Hola a todos!

Volví con esta nueva historia que espero les agrade mucho.

Muchas gracias a todas la personas que me estuvieron apoyando a hacer más fics y también a aquellas que les encantó mi historia anterior "Eriol's Kiss"

Este fic va dedicado como siempre a Katinga (XD se llama Katia pero me gusta decirle así) y también a Nakuru K porque me ha alentado a seguir escribiendo. MUCHAS GRACIAS!

Bueno, espero les guste… y ya saben un review de pasadita no hace mal a nadie XD

KristenRock

Sálvame

Han pasado más de cuatro años sin saber de él, miles de recuerdos atacan mi mente haciendo un profundo hueco que no he podido llenar, un hueco que solo él llenaría. Me encuentro hundida en un mar de soledad. Salgo a la calle y trato de aparentar la misma niña dulce que era antes, antes de conocer el dolor, antes de que él me dejara. Pero todo ha cambiado. Sonrío falsamente ya no encuentro el motivo de alegría que tanto me caracterizaba, mi semblante es decaído, mis ojos cargados de tristeza. Y tampoco soy ya una niña, he crecido un poco y mi cabello, está un poco más largo, Tomoyo dice que es más hermoso, y yo también me encuentro muy cómoda teniéndolo así.

Miro por la ventana, el sol se pone en el ocaso dando una tonalidad naranja al ambiente, las hojas de los arboles caen libremente, guiadas por el suave viento. Es un paisaje melancólico digno del otoño.

-Sakura- me llama Kero, mi gran amigo y guardián- ¿estás bien?- me pregunta un poco temeroso.

Hace tanto tiempo que ya no estoy bien, que mi actual estado es lo cotidiano: perderme por horas mirando por la ventana, recordando todos los momentos que pasé junto a él, mientras pequeñas lágrimas salen de mis ojos sin poder detenerlas, esperando que algún día pueda volver a verle por aquella ventana, así como le vi alejarse.

-Estoy bien Kero, no te preocupes- le respondo mientras le sonrío tristemente

- Bueno – suspiro resignado por mi respuesta tan cotidiana- Tomoyo está esperándote abajo, dice que prometiste acompañarla a dar un paseo.

Cierto, lo había olvidado. Esta tarde después de salir del instituto le prometí a Tomoyo la acompañaría a salir a dar un paseo por el parque.

-En un momento bajo- le digo a Kero mientras me cambio de ropa y me pongo una chaqueta. Antes de salir recuerdo que le escribí una carta a Eriol, así que aprovecharé para mandársela.

-Hola Tomoyo, disculpa el retraso- me disculpo con mi mejor amiga, mientras trato de sonreírle

-Hola Sakura no te preocupes- me responde de volviéndome. Ella también ha cambiado un poco, creció un poco pero aún tenemos la misma estatura, su cabello sigue igual de largo y hermoso, su semblante amable y perspicaz no ha cambiado, creo que es lo que nunca me ha dejado caer completamente. Mi gran amiga Tomoyo, siempre luchando para que no siga cayendo en el profundo pozo que me encuentro, evitando que me quede sola por mucho tiempo y llevándome fuera de casa cuando sabe que mi depresión aumentaría.

Actualmente Tomoyo y yo vamos al instituto donde iban mi hermano y Yukito, nuestros compañeros son casi los mismos que en la escuela y la secundaria, así que somos un grupo muy unido.

Nos disponemos a salir de la casa. Caminamos unas calles y nos encontramos un buzón, recordé que en la chaqueta traía la carta que le mandaría a Eriol

-Tomoyo, espera un poco deja mando una carta- mientras me acerco al buzón

-¿Es para Eriol?- pregunta mi amiga

-Si así es, hace mucho que no le escribo, así que pensé responderle la última carta que me mando- le respondo mientras cierro el buzón y no puedo evitar en pensar en mi buen amigo Eriol Hiiragizawa: en todo el tiempo que estuvo con nosotros, la amabilidad y gentileza que derrochaba por todos lados y cuando de pronto nos enteramos que él era la reencarnación del mago Clow, también de su partida repentina a Inglaterra cuando todo se terminó. Todo un remolino de recuerdos. Es difícil pensar que ya de eso cinco años pasaron y aún estabas conmigo en ese entonces. Desde entonces, Eriol y yo solo hemos tenido contacto por carta y una que otra vez nos llamamos por teléfono, ya lo no he vuelto a ver. En estos momentos me doy cuenta cuanto lo extraño. Siempre he necesitado de su apoyo incondicional y de su sonrisa que me hacen sentir, de algún modo, segura.

-bueno, sigamos- me invita Tomoyo sacándome de mis pensamientos mientras asiento ligeramente.

