¡Hola, hola! Bueno, aquí va mi primer fic. Espero que les guste :3
Los personajes de Naruto no son míos. Yo solo los uso para mis malvados fines...
Capitulo 1
Los rayos de sol de la mañana se filtraban por la rendija que formaban las cortinas mal cerradas; y uno de estos rayos iluminaba el moreno rostro de un rubio que, hasta hacía unos momentos, estaba profundamente dormido.
La potente luz empezó a desvelarlo, obligándole a abrir los ojos. Parpadeó al recibir la luz directamente en sus sensibles ojos azules y gimió por ser despertado tan temprano por el potente sol. Con pereza se dio la vuelta en la cama cuando cayó en la cuenta de algo. "Mi ventana está demasiado lejos para que el sol la ilumine..."
Se enderezó y miró a su alrededor. Se sobresaltó al ver que no estaba en su habitación; es más, era imposible que la suya estuviera tan limpia como en la que se encontraba ahora. Bajó la vista hacia el lado contrario de la cama en la que estaba. Un chico de cabellera azabache y blanquecina espalda estaba recostado a su lado... y no se acordaba de él.
"Vale, Naruto. Recapitulemos; ¿qué coño hiciste anoche?" se pasó las manos por el pelo y se sujeto la cabeza con fuerza al sentir un fuerte pinchazo en ella. Apartó las sabanas, descubriendo su desnudez. Un tic nervioso se mostró en su ceja derecha y, como si ya nada tuviera remedio, aceptó la condición en la que se encontraba y se levantó de la cama con el mayor sigilo posible para no despertar a su acompañante. En cuanto dio dos pasos, sintió un cosquilleo bajando por sus piernas desde su un poco dolorido trasero. Miró hacia abajo y frunció el ceño a la par que apretaba con fuerza los dientes para no empezar a gritar y a despotricar.
No es que le molestara haber sido el pasivo, le gustaba ser los dos, pero no le gustaba que eyacularan en su interior sin conocer antes a la persona y su estado de salud. Miró por la habitación y, sobre la mesa, encontró una caja de pañuelos de papel; se acercó a ésta y tomó tres para poder limpiarse un poco antes de vestirse y largarse de allí lo antes posible.
Un movimiento, proveniente de la cama de la que acababa de levantarse, lo congeló en el sitio, con los pantalones a medio subir. Miró por encima del hombro, rezando por que el chico tumbado siguiera tumbado y durmiendo.
Suspiró, aliviado, al ver que solo se había encogido un poco por el frío de la habitación. Acabó de subirse los pantalones, se puso la camisa y se acercó a la cama para acomodar las sabanas sobre el chico. Se puso el calzado, cogió su cazadora, su cartera, móvil y llaves, tirados todos por el suelo de la habitación, y se largó de allí, dejando al desconocido dueño de aquél piso durmiendo en su cama.
Sasuke se despertó al escuchar que cerraban la puerta principal de su piso. Se enderezó con los brazos con rapidez y buscó al mejor polvo de toda su vida. No lo encontró. Se maldijo y salió de la cama cómo alma que lleva el diablo, cogió el pantalón que había tirado en el suelo y se lo puso aun y sabiendo que lo mancharía. Atravesó el salón corriendo, casi tropezando y salió afuera, buscando la cabellera rubia del chico que conoció anoche en la fiesta de Suigetsu.
Se maldijo al no encontrarlo y por no haber preguntado su nombre o cómo encontrarlo, contactarlo. Suspiró, se pasó una mano por su enmarañado pelo, y se dio la vuelta, encontrándose con un grupo de chicas observándolo.
Hizo una mueca al verlas y se observó a él mismo. No le extrañaba que le observaran; iba sin camisa, con los pantalones abiertos, mostrándoles que iba a lo comando, y descalzo. Las miró con cara de malas pulgas y, como si no fuera medio desnudo por en medio de la calle, caminó con orgullo de vuelta a su hogar.
Cerró la puerta con fuerza, haciendo que el golpe resonara en todo el edificio. Se apoyó en la puerta y se pasó la mano por su rostro, agotado por anoche y por no haber dormido más de tres horas. Sonrió ante el recuerdo de anoche y se pasó la lengua por sus labios, intentando saborear el sabor del rubio en ellos.
Se alejó de la puerta y volvió a su habitación, un tanto desordenada ahora. Hizo una mueca al verla. "Odio éste maldito desorden..." Suspiró y empezó a ordenar su cuarto.
Diez minutos después, Sasuke estaba vestido y ya había ordenado toda su habitación. Sonrió, se dio la vuelta y escuchó un tintineo viniendo del suelo.
Un brillo azul llamó su atención. Frunció el ceño y cogió el colgante que estaba allí tirado. Lo alzó y sonrió. "Un pequeño recuerdo del rubito." No es que el colgante fuera de su estilo, pero decidió ponérselo.
