que descansaran, ya que al otro día entrenarían desde temprano. No tenían que estar cansados.

Mientras tanto, Romero y Raúl lavaban los platos y cosas que habían utilizado en la cena, en tanto, Julia se quedó pensativa en la mesa.

-Yo seré la primera en salir a beybatallar y tengo que hacer lo mejor para ganar, pero sobre todo, para darle confianza e inspiración a Raúl. Tengo la confianza en que él, algún día, pueda sostener una lucha solo

Julia sabe que luchando juntos son fuertes, pero también le gustaría ver a su hermano beybbatallando solo y usando todo lo que han aprendido juntos para salir adelante.

Mientras Romero y Raúl ordenaban las cosas, Julia decidió salir por un rato. Se llevó su beyblade y su cinta.

Romero y Raúl sólo se dieron cuenta de que Julia había salido cuando cerró la puerta.

- ¿Julia?—

- ¿A dónde fue?-

Entrenador y pupilo se quedaron sorprendidos por la salida tan repentina de la joven.

-Mi hermana ya volverá- dijo Raúl con seguridad.

-Si tú lo dices…-

Había oscurecido y sólo la luz artificial de la ciudad iluminaba las calles. Ahí en el parque, Tala trotaba enérgicamente, sólo ´pensando en ganar.

-Ya falta poco para que empiece el campeonato y quiero comenzar ganando, pero sobre todo, quiero comenzar como un ser nuevo y no como el títere que era antes

Tala pensaba en su pasado oscuro y en todo lo que vivió con Boris y Voltaire. Se arrepiente de haber creído en esas promesas que le hizo un individuo ambicioso hace unos años atrás.

En ese momento de trotes, logra divisar a alguien a la distancia. Sólo ve su silueta, y se pregunta quién más podría andar en el parque a esa hora, aparte de él.

La silueta se alejó entre unos arbustos, Tala por el momento no quiso seguirla, para él estaba su entrenamiento y fortalecimiento mental como prioridad.

Julia llegó a un lugar solitario del parque, el que se encontraba oculto por muchos arbustos y árboles. Un lugar discreto para practicar sus técnicas, además de que podía usar los árboles como obstáculos para sortear con su blade.

Hizo girar su blade y sacó su cinta para comenzar las técnicas de malabarismo. Julia manejaba su cinta de manera perfecta, elegante y con grandes movimientos, todos ellos dignos de la gimnasia rítmica.

-Tengo que comenzar de buena forma. Mi primer enfrentamiento debe ser una victoria y sé que puede hacerlo— era lo que se decía la chica circense a sí misma.

Mientras tanto, Tala, entre su trote y sus pensamientos escucha un sonido que le es familiar. Deja de moverse y se concentra en ese sonido. Lo identifica, y se da cuenta que es un beyluchador que anda en un entrenamiento nocturno. Toma la decisión de acercarse al lugar de donde viene el sonido. Avanza sigilosamente, se agacha; y se esconde entre los arbustos. Logra ver que hay alguien, pero no puede identificar con claridad a la persona, debido a que por los árboles no permiten que llegue mucha luz a ese lugar.

Tala quiere acercarse, así que decide ir silenciosamente al árbol que está cerca de la persona que entrena en la oscuridad.

Oculto entre los arbustos, va avanzando de a poco hasta llegar a su objetivo. Quiere tener una mejor visión, por lo tanto, decide subir a una de las ramas del árbol para ver mejor lo que sucede.

Mientras esa persona sigue practicando, Tala sube al árbol. Lleva la toalla en el cuello y la pequeña botella de agua en su bolsillo derecho.

Logra llegar hasta una de las ramas gruesas del árbol y ahí se queda a observar un poco. Ve a alguien que practica con su blade usando una cinta y recordó a los muchachos malabaristas que había visto durante la tarde.

-A lo mejor los que hacen esto son varios y andan repartidos por la ciudad para entretener a las personas- pensó el pelirrojo.

-Llegar hasta aquí me produjo sed- se dijo mentalmente. Tala sacó su botella de agua, la abrió y bebió un poco.

Quería ver más, quería ver quién era el que estaba practicando ahí en el parque. Con su botella en la mano comenzó a moverse un poco más para tener mejor visibilidad. El chico tenía la botella sin cerrar en su mano derecha, y con el movimiento que hizo para poder ver más, cayó agua de su botella, que para mala fortuna de él, también cayó su botella.

-¡Ay! ¿Quién anda ahí?- dijo quien estaba entrenando.

-¡Uh! Ya me descubrió- pensó Tala.

-¡Qué estás esperando, muéstrate!— dice una voz enfadada.

Como lo descubrió Tala no tuvo más opción que salir. Dio un salto desde el lugar en donde estaba. Tenía una buena condición física, por lo quecayó al suelo de buena forma, agachado y con la rodilla izquierda apoyada en el suelo.

-¿Por qué me estás espiando?— le preguntaron.

-Eh… Yo sólo…- dijo Tala mientras levantaba su cabeza.

-Una cinta… No me digas… ¡QUÉ! ¡ERAS TÚ!- Tala sorprendido pudo reconocer la cinta que le devolvió a su dueño en la tarde en el parque. Bueno, ahora se estaba enterando que esa cinta tenía una dueña.

CONTINUARÁ…


Todo esto nació de la inspiración y de los recuerdos. Hace poco vi (otra vez) Beyblade G-Revolution y me di cuenta que el enfrentamiento entre Tala y Julia nunca se mostró en la serie, además de que he notado que varios fans los shippean y no me quise quedar atrás. Todos los fics que hay de ellos, al menos aquí, están en inglés, por eso yo quise hacer uno inglés.

Bakuten Shoot Beyblade le pertenece a Takao Aoki. Este trabajo es de una faan para los fans, sin fines lucrativos. Todos los derechos e izquierdos son de Takao Aoki.