El camino para llegar al parque fue relativamente corto entre platicas de lo que pasó hoy en el instituto. Llegamos y nos sentamos en una banca cerca del Rey Pingüino, por lo que mi atención se desvía un poco a ese juego. Entonces escucho la voz de Tomoyo llamándome.

-Sakura- fijo mi triste mirada en la de ella- no puedes seguir así, ya han pasado más de tres años desde que Li se fue- me sorprende que mencione su nombre, de algún modo Tomoyo, desde que Syaoran se fue, solo se refería como "él", nunca lo llamaba por nombre o apellido. Pero lo que más me sorprende, es que yo tampoco lo llamo así desde hace mucho tiempo. Ahora comprendo el porqué. Cuando escuché su nombre sentí un dolor opresivo en el pecho.

-Lo sé Tomoyo, pero me es casi imposible olvidarlo- le digo con toda sinceridad- aún recuerdo cuando se fue- mi mirada se perdió en el horizonte

FlashBack

Se cumplía un año desde que Eriol se había ido a Inglaterra, Syaoran y yo caminábamos por el templo (N/A no recuerdo como se llama pero donde estaba Kaho XD) tomados de la mano, recordando lo que había acontecido en ese lugar. Ambos estábamos muy felices pues, después de que nos declaramos nuestro amor, éste seguía creciendo cada día. No podía sentirme más dichosa.

Caminamos un poco y llegamos al viejo árbol de cerezo, entonces recordé cuando Syaoran me había declarado su amor y no puede evitar sonrojarme.

-Me encanta cuando te sonrojas- me dijo Syaoran al oído. Voltee mi mirada hacia él y por la cercanía de nuestros rostros no pude evitar juntar nuestro labios en un tierno beso que con el paso del tiempo se volvió apasionado. Puse mis brazos alrededor de su cuello y él llevó sus manos a mi cintura, acercándonos más si aún se podía. Cuando terminó el beso nos quedamos sin aliento, jadeando un poco, por lo que juntamos nuestras frentes mientras nuestra respiración se regulaba. Nos miramos al mismo tiempo y nos reímos un poco pues ambos estábamos muy sonrojados.

-Te amo- le confesé mientras le daba un pequeño beso

-Yo también te amo Sakura- me respondió mientras me daba otro corto beso y acariciaba suavemente mi mejilla. Nos separamos sonriendo.

De pronto me tomo y de las manos y su semblante se puso un poco serio

-Debo decirte algo- me dijo seriamente

-Si dime- le respondí un poco asustada por lo que iba a decirme y el tono de sus anteriores palabras.

-Me han llamado de Hong Kong, al parecer mi madre está muy enferma, los doctores no saben lo que tiene y temen que le quede poco tiempo de vida- me dice un poco triste por la noticia.

- Lo siento mucho Syaoran- le digo mientras lo abrazo brindándole todo mi apoyo. Él me separa un poco sin soltarme completamente.

- Como sucesor y heredero de los Li, me han pedido que vaya inmediatamente por cualquier cosa que pueda pasar- termina de decirme un poco triste y esperando mi reacción.

-¿Quieres decir que te marchas?- le preguntó temerosa por la respuesta y ya sabiendo la respuesta. Él asiente levemente mientras me mira fijamente con un deje de tristeza- ¿Por cuánto tiempo?- preguntó sintiendo una opresión en mi pecho.

-Aún no lo sé, todo dependerá de lo que pase en Hong Kong- responde mientras aprieta mis manos levemente. Puedo ver lo que le está costando decirme todo esto. Yo lucho por que mis lágrimas no me traicionen y salgan libremente acompañando mi tristeza.

-¿Cuándo te vas?- mi lucha se ve en el fracaso cuando una rebelde lagrima rueda por mi mejilla perdiéndose en mis labios. Syaoran mira donde se perdió mi lagrima y sin dudarlo besa ese sitio, besa mis labios. Fue un beso muy corto, pero no por eso dejó de ser intenso.

-Mañana en la mañana- contesta simplemente a poca distancia de mis labios. ¡Tan pronto! es lo más que puedo soportar y me abrazo a él llorando desconsoladamente y escondo mi cara en el ángulo de su cuello, él me recibe con los brazos abiertos. No puedo concebir alejarme tan rápido del amor de mi vida, tantos momentos juntos, tanto amor que nos tenemos, abren un abismo en mi corazón.

-Por favor no llores- Syaoran me abraza más fuerte y puedo sentir la calidez de su cuerpo y su aroma que tanto me encanta- me odio en este momento por ser el causante de tus lágrimas-me susurra mientras acaricia mi cabello. De pronto siento una gota caer en mi mejilla, pero no es producto de mi llanto. Levanto mi mirada hacia el rostro de Syaoran y veo que él también está llorando. No puedo soportar que él también sufra, así que me acerco más a él y lo beso como nunca he besado a nadie, entregándole mi vida y mi alma. No podemos evitar que más lágrimas salgan mientras nos besamos, terminando mezclándose en nuestros labios. No sé cuánto tiempo transcurrió mientras nos besábamos pero ya algunas estrellas se veían en el firmamento.