Al volver al salón, alguien llamó a la puerta. Con un pequeño rayo de esperanza de que fuera el rubio que acababa de salir huyendo de allí, corrió hacia la puerta y la abrió. Su ánimo se esfumó al ver a su amigo cara de pez.
- ¡Hey, Sasu-chan! ¿Qué tal te fue con la monada de anoche?
- ¿Qué coño haces tan temprano aquí, Suigetsu? –el chico peli-blanco lo apartó de su camino y entró en el piso, buscando alguna pista del chico con el que se fue anoche su mejor amigo.
- ¿Dónde está? –el peli-negro cerró la puerta y se dirigió a la cocina para empezar a hacer el desayuno-. ¿Sigue durmiendo? Jijijiji, voy a ver qué tan bueno está tu último-
- Se ha ido. –Suigetsu se detuvo a medio camino del cuarto y miró a su amigo con los ojos como platos.
- ¿Qué se ha ido? ¿Sin que tuvieras que echarle a patadas de tu departamento porque se había prendado de ti? –corrió hacia Sasuke y le pellizcó, recibiendo como respuesta un puñetazo-. ¡Dios, duele! Eso significa...
- Déjalo, Sui. Que alguien no quiera quedarse a desayunar conmigo, no significa que... que...
- ¿Qué fuiste malo en la cama?
Sasuke dejó dos platos sobre la mesa con fuerza. Suigestu soltó una carcajada al ver a su amigo molesto. Se acercó a la mesa y empezó a comer los huevos con bacón que había en uno de los platos. Sonrió al ver que su amigo, aún y estando molesto con él, le preparó el desayuno.
- Por cierto, tú nunca llevas joyas u accesorios. –Sasuke miró el colgante del chico rubio-. ¿Eso es un souvenir?
- Algo así... –Sasuke se quedó mirando el colgante mientras Suigetsu ponía los ojos en blanco.
- Oh, Dios mío. Te has encaprichado. –Sasuke le fulminó con los ojos y a Suigetsu le pareció ver un brillo rojizo asesino en ellos-. N-no he dicho nada.
- ¿Tú sabes quién era? ¿El rubio? –Suigetsu frunció el ceño ante la pregunta del pelinegro.
- ¿Directo a la cama y sin preguntas? –Sasuke no le respondió pero dio por hecho que la respuesta era afirmativa-. No lo sé. Tampoco me fijé mucho en él, ya que estabas cubriéndolo con tu cuerpazo. –movió las cejas sugestivamente y soltó una risita-. Y ayer la fiesta se me fue un poco de las manos con los invitados. –hizo una mueca despectiva-. Karin hizo su propia lista y los invitó sin mi permiso. Así que...
- Que Karin si sepa quién era mi rubio.
Sasuke se levantó de la mesa con el plato vacío y lo llevó a la pica. Suigetsu lo siguió con la mirada, anonadado por las últimas palabras de su amigo: "¿Su rubio?"
- ¡INO! –gritó Naruto al entrar en el piso que compartía con su prima-. ¡Sé que estás aquí, pequeña bruja rubia!
Una chica con el pelo rubio largo se asomó desde la cocina y observó como su primo se sacaba los zapatos y tiraba la cazadora al suelo con fuerza. Ésta sonrió al ver a su querido primo molesto y echando fuego por la boca.
Se acomodó el delantal y se acercó a Naruto mientras éste le fulminaba con los ojos. A cada paso que se acercaban los dos al otro, su ceño se profundizaba y la sonrisa de ella aumentaba.
- ¿Qué tal tu noche, primito? Espero que mejor que la mía. –su sonrisa alegre se convirtió en pícara-. Y, por lo que veo en tu cuello, creo que así fue.
Naruto parpadeó, sorprendido, ante la mención de su cuello. Su rostro palideció y corrió hacia el baño para verse en el espejo.
Un instinto asesino hacia el chico de pelo negro apareció al ver los chupetones que le había hecho. Se quitó la camiseta en el momento que entraba Ino en el baño.
- Oh, Dios. Deberías ver tu espalda. –escuchó las palabras de su prima, pero se había quedado en shock al ver que tenía chupetones por todo su torso-. Debiste volver loco a Sasuke. –Naruto parpadeó y volvió de su trance al escuchar el nombre.
- ¿Qué? –se giró hacia Ino, alarmado-. ¿Qué tiene que ver el Uchiha pequeño en todo esto? –Ino puso los ojos en blanco. No era posible.
- Naruto... ¿Recuerdas algo de anoche? –sacudió la cabeza hacia los lados-. Fue con Sasuke Uchiha con el que te fuiste anoche.
Hubo silencio entre los dos primos hasta que el rubio lo cortó.
- Creo que voy a vomitar.
¿Qué tal el primer capítulo?
Espero sus opiniones ;)
¡Un beso guap s!
