Disclaimer: SherlockBBC pertenece a la BBC…yo no gano nada con esto

Advertencias: Muerte no detallada, en realidad, nada especialmente perturbador


1989

Estaba allí de pié observando, Jim Moriarty no miraba; como el resto que le rodeaba, él observaba cobijado en la multitud. Todo el instituto estaba en el patio, de pie sin importarles la suave lluvia; solo tenían ojos para las luces de los coches patrulla, que reflejaban los charcos. Todos murmuraban sobre el evento pasado, nadie hablaba con Jim. Nunca nadie hablaba con él.

Así que todo el mundo vio como los policías arrastraban al chico fuera del edificio. Un hombre corpulento, con el uniforme de policía, empujaba toscamente al joven a través de la lluvia. Nadie sabía quién era ni de donde había salido.

-¡Os he dicho que busquéis los zapatos! ¡Sois una panda de incompetentes!-Gritaba exasperado, mientras era zarandeado con más fuerza a cada palabra.

-Mira muchacho, como no dejes de decir tonterías te arrestaré por resistencia a la autoridad. ¡Ahora, márchate!

El chico de cabello rizado se libró del enganche del policía de un fuerte tirón; su pelo goteaba por la frente. Con ojos chispeantes, volvió la cabeza hacia el oficial que le había arrastrado fuera.

-¡Sois unos estúpidos! ¡Estúpidos incapaces de ver cuando no es un accidente, sino un asesinato!-Gritó con la cara congestionada de rabia y frustración-Cualquiera que haya tenido un mínimo de estudios sobre criminología lo sabe, ¡faltan las deportivas! Solo los asesinos en serie coleccionan objetos de sus víctimas como trofeos. ¡Pueden estar ante el comienzo de una larga serie de muertes!-Su voz pareció resonar en las cabezas de todos.

La multitud estaba hundida en un silencio sepulcral, los agentes ahora prestaban atención al enfrentamiento que se celebraba frente a uno de los coches. Jim se puso de puntillas para poder verles mejor, era toda una revelación lo que escuchaba.

-Mira, te he oído la primera vez que lo has dicho. No voy a discutir contigo, mocoso. Te lo advierto por última vez, lárgate o te detendré.-Esta vez sonó cavernoso y grave, cumpliría la amenaza. El chico sostuvo la mirada desafiante, estuvo a punto de replicar; Jim vio como se le tensaba la mandíbula y rechinaban los dientes.

Sin una palabra más se giró con dignidad, observó acusadoramente a los presentes, y recolocando el tirante de la mochila a su espalda, se alejó entre el tráfico.

-¿Quién era ese loco?-Cuchicheó una chica al lado de Moriarty, con el maquillaje corrido.

-Seguramente un imbécil que quería montar una escena-Replicó otra cuyo pelo escurría agua profusamente.

-Bastante tenemos con la tragedia que ha pasado como para que vengan payasos a decir barbaridades.- Un alumno de los más mayores apretujaba su abrigo de lana empapado.

-La gente como ese, que se aprovecha de las desgracias ajenas para darse aires, da asco-Añadió otro con impermeable azul.

Jim retuvo la sonrisa que amenazaba con aflorar en sus labios. Era perfecto, no podía haber salido mejor. El agua caía por su rostro, el que fuese fría era el único indicativo que tenia de no estar llorando de felicidad. Realmente sentía poder hacerlo, no sabía quién era aquel joven, ni su nombre, ni como había llegado hasta allí; pero sabía, por el emblema de su mochila, de donde venía.


"Paulatim UCS, Paulatim UCS, Paulatim UCS" canturreaba Jim en su cabeza. Una de las escuelas más reconocidas de Inglaterra, entre las cinco con notas más altas, la élite de la élite a punta de talonario. No había visto el característico uniforme de rallas berenjena y negras que portaban sus estudiantes, el chico era listo; cambio de ropa rápido en un baño público. No escondió el logo de la mochila, el mundo es demasiado estúpido y está ciego, los vulgares no se fijan en detalles.