- Creo que ya es hora de irnos- dice Syaoran cuando el beso terminó. No quiero irme aún, no quiero que este momento termine. En sus brazos me siento protegida y amada. No me quiero separar de él, pero tiene razón ya es tarde y se preocuparan si no llegamos a tiempo.

-Está bien- suspiro resignada

Caminamos en silencio hasta mi casa, no queríamos romper el momento o más bien no sabíamos que decir en este momento. Syaoran me tenía abrazada por los hombros acercándome lo más que podía a él sin entorpecer nuestro caminar. Yo llevaba la mirada en el piso buscando algo interesante que me hiciera olvidar el momento tan doloroso que se aproximaba… despedirme de Syaoran.

Y cuando menos me lo esperé llegamos a mi casa. Nos detuvimos frente a la puerta y el dejó de abrazarme. Quedamos frente a frente sin saber ni que decir.

-¿Puedo ir a despedirte al aeropuerto?- le preguntó mientras unas inmensas ganas de llorar se hacían presentes en mi.

-No- respondió simplemente. Su respuesta me sorprendió de sobremanera, pero rápidamente agregó- no soportaría despedirme de ti- se acercó a mí y tomó mi cara entre sus manos- vencería mi voluntad y no podría alejarme nunca de ti- si eso era lo que quería, que nunca se alejará de mi, pero sé que su familia lo necesita en estos momentos.

-Está bien- me resigno- pero… prométeme que volverás- cubro sus manos, que aún permanecían en mi rostro, con mis manos. Me dedicó una tierna sonrisa

-Te lo prometo- agrega. A continuación siento sus labios sobre los míos invitándome a comenzar un nuevo beso, algo que nunca podré rechazar. Ese beso lo sentí muy diferente a los que me había dado. Me transmitía un sinfín de sentimientos desesperación, cariño, tristeza, añoranza, tanto pero sobretodo amor y… un adiós. Aún sobre mis labios susurró:

-Pase lo que pase, nunca olvides que te amo- no sé porque pero esa frase me dejó muy inquieta, pero no me impidió decirle- yo también, yo también Syaoran- nuestras miradas se cruzaron y fue ahí donde solo nosotros dos existíamos, no había despedida ni dolor, solo amor.

-Entra a casa, si entran a tu cuarto y no te ven se preocuparan mucho- rompe el momento Syaoran- si tienes razón- entonces convoco a vuelo para poder entrar por la ventana de mi habitación.

Syaoran se despide con una mano mientras se da la vuelta. Yo lo veo alejarse por la ventana, con los últimos rayos de sol, mientras susurraba- Adiós mi querido Syaoran-

Fin FlashBack

Pasaron los días y su ausencia hacía cada vez más estragos en mí. Fue borrando mi sonrisa, ya no quería salir, ya no quería hablar con nadie, solo quería saber algo de Syaoran.

Le mandaba cartas y nunca me las contestaba. Marcaba a su celular pero rápidamente me mandaba a buzón de voz. Esto terminaba hundiéndome cada vez más.

Yo sentía la preocupación de todos por mí, pero nadie podía hacer nada por aliviar mi dolor, hasta mi hermano Touya dejó de hacerme enojar, pues lo que me decía, ya no causaba ningún enojo en mí, ya no podía sentir nada.

-Sakura, ya no llores por favor- escucho la voz preocupada de Tomoyo que me saca de pronto de mi ensoñación. Guio un poco confundida mi mano hacia mi rostro, y siento sorprendida, que efectivamente, mis dedos se mojan con mis lágrimas. Hasta ese momento, me di cuenta que mientras en mi mente pasan todos esos recuerdos dolorosos, había estado llorando, preocupando seriamente a mi amiga. Mi rostro se ensombrece mientras mis puños se cierran fuertemente.

-¡Ya no puedo más, Tomoyo!- me lanzo a llorar desconsoladamente sobre el pecho de mi amiga, quien me recibe con los brazos abiertos- lo extraño tanto- Tomoyo solo me escucha paciente, mientras sigo llorando- que no puedo seguir mi vida sin él- Tomoyo se asusta.

-No digas eso- me reprende- aquí habemos muchas personas que te queremos y te necesitamos, no te puedes dejarte vencer tan fácilmente, nosotros siempre te apoyaremos. Sabes que yo siempre estaré aquí para levantarte cuando te caigas, eres una persona muy valiosa Sakura, nunca pienses lo contrario,- acaricia mi cabeza maternalmente- apenas comienzas a vivir la vida y es normal que te sientas perdida en algunas ocasiones pero siempre habrá alguien que te guie en tu camino, nunca lo dudes- Sorprendentemente esas palabras alivian un poco mi dolor momentáneamente, así que levanto mi rostro y le dedico una sonrisa muy sincera a Tomoyo, quien no duda en ningún momento en devolvérmela.

