Estaba encerrada en mi habitación, la luz de la luna se filtraba por mi ventana, mi cabello se encontraba desparramado, la lagrimas se desbordaba por mi rostro, el llanto silencioso salía de mis labios, esta misma tarde había venido Kazama por mí, desate un poco mi kimono, mi kodachi la sostenía con mi otra mano, el dolor que sentía en ese instante no podía borrarse.

─"todos los Onís son, una aberración" había dicho Heisuke esa misma tarde, ante aquella batalla… es verdad, no soy humana… soy un oni…

Apreté con tanta fuerza mi Kodachi, podía sentir como el mango lastimaba mi mano, deje que la luz de la luna bañara mi cuerpo, sin pensarlo dos veces acerque mi Kodachi, la sostuve con algo de miedo para enterrarla en mi pecho, la sangre empezó a brotar sin control, un charco de sangre se hizo presente rápidamente, retire mi kodachi, la sangre dejo de fluir y mi herida y se estaba cerrando por completo.

─Soy una aberración─ dije para mí misma.

La sangre dejo un completo caos en mi pequeña habitación, estaba había hecho su propio sendero afuera de mi puerta, intente pararme apoyándome en la pared que da en mi ventana, mis rodillas se aflojaron haciendo que cayera al suelo, mi vista se nublo, miraba desorbitado todo, escuche unos pasos acercándose estos cesaron cerca de mi puerta.

─ ¡Chizuru!─ escuche que alguien grito abriendo la puerta de mi habitación, sentí como unas manos me agarraban atrayendo a un lugar cálido, estaba entre la conciencia y la inconciencia.

─ ¡Qué diablos hiciste!─ grito, logre visualizar una cabellera roja, alzó mi mano tocando su mejilla, esbozó una sonrisa.

─estoy… bien… ─dije con voz temblorosa ─soy un oni después de todo, una aberración─ Harada se limitó a atraerme a su pecho acobijándome.

─ ¡Tonta!─dice ─no importa si eres un Oni o humana, para mí eres una chiquilla torpe, no deberías dañarte de esa manera.

Mis lágrimas volvieron a ser acto de presencia, la ira invadió levemente mi ser.

─no soy humana, a ustedes los lastiman por mi culpa, porque fuese sido mejor que me mataran desde el inicio, por favor Harada, ¡mátame! Por favor ¡mátame!─ rogué entre sollozos.

Mis ojos se abrieron por la sorpresa, sentí como los labios de Harada-san se unían con los míos, mi llanto seso, mi corazón empezó a palpitar muy rápido.

─eres… ¿tonta?─dice con tono suave ─sinceramente hacerme recurrir a este método para poder que escuches mis palabras, Chizuru─ esto último lo dijo suavemente ─no me importa si eres un oni o una humana, te amo porque eres tú, mi preciado tesoro, la única que sabe cada secreto incluso a la única que le he confesado mi sueño, recuerdo que ambos tenemos el mismo sueño, acaso deseas apartarte de mi lado, no quiero cumplir mi sueño si no estás tu en el…

Aquellas palabras me tomaron por completa sorpresa, como podía acunarme con tanto cariño y devoción cuando era un monstruo, mas lagrimas comenzaron a llenar mi rostro, el llanto comenzó subia y subia de nivel, ya no me importaba gritar y maldecir mi condición, aquel hombre de cabellera rojiza me aceptaba como era y era correspondida en sentimientos sin juzgarme sin decirme que era una total aberración que sea cual sea mi condición él me amaba sin importarle que fuese humana o no, llore contemplando su rostro y acunándome en el, pues ahora tenía un sueño que cumplir y era estar con él.