Para la tarde del día siguiente ya se había hecho con uno de los periódicos semestrales que el club de periodismo editaba sobre el colegio. Estaba seguro de poder reconocerle en alguna fotografía.

Así que cuando llevaba a medias sus tareas escolares, no se resistió y terminó leyendo el folleto.

Jugó a intentar descifrar en cuál de todos los clubes obligatorios podía haberse apuntado, basándose en lo que él hubiese elegido. ¿El club de ajedrez? No, si el juego le gustase, los contrincantes serían aburridos. ¿Orquesta de música? No, no tiene sentido, la música es una pérdida de tiempo. ¿Club matemático? Posible, muy probable, como el de física y el de química. Pero miró en todos y buceando entre caras sonrientes no encontró la que buscaba. Exasperado miró cada una de las fotografías y artículos de todos los clubes, inclusive los de deporte.

Terminó lanzando la revista sobre el escritorio frustrado. Nada, acababa de perder a la única persona que había visto algo de él realmente.


Las siguientes semanas las paso taciturno. Iba y venía como siempre había hecho, pero ahora ideaba estrambóticos planes sobre como colarse dentro del Paulatim UCS. Estaba seguro que el chico debía estudiar allí, estaba determinado a encontrarle.


Mayo llegaba sin un plan todavía establecido, sus compañeros hablaban del estreno del verano en los cines, la segunda parte de Regreso al Futuro, y él cada vez estaba más desanimado. Todo le ponía de mal humor, el sol que ahora se colaba a rachas por algunas ventanas le era insufrible.

Solo pasar por donde se había librado de Powers le hacía mejorar; le recordaba quien era ahora, quien había dejado de ser y quién había dejado de respirar.

Pero en aquella mañana perezosa, haciendo su turno habitual por la piscina, había algo fuera de lugar. Más bien había una figura al lado de los casilleros del lateral, rebuscando meticulosamente. Jim se escondió tras una de las columnas sin hacer ruido y observó. Esta vez, él llevaba el uniforme berenjena y, había dejado la bolsa en el suelo cerca de sus pies. Abría las taquillas con ayuda de una ganzúa, rápida y hábilmente, se notaba que había practicado. Continuó con la siguiente hilera de casilleros, dejando atrás la mochila y mirando cada pocos minutos el reloj, así que también tenía controlado las rondas de pasillo de los maestros. A Jim le fascinó que el chico hubiese estado planeando aquella inspección las pasadas semanas, como él también había trazado su propia incursión.

Cuando fue a revisar las numerosas taquillas de dentro de los vestuarios, Moriarty supo aprovechar la ocasión. Corrió hasta la mochila y abrió la cremallera para sacar uno de los libros de texto. No se fijó en el título, simplemente pasó la primera hoja en blanco y allí estaba. En una letra nítida y puntiaguda, ladeada hacia la derecha, Sherlock Holmes.

Sonriendo volvió a meter el libro en su sitio y salió por la puerta, al pasillo. Se sentía radiante, ya tenía un nombre, uno extraordinario, inigualable, inconfundible, magnifico.

Así que sonriente y victorioso como se sentía, le fue difícil cambiar de expresión a una nerviosa y preocupada.

-¡Profesora Aldrich!-Dijo con voz temblorosa mientras se acercaba a la mujer de gafas-El loco de hace unos meses ha vuelto a colarse en la piscina, quizás sea peligroso, igual hay que llamar a la policía.


Notas de la autora:

¡Porque hoy me levante y grité, voy a dar a conocer mi versión del Sheriarty!

Lleno de planes retorcidos y siendo ambos muy muy malos. Aunque más es Jim y como creo su obsesión por el detective…

El colegio de Sherlock realmente existe y verdaderamente ese año se estrenaba Regreso al futuro II. Los chicos tenían ambos 13 años (me he guiado por la edad de los actores).