-Bueno hay que seguir nos falta mucho por caminar- dijo Tomoyo, yo asiento mientras pienso que las palabras dichas por mi amiga dicen mucho más que la frase en sí. Nos levantamos de esa banca en la que estábamos sentadas y comenzamos a andar sin rumbo fijo, o al menos eso creo yo.

Pronto nos encontramos en la puerta del templo (n/a ese del cual no me sé su nombre XD) y nos detenemos un momento. De pronto todos los recuerdos dolorosos de mi vida, se empezaron a proyectar en mi mente como una premonición, como una horrible película. Siento un dolor muy fuerte en el pecho que me asfixia poco a poco, siento que voy a morir. Poco a poco voy perdiendo la conciencia.

-¡Sakura!- oigo gritar a Tomoyo y a continuación todo se vuelve negro.

¿Dónde estoy? A mi alrededor solo hay oscuridad, me siento sola, como en un abismo del que nunca podré salir. ¿Acaso morí? El dolor que sentí en el pecho fue muy fuerte. ¿Qué significa todo esto? Me siento desesperada. Pero algo llama mi atención, una luz que se acerca hacia mí. ¿Qué será? No acabo de formular esa pregunta en mi mente cuando aquella luz se transforma en las cartas Sakura y me rodean dando luz a aquella oscuridad temible.

-No te preocupes, nosotras te ayudaremos a enfrentar esto, pase lo que pase todo estará bien- esa frase me lleno de una calidez inexplicable. De repente una luz cegadora llenó el lugar, pero antes de cegarme por completo alcance a escuchar que me decían las cartas- alguien que ya conocías llegará para ayudarte a salir de esto, espéralo- y todo brilló

-¡Sakura! ¡Despierta!- escucho a lo lejos la voz de ¿Touya?, voy recuperando la conciencia poco a poco. Abro lentamente los ojos pues la luz de donde me encuentro me ciega un poco, hasta que los abro completamente. Por lo que puedo deslumbrar estoy en mi habitación y veo unas siluetas que después reconozco. Mi hermano Touya está arrodillado a un lado de la cama, Kero está volando por arriba del hombro derecho de mi hermano, Tomoyo se encuentra a los pies de la cama con un semblante muy preocupado y sus manos juntas en el pecho, mientras Yue se encuentra con brazos cruzados recargado en la pared a un lado de la puerta.

-¿Qué fue lo que pasó?- pregunté al recuperar casi totalmente la consciencia, pues aún me sentía un poco mareada.

- Cuando llegamos al templo, te empezaste a poner pálida- comenzó a relatar Tomoyo, mientras yo me levantaba un poco de la cama- y te agarraste el pecho con una mueca de dolor y comenzó a temblar hasta que de repente te desmayaste y dejo de temblar. Me asusté mucho porque no reaccionabas y decidí llamar a Touya, así que de rato llego con Kero y Yue y te trajimos para acá

-¿Qué fue lo que realmente te pasó Sakura?- preguntó un todavía muy angustiado Kero-

-No lo sé con claridad, solo recuerdo que me empezó a doler mucho el pecho y de ahí ya no recuerdo más hasta que desperté aquí- respondo y Kero me ve con un gesto de preocupación.

Se hizo un silencio pues todos trataban de dar una posible explicación a este suceso, pero nadie podía entender qué fue lo que realmente pasó. Touya, suspiró resignado y rompió el silencio:

- No andes dando esos sustos, me tenías muy preocupado- me dijo Touya mientras me dedicaba una mirada tierna de protección- será mejor que te dejemos descansar, duerme mañana veremos qué es lo que pasa- dijo mi hermano invitando a salir amablemente a todos.

-Que te recuperes Sakura nos vemos mañana- se despidió de mi Tomoyo, Yue solo me dirigió una mirada cuando salía de la habitación- muchas gracias por todo Tomoyo- en eso iba incluido también haber sido mi paño de lágrimas. Solo quedó Kero conmigo.

-Bueno ya me voy a dormir, Sakura- me dijo Kero frotándose los ojos de cansancio- si necesitas algo llámame-

-sí, no te preocupes Kero estaré bien-

Me dejo caer sobre la cama mientras recuerdo las palabras que me dijeron las cartas antes de despertar, alguien que ya conocía llegaría a ayudarme ¿qué significaba eso? ¿Quién llegaría a ayudarme? ¿Con qué me ayudaría? Todas estas preguntas se formaron en mi mente mientras me perdía en el mundo de Morfeo.

Continuara…